viernes, 22 de noviembre de 2019

2015- JURASSIC WORLD – Colin Trevorrow


Puede resultar chocante para los fans de cierta edad, pero lo cierto es que muchos de los que acudieron a ver “Jurassic World” sólo conocían la franquicia iniciada por “Parque Jurásico” en 1993 a través de los pases por televisión o los dvd. Esto lleva a reflexionar sobre un par de asuntos. En primer lugar, sobre la longevidad de una franquicia capaz de llevar a la gente a las salas de cine veinte años después de su arranque y tras casi catorce sin haber ofrecido ninguna entrega nueva. En segundo lugar, quizá nos diga mucho acerca de cómo el Hollywood de hoy se empeña en reciclar las mismas ideas una y otra vez sin arriesgarse a abordar otras nuevas.



Los espectadores de las nuevas generaciones tampoco son conscientes de lo seminal e innovador que fue “Parque Jurásico” cuando se estrenó en el amanecer de la revolución de los efectos digitales. Ya el tráiler hizo un trabajo fantástico a la hora de generar expectación antes incluso de que la película llegara a las salas. Cuando por fin pudieron verse los dinosaurios en pantalla grande, el público se quedó impactado, aupando al film de Spielberg al número 1 de la taquilla de aquel año. Le siguieron dos secuelas progresivamente más decepcionantes, “El Mundo Perdido” (1997) y “Jurassic Park III” (2001). Ambas se limitaron a reciclar la misma fórmula de la primera entrega: un grupo de personas atrapadas en una isla y perseguidos por dinosaurios.

Ya desde comienzos del nuevo siglo se vino hablando de un posible “Jurassic Park 4”. En la fase de planificación se aportaron propuestas e ideas. En un punto determinado, incluso, el director independiente John Sayles presentó un guión que incluía soldados híbridos de humanos y dinosaurios. Según fue avanzando el proyecto, siempre en manos de Universal Studios, el reparto original fue apuntándose para luego abandonar y viceversa. La versión final quedó en manos del director Colin Trevorrow, que también participó en la elaboración del guión a partir de una historia original de Rick Jaffa y Amanda Silver,
quienes hicieron un gran trabajo en la revitalización de la saga de “El Planeta de los Simios”. Trevorrow era un relativo recién llegado que causó cierta sensación un par de años antes con la extravagante” “Seguridad No Garantizada” (2012), siendo “Jurassic World” su segunda película. En ella, rinde homenaje a la visión de Steven Spielberg, optando en cambio por ignorar las dos secuelas de ésta y aborda “Jurassic World” como una extensión del primer film.

Han pasado veinte años y muchas cosas han cambiado en Isla Nublar desde los terroríficos acontecimientos narrados en “Parque Jurásico”. El multimillonario Simon Masrani (Irrfan Khan) ha recogido la idea del finado John Hammond de un parque temático con dinosaurios vivos y la ha convertido en una realidad de éxito que recibe miles de visitantes todos los días. Los hermanos Zack (Nick Robinson) y Gray (Ty Simpkins) Mitchell llegan a Jurassic World, que es como se llama la nueva versión, esperando que su tía, Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), les reciba para enseñarles el lugar. Pero Claire, que trabaja como Jefa de Operaciones del parque, está demasiado ocupada como para cuidar de ellos y delega esa responsabilidad en una subordinada.

Y es que la atención de Claire, como la de toda la gerencia de Jurassic World, está puesta en la
presentación pública de un nuevo dinosaurio carnívoro diseñado genéticamente para ser más feroz y más grande que los existentes y al que han bautizado como Indominus Rex. Owen Grady (Chris Pratt), que ha tenido éxito adiestrando un grupo de velociraptores, es contratado como asesor de seguridad del proyecto. Advierte a los responsables de que crear tal híbrido genético es un error. Mientras está allí, el Indominus consigue escaparse de su recinto y queda libre por la isla, matando todo lo que encuentra en su camino, humano o saurio. Claire ordena la evacuación del parque antes de que la bestia llegue a las zonas donde se concentran los turistas. Sin embargo, su autoridad es anulada por el jefe de seguridad, Vic Hoskins (Vincent D´Onofrio), empeñado en enviar a los velociraptores “domesticados” a detener al Indominus. Mientras tanto y ajenos al peligro que corren, Zack y Gray se ven obligados a atravesar el parque a pie cuando el vehículo en el que viajaban se avería.

Aun cuando “Parque Jurásico” denota su edad si lo comparamos con el despliegue visual de las películas modernas, sigue siendo un film excepcional que ofreció algunos de los momentos más icónicos de la historia del cine de aventuras y ciencia ficción, algo que difícilmente pueden decir la mayoría de las producciones actuales. Por eso, cuando se anunciaron en firme los planes para producir “Parque Jurásico 4” (que acabaría siendo “Jurassic World”) muchos de los que apreciaban el film de Spielberg se mostró poco entusiasta. Una vez que el tráiler empezó a circular por
internet, las reacciones tampoco fueron muy positivas. Esa frialdad probablemente se debió al amargo regusto que habían dejado las dos películas anteriores combinado con que la premisa de partida volvía a ser la misma: un parque de dinosaurios recreados genéticamente, emplazado en una isla, y donde un fallo liberaba a los animales causando el caos.

Sin embargo, resultó que el guión, a la postre y a pesar de algunos fallos y tropiezos, sí ofrecía más ideas nuevas de lo esperado. Más, de hecho, que las dos películas anteriores juntas o que el propio libro-secuela de Michael Crichton, "El Mundo Perdido" (1995). A diferencia de éstas, introduce nuevos dinosaurios en lugar de quedarse con los ya conocidos y de efectividad probada. Es más, la historia sabe maravillar y emocionar en los momentos adecuados, si bien Colin Trevorrow, aunque haciendo una labor muy eficaz en su estilo, nunca llega a la
incuestionable brillantez de Spielberg en tantas y tan memorables escenas de "Parque Jurásico".

La premisa de "Jurassic World" es que el parque que se vio en la primera película como una instalación todavía en pruebas ha pasado a ser totalmente operacional y mucho más extenso de lo que John Hammond hubiera soñado jamás. Auténtica meca del entretenimiento, recibe miles de visitantes todos los días en unas instalaciones presumiblemente seguras. Se ha convertido en un lugar en el que sin duda cualquier espectador soñaría con estar.

Todo esto viene desarrollado en el primer tercio del film con varias escenas fascinantes en las
que podemos ver cómo los dinosaurios se han convertido en un objeto comercial exhibido en atracciones para toda la familia. El parque es muy similar a los de Disney –o el que tiene el propio estudio de Universal en Orlando, Florida-, con monorraíles recorriendo los diferentes recintos o túneles camuflados por los que los visitantes pueden observar a los animales de cerca. Hay incluso una especie de show a lo "Sea World" en el que el público se sienta en un estadio rodeando un enorme estanque para ver a los saurios marinos devorar tiburones, con las gradas descendiendo luego bajo el nivel del agua para ver a las bestias evolucionar en su ambiente. Abundan los pequeños detalles que retratan ese entorno festivo con mucha creatividad, como el zoo infantil donde los niños pueden interactuar físicamente con las crías de dinosaurio; holoproyecciones interactivas; un atrio lleno de puestos de franquicias comerciales; incluso los típicos empleados mal pagados que ordenan las filas y que entran en pánico ante cualquier emergencia. Esta es la primera secuela de “Parque Jurásico” que verdaderamente parece tal en el sentido de apoyarse y ampliar lo que su predecesora imaginó.

Quizá las ideas más interesantes de la película tienen que ver con la naturaleza de corporación privada que tiene el parque. El guión crea, a través de sus dos protagonistas, una dialéctica entre las dos formas de ver esa iniciativa. Por una parte, Claire es una mujer de empresa, obsesionada por los beneficios y las cifras de visitantes, habla de innovar y vender
nuevas "marcas" basándose en estadísticas y encuestas, y trata a los dinosaurios como meros objetos que explotar económicamente. Por otra, Owen es alguien que ama a los dinosaurios, que comprende su comportamiento y que, como hacía el matemático Ian Malcolm en la primera entrega, advierte de los peligros de jugar con la Naturaleza...avisos que, por supuesto, resultan ser tan desatendidos como proféticos.

Si "Parque Jurásico" -como muchas de las historias creadas por Michael Crichton- contenía un mensaje admonitorio sobre los riesgos de manipular el mundo natural, "Jurassic World" advierte sobre la codicia corporativa y su continua búsqueda de nuevos diseños para atraer a sus compradores, dejando de lado
cualquier precaución o escrúpulo. Una moraleja adecuada y correctamente articulada en el guión que habría tenido más valor de no ser porque "Jurassic World" fue una de las películas más fuertemente promocionadas de aquel año. Es más, los mismos guionistas hacen lo que tanto critican a los ejecutivos del parque: introducir nuevos dinosaurios, más grandes, más impresionantes, más peligrosos ¿Invalidan la codicia de los ejecutivos del estudio y sus agresivas estrategias de marketing la intención moralizante de los guionistas? ¿O acaso éstos, conscientes de la ironía, se las arreglaron para insertar ese mensaje subversivo sabiendo el tratamiento comercial que iba a recibir la película? Cuando Owen bromea acerca de que el nuevo diseño genético de un dinosaurio sea bautizado por Verizon Wireless, ¿está la película riéndose de la política de “product placement” o es una broma que los guionistas transformaron cínicamente en la oportunidad de deslizar publicidad de esa empresa?

Cuando el desastre se abate sobre el parque y comienza la acción a raudales, encontramos las esperables persecuciones y encuentros con dinosaurios muy bien resueltos. Trevorrow hace un buen trabajo imprimiendo ritmo y suspense a la historia hasta la pelea final contra el Indominus Rex. En este apartado hay que destacar al director de fotografía, John Schwartzman (“La Roca”, “Armageddon”, “The Amazing Spider-Man”), que utiliza unos colores vibrantes y ángulos forzados de cámara para potenciar la intensidad de los planos. Los efectos digitales son asimismo sobresalientes, haciendo que dinosaurios de todos los tamaños parezcan auténticamente vivos.

“Jurassic World” está salpicado de referencias a “Parque Jurásico”, como la recuperación de objetos de aquella aventura o el regreso a sus lugares emblemáticos, aunque quizá el mejor homenaje venga de la mano del compositor Michael Giacchino, que fusiona su propia música con la clásica partitura que John Williams escribió para la película original. También desde el punto de vista temático Trevorrow conserva las ideas básicas de Crichton y Spielberg: los peligros tanto de jugar con un aspecto de la ciencia que todavía no comprendemos bien como de dejar en manos de la empresa privada las herramientas y el derecho a hacerlo. Eso sí, no estamos ante una película de grandes conceptos y tras apuntar un par de ideas interesantes en este sentido, la trama se centra en la acción y los efectos especiales.

Chris Pratt, recién salido del éxito de “Los Guardianes de la Galaxia” (2014), hace una buena
labor con un papel de héroe de acción que, en los años 80, bien podría haber interpretado Harrison Ford (de hecho, se le ofreció a éste cuando empezó a plantearse el proyecto de la película). Pratt tiene algunos diálogos bien escritos que articula con seriedad, carisma y socarronería a partes iguales, beneficiándose además de su aspecto varonil algo desastrado.

Bryce Dallas Howard es una actriz de talento que aquí se encuentra atrapada en un personaje con cierto tufillo sexista: la mujer triunfadora como profesional que, para lograrlo,
ha arrinconado su maternidad y sus relaciones familiares y sociales y que cuando tiene que gestionar asuntos de índole personal resulta cómicamente inepta. En la segunda parte del film, como si quisiera compensar la pobre imagen que ha arrojado al comienzo, empieza a quitarse ropa y empuñar armas, pero ni siquiera eso mejora lo pobremente que está escrito el personaje.

El resto de los personajes destacan mucho menos, siendo una mezcla de clichés y reciclajes de otras películas. La existencia en la trama de los niños responde tan solo a una estrategia seguida por las entregas anteriores y dirigida a buscar la identificación del público de menor edad. En cuanto Vincent D´Onofrio y teniendo en cuenta su capacidad como actor (demostrada ese mismo año en la teleserie “Daredevil”), resulta decepcionante verlo encarnar al típico villano desalmado y sin matices cuyo único interés en los dinosaurios son las aplicaciones militares. Irrfan Khan encarna a Simon Masrani, el millonario y excéntrico empresario que ha convertido en realidad el sueño
de John Hammond, pero su frecuente oscilación entre lo cordial y lo autoritario parece algo caprichosa. Por último, BD Wong regresa como el genetista Henry Wu de la primera película, pero aunque su inclusión aporta continuidad a la franquicia, sus motivaciones son ambiguas y nunca se explican. Todos estos actores hacen un trabajo perfectamente correcto pero ninguno llega a ser tan memorable como los secundarios de “Parque Jurásico”.

En general, se puede decir que los personajes son muy esquemáticos y que carecen de desarrollo. Claire podría ser la única excepción pero uno no puede evitar la sospecha de que, pasada la crisis, no tardará en volver a comportarse como una cretina. Incluso el romance entre ella y Owen, con sus personalidades contrapuestas, tiene poco de nuevo, remitiéndonos a films de los ochenta como “Tras el Corazón Verde” (1984). Ahora bien, esto no tendría por qué ser un problema si se elige ver y disfrutar esta película como lo que es: una aventura con cierto sabor pulp y un entretenimiento ligero (por muy sofisticados que sean los efectos).

Más problemático que la construcción de personajes es la deriva que sigue el guión en su
segunda parte. No sólo resulta muy predecible, sino incoherente y decepcionante en lo que se refiere a los velocirraptores. Para empezar, dejan de ser las bestias feroces que habíamos visto en las entregas anteriores y se nos muestra que Owen ha sido capaz de, hasta cierto punto, domesticarlos convirtiéndose en su “macho alfa”. Pero luego estos saurios no sólo resultan ser indestructibles y omnipresentes sino que cambian de afiliación con una facilidad de todo punto inverosímil hasta llegar al despropósito del clímax, con los velocirraptores actuando de “mascotas guardianes” de Owen, corriendo a su lado mientras él monta una moto para enfrentarse al Indominus Rex.

Aunque nunca podrá igualar la calidad de “Parque Jurásico” ni lo que ésta significó para el cine de aventuras y ciencia ficción, “Jurassic World” sí recupera hasta cierto punto el espíritu de la franquicia, la renueva y la deja lista para que los antiguos fans y las nuevas generaciones sigan disfrutando con los dinosaurios, unos animales que llevan fascinándonos siglo y medio. De hecho y aun cuando hubo espectadores y críticos que no quedaron satisfechos con la película, lo cierto es que recibió una acogida infinitamente mejor de lo esperado; mucho mejor, de hecho, que las dos entregas previas de la saga. Es más, en el verano de 2015 generó en taquilla 1.672 millones de dólares, una cifra astronómica en relación a su presupuesto de 150 millones. Hoy sigue siendo la segunda película más taquillera de aquel año, la más taquillera de toda la franquicia y la quinta película con mayor recaudación de todos los tiempos.

“Jurassic World” no es una película para quien busque grandes conceptos, ideas atrevidas o solidez científica. Pero, anteponiendo diversión a realismo y con todos sus agujeros de guión y tópicos, sí que es un producto que ofrece dos horas de escapismo y diversión a raudales y que se afianza como una digna continuadora de la franquicia



2 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con el articulo. Era imposible recuperar aquella sensación en el cine hace tantos años cuando ves los dinosaurios o te llevas el famoso susto del velociraptor, pero World es una peli disfrutable y con la que mis hijas se engancharon a la franquicia

    ResponderEliminar
  2. A mi me gustó mucho, continúa muy bien aquel trío de cintas originales.
    Un saludo

    ResponderEliminar