martes, 3 de diciembre de 2024

1974- EL RAËLISMO O LA CIENCIA FICCIÓN DEVENIDA RELIGIÓN

 

Clonación humana, nanotecnología, alimentos transgénicos, transhumanismo, ciborgs, internet, democracia electrónica… Todos estos temas están relacionados con proyectos científicos reales, pero, al mismo tiempo, alimentan la imaginación contemporánea y los sueños tecnológicos de los creadores de ficción. Estas áreas de investigación, en las que se mezclan realidad, especulaciones fundadas y sueños imposibles han suscitado innumerables debates sobre los límites de la Humanidad y el desarrollo científico, debates que van mucho más allá de los laboratorios de investigación porque se difunden a través de los medios de comunicación y se infiltran en la cultura a todos los niveles… e incluso en la religión.

 

A muchos de nosotros, los terrícolas (e, imagino, a un porcentaje considerable de los lectores de este blog) nos fascina la posibilidad de que exista vida extraterrestre. Pero, ¿quién de nosotros puede afirmar que la existencia de alienígenas constituye el núcleo de su fe religiosa? Y aquí es donde entran en escena los raëlianos, los verdaderos creyentes de una doctrina centrada en la premisa de que la vida en la Tierra es el resultado de la experimentación extraterrestre y de que estos seres tecnológicamente avanzados todavía caminan entre nosotros. Los llaman Elohim.

 

Esta religión (algunos lo llamarían secta) fue fundada en 1974 por el francés Claude Vorilhon. Joven de clase media nacido en 1946, había sido piloto de carreras automovilísticas, periodista, cantante y compositor sin conseguir destacar en ninguna de esas facetas ni obtener el reconocimiento que anhelaba. Hasta que al anochecer del 13 de diciembre de 1973, Vorilhon tuvo un encuentro con un amable alienígena llamado "Yahweh" en el parque volcánico Puy de Lassolas. La criatura, salida de un platillo volante aterrizado en un volcán extinto, compartió con él el primero de muchos mensajes que debía anunciar a la Humanidad. No es difícil relacionar esta “experiencia” con el éxito que estaba disfrutando por aquella época el suizo Erich Von Daniken con sus teorías sobre la visita de alienígenas-dioses en el pasado de la Tierra (su obra seminal, “Carros de los Dioses”, se había publicado en 1969) y que sin duda estuvo también relacionado con un aumento de avistamientos ovni en Francia.

 

El 19 de septiembre de 1974, Vorilhon celebró su primera conferencia pública en Paris, a la que asistieron más de 2.000 personas. Poco después, fundó formalmente el movimiento religioso, nombrando un presidente, un tesorero y un secretario, a cada uno de los cuales entregó un cheque de 10.000 francos pagaderos tras la publicación aquel mismo año de su primer libro, “Le Livre Qui Dit la Vérité (“El libro Que Dice la Verdad”).

 

Posteriormente, en 1975, Vorilhon afirmó haber sido llevado al lejano planeta de los Elohim, un mundo en el que los avances biotecnológicos permiten a los humanos alcanzar edades de hasta 700 años, mientras que algunos elegidos pueden vivir eternamente clonando sus cuerpos y descargando sus mentes. Allí existen robots biológicos, cuerpos humanos sin ‘personalidad’ dispuestos a servir a sus amos, liberándolos del esfuerzo físico o de cualquier tipo de trabajo y liberándolos para entregarse a las artes, el placer y el sexo. En relación con esto último, el matrimonio no existe en ese planeta y cada individuo es libre de tener las relaciones que desee, preservando siempre la libertad de sus parejas. Desde que se instauró la clonación como sistema de perpetuar la especie, las hembras ya no se quedan embarazadas, así que la finalidad del sexo es simple y exclusivamente la obtención del placer, bien sea en el seno de una relación afectiva con otro individuo o con un robot biológico. Su experiencia en ese lugar constituyó la base de su segundo libro, “Les Extra-terrestres M'ont Emmené Sur Leur Planète” (“Los Extraterrestres me Llevaron a su Planeta”).

 

También fue allí donde Vorilhon se enteró de que él mismo era mitad Elohim, así como el Último Profeta de la Humanidad que anunciaría el regreso final de los extraterrestres. Rebautizado Raël y presentándose como igual a otros profetas como Moisés, Buda, Jesús o Mahoma, Vorilhon decidió difundir el mensaje de los Elohim, así como prepararnos para el resurgimiento de nuestros creadores alienígenas. “Elohim” es un término bíblico que en la tradición cristiana significa “Dios”. Según Raël, la palabra significa en realidad “Aquellos que Vienen del Cielo” y se refiere a estos seres alienígenas que en la Antigüedad fueron confundidos con dioses.

 

De esa forma nació una religión que ha crecido hasta tener miles de seguidores en todo el mundo (no se sabe exactamente cuántos, aunque se estima que unos 60.000 repartidos por los cinco continentes, con un crecimiento notable en África). El Raëlismo no tiene textos sagrados, aunque el propio Raël es autor de muchos libros, además de los ya indicados: "La Géniocratie" ("La Geniocracia", 1978); "Accueillir Les Extra-terrestres" ("Bienvenidos, Extraterrestres", 1979); "La Méditation Sensuelle" ("La Meditación Sensual", 1980) o "Oui Au Clonage Humain" ("Sí a la Clonación Humana", 2002).

 

El símbolo del movimiento es una esvástica integrada en una estrella de David, una fusión que, comprensiblemente, dio origen a no pocas suspicacias aun cuando ellos mismos aseguraron (en palabras de Thomas Kaenzig, líder de la rama norteamericana de los raëlitas) que: “La estrella de David representa el infinito del espacio y la esvástica el infinito del tiempo […] Nuestro símbolo oficial es el amor y se puede encontrar en todo el planeta en innumerables culturas y escrituras, también en el Libro Tibetano de los Muertos. El símbolo de la esvástica en sí mismo ha sido un símbolo de paz y buen augurio durante milenios y un símbolo religioso para miles de millones de hindúes, budistas, raelianos y otros”. En cualquier caso, el logo acabó rediseñándose cuando la iglesia trató de establecer una embajada para los Elohim en Jerusalén (la iniciativa fue finalmente rechazada por el gobierno israelí).

 

Consciente del debate existente sobre la categorización de estos movimientos como “sectas”, he recurrido en este artículo al concepto más amplio de “religión” para así abarcar en él las características propias de las sectas. Además, los propios raëlianos se definen a sí mismos como “movimiento religioso”. Como en otras sociedades, cultos y movimientos basados en la creencia en ovnis y extraterrestres, el Raëlismo no exige la membresía y compromiso propios de las sectas, sino que son más bien espacios abiertos en los que la gente puede compartir libremente sus opiniones y relatar sus experiencias. El primer libro raëliano expuso un mito de la creación y una escatología, pero no sugería rituales, sacerdocio, dimensión espiritual ni un sistema coherente de ética sobre los que pudiera construirse un movimiento organizado. Por otra parte, los seguidores pueden optar por participar activamente en las acciones del movimiento o limitarse a formar parte de su estructura. A éstos últimos se les asigna un nivel (del 1 al 6) y desempeñan una labor proselitista con responsabilidades progresivamente mayores, desde aprendices hasta guías nacionales y continentales.

 

Pero es que, además, los raëlianos afirman públicamente que el núcleo de su religión está en la Ciencia y tal convencimiento ha llevado incluso a cismas en su interior. Tan pronto como 1975, Vorhilon organizó una purga de líderes que, según él, obstaculizaban la línea oficial que él mismo había proclamado, ensuciando su enfoque “científico” con pseudociencias. Ciertos responsables de la organización estaban interesados en mezclarse con el resto de los fanáticos de la ufología y no tanto en el concepto raëliano de los Elohim. Ante el peligro de cisma, Vorilhon los despidió a todos. Sus puestos fueron reemplazados por un círculo interno de siete personas, cuya misión sería la de informar al público de los mensajes raëlianos y recaudar fondos para construir una embajada para los extraterrestres.

 

Los raëlianos son conocidos por su rechazo al teísmo, así como por sus numerosas declaraciones e iniciativas pro-ciencia y pro-sexo, que se remontan al principio nuclear del movimiento, esto es, que la vida humana está moldeada a imagen de los alienígenas Elohim. En este sentido, cabe citar Clonaid, un proyecto lanzado por Vorilhon y la obispa y química raeliana, Brigitte Coisselier, con el propósito de avanzar en la ciencia de clonación. No dieron mucho de qué hablar hasta que, en diciembre de 2002, Boisselier anunció haber clonado en secreto al primer ser humano, una niña llamada Eva. Evidentemente, Clonaid fue objeto de escrutinio y acciones legales, especialmente cuando no pudieron proporcionar pruebas de la existencia de Eva. El editor de Ciencia de la cadena ABC News, Michael Guillen, fue asignado para validar de forma independiente a Eva. Clonaid retiró la colaboración con el pretexto de proteger al bebé.

 

La posibilidad de que este grupo se hallara practicando la clonación humana preocupó a los líderes mundiales. Tanto, de hecho, que Raël y Boisselier fueron invitados a testificar ante el Congreso norteamericano, pero, en último término, ninguno aportó prueba alguna. Un ex raëliano que pasó 50 años en el grupo y ayudó a construir el laboratorio de Virginia Occidental donde todo eso supuestamente se llevó a cabo, afirma en la serie documental “Raël: El Profeta Alienígena”, que nunca vio a Boisselier realizando ninguna operación. Sin embargo, Thomas Kaenzig insistió en que Eva, entre otros clones, iba creciendo. La presidenta de Clonaid, la doctora Boisselier, reside fuera de Francia para eludir las severas sanciones que el país aplica a quienes apoyan públicamente la clonación humana, y que pueden acarrear penas de hasta siete años de prisión.

 

Otra iniciativa destacable es Clitoraid, que desde 2006 tiene el propósito de abrir un "hospital del placer" en Burkina Faso para combatir la ablación genital femenina, una institución que el Ministerio de Sanidad de ese país retrasó sine die. En 2015, en respuesta a una disputa sobre la circuncisión de un niño de cuatro años en Estados Unidos, Clitoraid emitió un comunicado de prensa en apoyo de la madre que no deseaba esa intervención. También pidió a las Naciones Unidas que prohibieran tales prácticas: "El daño corporal va en contra de los derechos fundamentales de todos los niños, y no podemos entender cómo un país supuestamente civilizado como Estados Unidos permite que sus bebés varones sean mutilados legalmente con tanta facilidad". También instituyeron el Día del Topless, una evento anual que no hace falta explicar y que se celebra el 26 de agosto coincidiendo con el Women´s Equality Day de Estados Unidos.

 

Desdibujando los límites entre lo humano y lo extraterrestre, la pseudociencia y la ciencia ficción, la autopromoción y el activismo legítimo, el Raëlismo quizá no sea la religión que incorpora ovnis y extraterrestres más grande o más famosa (ciertamente no es la que tiene más devotos famosos. La Cienciología fundada por Hubbard la supera con mucho), pero sí podría ser la de pensamiento más liberal y vanguardista. La peculiar historia de los raëlianos es un testimonio de la infatigable búsqueda de lo extraordinario por parte de la humanidad, de su largo viaje en la búsqueda del significado de un universo que sigue siendo tan enigmático e insondable como las afirmaciones de sus profetas y una demostración, en fin, de la influencia que la Ciencia Ficción ha tenido en nuestro mundo.


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