A menudo, las películas de Ciencia Ficción de la década de los 50 del pasado siglo han sido analizadas e interpretadas como alegorías sobre el miedo al comunismo, un reflejo en clave de entretenimiento de las advertencias, incluso paranoia, propiciadas por las autoridades norteamericanas de la época. Hay que decir que los historiadores del cine y de este género en particular han caído no pocas veces en la sobreinterpretación, tendiendo a ver en todas las películas que incluían miedo a un enemigo sin rostro una alegoría de la infiltración comunista.