miércoles, 20 de julio de 2022

2020- UN LUGAR TRANQUILO 2 - John Krasinski

“Un Lugar Tranquilo” fue un éxito inesperado para su director John Krasinski y la productora de Michael Bay que lo financió, Platinum Dunes. Lo que a priori parecía otra película más de suspense y terror con monstruos, resultó ser una historia minimalista con una premisa muy interesante, centrada en la lucha de una familia por sobrevivir y con un magistral uso de los sonidos y silencios para elevar la tensión a niveles insoportables. El resultado gustó a crítica y público y recaudó unos impresionantes 340 millones de dólares sobre un presupuesto de 17. Ese éxito, como viene siendo la norma en un Hollywood siempre sediento de franquicias, dejó el terreno expedito para una secuela. Ésta, de nuevo dirigida y escrita por Krasinski, se estrenó mundialmente en marzo de 2020, si bien no pudo verse en el circuito comercial hasta catorce meses después debido a las restricciones que trajo la pandemia de COVID-19.

 

La escena de apertura, ambientada justo antes de que aparezcan las criaturas, sirve como una especie de precuela que confirma que aquéllas son extraterrestres invasores. También sirve para encajar la reaparición del personaje que interpretaba John Krasinski, Lee Abbot, y que había resultado muerto al final de la primera película, así como de guiño a los fans de ésta, con el regreso a la tienda que rapiñaban los protagonistas en su comienzo (aparece incluso el juguete que desencadenará la tragedia familiar).

 

Este prólogo, que narra con absoluta eficacia la irrupción de lo terrorífico en lo cotidiano, cuenta con unos momentos de acción y suspense magistralmente orquestados (probablemente, los mejores de toda la película), en los que todo el pueblo entra en pánico cuando, mientras se juega un partido de beisbol del equipo juvenil local, contemplan una columna de humo que cae del cielo y, poco después, una criatura monstruosa golpea y vuelca un coche de la policía. Todo el mundo corre aterrorizado mientras los invasores los atrapan y devoran. Un grupo se refugia en silencio en una farmacia pero el teléfono móvil de uno de ellos los delata a una de las criaturas que acechaba en el exterior.  

 

A continuación y ya puestos en contexto, se inserta una larga elipsis que comprende todo lo narrado en la anterior película y arranca la historia propiamente dicha, ya ambientada en el “presente”. Tras la muerte de Lee y la destrucción de la granja familiar, encontramos a Evelyn Abbott (Emily Blunt) y sus hijos Millicent (Regan Abbott), Marcus (Noah Jupe) y el bebé recién nacido, emprendiendo un peligroso viaje en busca de un nuevo lugar donde establecerse. Sin embargo, la zona que atraviesan resulta estar sembrada de trampas para los alienígenas hipersensibles al sonido y el pie de Marcus queda aprisionado en una de ellas. Sus gritos de dolor atraen a las criaturas pero Emmett (Cillian Murphy), un antiguo vecino y amigo de la familia, los pone a salvo. Éste ha montado un refugio en el subsuelo de una fábrica abandonada y, aunque no muy a gusto, les deja permanecer allí una noche. Emmett lo ha perdido todo y se ha convertido en un individuo atormentado y reacio al contacto social.

 

Marcus capta una señal de radio que transmite ininterrumpidamente la canción “Beyond the Sea” y Regan está convencida de que se trata de una pista que indica el paradero de otros supervivientes. En secreto y portando el arma sónica que puede matar a los alienígenas, se escabulle del refugio y parte en solitario decidida a encontrar la fuente de la señal. Cuando se da cuenta de su ausencia, Evelyn, que debe quedarse a cuidar del bebé enfermo, suplica a Emmet que vaya a buscarla. La situación les dejará a todos, los que se quedan y los que se marchan, expuestos a la amenaza de las criaturas.

 

Gracias a la continuidad de Krasinski como director y guionista, “Un Lugar Tranquilo 2” conserva mucho de lo que funcionó bien en la primera parte. Es una secuela sólida y coherente que retoma a los Abbot y los sitúa otra vez en el centro de la historia, si bien en esta ocasión en lugar de circunscribir la acción a la granja familiar, expande el escenario para mostrar algo más de ese mundo postapocalíptico y presenta a un personaje principal nuevo. Como en la primera entrega, Krasinski mantiene el metraje por debajo de los 100 minutos, lo que contribuye a que el producto final no parezca inflado a base de subtramas o personajes innecesarios.

 

Asimismo, Krasinski vuelve a presentar una historia estructurada a base de encadenar momentos de gran suspense en los que la edición de sonido juega un papel fundamental: el cruce a través del llano con trampas en una de las cuales queda atrapado Marcus; la escena en la que Emmett es capturado por maleantes en el extremo de un muelle; Marcus y Evelyn enfrentándose a las criaturas dentro de la fábrica; la invasión de la isla; o el monstruo que irrumpe en la emisora de radio en el climax…

 

Todas estas escenas están bien coreografiadas, fotografiadas, interpretadas, editadas y sonorizadas, pero da la sensación de que no aportan nada nuevo. Son más escenas de gente tratando de no hacer ruido para evitar ser devorados por los alienígenas y siguiendo la misma pauta: correr, esconderse y luchar. La terrorífica premisa inicial va perdiendo intensidad conforme el espectador se familiariza más con ella a base de escenificarla una y otra vez. Cabría preguntarse: si este hubiera sido el primer film de la serie, ¿ofrece algo que lo hubiera convertido en el éxito que fue su predecesora? Ahí puede estar la diferencia. En dos ocasiones diferentes en esta segunda parte, Krasinski trata de parecer más sofisticado intercalando dos escenas de acción simultáneas, que no creo que añadan nada más que un alarde técnico del editor. De hecho, manteniéndose los puntos fuertes de la primera película, se cae en el mismo error que en tantas secuelas: hacer que todo sea más grande, más ruidoso, más explícito... pero sin aportar realmente nada novedoso. En general, el conjunto resulta demasiado familiar y, por tanto, predecible. Esa es la razón por la que “Un Lugar Tranquilo 2” no puede superar a su predecesora. Quizá sea más espectacular, pero no más original ni refrescante.  

 

Por otra parte, todo esto pone de manifiesto el principal problema de “Un Lugar Tranquilo 2” como secuela. Hoy en día, ningún film de Hollywood existe como producto autocontenido y único, sino como una propiedad intelectual que puede ser infinitamente replicada hasta que un público agotado le retire su apoyo. El resultado es que las interesantes premisas e ideas que presentaban algunas películas acabaron estiradas y exprimidas mucho más allá de lo sensato. El caso de la serie de “La Purga” es un buen ejemplo.

 

La primera película funcionó perfectamente como algo autocontenido; no necesitaba explicar las criaturas (su origen, fisonomía, vulnerabilidades…). Su amenaza bastaba para soportar por completo la historia. Su secuela revela los riesgos de tratar de extender esa premisa que había sido suficiente para una sola película. Encontramos otros supervivientes, se nos revela algo sobre el origen de los monstruos y se desarrolla el tema de cómo derrotarlos que ya se había apuntado al final de la primera entrega. Sin embargo, empiezan a aparecer grietas producto de la implausibilidad de la propia premisa una vez se amplia ésta. Esto es evidente cuando se presenta una nueva invulnerabilidad para los alíenígenas: no pueden nadar ni cruzar vías de agua. Tratándose de una especie con una tecnología que les ha permitido cruzar la galaxia y que han decidido detenerse en un planeta cuya superficie es en un 70% líquida, resulta difícil de creer que tarden tanto en descubrir la idea de un barco.

 

Hay otro “problema”, típico de las secuelas de películas de monstruos y de difícil solución. En la primera entrega ya nos mostraron a las criaturas, así que aquí Krasinski tiene que enseñarlos abiertamente y con más frecuencia, tal y como, por otra parte, espera el público que vio la película anterior. Sin embargo, el misterio alrededor de los alienígenas constituía buena parte del suspense de la historia. En la secuela, los sustos y el gore existen huérfanos de aquel misterio alrededor de los monstruos y el nuevo mundo que había surgido tras su aparición y no hay nada aquí que pueda sustituir esa pérdida.  

 

Como ya fue el caso en la primera película, una de las fortalezas de “Un Lugar Tranquilo 2” es su reparto, formado en su mayor parte por los mismos actores de aquélla. Mientras que Emily Blunt y John Krasinski habían sido el centro de la historia en el film anterior, la secuela pone el foco sobre el personaje de Regan, interpretado por la actriz Millicent Simmonds. Tal y como sucede con su personaje, Simmonds es sorda en la vida real y, como es de esperar, resulta absolutamente creíble en su papel. Perfila a una perfecta heroína adolescente porque transmite valentía y confianza, pero también la suficiente estupidez e ingenuidad como para suscitar la simpatía del espectador. Poco a poco, Regan va evolucionando y, asemejándose a su padre, asume voluntariamente la carga de proteger a su familia y hacer lo correcto aunque sea peligroso. Emily Blunt, actriz experimentada, sigue estando sobresaliente en esta película y tiene momentos muy dramáticos en ella, pero de alguna forma su personaje pasa a tener menor relevancia que Regan, cuya trama es la que impulsa la película y la que apoyan el resto de personajes. En cierto modo, “Un Lugar Tranquilo 2” es la película de Regan.

 

El último de los Abbot (si excluimos al bebé, claro) es Marcus, interpretado por un Noah Jupe que repite el papel de la película precedente y muestra una mejoría en su trabajo. En esta segunda parte, Marcus obtiene su propia subtrama y el actor está a la altura y consigue que al espectador le importe lo que le suceda aun cuando su tiempo en pantalla sea algo menor que el de sus compañeros de reparto. Hay dos caras conocidas, “de prestigio”, que se unen al reducido reparto de esta secuela. Por un lado, Cillian Murphy como Emmett, no tan bien perfilado en el guion como los Abbot pero al que Murphy retrata bien como alguien desorientado que aporta a la historia misterio y redención. Por otro, Djimon Hounsou (“Gladiador”, “Diamantes de Sangre”), que encarna al personaje al que los créditos se refieren simplemente como “Hombre en la Isla”. Hounsou es un buen actor al que rara vez puede criticarsele, pero en esta ocasión su papel es tan pequeño que en realidad lo podría haber interpretado cualquier otro.

 

Pese a los defectos apuntados, éstos afloran sobre todo en comparación con la primera película. Técnica y narrativamente, contemplado en sí mismo, “Un Lugar Tranquilo 2” es un producto al que se le pueden poner pocas pegas. A pesar de que la idea de unos monstruos invencibles –aunque aquí ya no tanto- a los que atrae el menor sonido humano ya no resulta novedosa y que se cae en cierta repetición de situaciones, la película ofrece momentos con gran suspense. Sin superar a su predecesora, es una secuela bien confeccionada que puede proporcionar un buen rato de entretenimiento y recomendarse a los que disfrutaron de la primera parte, con cuyo espíritu es respetuosa y coherente. Lo que no está nada claro es que la serie pueda extenderse más sin perder ya del todo su frescura, algo que no parecen entender los productores al rematar esta segunda parte de una forma aún menos definitiva que su predecesora, lo que apunta a la posibilidad de una nueva secuela a poco que las cifras de recaudación acompañen.

 

 

3 comentarios:

  1. A mí me gustó la película, excepto por la última parte de la isla, lo que me preocupa es que hagan otra secuela y que sea una película genérica de humanos vs aliens.

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  2. A mí me gustó la película, excepto por la última parte de la isla, lo que me preocupa es que hagan otra secuela y que sea una película genérica de humanos vs aliens.

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  3. La primera parte me pareció muy interesante, sin necesidad de explicarlo todo, porque nunca se nos explica todo en la vida y sin embargo tenemos que vivir. La segunda, en cambio, me resultó aburrida e innecesaria.

    Saludos,
    J.

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