martes, 29 de noviembre de 2022

2011- BLACK MIRROR (3)

 


(Viene de la entrada anterior)

El tercer y último episodio de la primera temporada lleva por título “Toda Tu Historia” y se apoya en la utilización generalizada de un invento ficticio llamado “Grano” y que es un pequeño dispositivo electrónico que en el futuro se le implanta detrás de la oreja a todo el mundo nada más nacer. El aparato graba todo lo que hace, ve u oye su portador, pudiendo éste luego en cualquier momento reproducir el pasaje deseado bien en una pantalla externa bien directamente en sus ojos con ayuda de un pequeño mando similar a un iPod. Este artilugio narrativo le sirve al guionista –que no es Brooker sino Jesse Armstrong -para analizar con ojo crítico la actual obsesión por exhibir la propia vida.

 

A primera vista, el Grano parece una idea fascinante. Uno podría rememorar con todo lujo de detalle sensorial los momentos favoritos de la propia vida, ya fuera una experiencia sexual o unas maravillosas vacaciones. Las imágenes recuperadas del Grano pueden ampliarse y los sonidos amplificarse. Es como si Facebook o Instagram hubieran sido descargados en nuestras cabezas dejando obsoletos las cámaras de fotos y vídeo. En las reuniones de amigos o familia, los asistentes comparten sus recuerdos como hoy hacen en las redes sociales. Pero la filosofía de la serie es apuntar a los peligros que tienen estos avances tecnológicos cuando se combinan con nuestros vicios, debilidades y defectos.

 

El episodio se centra en un joven matrimonio formado por el abogado Liam (Toby Kebbell) y Ffion (Jodie Whittaker). Tras una decepcionante entrevista de trabajo, Liam acude a una cena con varios amigos, donde pilla a Ffion flirteando sutilmente con otro hombre, Jonas (Tom Cullen), al que él no conoce. La situación le preocupa y durante la cena se fija especialmente en las reacciones de su esposa hacia ese desconocido. Aunque, para acallar sus sospechas, al volver a casa ella le confiesa que Jonas fue uno de sus muchos exnovios, también le asegura que ello sucedió antes de que se casaran.

 

Pero Liam no se queda satisfecho y se pasa el resto de la noche bebiendo y rescatando de su grano otras ocasiones donde había visto a Ffion y Jonas juntos, analizando y repasando obsesivamente cada imagen para detectar discrepancias y pistas de un posible amorío entre ambos. Su espiral paranoide le lleva a regresar, bastante ebrio, a casa de Jonas y obligarle a borrar todas las imágenes que tiene su grano de Ffion, encontrando en el proceso una que los muestra a ellos manteniendo relaciones sexuales sin protección en la fecha aproximada en que su hija Jodie fue concebida.    

 

Sin embargo, la moraleja del episodio no es que el grano le sirve a Liam para confirmar sus sospechas y renegar de su mujer. Las cosas no son tan simples en “Black Mirror”. El meollo de la cuestión es que el grano arruinó la vida de Liam, facilitándole la entrada en una espiral malsana y obsesiva por descubrir asuntos turbios que jamás habría conocido de no haber tenido el implante, permitiéndole conservar un matrimonio que –tras la infidelidad de Ffion-, parecía estar ya bien encarrilado. Esa es la razón por la que al final de la historia, decide arrancarse a las bravas el grano.

 

Aunque en este punto la serie sólo cuenta con tres capítulos, ya ha quedado claro que dos de sus características van a ser las tramas progresivamente más complejas y unos finales que dejan al espectador con un sabor amargo y un sentimiento de desazón que le obligan a reflexionar sobre los temas abordados y los dilemas éticos que plantean.

 

Por ejemplo, al final de “Toda Tu Historia”, uno puede preguntarse si fue beneficioso para Liam averiguar más pronto que tarde la infidelidad de su esposa o si hubiera sido mejor vivir en la ignorancia. Es también difícil decidir a quién otorgar nuestras simpatías. Por una parte, Liam exhibe todos los rasgos de una persona controladora y un posible maltratador que sólo necesita una chispa para estallar. La dinámica de la pareja bien podría haber seguido el mismo curso sin el grano; bastaría un email, un wasap o un simple rumor. Pero al mismo tiempo, dado que sus sospechas son ciertas, no se le puede culpar de ser un paranoico sin motivos.

 

En otras palabras, la serie difumina las líneas morales. Ninguno de los personajes de estos tres episodios de “Black Mirror” son netamente “buenos” o “malos” ni tampoco existe la figura de un maquiavélico villano central que se sirva de la tecnología para cometer sus maldades. En el caso de “Toda Tu Historia”, se trata de gente corriente que, además, no puede decirse que haga un mal uso de la tecnología sino que más bien acaban siendo sus víctimas. Ffion no es malvada. Obviamente, lo que hizo estuvo mal, pero ello fue porque es humana y algunas veces cometemos errores. Liam es celoso por naturaleza, pero sin el grano, quizá no habría caído en esa obsesión malsana. El grano, a la postre, magnifica enfermizamente la intensidad y gravedad de la situación. De hecho, hay una escena en la que Liam obliga a Ffion a mostrarle la grabación que hizo su grano de la noche que pasó con Jonas, un momento especialmente acongojante porque muestra sin paños calientes los peligros de abuso y agresión que esconde una tecnología semejante.

 

Sí, el grano permite revivir los mejores momentos de la propia vida, pero, ¿qué ocurre con los peores? Aunque existe la opción de borrar recuerdos del grano, es muy probable que la mayoría de la gente no lo hiciera. Los humanos tendemos a ser autocríticos e intrusivos y una neurotecnología como la que se nos describe potenciaría esas tendencias. No sólo revisitaríamos una y otra vez momentos en los que nos equivocamos o que nos resultan embarazosos, sino que tenderíamos a analizar los actos y motivos de otras personas. Y eso es una perspectiva bien poco deseable. La capacidad del cerebro para olvidar es, en muchos casos, una bendición que nos permite dejar el pasado atrás y vivir el presente, y es por eso por lo que este episodio, que muestra un posible futuro en el que los recuerdos de todo lo visto, hecho u oído durante toda la vida estarían a nuestra disposición hasta nuestra muerte, resulta tan desasosegante. 

 

Aquí, esa tecnología acaba utilizándose como arma en un simple episodio de celos e infidelidad, algo tan viejo como el tiempo. Liam recurre a sus propios recuerdos para echarle a la cara a su esposa que lo que le aseguró tiempo atrás contradice lo que ahora ella afirma (que su relación con Jonas había durado solo una semana). Con ayuda del grano, el conflicto va engordando y agriándose, llegando a una crueldad no por desagradable menos esperada. Es lo que ocurre en un mundo en el que el pasado no se puede borrar y todo lo que alguna vez hayas hecho o dicho en presencia de alguien puede acabar volviéndose contra ti.

 

Seis años después de emitirse este episodio, en 2017, una compañía llamada MMT Neurotech anunció avances en el desarrollo de un sistema implantable de reproducción de memoria. Ignoro los detalles de la tecnología y la neurociencia aplicadas en este invento, pero parece funcionar como el grano de la serie, permitiendo cargar en su disco información luego reproducible, bien sean recuerdos propios o ajenos. El responsable del proyecto sin duda tiene buenas intenciones. Podría ayudar, por ejemplo, a pacientes de Alzheimer o autismo, algo sin duda deseable… bajo control médico. Pero imaginemos si este dispositivo llegara a comercializarse libremente. Lo más probable es que “Toda Tu Historia” dejara de ser ciencia ficción para verse como un drama costumbrista.

 

Historias como estas, combinadas con un rápido vistazo crítico a los comportamientos individuales y colectivos que nos son propios, fomentan reflexiones no siempre cómodas acerca del rumbo y velocidad que sigue la industria tecnológica. Es un sector que se expande tan rápidamente que cuesta creer que haya alguien en esas empresas que se esté tomando el tiempo necesario para sentarse y pensar en las consecuencias de lo que están creando. No es suficiente inventar una tecnología, comercializarla y limitarse a esperar que se utilice de acuerdo a las especificaciones e intenciones originales. En unos tiempos como los nuestros, tan dependientes de la tecnología, esa despreocupación puede acabar provocando cierto grado de caos. No se trata de tecnofobia sino de responsabilidad. Sería estúpido negar los muchos beneficios que nos ha brindado la tecnología a todos los niveles, pero también ignorar deliberadamente la relación que tenemos con la misma, sea esta beneficiosa o perjudicial.

 

La tecnología está concebida para unir a las personas, no separarlas. Pero esto último es lo que muchas veces ocurre, un subproducto no deseado pero real. Ahí lo tenemos todos los días en los corrosivos contubernios que plagan las redes sociales, fomentando las posturas extremistas y la intolerancia. Y eso es lo que quiere resaltar “Toda Tu Historia” –cuya premisa tecnológica, aunque recuerda bastante a la de la película “Días Extraños” (1995), tiene un desarrollo más apegado al verismo-. Originalmente, el grano se inventó para facilitar el acceso de su usuario a los recuerdos más felices de su vida, pero acaba siendo el instrumento mediante el cual, figurativa y literalmente, el protagonista arruina su vida familiar, profesional y sentimental aun cuando no fuera esa su intención.

 

El episodio nos anima a recordar que, en lo tocante al progreso tecnológico, conviene reflexionar sobre el impacto que tendrá en las dinámicas sociales. Y esto es aún más perentorio en el caso de la neurotecnología dado que con ella alteraremos y manipularemos aquello que nos hace más humanos: nuestro cerebro. 

 

(Continúa en la próxima entrada)

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