sábado, 20 de abril de 2024

1977-1982- LA ACCIDENTADA LÍNEA QUE UNIÓ "ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE" CON "E.T." (1)

 

"Nadie espera un mega éxito, mucho menos dos", afirmó el director Steven Spielberg tras el estreno, en noviembre de 1977, de "Encuentros en la Tercera Fase". Y, sin embargo, tan sólo dos años después de que “Tiburón" rompiera récords de taquilla, "Encuentros en la Tercera Fase" recaudó 77 millones de dólares en la taquilla estadounidense, consolidando el prestigio de Spielberg como un realizador con una capacidad única para cautivar y entretener al público. Al año siguiente, la ceremonia de entrega de los Oscar subrayó aún más los méritos artísticos de la película, aunque los votantes optaran finalmente por convertir sólo dos de sus nueve nominaciones en auténticas estatuillas.

 

Como era de esperar, el éxito de "Encuentros en la Tercera Fase" llevó a Columbia Pictures, que había financiado y distribuido la película, a planificar una secuela. El estudio, además del guion de Spielberg, había comprado los derechos y tenía la intención de explotarlos al máximo. Spielberg, por su parte, estaba menos entusiasmado por la perspectiva de una secuela, pero tampoco deseaba que Columbia se limitara a encargar un guion y buscar otro director, tal y como había hecho Universal con "Tiburón 2" (1978). Así que, para mantenerse como parte activa del proyecto, escribió un breve tratamiento de guion para una especie de continuación más que una secuela propiamente dicha, cuyo título provisional sería "Watch the Skies" (“Vigilad los Cielos”), que también había sido el de "Encuentros en la Tercera Fase" antes de dejarlo simplemente como eslogan en los carteles promocionales.

 

La idea para ese tratamiento de guion la extrajo Spielberg de la profusa investigación sobre ovnis que había llevado a cabo para la producción de "Encuentros en la Tercera Fase". El destacado ufólogo J.Allen Hynek había relatado un incidente en el que, en 1955, una familia de Kentucky aseguró haber sido asediada en su granja por extraterrestres que diseccionaron varios de sus animales –el primer suceso de “mutilación de ganado”, luego tan querido por la ufología-. Inspirado por este testimonio, Spielberg concibió "Watch the Skies" como un thriller moderno en el que una familia era obligada a permanecer en el interior de su granja por un grupo de once extraterrestres hostiles. Después de intentar comunicarse –infructuosamente, claro- con pollos, vacas y otros animales tratando de descubrir qué especies de la Tierra son inteligentes, los intrusos diseccionan un animal antes de centrar su atención en los humanos.

 

En 1979, Spielberg se estaba recuperando de su primer fracaso, la fallida comedia bélica "1941". A los rumores de que "Watch the Skies" podría ser su siguiente película se sumó el anuncio de la NASA de que el cineasta había pagado para reservar espacio de carga en el vuelo inaugural del Transbordador Espacial, previsto para 1980, con el fin de filmar desde la órbita a la Tierra y la Luna para la secuencia inicial de esa película.

 

Inicialmente y con el fin de transformar el borrador en un guion completo, Spielberg trató de contratar al guionista Lawrence Kasdan, pero éste ya se había comprometido con George Lucas para “El Imperio Contraataca” (1981), la segunda entrega de Star Wars. Su segunda opción fue John Sayles, que había escrito el guion de "Piraña" (1978), de Joe Dante, una copia de bajo presupuesto de "Tiburón" a la que, sin embargo, Spielberg había encontrado virtudes. Así que Sayles se puso inmediatamente a trabajar en el libreto de lo que, según afirmó, “se acabó llamando "Night Skies" porque alguien poseía los derechos de las palabras "watch the skies"". "Night Skies", añadió, iba sobre "unos campesinos atacados por unos pequeños extraterrestres que mutilaban su ganado".

 

Aunque se ha descrito la historia como “Perros de Paja” con alienígenas" –en referencia al polémico drama que Sam Peckinpah dirigió en 1971 sobre un matrimonio asediado por pueblerinos violentos en una granja aislada-, Sayles se inspiró en realidad en una ficción muy diferente: "Mi modelo fue "Corazones Indomables”, aseguró, refiriéndose al western de 1939 protagonizado por Henry Fonda y Claudette Colbert, "con extraterrestres en lugar de indios atacando la granja". Sayles incluso bautizó a uno de los once extraterrestres como “Cicatriz”, en honor al comanche que secuestraba a la sobrina de John Wayne en "Centauros del Desierto" (1956).

 

Mientras Sayles trabajaba intensamente en el guion, Columbia invitó a Spielberg a sugerir un posible director. Sus candidatos fueron, por una parte, Tobe Hooper, cuyo primer largometraje, "La Matanza de Texas" (1974), le había granjeado cierto prestigio entre los aficionados al cine de Terror y cuya crudeza había sido una clara influencia en el estilo documental de "Tiburón"; por otra, Ron Cobb, un ilustrador californiano de fantasía que había trabajado en "Estrella Oscura" (1974), de John Carpenter, la memorable secuencia de la cantina de Star Wars y los primeros diseños de "Alien" (1979). A pesar de que carecía de experiencia como director, fue Cobb quien pasó a encabezar el proyecto, cuyo rodaje estaba previsto comenzara en cuanto Spielberg regresara de la búsqueda de localizaciones en el extranjero para "En Busca del Arca Perdida". En abril de 1980, un artículo sobre las próximas producciones de Columbia publicado en "Daily Variety", describía la todavía sin nombre "Night Skies" y anunciaba que la producción se iniciaría oficialmente ese mismo mes.

 

Ya en esta etapa preliminar, Spielberg era consciente de que, habida cuenta del número de escenas con extraterrestres, iba a necesitar efectos especiales más sofisticados que los que Carlo Rambaldi le había proporcionado para los 90 segundos de alienígenas delgados y retroiluminados de la secuencia final de "Encuentros en la Tercera Fase". Siguiendo el consejo de su amigo John Landis, Spielberg contrató al pionero de los efectos especiales Rick Baker, por entonces ocupado preparando su seminal trabajo para "Un Hombre Lobo Americano en Londres" (1981) de Landis. "El encargo era un sueño hecho realidad", declaró Baker a “Cinefantastique” en 1982. "Le dije a Spielberg que lo que me estaba proponiendo sería increíblemente difícil y caro", añadió, recordando que el precio que sugirió al director fue de 3 millones de dólares, una cifra ante la que éste no mostró sorpresa. Al fin y al cabo, no preveía otras partidas de gasto tan abultadas en la producción. “Fue muy emocionante para mí participar en una película que tuviera a esta raza de alienígenas. Había como once diferentes. Todos eran de la misma raza, pero todos eran personajes diferenciados”.

 

Spielberg no tenía un guion que mostrarle a Baker. Sin embargo, a partir de un breve resumen, el diseñador de efectos pudo crear un modelo algo burdo del alienígena tal y como él lo imaginaba. "Sabía que tenía que ser capaz de transmitir emociones a través de su expresión", dijo Baker a “Cinefantastique”. "Por lo tanto, debía tener rasgos humanos: dos ojos, una especie de nariz y una boca. Pero el cuerpo era muy extraño: tenía un costillar parecido al de un perro, un abdomen largo y espinoso y patas de rana. Era una cosa con muchas texturas, arrugas, escamas y pliegues. Medía 1,20 m de alto cuando estaba erguido, pero lo imaginé caminando encorvado como un simio". Satisfecho con el diseño, Baker pasó a la siguiente etapa: esculpir y pintar un modelo de fibra de vidrio que constituiría la base del complejo proceso "animatrónico" mediante el cual Baker pretendía insuflar vida a sus criaturas. Spielberg, que estaba a punto de volar a Inglaterra para comenzar la producción de "En Busca del Arca Perdida", le dio a Baker el visto bueno para fabricar un prototipo funcional de la criatura a un coste de 70.000 dólares.

 

Unas semanas más tarde, Baker envió por correo una cinta de vídeo en la que mostraba al complejo autómata en acción. La respuesta, tanto por parte de Spielberg como de su coproductora, Kathleen Kennedy fue entusiasta. "Recibí esa llamada de Kathleen diciendo: "¡Steven está alucinado! ¡Esto hace que Yoda parezca un juguete! ¡Estamos muy emocionados!", recuerda Baker. "Y luego hicimos cosas todavía mejores cosas a partir de ahí". En ausencia de Spielberg, Columbia asignó a Baker más fondos para continuar el desarrollo de la criatura y, en cuestión de semanas, había fundado un estudio con seis personas y un taller mecánico desde donde supervisaba su trabajo tanto en "Night Skies" como en "Un Hombre Lobo Americano en Londres". A mediados de 1980, Sayles entregó su primer borrador de guion, en el que aparecían. cinco alienígenas diferentes (seis menos que los inicialmente previstos), cada uno con su propia personalidad.

 

Pero, mientras tanto, en Túnez, Spielberg empezaba a tener dudas sobre esta historia de extraterrestres hostiles. El rodaje de “En Busca del Arca Perdida” transcurría entre tiroteos, persecuciones, explosiones y velocidad. El director declararía a "Film Comment": "Estaba sentado allí, en medio de Túnez, rascándome la cabeza y pensando: "Tengo que volver a la tranquilidad, o, al menos, a la espiritualidad, de “Encuentros en la Tercera Fase". Empezó a darle vueltas a una historia que había estado considerando desde su propia infancia, cuando anhelaba un compañero de juegos que pudiera transformar como por arte de magia su solitaria e infeliz vida.

 

Spielberg compartió sus ideas con la guionista Melissa Mathison, quien había llegado a Túnez para reunirse con su novio (y luego esposo), Harrison Ford. "Le pregunté a Melissa si le importaría sentarse conmigo a ver qué opinaba", recordaría Spielberg. "Entonces nos sentamos y le conté la historia, y ella lloró". Según Mathison, su interés en la historia no residía tanto en su elemento de ciencia ficción como en "la idea de una criatura alienígena benevolente, tierna, emocional y dulce... y que entablara una relación con un niño que venía de un hogar roto". El entusiasmo de Mathison junto con sus acertadas sugerencias fueron lo que necesitaba Spielberg para terminar de decidirse. Le pidió a Mathison que probara a escribir un guión, pero ésta, que no había encontrado satisfactoria su colaboración con otro director muy personal, Francis Ford Coppola, en las producciones de Zoetrope "El Corcel Negro” (1979) y "Maestro en Fugas” (1982), al principio se mostró reacia. Sin embargo, presionada por Spielberg y Ford, acabó accediendo y en octubre de 1980 empezó a trabajar en el guión solicitado.

 

Spielberg volvió de Túnez y Hawaii (donde se rodó la secuencia inicial de "En busca del Arca Perdida") dispuesto a echar el cierre al proyecto de “Night Skies” y empezar a preparar la película que Mathison había titulado provisionalmente "E.T. y Yo", pero que acabaría siendo conocido en todo el planeta como "E.T. El Extraterrestre". Sayles se tomó la noticia con filosofía profesional y pasó a concentrarse a su vez en lo que sería su segundo largometraje como director. Rick Baker, sin embargo, no se mostró demasiado entusiasmado cuando escuchó la nueva orientación deseada por Spielberg. Se había pasado meses trabajando los fines de semana y muchas noches, elaborando innumerables bocetos, diseños de producción y esculturas. "Entonces entra un día y me dice "¿Sabes qué? Ya no voy a hacer esta película”. Me quedé boquiabierto. Mi corazón dio un vuelco. Casi sentí ganas de llorar. Luego dijo: "Pero voy a hacer otra que tendrá un extraterrestre –uno más gracioso, más simpático- y quiero que te encargues de su rediseño".

 

En ese momento, Baker estaba muy ocupado con "Un Hombre Lobo Americano en Londres" y se sentía incapaz de volcarse por completo en ese nuevo proyecto que le proponía Spielberg. "Dije: "Bueno, es como si empezáramos de nuevo. Y se enfadó porque yo no me mostraba entusiasmado". En realidad, Spielberg tampoco estaba muy contento con Baker porque, a pesar de los 700.000 dólares de fondos que había recibido para el desarrollo conceptual y técnico de “Night Skies”, ahora le decía que necesitaba un nuevo presupuesto para la nueva película. "Le dije que era una situación diferente: que la vieja película ya no existía y el antiguo contrato no valía. Y que hablara al respecto con mi abogado". Kathleen Kennedy lo recordaba en términos similares: "Cuando fuimos a sentarnos con Rick y decidir un calendario para ver si, con cambios, podíamos hacerlo a un menor costo, Rick no nos dirigía la palabra e insistía en que nos dirigiéramos a su abogado. Steven creyó que Rick no estaba tan comprometido como debería respecto al dinero y la agenda".

 

Baker explicó a “Cinefantastique” que su recurso a los abogados fue una táctica de autoprotección adoptada tras haber escuchado diversos testimonios de gente que había trabajado con Spielberg. "Estaba muy paranoico porque le escuché a mucha gente decir: "Cuidado con Steven, te apuñalará por la espalda". Y Steven es muy paranoico con la gente de efectos especiales. Estaba llevando mi asunto con él de manera muy diferente a como lo haría con cualquier otro porque había oído que con este tipo había que protegerse".

 

Según Baker, la reunión con Spielberg acabó mal. "Steven se recostó y dijo: "¡Maldita sea! ¡Eres tan difícil! y siguió y siguió. Terminó gritando "¡Voy a cerrar este lugar!" y salió por la puerta. Justo cuando se iba, dijo –claro y fuerte, para que pudiera escucharlo- "¡Llama a Carlo Rambaldi!" Creo que pensó que iba a pedir más dinero. Nunca escuchó mi oferta para terminar la película". Sin embargo, según Spielberg, fue Baker quien invocó el nombre de Rambaldi, ante la sugerencia de que el personaje principal de "E.T." podría acabar pareciéndose a los extraterrestres diseñados por aquél para el final de "Encuentros en la Tercera Fase". En cualquier caso, Spielberg llamó a Rambaldi, quien aceptó su oferta.

 

(Finaliza en la siguiente entrada)


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