"Furiosa” es la quinta entrega de la saga de “Mad Max”, creada y dirigida enteramente por George Miller. La serie comenzó 45 años antes con “Mad Max” (1979), una intensa y contundente película de acción que seguía la historia del patrullero Max (Mel Gibson) en un futuro cercano en el que una civilización en decadencia se acercaba rápidamente al colapso. La segunda parte, “Mad Max 2” (1981), marcó un punto de inflexión y elevó la saga a otro nivel, expandiendo ese mundo ya como escenario postapocalíptico y creando para él una serie de emocionantes secuencias de acción. Su enfoque visual y diseño de personajes fueron muy influyentes, siendo replicados en numerosas películas de serie B e incluso videos musicales de la época. Miller regresó como codirector para cerrar de forma algo irregular una primera trilogía: “Mad Max: Más Allá de la Cúpula del Trueno" (1985).
La saga entró entonces en un largo periodo de hibernación
de tres décadas sólo interrumpido ocasionalmente por rumores que afloraban de
vez en cuando y que, por fin, se hicieron realidad en 2015 con “Mad Max: Fury Road”, un éxito triunfal que incluyó nominaciones a los Oscar en las categorías
a Mejor Película y Mejor Director. Al parecer, a la franquicia aún le quedaba
combustible en el depósito y su creador estaba dispuesto a aprovecharlo.
Originalmente, Miller quiso rodar “Furiosa” simultáneamente
a “Fury Road”, pero no fue posible. Probablemente, Warner consideró que ya
estaba haciendo una apuesta muy fuerte por la primera sin garantías de que esta
saga, tantas décadas después, siguiera conservando su atractivo para los
aficionados más veteranos. Nueve años tardaron George Miller y su coguionista
Nico Lathouris en presentar lo que concibieron como segunda entrega de una
segunda trilogía de la saga y que, en realidad, es una precuela de “Fury Road”
en tanto en cuanto narra el origen de uno de los personajes de esa cinta, Furiosa,
interpretada entonces por Charlize Theron. La fotografía principal, con los
vehículos reales y especialistas con los que había trabajado Miller en “Fury
Road”, se realizó en el desierto australiano de junio a octubre de 2022.
Buscando la misma intensidad sonora, narrativa y visual de la película
precedente, el equipo de producción volvió a contar con el compositor Tom
Holkenborg, la diseñadora de vestuario Jenny Beavan y la montadora (y esposa de
Miller) Margaret Sixel.
Cuando se anunció la producción de “Furiosa, he de admitir
que la noticia no me entusiasmó demasiado. “Fury Road” era perfecta tal y como
estaba, una película espectacular que nadie se esperaba en la era de las
plataformas y los efectos digitales, dirigida por un veterano de eficacia
demostrada muy entrado en años, pero, aun así, en plena forma. ¿Qué necesidad
había de una precuela? En “Fury Road”, el personaje interpretado por Charlize
Theron era poco más que un catalizador narrativo que obligaba a Max a recuperar
sus fuerzas y continuar su búsqueda de redención (al fin y al cabo, eso es lo
que había hecho en cada entrega precedente, demostrando que la humanidad no es
tan malvada como se la retrataba). Es una compañera importante en esa aventura,
sí, pero poco más que eso. No era necesario explorar más sobre ella porque todo
quedaba sugerido: su origen, su deseo de volver a su pueblo, los años pasados
endureciéndose y acumulando prestigio mientras servía a un amo que desprecia…
Pero hoy día parece que hay que exprimir todas las gallinas
de oro explicando cada misterio y el origen de cada concepto y personaje de una
película de éxito. No necesitábamos saber cómo Furiosa conoció a Immortan Joe
ni de dónde sacó su brazo mecánico. Podemos utilizar la imaginación en lugar de
ponerla a dormir y dejar que otros hagan el trabajo por nosotros.
Admito que, estrenada la película, George Miller, una vez
más, superó las expectativas y volvió a negarse a ser olvidado, sorprendiendo
una vez más con una película extraña, dinámica y violenta sobre la
supervivencia y la esperanza. Sigo pensando que “Furiosa” no es una película
necesaria ni imprescindible, pero lo que no se puede negar es que es muy
entretenida y está impecablemente realizada.
En el desierto postapocalíptico del interior de Australia,
Furiosa (Alyla Brown) y su madre Mary Jo Bassa (Charlee Fraser), habitantes de
un escondido oasis de civilización pacífica, son capturadas por la horda de
motociclistas liderada por el extravagante Dementus (Chris Hemsworth). Decidido
a averiguar el paradero de su lugar de origen para apropiarse de sus recursos,
éste asesina brutalmente a la madre y esclaviza a la hija, pero ninguna de
ellas le da información alguna.
Más tarde, Dementus intenta invadir la Ciudadela, una
estructura rocosa en mitad del desierto y en cuyo interior aún fluye el agua,
pero que está controlada por Immortan Joe (Lachy Hulme) y sus fanáticos Media
Vida, guerreros dispuestos a morir por él sin rechistar. Demostrando ser un
lugar inexpugnable y tras haber sufrido cuantiosas pérdidas, Dementus se retira
y a cambio toma el control de Ciudad Gasolina, una fortaleza cercana donde se
refina el combustible que utilizan los vehículos de Immortan Joe y que
intercambian por alimentos frescos cultivados en la Ciudadela. Contando con esa
baza, Dementus obliga a Immortan a llegar a un acuerdo, siendo Furiosa, aún una
niña, parte del mismo. Es entregada para que forme parte del harén de aquél
pero, aprovechando la lujuria del hijo de de Immortan, Furiosa escapa del
recinto donde éste mantiene a las sanas y bien alimentadas “esposas” esperando
que algún día le den un hijo sano y libre de las malformaciones producto de la
radiación. La niña se disfraza de varón y durante años consigue pasar
desapercibida entre el cuerpo de técnicos y mecánicos del lugar.
Ya adulta (ahora interpretada por Anna Taylor-Joy), se
esconde en los bajos del nuevo Camión de Guerra que Pretorian Jack (Tom Burke),
el mejor conductor y guerrero de Immortan Joe, conducirá en las misiones de
aprovisionamiento a Ciudad Gasolina y la Granja de Balas, el otro asentamiento-factoría
del yermo. Pero durante la travesía, son atacados por un grupo de motociclistas
renegados y Furiosa no tiene más remedio que intervenir y revelar su sexo a
Jack. Viendo imposible su propósito original (regresar a su fértil y escondido
hogar), accede a la propuesta de Jack de convertirse en su lugarteniente. Tras un
periodo no especificado, éste da por terminada su asociación y le dice que la
ayudará a escapar. Pero durante el viaje que iba a ser el último de Furiosa,
descubren que Dementus ha invadido la Granja de Balas y planea un ataque sorpresa
a la Ciudadela.
Tanto en estructura como en tono, “Furiosa” es bastante
diferente de “Fury Road”, pero funciona tanto como precuela de ésta como
película independiente. Completa detalles sólo sugeridos en “Fury Road”, pero
sin apartarse de la historia que narra. Es una película más lenta que su
antecesora, no diría que más compleja argumentalmente sino distinta en ciertos
aspectos. Por ejemplo, mientras que la acción de “Fury Road” se condensaba en
sólo un par de días, ahora ésta abarca bastantes años. En lugar de una historia
articulada alrededor de una sola y muy larga secuencia de acción, Miller opta
en esta ocasión por una disposición algo más tradicional: escenas de acción intercaladas
con momentos más tranquilos que sirvan para desarrollar los personajes y las
interrelaciones entre ellos. Mientras que “Fury Road” abundaba en simbolismos
(sobre todo esa interacción entre el agua, la sangre, la leche y la gasolina),
“Furiosa” es más directa.
La película está dividida en capítulos que narran momentos
definitorios en la vida de la protagonista. Al estructurarla de esta
manera, Miller hace que cada sección vaya aumentando en intensidad y alcance mientras
simultáneamente avanza en el tiempo insertando grandes elipsis entre una y
otra. Lo que ocurre entremedio queda a la imaginación del espectador. Además,
en “Furiosa” hay un tema central identificable que introduce mayor emotividad y
corazón de los que había en “Fury Road”: el crecimiento físico pero sobre todo
psicológico de su protagonista, que pasa de ser una niña valiente pero
indefensa en un mundo tan hostil como el que nos describe, a guerrera
despiadada de férrea voluntad forjada por la contemplación de atrocidades, la
ausencia de afecto y los horrores con los que ha tenido que convivir tanto en
la horda de Dementus como en la Ciudadela.
Para los aficionados al cine de CF apocalíptico y con
abundantes dosis de acción, resultó un placer adentrarse de nuevo en ese mundo
extravagante y grotesco salido de la imaginación de Miller, con personajes tan
maravillosos como detestables que lucen nombres como Mecánico Orgánico, Rictus
Erectus, Escrotus, la general Vuvalini, Pulgar Negro, Octoboss o el Hombre de
la Historia. De nuevo tenemos aquí esos vehículos demenciales que parecen
sacados de un desguace para componer monstruos mecánicos. Dementus, por
ejemplo, conduce tres motocicletas unidas como si estuviera manejando un carro romano.
Chris Hemsworth, muy alejado de su icónico Thor, está casi
irreconocible en su papel de Dementus, luciendo una larga y descuidada barba, chaleco
de estilo militar, una capa que parece hecha de tela de paracaídas y un osito
de peluche amarillo colgado de su espalda o entrepierna. Hemsworth ofrece una
actuación histriónica y muy divertida con la que apunta a un trasfondo trágico
sólo sugerido por indicios puntuales. Es un villano a mitad de camino entre
Shakespeare y un dibujo animado que exhibe una melancolía operística; un
nihilista con gusto por lo teatral que en todo momento se ve a sí mismo como el
héroe de la función que justifica para sí sus atrocidades como necesarias para
sobrevivir. Mientras que a Immortan Joe pueden al menos reconocérsele ciertas
habilidades organizativas mediante las que ha conseguido construir una suerte
de sociedad, Dementus es como el Joker de Christopher Nolan suelto por el
desierto: un agente de la anarquía incapaz de mantener el orden entre sus filas
cuando toma el control de Ciudad Gasolina.
El aire de caudillo exhibicionista, locuacidad y fortaleza
física de Dementus contrastan con Furiosa, interpretada por Anya Taylor-Joy
como una muchacha esbelta, prácticamente muda, que se esfuerza por pasar
desapercibida y cuyo único rasgo llamativo son sus grandes e intensos ojos
resaltados sobre una banda de maquillaje negro. Aunque es una actriz que ha
demostrado su talento en otras producciones, en esta ocasión no parece la mejor
elección para interpretar a la protagonista porque lo más destacado que logra es
lanzar miradas febriles a los numerosos adversarios que encuentra en su camino.
Es cierto que Joy poco más puede hacer con un guion que sólo le da unas cuantas
frases de diálogo en 148 minutos, pero el problema no reside tanto ahí como en la
forma en que está escrito su personaje.
Como si fuera una Caperucita Roja postapocalíptica, se ha
visto arrojada a los lobos —hombres dos o tres veces más grandes que ella— y,
sin embargo, nunca deja de superarlos ya sea intelectualmente o en el combate
cuerpo a cuerpo. Mientras que las mujeres de la anterior película de Max —sobre
todo las esposas de Immortan Joe, que parecían sacadas de un anuncio de
perfume- se veían sometidas a los oscuros deseos de un hombre malvado, Furiosa
nunca corre ningún peligro. Siempre piensa mejor, planea mejor, lucha mejor, observa
mejor y sobrevive mejor que cualquiera de sus enemigos. Y esto, simplemente, no
es creíble. En otras películas de la saga, Max se veía constantemente superado,
era maltratado y dado por muerto. Aunque esas derrotas se usaban para luego
darle la oportunidad de resurgir, esta mujer tan menuda como valiente apenas
sufre más contratiempo que la autoamputación de su brazo herido (mutilación que,
por otra parte, no parece suponerle una merma en sus capacidades).
La versión infantil de Furiosa la interpreta Alyla Browne (cuyos
rasgos han sido perfilados digitalmente para aproximarlos a los de Taylor-Joy)
que, también ella, apenas tiene unas cuantas palabras que decir y sólo puede
apoyarse en su mirada para describir la forma en que trata de superar un trauma
terrible sin caer en la exageración o una emotividad desbordada incoherente con
un mundo violento y desesperanzado como ese.
Como siempre pasa en este universo, todos los personajes
secundarios brillan con luz propia, ya sea por el peculiar diseño de sus motos,
sus aterradoras heridas o pústulas, su estrafalario vestuario… Una de los que
más destacan es El Hombre de la Historia (George Shevtsov), el único que, por
su edad, ha conocido un mundo y una vida diferentes, visto como la civilización
colapsaba y sobrevivido al infierno subsiguiente, aprendiendo cómo hacerse
útil. Vemos a algunos Vuvalini más (como Elsa Pataky) y se presenta al mentor,
protector y cuasi amante de Furiosa, Pretorian Jack, aunque personalmente creo
que es un personaje muy plano con el que no ha sabido hacerse nada de provecho
y cuya relación con la protagonista carece de chispa y auténtico sentimiento.
A sus 80 años, George Miller sigue en plena forma, creando
secuencias de acción excepcionales con una gran dosis de verismo. A mitad de la
trama, tenemos la gran secuencia del asalto al Camión de Guerra por motociclistas
que llevan mochilas-hélice, patines de hielo remolcados por vehículos a toda
velocidad o incluso parapentes. El extremo posterior de la cisterna del camión
está equipada con unas bolas demoledoras que giran a gran velocidad. Todo ese
estrambótico armamento se combina con una extraordinaria fisicidad, un ritmo
frenético y un suspense magistral en las peleas que van sucediéndose dentro y
alrededor del camión lanzado a toda máquina por el desierto.
Pero es que esa dista de ser la única escena de acción. Hay
otras igualmente inolvidables, como la respuesta de la Ciudadela a la amenaza
de la horda de Dementus, con guerreros suicidas lanzándose en picado y motos capturadas
por grúas operadas desde las alturas; o la rabiosa persecución por la cantera
de la Granja de Balas, con francotiradores, torres derrumbándose o el Camión de
Guerra lanzado a una carrera suicida. Y todo esto enmarcado en un paisaje
desolado fotografiado con maestría por Simon Duggan. Como ya había demostrado
en “Fury Road”, Miller tiene un ojo excepcional para retratar la luz, colores y
formas del paisaje australiano y utilizarlo como escenario para sus
persecuciones y batallas mecanizadas. Como ejemplos destacados podemos citar
ese en el que la madre de Furiosa conduce su moto por la cresta de una colosal
duna de arena; o el plano general desde el cielo en el que se ve al grupo de
Dementus rodear una meseta.
“Furiosa”, ya lo decía al principio, es una película innecesaria
que no llega a justificar plenamente su existencia. Es un producto derivado de
una saga preexistente que trata de arrojar luz sobre un personaje que ya había
quedado claramente definido en “Fury Road”. No aporta ningún elemento nuevo a
este mundo apocalíptico y sus casi dos horas y media son un metraje excesivo
para la historia que cuenta.
Pero eso no significa que la película carezca por completo
de virtudes, ni mucho menos. “Furiosa” es, sobre todo, un espectáculo, un
torrente incesante de acción y emoción que deja sin aliento y con el que George
Miller volvió a demostrar su genialidad en el tratamiento del subgénero
apocalíptico. Además, más allá de toda su locura y violencia, “Furiosa” ofrece también
un mensaje acerca de la esperanza: sobre cómo se conserva cuando ya no hay
razones para ello; sobre la forma de encontrar la humanidad en el propio ser
cuando alrededor todo conspira para arrebatártela; sobre cómo moldearse a uno
mismo y encontrar un camino en un mundo en el que a nadie le importa nadie; sobre
el precio de la esperanza y de la venganza. ¿Vale la pena tatuarse palabras en
cada centímetro de tu piel y convertirte en un Hombre de Historia al servicio
de quienes sólo quieren alimentar su propio ego? ¿Vale la pena luchar y quizá
morir por amor? ¿Vale la pena cumplir las promesas hechas a los muertos?
Pese a las buenas críticas y comentarios recibidos, es
todavía una incógnita si alguna vez llegaremos a ver la sexta película de la
saga, “The Wasteland”, habida cuenta del fracaso en taquilla de “Furiosa”. O,
más bien, habría que matizar, lo que se percibe como tal porque recaudó
alrededor de 170 millones en todo el mundo. Con ello se equilibró el
presupuesto, pero, obviamente, las expectativas eran de, al menos, obtener el
doble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario