(Viene de la entrada anterior)
La inclusión de
Telémaco en la aventura, un personaje que no estaba presente en el viaje del
Ulises homérico, obedeció a una razón muy sencilla. Dado el público objetivo,
era imprescindible que la historia se contara a través de los ojos de un niño.
Ulises es el guía, el mentor, pero es Telémaco quien realmente crece, a través
de las experiencias que vive y los seres que conoce, y se convierte en un
adulto. Thais, por su parte, no solo aportaba el elemento exótico y femenino
sino que encarnaba metafóricamente a la diosa Atenea, que en la iconografía
clásica a menudo adoptaba la forma de un búho, cuyos amarillos ojos recuerdan a
los de la niña. Aquélla era, además, la diosa de la sabiduría, una virtud que
Thais demuestra tener en mayor grado de lo que correspondería a su corta edad. Los
poderes divinos de Atenea son transformados, al pasar al campo de la CF, en
capacidades telepáticas con las que Thais ayuda a sus amigos.