sábado, 28 de septiembre de 2019

1993- STAR TREK: ESPACIO PROFUNDO NUEVE (5)



(Viene de la entrada anterior)

La tercera temporada de “Espacio Profundo Nueve” comenzó en septiembre de 1994 con una historia en dos partes, “La Búsqueda”, en la que se presentaron varios elementos importantes que cambiaron la serie por completo. El comandante Sisko regresa de una reunión en el Cuartel General de la Flota en la Tierra al mando de una nave muy avanzada, el Defiant, diseñado y fabricado para enfrentarse a los Borg y armado con un poder de fuego superior al de cualquier otro navío así como de un sistema de camuflaje de tecnología romulana. Esta innovación permitió a los guionistas ambientar más fácilmente historias en el espacio u otros planetas. Behr había rogado al productor Rick Berman que le dejara incluir una nave emblemática que pudiera enfrentarse al poder bélico del Dominio y, no sin esfuerzo, lo había logrado. Era la pieza que faltaba para dar mayor flexibilidad, alcance y épica a la serie.


A pesar de esta mejora, EPN se enfrentaba a una sólida competencia por parte de otras series de CF y Berman se hallaba sometido a una gran presión por parte de los fans más puristas. Michael Piller se vio obligado a defender el tono manifiestamente más oscuro del programa en una entrevista con “Cinefantastique”: “Gene (Roddenberry) quería celebrar las diferencias entre especies. Nunca se trató de buenos y malos. Los Cardasianos torturan, los Klingon alcanzan el gobierno asesinando… Estos conceptos existían incluso en el universo de Roddenberry. Son una característica fundamental de esas culturas. En tanto en cuanto permanezcas fiel a la naturaleza de esos pueblos, está perfectamente justificado hacer historias basados en ella”.

Otro factor que tuvo efectos tanto positivos como negativos en EPN fue que en mayo de 1994 se canceló “La Nueva Generación” tras una exitosa andadura de siete años. Esto les quitaba de en medio un competidor directo, no sólo en el corazón de los fans sino en los propios horarios de emisión de muchas cadenas, que ahora podían sustituir LNG por EPN. Varios de los guionistas de la serie cancelada pasaron asimismo a nutrir el staff de EPN.

Pero al mismo tiempo, las conexiones entre los Jem´Hadar, el Dominio y los Fundadores (los misteriosos líderes de ese cruel imperio) que se establecieron en esos dos episodios inaugurales, confundieron a muchos espectadores. Por ejemplo, en lo referido al origen de Odo. Ya en La Nueva Generación los guionistas habían acabado dotando de un pasado al androide Data; y como en aquel caso, crear una génesis para Odo tenía sus riesgos. La paulatina evolución de Data, no obstante, había sido interna, como la
de Spock antes que él, intentando resolver el conflicto espiritual que le planteaba el cómo ser más humano. El caso de Odo era más peliagudo porque se trataba de un misterio externo, el de su procedencia, y Behr pensó con buen criterio que ese enigma podría perder interés rápidamente. ¿Cuántos episodios podían hacer presentando una pista nueva, un indicio, que nunca terminaba de revelar la auténtica verdad? Lo mejor era abordar la cuestión cuanto antes y así poder abrir nuevas perspectivas para el personaje.

Odo y Kira llegan al mundo de origen del primero, en la Nébula Omaria del Cuadrante Gamma, para reunirse con los congéneres del primero, los Cambiantes. Pero para su sorpresa, descubren que ellos son precisamente los Fundadores, sus enemigos. El pueblo de Odo lo ve con sospecha debido al tiempo que ha pasado viviendo entre “sólidos”.

Otros elementos de esta línea narrativa que habían ido presentándose anteriormente y que no parecían guardar relación alguna entre sí, fueron integrados en esta parte del drama para ilustrar el inminente estallido bélico. Otra historia en dos partes, “Causa Improbable” y “La Suerte está Echada” profundizaban en este escenario, con Garak uniéndose a la Orden Obsidiana (una mezcla cardasiana entre la Gestapo y las SS) y los romulanos para atacar a los Fundadores directamente en su planeta, un plan que había sido orquestado en realidad por los propios Cambiantes cuya capacidad metamórfica les permitía hacerse pasar por miembros de las fuerzas armadas de cualquier especie.

El final de la temporada, “El Adversario”, dejaba aún más clara la gravedad de la amenaza
que suponían los Fundadores cuando un cambiante, asumiendo el aspecto y la identidad de un diplomático de la Federación, está a punto de iniciar una guerra entre ésta y los Tzenkethi, dejando al Cuadrante Alfa vulnerable a una invasión. Para impedirlo, Odo transgrede la tradición de su pueblo y su propio código moral y mata a uno de su especie.

Simultáneamente a esta línea narrativa principal y como siempre, se fueron intercalando episodios independientes y variados. Al igual que en la serie original, algunas de las historias más interesantes eran aquellas en las que los personajes viajaban al pasado de la Tierra. En el capítulo en dos partes “Tiempo Pasado”, mientras se están transportando al cuartel general de la Flota en San Francisco, una avería lleva a Sisko, Dax y Bashir hasta el año 2024 de esa ciudad. Allí se encuentran en una situación muy difícil (inspirada por la que vivieron Kirk y Spock en el
clásico episodio “La Ciudad al Fin de la Eternidad”): por una parte, encontrar la forma de regresar a su propio tiempo; por otra, evitar cambiar la corriente histórica en unas circunstancias sociales tan nefastas que resulta difícil no intervenir. En ese momento de la Historia, Estados Unidos es un país distópico en el que el problema de los sin hogar ha sido “solucionado” confinándolos en barrios cerrados donde las clases acaudaladas no tengan que verlos y cuyas lamentables condiciones de vida los hacen equivalentes a campos de concentración.

Dax contacta con un rico hombre de negocios que queda inmediatamente cautivado por su belleza y la invita a entrar en su mundo de privilegios y lujos. Sisko y Bashir, por el contrario, no tienen tanta suerte y son arrestados por
vagancia e internados en uno de esos barrios marginales. Allí, se dan cuenta de que han llegado justo en la víspera de una sangrienta revuelta que acabará desembocando en las necesitadas reformas. Cuando comprenden que su llegada ha puesto en peligro el levantamiento, se ven en la obligación de involucrarse para asegurar que la revuelta se produzca y la línea temporal en la que ellos están insertos no experimente cambios.

Las abismales diferencias entre la América que encuentra Dax y la que sufren Sisko y Bashir es una ácida crítica a la brecha económica y social que divide Estados Unidos y recupera la tradición de Star Trek de utilizar la ciencia ficción como herramienta narrativa para articular mensajes relevantes. Por supuesto, las extremas condiciones de la América del 2024 son una prolongación de las tensiones y problemas de la América de los 90 del siglo XX: el
auge económico de esa década tuvo también un lado oscuro en la proliferación de marginados sociales y sin techo, abandonados por un sistema político y social centrado exclusivamente en la obtención de beneficios económicos y nada interesado en el sufrimiento de individuos “no productivos”. Muy significativamente y en un ejemplo de cómo la vida imita al arte, mientras se rodaban esos dos capítulos, el alcalde de Los Angeles, Richard Riordan lanzaba la idea de hacer exactamente lo mismo: recluir a los desfavorecidos en zonas industriales reconvertidas.

En “Corazón de Piedra”, Odo intenta sincerarse y revelarle a Kira sus sentimientos hacia ella.
En “Los Motivos de los Profetas”, el Gran Nagus Zek reescribe las Reglas de Adquisición, texto sagrado Ferengi, creando toda una revolución social y cultural. Y Jadzia Dax se somete a un ritual en el que los recuerdos de cada uno de sus pasados anfitriones se transfieren telepática y temporalmente a otras personas en “Facetas”. Cada uno de estos episodios añadía nuevas capas de profundidad a los personajes principales.

El guionista Bradley Thompson recuerda que el EPN de Ira Steven Behr reunía a los “chicos malos” de la franquicia Star Trek, dispuestos a romper las sacrosantas reglas impuestas años atrás por Roddenberry, aunque fuera riéndose
de ellas o dejándolas en evidencia. En un episodio, Jake quería comprarle algo a su padre pero no tenía ni idea de cómo hacerlo. Su amigo Nog le pregunta por qué no lo compra con Latinum . La respuesta es que la Federación no utiliza dinero porque trabaja para el bien de la Humanidad. Nog se le queda mirando y le pregunta, “¿Qué significa eso?”.

Behr no entendió nunca por qué Roddenberry se autoimpuso tantos y tan rígidos límites a la hora de dar forma a su futuro soñado. Behr no tenía problemas para asumir la esperanza en un futuro mejor. Al fin y al cabo, que los programas se ambientaran en el siglo XXIV ya era una buena señal sobre nuestra capacidad de supervivencia. Ahora bien, si estableces que ya no hay guerras entre humanos y que no se necesita el dinero, tienes que estar dispuesto a explicar cómo funciona esa sociedad utópica tan diferente de la nuestra. Y lo cierto es que ni la serie original ni La Nueva Generación consiguieron hacerlo. Eran tan solo reglas vacías, dogmas frustrantes para la libertad creativa.
Y Behr, Ronald D.Moore y el resto de guionistas estaban dispuestos a saltárselos, a desafiar las convenciones establecidas para ese mundo y sus personajes. Podían ser más ambiguos, enfrentar a los protagonistas a elecciones difíciles de las que emergerían respuestas no necesariamente satisfactorias. Harían evolucionar a los personajes y jugar con las relaciones entre ellos. La serie original iba sobre la última frontera; en La Nueva Generación ya no se tenía la misma sensación de aventura, de viaje hacia lo desconocido, y la Enterprise era un lugar tan seguro que llevaba a bordo niños y escuelas. Espacio Profundo Nueve, en cambio, era un ambiente más duro, un regreso al ambiente de frontera. Y de ahí la inclusión de una gran contienda bélica con el Dominio, algo que sin duda Rodenberry no hubiera aprobado.

La tercera temporada de EPN mejoró su índice de audiencia a pesar de la creciente deserción de los fans más acérrimos y la competencia de otros programas. Superó con creces a “Los Vigilantes de la Playa” y estuvo presente en 208 cadenas, lo que le garantizaba el acceso al 99% de los hogares estadounidenses.

A pesar de estas satisfactorias cifras, el reparto y los productores eran conscientes de que no habían conseguido ganarse a los fans. Algunos críticos afirmaron que EPN había perdido el rumbo en la segunda y tercera temporadas y que la atención de los responsables de la franquicia se había puesto en la primera película de la Nueva Generación y el lanzamiento de “Voyager” en lugar de cimentar EPN. Algo de eso debía haber porque Berman prometió
nuevos y sorprendentes desarrollos ante el peligro de perder el control de la franquicia por saturación de la audiencia con tantas derivadas de Star Trek. Y no sólo eso, cuando “La Nueva Generación” empezó a emitirse en 1987, no tenía competidores en el ámbito de la ciencia ficción televisiva. Pero fue precisamente su éxito lo que llevó a otras cadenas y productoras a lanzarse al género. A la altura de la tercera temporada de EPN los espectadores tenían que elegir entre “Babylon 5”, “Los Inmortales”, “Space: Above and Beyond”, “Expediente X”, “SeaQuest 2032”, “American Gothic”, “The Outer Limits”, “Xena” y, sin salir de Star Trek, “Voyager” y las reposiciones de “La Nueva Generación” y la serie clásica.

Berman lo tenía claro: “Si asumes la idea de que hay un número finito de espectadores de Star Trek que disponen de un tiempo limitado para ver sus programas favoritos, va a tener que dividir más el pastel”. La respuesta era crear historias inteligentes con personajes que se ganaran el corazón de los fans. Y esas eran las intenciones del guionista Robert Hewitt-Wolfe para la cuarta temporada, cuya renovación se confirmó oficialmente en mayo de 1995. 



(Continúa en la siguiente entrada)

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