(Viene de la entrada anterior)
La primera venta profesional de Bujold fue un cuento, "Barter" (Regateo), que se publicó en "Twilight Zone Magazine" en la primavera de 1985. Posteriormente, fue comprado, adaptado y mutilado casi hasta quedar irreconocible por la serie de televisión "Tales from the Darkside". El capítulo fue efectivamente producido y emitido, aunque Bujold se considera afortunada de no haberlo visto nunca (no se pudo ver en el área de Marion donde ella residía); Lillian Carl sí lo vio en Texas y no pudo reconocerlo como obra de Bujold.
"Barter"
refleja la lucha constante de Bujold como madre de dos hijos por conseguir un
poco de paz y tranquilidad para escribir. La historia cuenta cómo un
extraterrestre toca el timbre de una ama de casa agobiada por niños ruidosos y
gatos que vomitan. El visitante necesita desesperadamente amoníaco, que para su
metabolismo es más o menos lo que el agua para el nuestro. A cambio, le ofrece
un campo de biostasis controlado remotamente y un estimulador focal: el primero
provoca una parálisis temporal y el segundo sustituye la pereza por una
actividad enérgica. Sin pensarlo dos veces, la mujer utiliza el primero con sus
gatos y sus hijos, y el segundo con su marido.
En el
otoño de 1984, Bujold terminó su segunda novela, "El Aprendiz de
Guerrero", y mientras escribía la tercera envió los dos primeros
manuscritos a varias editoriales de Nueva York sólo para verlos rechazados. A
finales de agosto de 1985, en la LoneStarCon I, la Convención Norteamericana de
Ciencia Ficción en Austin, Texas, Lillian Carl coincidió con Betsy Mitchell
(entonces de Baen Books) y le dijo que podría gustarle el trabajo de Bujold. A
las pocas semanas, Jim Baen, el propietario, había leído "El Aprendiz de
Guerrero" y llamó a Bujold para preguntarle sobre los otros dos libros que
tenía en su haber. Terminó haciendo una oferta por los tres: "Fragmentos
de Honor", "El Aprendiz de Guerrero" y "Ethan de
Athos". Bujold se llevó tal sorpresa que luego recordaría estar tirada en
el suelo de la cocina hiperventilando mientras le pedía prudentemente a Lillian
que comprobara las credenciales de las personas implicadas.
Baen
Books, fundada por Jim Baen en 1983, era una editorial todavía bastante joven
en ese momento y nadie sensato vendería tres libros a una empresa que podría
cerrar una semana después. Pero le dieron garantías y, efectivamente, los
libros aparecieron, en edición de bolsillo, en junio, agosto y diciembre de
1986, "dejando a los no iniciados
imaginar que escribí un libro cada tres meses". Desde entonces Baen
Books no sólo floreció sino que prosperó mucho: sobrevivió a la muerte de sus
fundadores en 2006 y se convirtió en líder de la promoción de sus escritores a
través de formatos digitales
Bujold
conoció a Jim Baen en persona mientras esperaba un ascensor en el Atlanta
Marriott, en la Worldcon de 1986. Bujold recuerda que mientras la multitud lo
arrastraba hacia el ascensor, él gritó "algo como: "Si escribes tres libros al año durante siete años,
¡puedo ponerte en el mapa!" A lo que mi quejumbrosa respuesta fue -y ahora
no recuerdo si lo dije en voz alta o no- "¿No puedo escribir un libro al
año durante veinte años?" Bujold se había quedado aterrorizada por el
comentario de Baen. Lillian recordaría: "Se pasó toda esa convención como un ciervo ante los faros".
Bujold tenía miedo de no lograr establecerse en la industria; de hecho, cometió
algunos errores básicos. Había firmado contratos para sus primeros siete libros
antes de conseguir un agente. Según fueron las cosas, la única ventaja de
esperar tanto a ponerse en manos de un profesional fue que, para cuando llegó
ese momento, ya era lo suficientemente conocida como para contratar a una
figura respetable y de primer nivel en el medio, Eleanor Wood , fundadora
de Spectrum Literary Agency, en cuya cartera tenía autores como Leigh Brackett,
Hal Clement, L.Sprague de Camp, Robert Heinlein, Larry Niven, Cordwainer Smith,
Jerry Pournelle o Jack Williamson. Una de las primeras cosas que hizo Wood fue
redactar nuevos contratos con Baen para "recomprar" algunos de los
derechos que se habían perdido en los primeros acuerdos.
Por supuesto,
publicar tres novelas en formato bolsillo es sólo el primer paso para
establecer una carrera. Cada uno de los tres primeros libros de Bujold tuvo una
tirada inicial de entre treinta y cinco mil y cuarenta y cinco mil copias.
"El Aprendiz de Guerrero", por ejemplo, tuvo una tirada de 37.113
ejemplares a finales de diciembre de 1989, pero en junio de 1991 ya se habían
impreso 58.764. "En Caída Libre", publicado en abril de 1988, tuvo
una distribución de 43.884 ejemplares en diciembre de ese año, y 72.590 en
diciembre de 1994. "Mi fondo estaba
empezando a mostrar cierta fortaleza". Aun así, Bujold no se
enriqueció de la noche a la mañana: no recibió su pago inicial de 5.000 dólares
por "Fragmentos de Honor" hasta finales de 1989 (tres años después de
su publicación); y su primer pago de regalías, en diciembre de 1989, fue de
106,28 dólares. "Probablemente, con
ello pagué mi factura de agua".
A
cualquier editorial le resulta difícil conseguir que uno de sus nuevos
escritores atraiga la atención de un público ante el que se abre una oferta tan
variada y abundante. La revista "Locus" estimó que en 1986 se
publicaron en Estados Unidos 294 nuevos libros de ciencia ficción (y 263 novelas
nuevas de fantasía) -nuevos, es decir, no reimpresiones-. Construirse una base
leal de fans, algo en lo que Bujold demostró tener un gran éxito, es un proceso
lento e incierto.
Quizás
el avance más importante para la carrera de Bujold fue su aparición en
"Analog". En 1987, seguía siendo una de las tres principales
publicaciones de ciencia ficción y ficción fantástica en el mundo de habla
inglesa, con una circulación declarada aquel año de 97.209 ejemplares al mes.
En diciembre de 1987, “Analog” comenzó a publicar en cuatro partes "En
Caída Libre". Con su héroe ingeniero y sus desafíos técnicos, es una
historia que responde perfectamente a las tradicionales exigencias de “Analog” y
la propia Bujold la había planificado de esa manera, planteándosela como un
ejercicio de marketing. Stanley Schmidt, el editor de la revista, le había
enviado algunas notas sobre los requisitos para ver serializada una novela
allí, y Bujold intentó satisfacer todos sus puntos. Aparentemente, lo logró.
Los suscriptores de "Analog" pronto conocerían también a Miles Vorkosigan: "Las Montañas de la Aflicción" se publicó en mayo de 1989; "Laberinto" en agosto del mismo año; y la primera parte de "El Juego de los Vor", "Weatherman", en febrero de 1990. "Analog" también publicó por entregas "Barrayar" en 1991 y "Cetaganda" en 1995. Es difícil mensurar el efecto que estas publicaciones en "Analog" tuvieron en la creación de la base de fans de Bujold, pero probablemente fue considerable. Las tres novelas en particular, muy diferentes entre sí, destacaron eficazmente a Miles Vorkosigan y alertaron a los lectores de "Analog" sobre la existencia de los seis libros sobre él publicados en el momento de aparecer la última historia de "Analog".
Bujold apareció
en "Analog" siete veces, según mis cálculos. Es decir, con la portada
de la revista destacando su nombre en tipografía más grande y la ilustración
referida a su historia. La portada de su primera aparición en la revista, con
la primera entrega de "En Caída Libre", fue de Vincent Di Fate y
presentaba una estación espacial bastante genérica, pero las ilustraciones
posteriores mostraban aspectos mucho más específicos del mundo Vorkosigan: una
mujer quaddie (especie de humanos alterados genéticamente para vivir en
gravedad cero en naves y estaciones espaciales) flotando en el espacio
aparentemente desprotegida (por Vincent Di Fate, febrero de 1988); un oficial
uniformado blanco, claramente de menos de metro y medio de altura, de pie entre
soldados uniformados de verde (Alan Gutiérrez, mayo de 1989); Nicol, una
quaddie de pelo negro que toca su dulcémele (Kelly Freas, agosto de 1989); un
soldado de baja estatura (con la leyenda “M. Vorkosigan” en su placa de
identificación) equipado para condiciones climáticas severas (Dell Harris,
febrero de 1990); Cordelia, con pi
stola, junto a un soldado (presumiblemente
Bothari) (Ron y Val Lakey Lindham, octubre de 1991); y Miles presentando la
Gran Llave a una mujer en una burbuja flotante (Terri Czeczko, octubre de 1995).
Uno de
los puntos fuertes de las novelas de Bujold es su capacidad para atraer a los
lectores de "Analog", percibidos como mayoritariamente masculinos, y
(al menos en los primeros años de la carrera de Miles Vorkosigan) a aquellos
interesados en el subgénero de la ciencia ficción militar y la space opera.
Pero también supo hacerse con un gran número de lectoras. Los fans más entusiastas
de Bujold, y, desde luego, la mayoría de los que escriben fan fiction sobre su
universo y contribuyen a los foros de discusión en internet, son mujeres, pero
mi apreciación personal (que no está respaldada por estadísticas de ningún tipo)
es que la autora parece haber sido capaz de conservar la lealtad de muchos de aquellos
primeros lectores, independientemente de su género. La propia impresión de
Bujold, a juzgar por el público con el que interactúa en diferentes ámbitos, es
que sus lectores se dividen aproximadamente por igual entre hombres y mujeres
(mientras que se calcula que el número de lectores de ciencia ficción en su
conjunto está más cerca del 60% de hombres y el 40% de mujeres).
El resto
de la carrera de Bujold ha sido un encadenamiento de triunfos. Hay tres premios
principales en el campo de la Ciencia Ficción y la Fantasía. El más prestigioso
es el Premio Hugo, votado por aquellos que han sido acreditados como miembros
de la Convención Mundial de Ciencia Ficción que se celebra todos los años y
otorgado en una ceremonia durante el propio evento. Sin embargo, el premio
Nebula puede ser más apreciado por el autor, ya que se falla mediante votos de
otros escritores, los miembros de la SFWA, los escritores de Ciencia Ficción y Fantasía
de Estados Unidos. Y, por último, está el Premio Locus, que se basa en los
resultados de una encuesta realizada por la revista del mismo nombre entre sus
lectores (aficionados, escritores, críticos, editores, libreros). Estos
premios, por supuesto, no son por "excelencia", independientemente de
cómo se interprete ésta. Estos galardones son muestra del reconocimiento de
muchos lectores a un escritor al que consideran como uno de sus favoritos.
Estos tres premios se dividen en varias categorías: el de Mejor Novela generalmente se considera la más prestigiosa (aunque "Locus" la separa en Mejor novela de Ciencia Ficción y Mejor novela de Fantasía), pero también hay premios para otros formatos: novella (entre 17.500 y 40.000 palabras), novelette (entre 7.500 y 17.500 palabras) y cuento (menos de 7.500 palabras). Pues bien, en la década de 1990, Bujold ganó cada uno de estos premios más de una vez, y fue también nominada para todos más de una vez.
Fue su
cuarta novela, "En Caída Libre", la que le valió el primer Nébula a
Mejor Novela en 1989, así como una nominación al Hugo en la misma categoría. Al
año siguiente, su historia sobre el viaje de Miles Vorkosigan a las montañas
Dendarii, "Las Montañas de la Aflicción", ganó tanto el Nebula como
el Hugo en la categoría de novela corta. Un año después, en 1991, "El
Juego de los Vor" le proporcionó un Hugo a la Mejor Novela; le siguió el
mismo premio por "Barrayar" en 1992.
En 1993, su primera novela de fantasía, "El Anillo del Espíritu", quedó en segundo lugar en la encuesta de Locus a la mejor novela fantástica del año. En 1994, ese libro ganó los premios Hugo y Locus a la mejor novela. "Paladín de Almas" ganó la categoría de Mejor Novela en los premios Hugo y Nebula, y encabezó la encuesta Locus a la Mejor Novela Fantástica de 2003. Esta lista no cuenta las nominaciones a estos importantes premios en otras ocasiones ni en otros países o premios de menos categoría en Estados Unidos.
Su
palmarés hasta la fecha en los tres grandes premios, es de un total de nueve a
la Mejor Novela: cuatro premios Hugo, dos Nebulas y tres Locus. El único otro
escritor que ganó cuatro Hugos en la categoría de Mejor Novela fue el
generalmente considerado como uno de los padres fundadores de la ciencia
ficción moderna, el propio Robert A. Heinlein. Bujold escribió que se sintió
aliviada de conseguir el cuarto Hugo, por "Paladín de Almas", "porque, finalmente, silenció a la gente que
me volvía loca diciendo eufórica: "¡Solo uno más e igualarás a
Heinlein!" No es una carrera, maldita sea". Agregó que no tenía
ni idea de por qué algunos de sus libros ganaron premios y otros no, excepto
que aquéllos en los que menos le preocupaba la respuesta de otras personas
parecían tener mejores resultados.
La otra
forma de reconocimiento que se puede cuantificar son las asistencias a convenciones
como invitado de honor. La primera invitación de este tipo a una convención
importante le llegó en 1993, cuando fue así honrada por Wiscon, la convención
anual feminista de ciencia ficción. En 1994 fue invitada de honor en
Confabulation, la convención de la Semana Santa de ese año en Londres. A partir
de entonces las invitaciones ya no pararon: fue invitada de honor en tres
convenciones de Estados Unidos en 1996, y en 1998 añadió a su lista de honores
una invitación a la principal convención de ciencia ficción de Australia
Occidental, Swancon, así como al mayor encuentro de académicos y escritores en
los campos de la Ciencia Ficción y la Fantasía, la Conferencia Internacional del
Fantástico en las Artes, que se reúne cada mes de marzo en Florida.
Desde
entonces, Bujold ha sido invitada de honor en convenciones de todo el mundo,
incluida la más prestigiosa de todas, la Convención Mundial de Ciencia Ficción
(Denver, 2008). La primera convención dedicada íntegramente a sus obras se
celebró en abril de 2002 bajo el nombre VorCon. Curiosamente (dado el trasfondo
ruso de sus novelas de Barrayar), tuvo lugar en Moscú, Rusia, pero Bujold no
pudo asistir. Para muchos autores con agendas repletas, por supuesto, las
convenciones, si bien son una buena oportunidad para conocer fans, colegas
escritores, editores y agentes, son también una distracción de la labor de escritura.
Bujold estima que pierde "una o dos
semanas de tiempo/atención/energía para escribir" por cada convención
de tres días.
Hay
partes de su vida a las que Bujold rara vez se refiere. En 1986, murió su padre
mientras ella escribía "En Caída Libre", novela cuya escritura tuvo
que interrumpir por un tiempo. En diciembre de 1992 se concretó el divorcio de
su marido, "más apremiante que amargo", según declaró. Después de la
separación se quedó en Marion, Ohio, hasta 1995, cuando ella y sus hijos se
mudaron a Minneapolis, Minnesota, cerca de donde vivía su buena amiga Patricia
Wrede y
donde ha residido desde entonces. Finalmente, estuvo el difícil año de 2003,
marcado por la muerte de su madre a los 91 años. Por entonces, se centró en
leer una gran cantidad de fanfics publicados en internet, no de los que
desarrollan su universo Volkosigan -de los cuales hay una cantidad considerable-
sino los de otros fandoms. No publicó nuevos libros de Vorkosigan durante siete
años después de eso, sino que comenzó a explorar un tipo de fantasía muy
diferente a todo lo que ella (o cualquier otra persona) había hecho antes.
(Continúa en la siguiente entrada)
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