En el año en curso, 2025, David Hardy (nacido en 1936), a sus 89 años, es el artista de ciencia ficción vivo de mayor edad, con una carrera que abarca más de seis décadas.
Tras trabajar
en un laboratorio y pasar dos años en la Royal Air Force, comen
zó su carrera
artística como empleado de la oficina de diseño de Cadbury's en Bournville,
Birmingham, donde creó envases y arte publicitario para los productos de
confitería de esa compañía. Pero ya por entonces sus intereses discurrían por
un terreno completamente diferente.
Cuando tenía
trece años, sus padres le llevaron a Blackpool, en cuyo paseo marítimo encontró
un quiosco que tenía una estantería con algunas revistas pulp. Compró dos de
ellas, las primeras lecturas de CF que cayeron en sus manos. A partir de ese
momento, se convirtió en un apasionado d
el género y trató de leer todo lo que
pudo, ya fuera comprando las revistas o novelas o sacándolas de la biblioteca. Teniendo
además inclinación por el dibujo, fue lo más natural que empezara a crear sus
propias ilustraciones basadas en las historias de las revistas que leía.
Un año después,
en 1950, encontró un ejemplar de "La Conquista del Espacio" (1949),
un libro de ciencia especulativa escrito por Willy Ley, un científico y
divulgador que contribuyó a la popularización de los cohetes y el vuelo
espacial. En sus páginas, presentaba su visión del fu
turo de la exploración del
sistema Solar apoyado por las maravillosas ilustraciones de Chesley Bonestell. Esta
obra inmensamente influyente (fue adaptada al cine en 1955 y ganó el Fantasy
Award en la categoría de No Ficción), caló hondo en Hardy. Ese fue el momento
en que supo lo que quería hacer. A partir de ese momento, se consideró un
artista del espacio. Y en 1954, con 18 años, ilustró su primer libro, una obra
de no ficción escrita por Patrick Moore y titulada "Suns, Myths and Men",
donde se inició como artista espacial, creando representaciones técnicamente
impecables de la exploración espacial y las maravillas astronómicas.
En 19
70, también
comenzó a producir ilustraciones de ciencia ficción, introduciendo elementos
ficticios y fantásticos para las portadas de revistas como “Vision of Tomorrow”,
“Analog”, “Science Fact” o “The Magazine of Fantasy and Science Fiction”. En
los años 40 y 50, esta última cabecera y, en menor medida, otras como “Amazing
Stories” y “Galaxy Science Fiction”, habían utilizado el arte de Chesley Bonestell
como portadas de varios de sus números. Sin embargo, él siempre insistió en que
no era un artista de ciencia ficción, sino astronómico. Cuando se publicó “Challenge
of the Stars”, un libro que Hardy ilustró y coescribió con Patrick Moore en
1972, “The Magazine of Fantasy and Science Fiction” y un par de otras revistas
usaron sus ilustraciones para aquel libro exactamente de la misma manera que
habían hecho con Bonestell.
Pero,
lamentablemente, 1972 también fue el año en que el hombre visitó la Luna
por
última vez, y el interés del público y las autoridades por el espacio comenzó a
decaer. Tratando de encontrar razones para seguir cultivando esos temas
espaciales, Hardy inventó un pequeño extraterrestre verde llamado Behn, también
conocido como "Space Gumby" (el Gumby original es un personaje muy
famoso creado en los años 50), el cual apareció por primera vez en “The
Magazine of Fantasy and Science Fiction” en 1975. Asiduo visitante de los
paisajes espaciales de Hardy (lo dibujó con el módulo Viking en Marte, a bordo
del Rover lunar, viajando sobre la sonda Pioneer a su paso por Saturno…), Behn
aportaba un contrapunto lúdico e irónico a la grandiosidad del espacio
exterior.
Hardy
distinguía entre arte espacial y arte de ciencia ficción. "El arte de ciencia ficción se basa en la
imaginación", explicó en una entrevista al diario The Guardian. "Para el arte espacial se necesitan
conocimientos de química, física, astronomía y vulcanología". Ade
más
de cientos de libros y portadas de revistas de CF, trabajó para revistas
científicas como "Astronomy", "Sky and Telescope",
"Astronomy Now" y "Popular Astronomy"; así como para libros
de Arthur C. Clarke y Carl Sagan. También publicó una historia ilustrada del
arte espacial titulada "Visions of Space: Artists Journey Through the
Cosmos" (1989). Participó también en el mundo audiovisual, por ejemplo, en
la serie televisiva “Los Siete de Blake” (1978-1981) o la adaptación
cinematográfica de “La Historia Interminable” (1984).
Hardy fue un
artista inquieto que siempre estuvo pendiente de la tecnología
que pudiera
ayudarle a mejorar su método de trabajo o aportar nuevos matices a sus
ilustraciones. En 1957, descubrió el aerógrafo, que le proporcionó una forma de
pintar atmósferas, resplandores y nebulosas de forma realista, sin necesidad de
invertir horas y horas tratando de encontrar la exacta mezcla de pinturas. Más
adelante, incorporó a sus técnicas la fotografía, especialmente imágenes
manipuladas. En la década de 1980, realizó todas sus obras en el cuarto oscuro
e incluso se convirtió en miembro de la Real Sociedad Fotográfica. También
adquirió una cámara de gran formato y comenzó a tomar fotos de sus pinturas e
ilustraciones para enviarlas a las editoriales como diapositivas, en lugar de
confiar los originales al azar del correo ordinario. No fue ajeno a la
aparición del arte digital en el mundo editorial, pero durante algún tiempo no
pudo comprar el equipo de la calidad necesaria, hasta que en 1991 se hizo con
su primera PowerMac, con la que produjo gráficos para un juego de Atari/Amiga, “Kristal”,
que ganó un premio de la industria. En fin, que mientras muchos otros artistas
de CF siguieron trabajando con pinturas y otros se pasaron completamente al
mundo digital, Hardy logró mantener un equilibrio entre ambas técnicas.
Entre los fans
de Hardy se encuentra la legendaria estrella del rock Brian May, exguitarrista
del grupo Queen y astrónomo por derecho propio, quien completó su
doctorado en
2007 (su tesis se tituló "Un estudio de las velocidades radiales en la
nube de polvo zodiacal"). May comentó sobre Hardy: "Crea su propia realidad virtual: a través de
su asombrosa visión y técnica, vislumbramos paisajes en mundos donde el hombre
nunca ha puesto los pies".
Entre otros reconocimientos, Hardy recibió el Premio Sir Arthur Clarke (2005) y el Premio Frederick Ordway (2015). Incluso un asteroide lleva su nombre: David Hardy (1989 SB).

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