Si pudieras arreglar todos tus problemas y carencias físicas y mentales, ¿lo harías? Puede que te sientas demasiado viejo, poco agraciado, excesivamente débil, fastidiosamente obeso, limitado intelectualmente… ¿Estarías dispuesto a arriesgar la vida para que unos científicos intervinieran en tu cuerpo y te mejoraran, rejuvenecieran y permitieran alcanzar todo tu potencial? No es motivo de vergüenza responder afirmativamente a tales preguntas. De hecho, es muy humano. La sociedad ejerce una enorme presión sobre nosotros para que nos ajustemos a ciertos parámetros supuestamente deseables. Aquellos que no encajan, son excluidos, ridiculizados u obligados a sentirse inferiores.
Esta es una de las muchas cuestiones que explora “Upgrade Soul”, utilizando para ello la forma de una hipnótica, oscura y peculiar fábula de Ciencia Ficción.
Ezra Claytan Daniels entró en el mundo del comic a los veinte años con una novela gráfica autopublicada, “The Changers”, que tuvo el suficiente éxito como para animarle a desarrollar una nueva idea que pudiera resultar atractiva para algún editor. Así nació “Upgrade Soul”, cuya semilla fue anterior incluso a “The Changers”, aunque decidió aparcarla consciente de que era demasiado ambiciosa como primer proyecto. Sin embargo, sus expectativas resultaron ser en exceso optimistas. Durante diez años, trabajó en el proyecto, finalizando sucesivas etapas (el guion completo, el primer capítulo terminado…) y enviando el material que iba acumulando a diferentes editores… sin obtener respuesta. Sencillamente, no parecía haber mercado para el tipo de historia que Daniels estaba creando, una CF “de andar por casa”, protagonizada por ancianos y sin acción física ni suspense.
A punto estaba de tirar la toalla cuando en 2012, un amigo suyo, Eric Loyer, artista y desarrollador multimedia con quien ya había colaborado anteriormente, le presentó la idea de una plataforma digital de comics para el entonces novedoso iPad y le preguntó si tenía algún material que pudieran utilizar para alimentarla con contenido. Y ahí estaba Daniels, con 300 páginas de ciencia ficción y drama. Así que la versión original de “Upgrade Soul” fue esta app interactiva que ambos diseñaron y en la que trabajaron con un compositor que creó una música totalmente inmersiva para acompañar la lectura.
Para entonces, Daniels había pulido mucho su historia respecto al planteamiento original. Durante esos diez años, uno de los muchos oficios gráficos que había desempeñado fue el de dibujar croquis e ilustraciones técnicas que sirvieran para explicar a jueces y jurados determinados aspectos relacionados con un delito o crimen. Ello le obligó a depurar al máximo su dibujo y sintetizar la información a presentar de la forma más clara y concisa posible. Trasladó esta habilidad al comic para su lanzamiento en la plataforma digital, que pasó a redibujar y colorear con herramientas digitales.
Aquel proyecto fue una decisión desesperada para dar a conocer su obra tras pasar años sin conseguir despertar el interés de editor alguno. Pero la iniciativa fue lo suficientemente novedosa como para que, aunque no reportara mucho dinero, sí fuera reconocida como pionera. Loyer y Daniels fueron invitados a múltiples foros en Estados Unidos y Europa para presentar su trabajo y la app acumuló decenas de miles de descargas. Sea como fuere, el comic se serializó en la app a lo largo de unos cuantos años y, cuando termínó, Daniels lo presentó en formato PDF sin revisar a al Premio Dwayne McDuffie para la Diversidad en Comic y cuál no fue su sorpresa cuando resultó ganador. De repente, ahora sí, todos los que no le habían prestado hasta ese momento la menor atención, estaban ahora llamando a su puerta.
Daniels no sólo encontró un sello editorial para su comic (uno modesto dirigido por profesionales negros, Lion Forge), sino que también consiguió vender los derechos para una adaptación cinematográfica. Por fin, todo el mundo se dio cuenta de que “Upgrade Soul” era un comic refrescante que cogía material que en otras manos hubiera acabado siendo ridículo y lo moldeaba cuidadosamente para narrar una historia inquietante, claustrofóbica, terrorífica y, sobre todo, muy humana.
Hank y Molly Nonnar son una pareja de ancianos que llevan casados 45 años y que tienen miedo de perder sus facultades y enfrentarse a una muerte que ya sienten cercana. Ambos son personas muy inteligentes que han desarrollado carreras de éxito (ella fue una científica especializada en regeneración celular y él un escritor de CF con un personaje muy popular) y creen que aún tienen mucho que ofrecer si dispusieran de más tiempo. Así que deciden someterse al proyecto Upgrade, un procedimiento experimental privado y no aprobado por las autoridades médicas oficiales en virtud del cual esperan regenerar sus cuerpos y mentes borrando los efectos de la edad, el estrés y el trauma. Esto les permitiría conseguir no sólo una nueva vida sino vivirla llegando hasta sus límites orgánicos e intelectuales.
Cuando deciden invertir su dinero en el proyecto de los laboratorios Via y participar en él como cobayas, esperan además de prolongar su vida con unos cuerpos y mentes saludables, entrar en los libros de Historia. Sin embargo, los científicos no les han informado de todos los riesgos que conlleva el procedimiento o las consecuencias que podrían derivarse de su éxito. Y, cuando firman los papeles (entre ellos, un acuerdo de confidencialidad) e ingresan en la clínica, las cosas no salen como se esperaba. Surgen complicaciones y los cuerpos y mentes de la pareja sufren una experiencia demoledora.
Y es que Via utilizó clones para crear nuevos cuerpos para la pareja, pero éstos sólo se desarrollaron hasta el estadio de fetos. Los nuevos seres, bautizados como Manuela y Henry, poseen todos los recuerdos de Molly y Hank, pero también unas capacidades mentales y físicas extraordinarias. El problema es que esos cuerpos tienen la forma de unas patatas deformes con unos “rostros” de mínima expresividad. Mientras tanto, Molly y Hank han quedado muy debilitados y se deslizan hacia la incapacidad física y el Alzheimer.
Mientras los cuatro, los originales y sus clones, se recuperan en manos de unos científicos carentes de ética en las discretas y aisladas instalaciones donde se ha llevado a cabo el experimento, empiezan a descubrir verdades sobre ellos mismos y su relación. Manuela efectúa avances revolucionarios en la investigación que Molly ya no puede continuar al tiempo que desaparecen sus molestias cotidianas derivadas del envejecimiento. Hank encuentra comprensión e intimidad en una relación inesperada y empieza a imaginar un posible futuro más allá de las paredes de esa escuela reconvertida en hospital.
Pero conforme salen a la luz más datos sobre la condición en la que ambos se encuentran, más oscuro se torna su futuro. Hank y Molly sufren fuertes jaquecas si se alejan demasiado de sus dobles monstruosos, pudiendo llegar a morir si tal separación se prolonga. Esta difícil codependencia va a desencadenar una lucha cruel sobre quién merece más vivir y quién puede ser considerado desechable (los originales tienen el cuerpo, pero los clones tienen la mente), degenerando la situación en una espiral de manipulación, engaños y violencia.
La historia que nos propone Daniels es absorbente de principio a fin y su muy trabajada estructura mantiene ocultos en todo momento ciertos aspectos de la trama, ofreciendo respuestas sólo para introducir otro enigma e impulsando de esta forma al lector a continuar leyendo y sumergiéndose en esta enfermiza intriga que mezcla especulación científica y drama humano.
Quien, leyendo la premisa esperara encontrar en “Upgrade Soul” una grotesca historia de “body horror” al estilo de algo que hubiera podido salir de la imaginación de un joven David Cronenberg, va a sentirse decepcionado. Sí, el tema transhumanista está ahí; y los cuerpos deformes; pero Daniels decide no hacer de esto un descenso absoluto a la oscuridad y las escenas inquietantes. Sí, hay momentos sombríos, incluso terroríficos, pero sin abandonar del todo una visión relativamente positiva sobre la Humanidad. Aun cuando se hallan atravesando una situación dolorosa e intimidante, Henry y Manuela aprenden a adaptarse y no pierden la esperanza de que las cosas acaben saliendo bien. Puede que el resultado no fuera el planeado, pero, al fin y al cabo, se han convertido en algo más que humanos y están conformes con ello. La forma en que ambos manejan su nueva naturaleza, sirviéndose de tecnología adaptativa para ayudarse a interactuar con el mundo, transmite fortaleza y deseos de vivir. Su inteligencia emocional y académica florece y se expande. Y aun cuando las cosas se tuercen al final y se descubre el terrible engaño al que han sido sometidos, el terror nunca reside en la transformación de los cuerpos.
Ciertamente, la historia exige del lector un esfuerzo de suspensión de la incredulidad, especialmente en lo que se refiere a los extremos a los que llega Via para engañar a Hank y Molly. Es difícil de creer que una empresa biomédica pueda pensar que un acuerdo de confidencialidad la proteja del tipo de abusos y atropellos que cometen; o que Molly, una científica experimentada, ponga en peligro su vida y la de su esposo sin haber exigido una revisión de las teorías y experimentos por expertos independientes. Pero, por otra parte, la tradicional figura de la corporación científica deshonesta en los márgenes de la legalidad es necesaria para contar una historia como ésta.
Son innumerables las historias de ciencia ficción que han utilizado los avances en tecnología de clonación para plantear preguntas sobre la identidad humana. El género se ha servido también de diferentes tipos de humanoides o extraterrestres para explorar cuestiones raciales. “Upgrade Soul” fusiona estos dos recursos para ofrecernos una visión original y muy personal de este veterano subgénero de la mano de un autor que también es de raza mixta.
Hank y Molly son un matrimonio interracial (negro y latina respectivamente). Ella es una figura respetada en su campo científico que ha inspirado a otros latinos a seguir su camino. El dilema que le plantea el experimento para Hank tiene un cariz particularmente racial porque gran parte de su identidad está ligada a su herencia afroamericana y, sin embargo, su “clon”, Henry, carece de raza. Hay una conversación muy interesante entre los dos en la que Henry critica a Hank por limitar su identidad a una “etiqueta”. Sin embargo, la historia ya nos ha dejado claro previamente en un flashback que Henry siente su raza no como una mera etiqueta, sino como una fuerza motriz en su vida.
Y es que su padre fue el creador, en los años 40 y para las revistas pulp, de un héroe espacial negro (aunque su piel era azul para esquivar la censura mediante la alegoría), un personaje pionero que hizo mucho por la inclusión racial en el mundo del entretenimiento y que Hank heredó añadiendo nuevas novelas. Su éxito ha propiciado la oferta de un estudio cinematográfico para adaptarlo a la gran pantalla, pero a Hank le preocupa justificadamente que la imposición de un actor blanco para encarnar al protagonista comprometa la esencia del personaje. Es ésta una crítica a una industria del entretenimiento que, presumiendo públicamente de tolerante y abierta, sigue tomando decisiones que traslucen un racismo irredento.
Todo esto lleva a abordar cuestiones muy profundas para las que, obviamente, nadie tiene respuesta: ¿En qué medida nuestro cuerpo condiciona quiénes somos? ¿Qué cuerpos consideran “normales” quienes emiten tales juicios? ¿Qué nos hace únicos y cuánto de nosotros podemos perder antes de que nuestra identidad se vea comprometida? ¿Está nuestra identidad ligada, como defendía el filósofo John Locke, no a nuestros cuerpos sino a nuestros recuerdos? ¿Las emociones nos hacen más o menos humanos? ¿Están las versiones mejoradas de Hank y Molly liberadas de las ataduras y límites de sus emotivos y honestos “padres”? Y, si ello es así, ¿son menos humanos? ¿Dónde están los límites de la ética científica y la responsabilidad social?
A mucha gente no le resultará fácil identificar “Upgrade Soul” con la CF. Carece de muchos de los elementos que el género ha utilizado en tantas historias: héroes (y heroínas) resueltos y carismáticos; limpios laboratorios de tecnología futurista; acción y suspense; sentido de lo maravilloso… A Daniels no le interesa contar una historia con esos ingredientes, sino una en la que el centro sean los personajes. Hank y Molly están exquisitamente creados y diestramente desarrollados en pequeñas escenas que nos dicen mucho de quiénes son, cómo ven el mundo y qué esperan de él.
La relación de Molly y Hank con su joven sobrina Del, por ejemplo, es esencial. A través de la niña y lo que le ocurre debido a las acciones de sus tíos, se pone de manifiesto cuán estúpidos fueron al dejarse engañar por científicos sin escrúpulos. Las consecuencias de lo que ocurre en la clínica irradian más allá de sus muros, acarreando un coste muy elevado para algunas personas, rompiendo relaciones y marcando negativamente las vidas de todos los implicados. Y es que, aunque los ancianos son una pareja muy creíble y humana, conforme van tomando decisiones crecientemente desesperadas para continuar vivos, llega un punto en el que, claramente, el fin deja de justificar los medios y no queda más remedio que preguntarse si realmente eran tan buenas personas como el autor nos había hecho creer al principio.
Aunque Hank y Molly son los protagonistas, el comic presta una gran atención al resto de un amplio reparto, que incluye científicos y familiares, sin que ninguno de ellos sea completamente héroe o villano. Todos tienen sus motivos para actuar como lo hacen y con un potencial tanto para el bien como para el mal. De entre ellos destaca Kenton, un joven científico al cargo del proyecto que en su día fue considerado un genio y que ahora siente una inmensa presión para dejar su marca en la Historia de la Ciencia al tiempo que trata de utilizar el experimento para ayudar a su hermana pequeña Lina, que sobrevivió a la cirugía para separarla de su gemela siamesa, pero no sin sufrir una grave deformidad, un retorcido sentido de la belleza y un trauma que la lleva a hablar con su hermana fallecida.
El formato elegido para narrar esta historia, el comic, es el más apropiado de todos los posibles dado el énfasis de aquélla en el aspecto físico. Difícilmente una novela hubiera podido producir el mismo impacto en el lector. Ver las figuras deformes de los nuevos cuerpos de Molly y Hank, una desasosegante mezcla de humano, feto y extraterrestre, subraya el aspecto de la deformidad física y dificulta al lector aceptarlos fácilmente como plenamente humanos, teniendo que realizar un esfuerzo intelectual consciente para discernir en qué medida lo son y qué es lo que entonces convierte a un ser en humano.
Gráficamente, además de la excelente narrativa y diseño de los personajes, destaca el uso que hace Daniels de las manos y los gestos. Mientras que otros artistas pueden necesitar dos o tres viñetas para expresar una emoción, a Daniels le basta una sola. Utiliza las estilizadas manos de los personajes para transmitir exasperación, reproche, terror, furia… La línea de su dibujo es minimalista, clara y contenida las más de las veces, pero otras prolifera y se concentra en intrincados pliegues. Los elementos propios de la ciencia ficción contrastan marcadamente con los aspectos realistas. Esta yuxtaposición consigue enraizar una especulación irreal en una engañosa realidad, creando una sensación de plausibilidad con un punto enfermizo.
“Upgrade Soul” es un comic sorprendente por su dibujo, su premisa y su desarrollo, de lectura absorbente y muy trabajado gráfica, temática y argumentalmente que, como toda buena CF, combina la fantasía, la especulación y lo humano para hablar sobre nosotros mismos. Existen muchísimas historias del género sobre los riesgos de la inmortalidad, pero este comic consigue ofrecer algo completamente diferente que llega al lector de una manera profunda y desasosegante sin necesidad de alardes visuales o escenas de impacto artificioso, manteniendo en todo momento el foco sobre los personajes y sus respectivos dramas. Un tebeo, en fin, que nos habla de la identidad, la raza, el legado, la belleza y la deformidad, la discapacidad, la autoestima, el envejecimiento, la muerte, la ética científica y la moral humana.
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