(Viene de la entrada anterior)
Para la quinta entrega de la serie y su primera como director, a Shatner se le ocurrió la idea de que la tripulación del nuevo Enterprise se encontrara nada menos que con Dios, guiados por una especie de santón vulcano, Sybok, quien comandaba la nave hacia el creador. "Tomé el arquetipo del telepredicador y cree un hombre santo que pensaba que Dios le había hablado", explicó Shatner. "Creía que Dios le había dicho: "Necesito muchos fieles, y necesito un vehículo para difundir mi palabra por el universo". Ese vehículo que necesitaba se convirtió en una nave estelar que el santón capturaría cuando llegara el momento de rescatar a algunos rehenes que había tomado".
Después de haber escrito un borrador confusamente subtitulado
"Un Acto de Amor", Shatner contactó con el novelista Eric Van
Lustbader para que le diera una forma más profesional, sólo para descubrir que
el autor pedía un millón de dólares por convertir ese manuscrito en un
auténtico guion. En cambio, Paramount le ofreció la tarea al guionista de
"La Gran Huida” (1984), David Loughery, con el encargo de aligerar el
demasiado intenso esquema de Shatner y añadir más dosis de diversión y aventura.
Shatner había participado activamente durante el proceso de
desarrollo, pero cuando se ausentó para hacer otra película, Loughery y Harve
Bennett aprovecharon la oportunidad para reconstruir el guión desde cero, eliminando
la idea de que Kirk y su tripulación contactaran con un Dios físico y
sustituyéndola por una especie de nirvana. Si Shatner se sintió traicionado por
el nuevo rumbo que había tomado la historia durante su ausencia, Leonard Nimoy
estaba igualmente descontento por la traición de su personaje a Kirk que
contemplaba la historia. Así que volvió a reescribirse apresuradamente el guión
para apaciguar a los dos mayores activos de la serie. "Tal como se concibió originalmente",
explicó Loughery, "sólo Kirk
resistía contra Sybok, lo que daba más una idea de héroe “solo ante el peligro”
y traicionado por sus mejores amigos. Leonard y De Forest Kelley se opusieron y
se cambió".
A estas alturas, la película llevaba ya dos años en desarrollo
y Paramount estaba comprensiblemente nervioso ante la posible disolución del impulso
generado por "Star Trek IV". La producción arrancó a finales de 1988
y, a raíz de unos problemas durante el rodaje, hubo de cambiarse el clímax
originalmente pensado en el que Kirk, Spock y McCoy eran atacados por una
criatura pétrea. "Star Trek V: La Última Frontera" se estrenó
apresuradamente en junio del año siguiente encontrándose con una taquilla
decepcionante (menos de la mitad de la recaudación que su predecesora) y
críticas unánimemente negativas. Shatner cargó con la mayor parte de la culpa y
admitió que "La Última Frontera” bien podría ser la última entrega de la
franquicia en pantalla grande. "Estaba
seguro de haber puesto punto final de una vez por todas a las películas de Star
Trek", escribiría más tarde.
Y sí, el futuro de Star Trek era en ese momento tan
precario que Walter Koenig logró convencer a su compañero de reparto George
Takei de que la sexta película se haría utilizando figuritas de plastilina
animadas ("¿Van a usar nuestras
voces?", respondió angustiado Takei ignorante de la travesura de su
amigo). Casi con seguridad, Paramount habría dado carpetazo a los planes para
una sexta película de no haber sido porque el presidente del estudio, Frank
Mancuso, decidió celebrar por todo lo alto el ya cercano vigésimo quinto
aniversario de la franquicia.
Harve Bennett propuso entonces recuperar el concepto de la
Academia de la Flota Estelar, lo que neutralizaría la creciente influencia y multimillonarias
exigencias salariales de los envejecidos actores de la serie original, ya que,
obviamente, sería necesario contratar nuevos y más jóvenes actores para relatar
las aventuras estudiantiles de James Tiberius Kirk y sus compañeros. El padre
del proyecto, una especie de "Top Gun en el espacio", fue el
productor Ralph Winter, quien la había presentado originalmente a Bennett
durante el desarrollo de “Star Trek IV”. "Es una gran historia, descubrir el origen de este joven y arrogante granjero
que va a la escuela de vuelo", explicó Winter, "y se encuentra con el primer extraterrestre
que viene de Vulcano, y cómo conocen a los otros personajes. Habría sido un
gran regalo para los aficionados en el 25º aniversario". Según lo veía
Winter, el futuro tenía que comenzar en alguna parte.
El guión resultante, escrito por el escritor de "La
Última Frontera", David Loughery, y titulado "Star Trek: The Academy
Years", comienza después de los acontecimientos narrados en la película
anterior, cuando el Dr. Leonard McCoy es abordado por un grupo de cadetes graduados
de la Flota Estelar y preguntado acerca de sus famosos compañeros, Kirk y Spock.
"¿Cómo eran?", pregunta uno
de los jóvenes. "¿Eran amigos?",
pregunta otro. Para su sorpresa, McCoy se burla de tal idea. "Nunca en toda mi vida conocí a dos candidatos
menos probables a ser amigos", asegura, y agrega que Kirk y Spock eran
tan diferentes como el día y la noche, o "Vulcano e Iowa".
En ese momento, la narración retrocede en el tiempo y el
espacio para mostrar una granja de Iowa, donde un joven Jim Kirk está
recibiendo una reprimenda de su hermano Sam por su imprudencia pilotando la
fumigadora aérea. Este Kirk, con claros rasgos de Luke Skywalker, parece
destinado a permanecer encadenado a la Tierra, trabajando en la aburrida granja
familiar. Pero he aquí que es aceptado en la Academia de la Flota Estelar como
parte de la última remesa de cien nuevos reclutas. Mientras tanto, en Vulcano,
un joven Spock está recibiendo presiones para que renuncie a su propósito de
entrar en la Academia, donde será el primer y único estudiante de sangre
vulcana.
Al llegar a San Francisco, donde tiene su sede la Academia,
Jim da un paseo en speeder invitado por una joven, Cassandra Hightower, que se
va a convertir en su interés romántico; se pelea con otro cadete llamado
Kalibar; conoce a su nuevo compañero de cuarto, Leonard MCoy, a quien
instantáneamente bautiza "Bones"; y a un joven oficial de ingeniería,
Montgomery "Scotty" Scott, que trabajó en un proyecto de propulsión
warp con el padre piloto de Jim, George Kirk, hasta que a éste se le dio por
muerto después de que su nave, la Bonaventure, desapareciera durante un viaje
experimental.
A medida que los cadetes se instalan y Kirk va intimando
con Cassandra, queda claro que la historia tiene lugar antes del “Renacimiento”
al que se hacía referencia en varios episodios de la serie original. La
esclavitud todavía es la base de muchas economías, incluida la del mundo natal
de Kalibar, donde él es el sucesor del actual monarca. El prejuicio racial
también está muy presente en todas las especies, como lo demuestra la paliza
que Kalibar y sus compinches propinan a Spock y de la que es rescatado por
Kirk. A resultas de esa agresión, Kalibar es expulsado de la Academia justo
cuando se entera de que su padre ha sido asesinado en el curso de un golpe de
estado, suceso posiblemente relacionado con la firma de un edicto
antiesclavista por parte de Kodaris, embajador del mundo natal de Kalibar.
Kirk y Spock tienen sus propios problemas ya que han sido
confinados en sus estancias por hacer trampas en un examen de mecánica cuántica
(Spock ayudó a su compañero utilizando la fusión mental vulcana). Mientras
tanto, McCoy y Cassandra se presentan a su primera misión a bordo de una vieja
nave estelar descrita en el guión como "un maltratado y remendado caballo de guerra. Su diseño puede que no resulte
familiar, pero su nombre es U.S.S. Enterprise". Sin embargo, antes de
que puedan completar su misión (llevar al embajador Kodaris a su mundo natal),
Kalibar les ataca, inutiliza la Enterprise y amenaza con destruir la nave a
menos que le entreguen al diplomático.
Al enterarse de la difícil situación en la que se encuentran sus amigos, Kirk, Spock y Scotty roban un prototipo de nave warp del museo de la Flota Estelar, el Bonaventure II, pero llegan demasiado tarde: la Enterprise está seriamente dañada, su capitán ha muerto y su tripulación no va a tardar en seguir el mismo destino. Abordando la deteriorada nave, Kirk, Spock, Scotty y McCoy entran en acción, cada uno asumiendo roles que anticipan los puestos que desempeñaran en el futuro, mientras se enfrentan a la nave de Kalibar con una Enterprise remodelada por ellos mismos y con capacidad warp. Con Kalibar derrotado y la Enterprise salvada, los cuatro camaradas (cinco, contando a la enfermera Chapel) se separan para seguir sus respectivos caminos, aunque estarán destinados, claro, a encontrarse de nuevo.
En este punto, el guión retrocede (o, mejor dicho, avanza)
hasta el presente (es decir, a continuación de “Star Trek V”), donde McCoy
termina su historia. Su comunicador emite un pitido y Scotty le pregunta si
está listo para regresar a bordo de la Enterprise. McCoy se disculpa con el grupo
de cadetes y echa un último vistazo a su alrededor. "Súbeme, Scotty".
Al revisar hoy este guion, sigue pareciendo sorprendentemente
sólido. Tiene momentos emocionantes pero también corazón y alma. Los personajes
y el espíritu de la serie original están inequívocamente recreados en la forma
en que hablan los protagonistas, la cadencia de sus diálogos y el fluir de la
historia. Estructuralmente, "Star Trek: Academy Years” bebe mucho de
"Top Gun": un joven bala perdida (Kirk) ingresa en la Academia,
conoce a una chica, se mete en problemas, comete algunas faltas de disciplina,
se ve obligado a emprender acciones inesperadas y le demuestra al rancio
sistema su auténtica valía y valor saliendo airoso de un desafío de grandes
dimensiones. A pesar de estos tópicos, este es un verdadero guión de Star Trek,
que adopta la filosofía de la serie original a escenarios nuevos que sólo
habían sido hasta ese momento vagas referencias. De hecho, "Academy Years”
trata de cómo Star Trek se convirtió en Star Trek y sus personajes en los
héroes que no creían ser.
Sin embargo, a finales de la década de 1980, los aficionados de línea dura de Star Trek tenían una actitud claramente contraria a la idea de la Academia de la Flota Estelar. Alentados por varios de los actores originales (que tenían un gran interés en seguir interpretando a los personajes que les habían permitido llevar una vida larga y próspera), esos fans, educada pero firmemente, empezaron una campaña de envío de cartas al estudio en las que se denunciaba el proyecto de la Academia como una herejía. En esto pudieron también tener que ver los rumores de que la película propuesta iba a ser una especie de "Loca Academia de Policía" (1984), una parodia de Star Trek en vez de un guion serio que celebraba los mejores valores de la franquicia.
El guionista, David Loughery”, y el propio estudio se
quedaron tan sorprendidos como confusos. Si con “La Nueva Generación”, Star
Trek había sido muy capaz de reinventarse en la televisión apoyándose en unos
personajes completamente nuevos, ¿por qué los aficionados no aceptaban una
propuesta similar para el cine, especialmente teniendo en cuenta el estrepitoso
fracaso de la quinta película?
Mientras tanto, alarmado por la posibilidad de que cuajara el concepto de la Academia –el cual, por supuesto, le dejaría fuera como Chekov- el actor Walter Koenig decidió tomar cartas en el asunto, acudiendo personalmente al presidente de Paramount, Frank Mancuso, con un esbozo de guión para una sexta película de Star Trek, subtitulada " In Flanders Fields".
La historia de Koenig comenzaba con la incorporación de los
Romulanos a la Federación y la consecuente guerra con los Klingon. Todo el
personal de la Flota Estelar se sometía a las reglamentarias pruebas de aptitud,
incluida la tripulación veterana de la Enterprise. Pero, debido a su edad, con
excepción de Spock, física y mentalmente superior-, no consiguen superarlas y
la nave es entregada a una tripulación más joven. Cuando ésta desaparece, Kirk
y sus antiguos camaradas son convocados y enviados a buscarla, descubriendo que
sus jóvenes sustitutos y Spock han sido secuestrados por una raza que sobrevive
drenando fuerzas vitales de otros seres y que, según explicaba Koenig, “no son especialistas con traje ni criaturas
de pelo azul con cuernos sino gusanos de barro y putrefacción verdaderamente
repulsivos… cosas de las que evolucionaron los monstruos de “Aliens””.
Se intentaba un épico rescate en el curso del cual perecían
Kirk, Scotty, Sulu, Chekov y Uhura, dejando a McCoy y Spock como únicos
supervivientes de la tripulación original. Mientras McCoy camina entre sus
camaradas muertos, recuerda a cada uno de ellos en un conmovedor flashback
(Koenig sugiere incluso varias posibles escenas extraídas de la serie de televisión)
y, finalmente, rescata de sus captores a un debilitado Spock. "En ese momento supremo de soledad y
desolación, Spock se permite admitir la única expresión de amistad de su vida: su
necesidad de Leonard McCoy. Spock se apoya en el médico en busca de apoyo, y
los dos camaradas, adversarios en mil discusiones a lo largo de los años, se
marchan juntos”.
Independientemente de si Mancuso llegó alguna vez a considerar factible el tratamiento de Koenig, la idea de “Academy Years” nunca llego a desarrollarse de verdad, aunque en el futuro y en otras encarnaciones de la franquicia sí aparecerían ecos del guión de Loughery, en particular en "Star Trek: Primer Contacto" (saltos warp experimentales); un Enterprise anterior a Kirk en la serie homónima protagonizada por Scott Bakula; "Star Trek: The Beginning" de Erik Jendresen (lo veremos luego); y, por supuesto, la posterior reinvención de la franquicia por parte de J.J.Abrams.
En cambio, Paramount optó por cederle a Leonard Nimoy las
riendas de una sexta película de Star Trek que reuniera –otra vez- a todo el
reparto de la serie de televisión. Nimoy invitó a los guionistas Mark Rosenthal
y Lawrence Konner a esbozar la historia en colaboración con él mismo,
considerando inicialmente para ella la primera reunión de los dos capitanes de
la Enterprise, Kirk y Picard. Como era de esperar, la división televisiva de
Paramount, que estaba cosechando un enorme éxito en el mercado sindicado con
"La Nueva Generación", se opuso vehementemente a la idea.
A cambio, Rosenthal y Konner propusieron una historia inspirada en el ascenso de la perestroika y la caída del Muro de Berlín que planteaba una paz entre la Federación y los Klingon. Ambos bandos habían sido acérrimos adversarios en la serie original y las películas anteriores, pero su relación, gracias al trabajo de los guionistas de “La Nueva Generación”, había ido evolucionando hacia una incómoda e inestable alianza. ¿Qué pasaría si esa anhelada paz se viera amenazada por aquellos individuos de ambos lados con interés en prolongar la situación de tensión bélica?
La historia fue recibida con entusiasmo, primero por el
estudio y luego por el director elegido por Nimoy, Nicholas Meyer, quien, como
hemos visto, había dirigido el para muchos mejor capítulo de la franquicia,
"La Ira de Khan", y contribuido al guión de "Misión Salvar la
Tierra". Por una vez, la historia experimentó relativamente pocos cambios
en el desarrollo del guion que realizaron Meyer y el novelista Dennis Martin
Flinn a partir del tratamiento original de Nimoy-Rosenthal-Konner. El guión de
rodaje se completó en octubre de 1990, apenas cinco meses después de que Nimoy
hubiera recibido el encargo de "Star Trek VI".
Sin embargo, las preocupaciones respecto al presupuesto necesario para sacar adelante la película la dejaron varada en el limbo durante varios meses. Llegó incluso a ser cancelada por completo, sólo para ser reactivada tras efectuar recortes tanto en algunos salarios (incluidos los de Nimoy y Meyer) como escenas, incluida un comienzo de quince páginas en el que un misterioso enviado de la Federación contacta con los antiguos miembros de la tripulación de la Enterprise y los recluta para una última misión. La sugerencia para mejorar el guion que hizo Walter Koenig con la muerte de Kirk fue, como era de esperar, desoída.
Finalmente, el 13 de febrero de 1991, Paramount dio oficialmente luz verde a "Star Trek VI", con la condición de que llegara lo más rápido posible a los cines, concretamente antes del 13 de diciembre de ese mismo año. De alguna forma, el equipo lo logró y, aunque no pudo igualar los resultados en taquilla de "Misión Salvar la Tierra", "Aquel País Desconocido" igualó la recaudación de la segunda y tercera entregas. El reparto original podía por tanto despedirse con honor… o eso se pensó entonces.
(Finaliza en la siguiente entrada)
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