En el curso de las últimas tres décadas, el director y guionista Alexander Payne ha cosechado una considerable atención, reconocimiento y premios gracias a películas como “Ruth, una Chica Sorprendente” (1996), “Election” (1999), “A Propósito de Schmidt” (2002), “Entre Copas” (2004), “Los Descendientes” (2011) o “Nebraska” (2013), dramas realistas a menudo protagonizados por individuos atravesando crisis de la mediana edad. Ese currículo le ameritó a Payne con tres nominaciones al Oscar al Mejor Director y una nominación y dos premios para Mejor Guión Adaptado. A continuación, decidió probar suerte en el cine de género con “Una Vida a lo Grande” (aunque había coguionizado años antes “Parque Jurásico III", 2001). Fue un intento de expandir su horizonte creativo con un melodrama de ciencia ficción coescrito con su colaborador habitual, Jim Taylor. Ambos ultimaron los detalles durante el paréntesis que el director se tomó entre 2004 y 2011.

