Libros, películas, comics... una galaxia de visiones sobre lo que nos espera en el mañana
sábado, 29 de junio de 2019
2014-GODZILLA – Gareth Edwards
Godzilla, el famoso dinosaurio gigante, fue una creación japonesa que apareció en la película del mismo título en 1954 y que se estrenó dos años después en Estados Unidos con el título “Godzilla, Rey de los Monstruos”, añadiendo varias escenas protagonizadas por Raymond Burr. Era básicamente una copia de un film anterior, “El Monstruo de los Tiempos Remotos” (1953), pero “Godzilla” fijó mejor que ninguna otra película de su género los estándares del cine de monstruos de la era atómica. Fue un símbolo de los miedos, ansiedades y traumas del pueblo japonés a raíz de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Su éxito propició la producción de más de treinta secuelas y un número indeterminado de imitadores.
miércoles, 26 de junio de 2019
1980- EL INCAL – Alejandro Jodorowsky y Moebius
El final de la década de los setenta y primeros ochenta fue una época propicia para la ciencia ficción en las pantallas, grandes y pequeñas. “Star Wars” había renovado el interés por el género en su vertiente espacial y los aficionados pudieron disfrutar de películas como “Star Trek” (1979), “Alien” (1979), “El Abismo Negro” (1979) “Flash Gordon” (1980), “Saturno 3” (1980) o “Los Siete Magníficos del Espacio” (1980). Hasta James Bond tuvo su aventura espacial en “Moonraker” (1979). En la televisión podían verse series como “Los Siete de Blake” (1978), “Battlestar Galáctica” (1978) o “Buck Rogers en el siglo XXV” (1979). Por su parte, el comic nunca había renegado del espacio y, de hecho, existían revistas como la francesa “Metal Hurlant” centradas casi exclusivamente en la ciencia ficción. En España, cabeceras como “1984” o “CIMOC” destinaban también buena parte de su espacio al género. En este universo de las viñetas aparece en 1980, “El Incal”, que, por su ambición y calidad gráfica, fue una obra que sobresalió del resto, fascinando a unos, confundiendo a otros pero no dejando indiferente a nadie; un comic cuya lectura hay que abordar sin esperar entender la mayoría de lo que ahí se cuenta.
domingo, 23 de junio de 2019
1981- HEAVY METAL – Gerald Potterton (2)
(Viene de la entrada anterior)
Tan Hermosa, Tan Peligrosa: Este segmento, realizado por el estudio londinense Halas & Bachelor (en el que inicialmente se pensó para hacerse cargo de toda la película) y basado en los diseños de Angus McKie y trasplantados muy libremente a un argumento de lo más absurdo, es uno de esos momentos del film –porque no es el único- en el que “Heavy Metal” parece más un producto de los setenta que de los ochenta. Naturalmente, la mayor parte del material que sirvió de base para las diferentes historias procede de esa década, pero no es ésa la única razón. Es una trama irregular y carente de dirección que empieza con unos alienígenas a bordo de una nave con forma de Smiley que abducen a un científico y una secretaria cuando están en una reunión gubernamental para abordar el peligro que suponen las mutaciones en monstruos verdes que están afectando a muchos americanos; y termina con la tripulación extraterrestre drogada hasta las cejas con una especie de cocaína, tratando de aterrizar la nave en el hangar de una estación espacial mientras la secretaria –el científico acabó deshecho en el transporte a la nave-, tras acostarse con un robot, discute con él la posibilidad de contraer matrimonio.
viernes, 21 de junio de 2019
1981- HEAVY METAL – Gerald Potterton (1)
La revista “Metal Hurlant” la fundó en Francia en 1975 un grupo de autores de comic deseosos de buscar nuevos caminos expresivos en la ciencia ficción sin las ataduras que imponían las editoriales tradicionales de ese país. No entraré a glosar aquí los méritos y trayectoria de esa publicación dado que ya se ha hablado de ello en otras entradas, pero sí es necesario recordar que su éxito no pasó desapercibido para el editor Leonard Mogel, que a mediados de los setenta se encontraba en París para promocionar el lanzamiento de la versión europea de la revista satírica norteamericana “National Lampoon”. Fascinado por la calidad y osadía gráfica de los autores que participaban en la misma, Vogel lanzó en abril de 1977 una versión para el público patrio titulada “Heavy Metal”. Aunque empezó nutriéndose de traducciones de las obras de autores franceses, pronto pasaría a incluir también comics originales de artistas americanos. La cabecera pronto se hizo famosa por su énfasis en el contenido adulto y sus representaciones algo psicodélicas de mundos y seres alienígenas.
martes, 18 de junio de 2019
LOS RETRONAUTAS 52 - CINE NUCLEAR
En nuestro quincuagésimo segundo programa viajamos a la Guerra Fría y abordamos una serie de películas que especulaban con la posibilidad de un conflicto nuclear.
En concreto hablamos de:
- El mundo, la carne y el diablo (1959)
- La hora final (1959)
- Pánico infinito (1962)
- Punto límite (1964)
- Teléfono rojo, volamos hacia Moscú (1964)
- El juego de la guerra (1965)
Y antes de despedirnos reflexionamos un poco sobre podcasts, monetización y ofendiditos.
Puedes encontrar el programa en Ivoox en este enlace
domingo, 16 de junio de 2019
1986- EL VUELO DEL NAVEGANTE – Randal Kleiser
“El Vuelo del Navegante” fue el modesto intento de Disney de producir un film infantil que capitalizara el éxito de “E.T.el Extraterrestre” (1982), película de la que toma bastantes elementos tanto en lo que se refiere a la premisa como al desarrollo de la trama y los personajes. Siendo como es un producto menor, una “exploitation” de la película de Spielberg, “El Vuelo del Navegante” es una de las más logradas historias sobre encuentros entre niño y alienígena benévolo, subgénero en el que el cine ha sido prolífico en propuestas banales y olvidables.
miércoles, 12 de junio de 2019
1997- TRANSMETROPOLITAN – Warren Ellis y Darick Robertson
Los comics han estado haciendo política desde sus inicios, a menudo satirizando con saña las élites en el poder pero, por la poca consideración que tradicionalmente se le ha tenido el medio de las viñetas, la cultura mainstream nunca le ha prestado demasiada atención. En la década de los ochenta y noventa del siglo pasado, revistas británicas como “2000 AD” (“Juez Dredd”) o “Warrior” (“V de Vendetta”) pusieron en la picota al gobierno y políticas de Margaret Thatcher mientras que Alan Moore y Dave Gibbons convertían a los superhéroes en peones y amos del capitalismo americano. A mediados de los noventa, cuando parecía que la madurez, energía y espíritu iconoclasta que habían colonizado ciertos sectores del comic book norteamericano empezaban a disiparse y muchos de sus creadores sucumbían a los cantos de sirena de Hollywood, aparece una de las series políticas más transgresora de todos los tiempos: “Transmetropolitan”.
viernes, 7 de junio de 2019
1987- PERSEGUIDO – Paul Michael Glaser
A mediados de 1985, se descubrió que Stephen King había venido usando el seudónimo “Richard Bachman” para firmar varios de sus libros en los últimos años: “Rabia” (1977), “La Larga Marcha” (1979), “Carretera Maldita” (1981), “El Fugitivo” (1982) y “Maleficio” (1984). La revelación vino por vía del empleado de una librería de Washington, Steve Brown, que se molestó en rastrear los archivos de copyright después de notar la similitud en los estilos literarios de King y Bachman. El autor no tuvo inconveniente en admitirlo todo con buen humor y afirmar que esos libros habían sido trabajos primerizos escritos antes del éxito de “Carrie” (1974).
martes, 4 de junio de 2019
1982- EL FUGITIVO – Stephen King
El distópico es uno de los géneros más populares de la ciencia ficción. La interpretación más común de estas narrativas es la de una suerte de profecías o, al menos, de advertencias acerca de los peligros que acechan en nuestro futuro si el ser humano no rectifica su comportamiento actual. La mayoría de estas ficciones se apoyan en dos trabajos seminales todavía hoy muy vigentes. Aldous Huxley, en “Un Mundo Feliz” (1932), advirtió sobre las consecuencias de renunciar a los principales rasgos de nuestra humanidad a cambio de una ilusión construida a base de objetos perecederos y efímeros placeres hedonistas. George Orwell, en “1984” (1949) escribió sobre despiadadas tiranías que controlan completamente todos los aspectos de las vidas de los ciudadanos/súbditos. Stephen King bebió de esos dos gigantes para “El Fugitivo”, añadiendo su propio toque personal y adaptándolo a la nueva sociedad del ocio que floreció en los años ochenta.
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