
Estos mismos estudiosos afirmaron durante mucho tiempo que el cambio en la visión de Verne tuvo lugar a mediados de la década de los ochenta del siglo XIX tras una serie de tragedias familiares y bastante después de haber escrito sus trabajos más famosos. En la actualidad, tras el descubrimiento y publicación de "París en el siglo XX", escrito al comienzo de su carrera literaria, todos estos expertos tendrán que replantearse sus argumentos y, probablemente, otorgar mucho más peso a la influencia del editor Pierre Hetzel en los temas y estilo de Verne.
“Los Quinientos Millones de la Begún” (o "Los quinientos millones de la princesa india", como también se le ha titulado en algunas versiones) es uno de esos trabajos "oscuros" de Verne, muy alejado del triunfalismo científico
Al principio del llbro, el Dr.Sarrasin recibe una extraordinaria noticia: por una carambola genealógica, resulta ser heredero de una inmensa fortuna dejada por una princesa india (la Begún del título). Individuo apacible, de mentalidad científica y con aspiraciones filantrópicas, decide invertir el dinero en un colosal proyecto: la fundación de una nueva ciudad, France-Ville, diseñada con criterios científicos y en la que se erradicarán todos los males que aquejaban a las ciudades de entonces –y a muchas de ahora-: suciedad, falta de higiene, pobreza... Será "una ciudad del bienestar y la salud", tal y como proclama entusiasmado ante sus colegas científicos.
En cuanto la noticia se hace pública, otro pariente perdido, Schultze, un químico alemán, sale a la luz y reclama su parte de la herencia que, en último término, ha de dividirse entre ambos a partes iguales. Verne solventa en dos párrafos el perfecto retrato del alemán: un individuo tiránico y despiadado que, al sernos presentado, se halla escribiendo un artículo para una revista científica, titulado: "¿Por qué todos los franceses presentan diferentes grados de degeneración hereditaria?"
El proyecto qu


Como se supo tiempo después, la historia estaba basada en el manuscrito de Pascal Grousset, un revolucionario corso exiliado en Estados Unidos que había luchado en la Comuna de París. Incapaz de publicar en Francia debido al veto que recaía sobre él, le vendió a Hetzel la obra y éste se la pasó a Verne para que la puliera y elaborara una historia sobre ella. Hasta hoy sigue sin estar claro qué elementos son atribuibles a cada cual.
Al margen de estas curiosidades editoriales, el libro es muy interesante por varias razo





En un solo libro, Verne planteó los dos extremos tan queridos y desarrollados en años posteriores por la cienc


Opuesta a la pesadilla de Stahlstadt, Verne imagina la ciudad perfecta, France-Ville, donde el gobierno no está centralizado en nadie en particular, como ocurre en Stahlstadt, sino que las decisiones se toman de manera asamblearia, con lo que la continuidad de gobierno está asegurada –un aspecto este fundamental en el desarrollo de la novela-. Todo el mundo está sano y vive feliz en una ciudad que no parece tener ningún problema gracias a su perfecta planificación material y humana. Maravilloso… ¿o no?
Ésta es una de l

Las normas de construcción que rigen en esta comunidad utópica dan como resultado algo muy parecido a un barrio residencial edificado en retícula, con calles designadas por un número y con árboles flanqueando las vías. Todas las viviendas son unifamiliares y disponen de un jardín. Hasta aquí, no nos parece algo extraño. Realmente Verne supo ver más allá de su propia época e incluso en nuestros días algunos ayuntamientos tienen normativas mucho más estrictas en cuanto a apariencia y cuidado de las viviendas particulares se refiere, regulando las alturas, los colores y el estado en el que se deben mantener los jardines.
Sin embargo, otras normas que teóricamente iban destinadas a crear una ciudad idea

Por otra parte, "para obtener el derecho de residencia (...), es necesario poseer buenas referencias y hallarse apto para ejercer una profesión útil o liberal en la industria, en las ciencias o en las artes (...). No se toleran las existencias ociosas". "No hay para que decir que los niños son obligados desde la edad de los cuatro años a seguir los ejercicios intelectuales y físicos que puedan contribuir a desarrollar sus facultades (...) se les habitúa a todos a una pulcritud tan escrupulosa que una simple mancha en sus vestidos la consideran un verdadero deshonor". Suena tiránico.
A Verne siempre le interesó el urbanismo y la planificación de la vida en las ciudades y tendría oportunidad de poner en práctica, al menos parcialmente, algunas de sus ideas años más tarde. En 1888 le proponen y acepta una candidatura de concejal para el ayuntamiento de Amiens, en la lista del partido radical socialista, que a pesar de su nombre era bastante moderado, y resulta elegido. Su labor pública estaría a la altura de su obra, ocupándose de asuntos artísticos y culturales.
Si dejamos a


En resumen, “Los quinientos millones de la Begún”, no se cuenta entre lo más granado de la obra de Julio Verne. El propio escritor consideraba imposible la tecnología que Grousset había imaginado en su manuscrito pero, sometiéndose obedientemente a las órdenes de Hetzel, no lo cambió. Pero se trata de un libro importante que, leído con las referencias adecuadas, nos cuenta cosas sobre Verne, sobre su vida y su visión de la tecnología, sus ideas y las de sus contemporáneos en la Europa del siglo XIX. Se trata, en suma, de una fábula política con moraleja, parte distopia, parte tratado social de estilo dickensiano.