jueves, 24 de noviembre de 2016

1986- PEGGY SUE SE CASÓ – Francis Coppola


Francis Ford Coppola fue uno de los directores más visionarios del Hollywood de los setenta, firmando obras tan extraordinarias como “El Padrino” (1972), “El Padrino II” (1974), “La Conversación” (1974) o “Apocalypse Now” (1979). Su visión artística y talento narrativo, por desgracia, venían a menudo acompañados de una insensatez financiera que disparaba de forma intolerable los costes de sus películas, culminando con la descontrolada producción que marcó el rodaje de “Apocalypsis Now” en las islas Filipinas y cuyo presupuesto subió de los 12 millones de dólares iniciales hasta los 30 millones.

Ya en la década de los ochenta, muchos de sus films –“Rebeldes” (1983), “La Ley de la Calle” (1983), “Cotton Club” (1984)- fueron ejercicios de virtuosismo que, sin embargo, encontraron una acogida tibia, lo que a su vez llevó a la productora de Coppola, American Zoetrope, a entrar en bancarrota y a su fundador a aceptar trabajos alimenticios en los que se ha visto obligado a moderar sus aspiraciones ante el mayor control que sobre la producción ejercían sus sucesivos empleadores. Por desgracia, esa prudencia presupuestaria también ha conllevado que Coppola caiga en un cierto conservadurismo, como demuestra el que accediera a dirigir algo tan convencional como “Legítima Defensa” (1997), adaptación de un best-seller de John Grisham.

En 1986, Coppola disfrutó de un breve respiro en la forma de una película, “Peggy Sue Se Casó” que, sin estar ni mucho menos al nivel de sus grandes obras, sí resultó ser un producto optimista y disfrutable que, además, canalizó la nostalgia por el pasado de muchos espectadores de mediana edad, consiguiendo gracias a ello una más que aceptable recaudación e invirtiendo la preocupante tendencia en la que había entrado el realizador desde hacía años.

domingo, 20 de noviembre de 2016

FRED GAMBINO



Fred Gambino nació en Derby a finales de los años cincuenta. Desde su niñez fue un gran aficionado a la CF gracias sobre todo a las series televisivas del Doctor Who y los programas con marionetas creados por Gerry Anderson. Tras finalizar sus estudios de diseño gráfico, continuó practicando por las tardes mientras se ganaba la vida repartiendo cajas de frutas por el día. Consiguió su primer encargo profesional (la portada del libro “Beneath the Shattered Moons”, de Michael Bishop) a finales de los setenta, pero no fue hasta 1984 que su carrera despegó definitivamente gracias a las serie de portadas que realizó para Orbit Books, sello especializado en ciencia ficción y fantasía.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

1988- ESTÁN VIVOS – John Carpenter


A principios de la década de los ochenta del pasado siglo, John Carpenter figuraba ya entre los realizadores más destacados dentro del género fantástico y de ciencia ficción gracias a éxitos como “Dark Star” (1974), “La Noche de Halloween” (1978), “1997: Rescate en Nueva York” (1981) o “La Cosa” (1982). Pero en la segunda mitad de esa misma década, su estrella empezó a declinar tras una cadena de films con peor acogida: “Christine” (1983), “Golpe en la Pequeña China” (1986) o “El Príncipe de la Oscuridad” (1987). Obligado a regresar al cine de bajo presupuesto, Carpenter pensó en mezclar ciencia ficción y crítica social en su siguiente film, “Están Vivos”.

martes, 15 de noviembre de 2016

NUEVA COLABORACION CON LOS RETRONAUTAS


Los compañeros del podcast Los Retronautas volvieron a invitarme para participar en su último programa. En esta ocasión, el tema fueron las epidemias apocalípticas en la ciencia ficción, con atención especial a "La Amenaza de Andrómeda", la novela de Michael Crichton, y sus adaptaciones cinematográficas y televisivas. El programa dura una hora y cincuenta minutos y se puede escuchar y descargar aquí.

domingo, 13 de noviembre de 2016

1986- EL CASTILLO EN EL CIELO – Hayao Miyazaki


Hayao Miyazaki es un maestro de la animación, un referente admirado más allá del mundo del anime japonés y, para muchos, el mejor animador del mundo. Ya apunté algo sobre los inicios de su carrera en el artículo dedicado a “Nausicaa del Valle del Viento” (1984), la película cuyo éxito permitió a Miyazaki fundar el Estudio Ghibli. Los logros de este sello y la importancia y calidad de las películas que con el tiempo produciría se escapan al ámbito de este blog, por lo que nos centraremos en “El Castillo en el Cielo”, el primer título en salir de esa factoría. Como tal, puede considerársela la primera película en la que Miyazaki ejerció un control total y disfrutó de una libertad equivalente . Tanto en las precedentes “El Castillo de Cagliostro” como en “Nausicaa” se habían utilizado las limitadas técnicas tradicionales propias de la animación japonesa de entonces, mientras que en “El Castillo en el Cielo” ya florecen la extraordinaria belleza, imaginación, poder evocador y meticulosidad técnica y estética que a partir de este momento marcarían la trayectoria de Miyazaki.

lunes, 7 de noviembre de 2016

1980- LAS MEDIANAS DE CYMBIOLA – Schuiten y Renard


Tanto la Fantasía como la Ciencia Ficción son géneros no realistas, esto es, construyen para sus historias mundos claramente diferentes al nuestro, bien sitúen la acción en un pasado que nunca existió en nuestra línea temporal, en un presente que no se corresponde al que vivimos o bien en un futuro que probablemente nunca se materializará. Lo que marca la adscripción de cada narración a uno u otro género –aunque esto muchas veces no resulta fácil de determinar- es si en ese universo en particular tienen preeminencia la ciencia y la tecnología (aun cuando éstas no sean las nuestras) o bien los elementos sobrenaturales (magia, misticismo o fenómenos inexplicables desde un punto de vista racional).

Según esas definiciones, casi todo el trabajo del dibujante Francois Schuiten puede incluirse en el campo de la CF, si bien a menudo sus historias –sea cual sea el guionista con el que colabore- flirteen con el surrealismo y la fantasía. Ése es el caso de la obra que nos ocupa.

sábado, 5 de noviembre de 2016

1949- LA TIERRA PERMANECE - George R.Stewart


En un artículo acerca del cine de ciencia ficción de los años cincuenta, la escritora Susan Sontag argumentaba que esas películas reflejaban lo que ella denominaba “la imaginación del desastre”. En ellas abundaban las catástrofes provocadas por el uso irresponsable de la ciencia, aunque esa misma ciencia bien utilizada podría ser también una ayuda fundamental a la hora de enfrentarse a ese tipo de desgracias. Lo mismo puede decirse de muchas de las novelas y relatos de esa época.

La ciencia ficción hacía ya mucho tiempo que venía ofreciendo historias acerca del fin del mundo, comenzando por la propia Mary Shelley. En “Frankenstein” (1818), nos contaba cómo la creatividad humana aplicada a la ciencia había producido una criatura con un poder hasta ese momento desconocido, el primer gran mito de la era industrial: el monstruo de Frankenstein. Seis años después publicó “El Último Hombre” (1824), la primera novela en la que se describía la extinción de la especie humana a finales del siglo XXI, cuando tras años de progresos sociales, la guerra desata una pandemia aniquiladora. El último superviviente vagabundea por un mundo desolado entregado a la fútil búsqueda de otra alma.