martes, 29 de agosto de 2017

2002- INFILTRADO - Gary Fleder


“Infiltrado” llegó a las pantallas en 2002 tras una serie de considerables retrasos. Su rodaje se llevó a cabo nada menos que en 1998 con la intención de ser uno de los tres segmentos, de unos cuarenta minutos cada uno, de una película compuesta por tres de ellos y titulada “Light Years”. Ahora bien, por algún motivo el proyecto se malogró y los ejecutivos de Dimension Films pensaron que el material ya filmado de uno de ellos era suficientemente bueno como para alargarlo y convertirlo en una película independiente (los otros segmentos acabaron desembocando en “Mimic” de Guillermo del Toro, y el corto “Alien Love Triangle” de Danny Boyle).



Se exhibió el tráiler en los cines a mediados de 2000 pero el estreno volvió a posponerse. En 2001 se anunció una edición directa a vídeo solo para cancelarse cuando se afirmó otra vez, a finales de ese mismo año, que definitivamente se estrenaría en salas al año siguiente –probablemente por intereses fiscales-. Como resultado de todas esas vacilaciones la película fue sometida a diversos remontajes y añadido de escenas adicionales escritas por los diversos guionistas que en un momento u otro fueron participando en el proyecto… parches todos ellos que resultan evidentes en el resultado final y que no le hacen ningún favor.

En el año 2079, la Tierra está en guerra con los alienígenas de Alfa Centauri. Spencer Oldham (Gary Sinise) es un brillante científico que debido al conflicto ha abandonado sus sueños de explorar el espacio y se dedica a diseñar armas avanzadas para el gobierno. Como resultado de la guerra, la atmósfera de la Tierra ha sufrido graves daños y los miembros más afortunados –y acaudalados- de la sociedad se han refugiado en magníficas ciudades protegidas de la toxicidad ambiental y los bombardeos alienígenas gracias a campos de fuerza.

Un día, cuando se dirige al trabajo, Spencer es arrestado por el mayor Hathaway (Vincent
D´Onofrio) de las fuerzas de seguridad. Hathaway cree que el verdadero científico ha sido reemplazado por un duplicado androide que no es todavía consciente de su auténtica naturaleza, pero que en el momento indicado, cuando vaya a reunirse con el Canciller ese mismo día, “despertará” y detonará la bomba que alberga en su interior. Spencer protesta vehementemente y niega la tesis del mayor pero no le sirve de nada. Al final, ha de recurrir a la violencia para escapar antes de que le abran en canal ya que la autopsia es la única forma de determinar su verdadera identidad. Huyendo de la policía, ha de salir de la seguridad de la ciudad para establecer relaciones con el mundo criminal, contactar con su esposa, la doctora Maya (Madeleine Stowe) y demostrar que es humano.

“Infiltrado” está dirigida por Gary Fleder, que ganó cierto crédito con el film de serie negra “Cosas que Hacer en Denver cuando Estás Muerto” (1995), para luego encasillarse en una serie de eficientes pero poco destacables films de corte eminentemente comercial como los thrillers “El Coleccionista de Amantes” (1997), “Ni una palabra” (2001) o “El Jurado” (2003). Su primera película, un telefilm titulado “The Companion” (1994), fue precisamente una historia de CF que abordaba
el tema –un tanto manido ya para entonces, eso sí- del androide aparentemente benévolo que luego enloquece. En cuanto al guión para “Infiltrado”, Fleder contaba con David Twohy, director él mismo de películas del género tan interesantes como “Huida a Través del Tiempo” (1992), “¡Han llegado!” (1996) o “Pitch Black” (2000) entre otras. Colaborando con él figura Ehren Kruger, guionista de “Arlington Road” (1999), “Scream 3” (2000), “The Ring” (2002), “El secreto de Los Hermanos Grimm” (2005) y varias entregas de los Transformers.

El film se apresura a anunciarnos (antes de los créditos, el reparto e incluso el propio título) que estamos ante una adaptación de un trabajo de Philip K.Dick, originalmente publicado en 1953. Dick es uno de los grandes de la ciencia ficción pero su literatura no es apta para todo el
mundo. Sus historias se enmarcan en una visión del mundo paranoide en la que los protagonistas se encuentran habitualmente sumidos en una crisis existencial, no siendo capaces de distinguir si ellos mimos son duplicados androides indistinguibles de los humanos o si el mundo que les rodea es real o una ilusión creada por sus cerebros o la tecnología manipuladora de un tercero. Con todo y a pesar de ese pesimismo y paranoia –o quizá precisamente por ello-, es uno de los escritores cuya obra más veces ha sido adaptada en la gran pantalla, con títulos como “Blade Runner” (1982), “Desafío Total” (1990 y 2011), “Asesinos Cibernéticos” (1995), “Minority Report” (2002), “Paycheck” (2003), “A Scanner Darkly” (2006), “Next” (2007), “Radio Free Albemuth” (2010) o “Destino Oculto” (2011).

El espíritu y temas de Dick están claramente representados en la historia: la incertidumbre
sobre la identidad de Spencer y la realidad de las acusaciones contra él son sin duda dos de las obsesiones del escritor. Ahora bien, colocar el nombre de Philip K.Dick al principio de la cinta (antes incluso que los créditos, el reparto y el propio título) en un intento de impregnarse del prestigio del escritor no augura nada bueno. Y es que parte del problema de esta película y posible explicación de sus numerosos retrasos es que se trata de una historia relativamente modesta y corta de pretensiones. Nos ofrece un puñado de actores moderadamente conocidos (incluyendo a Gary Sinise, que también figura como productor, quizá intentando escapar de una carrera basada en personajes secundarios), pero no estrellas de empaque. Tiene algunos fondos urbanos muy logrados a cargo de Industrial Light and Magic (eso sí, para la época; hoy no han envejecido bien), pero tampoco es este un film que atrape por sus efectos especiales. Hay varias escenas de persecuciones, tiroteos y peleas, pero claramente tampoco eso la acredita indiscutiblemente como película de acción. Y, desde luego, no es en absoluto una historia intelectual que explore a fondo el tema de la identidad y la forma en que ésta se construye. Al final, “Infiltrados” es un film desequilibrado que confía casi exclusivamente en la fuerza de una idea de arranque original y un final impactante, lo que puede explicar las dificultades a la hora de publicitarla. Podrían haberla convertido en una plataforma vistosa pero más o menos hueca, rebosante de acción y efectos especiales –como se hizo con “Desafío Total” o “Paycheck”-, pero el director y los guionistas decidieron que no era necesario asumir esa hipoteca. De hecho, a pesar de los evidentes añadidos y remontajes, se conservó el inesperado y poco reconfortante final.

A favor de Fleder habría que decir que probablemente se vio atrapado en un proyecto que no deseaba: había firmado para dirigir un corto y de repente le endosan una película entera cuyo
guión no estaba ni medio masticado; contaba con un presupuesto muy ajustado tratándose de ciencia ficción y para el estudio esta película nunca fue una prioridad. Desde luego, no tenía razones para estar muy motivado…y se nota. El origen de la película como segmento corto de una antología resulta demasiado evidente: empieza y termina bien pero todo el segundo acto es básicamente metraje de relleno con Spencer huyendo fuera y dentro de la ciudad. Fleder intenta generar tensión y suspense colocando la cámara en ángulos inusuales, haciendo que toda la acción transcurra por la noche e insertando efectos de sonido cada vez que la cámara se mueve, recursos todos ellos bastante manidos aunque ocasionalmente efectivos. Igualmente, resultan muy visibles todos esos clichés del cine distópico que puntean la película: los violentos agentes de seguridad y sus retorcidos instrumentos de tortura, el paisaje urbano hipermoderno generado por CGI con una estética a mitad de camino entre “Metrópolis” y “Blade Runner”, la desolada “Zona” exterior habitada por seres embrutecidos o la omnipresente propaganda gubernamental a base de eslóganes totalitarios al estilo “1984”.

El diseño de producción oscila entre lo incoherente y lo olvidable. La gente vive en una especie de cabañas de campamento que son más grandes por dentro de lo que parecen por fuera. Los edificios públicos se asemejan más a vestíbulos de hotel que a funcionales hospitales o laboratorios. Hay una escena en la que aparece una extraña capilla de estilo expresionista alemán, pero aparte de eso poco más se puede reseñar porque los efectos visuales parecen hoy extraídos de un videojuego. El resto de este mundo –básicamente todo lo que vemos tras los quince primeros minutos de metraje- está compuesto de fábricas abandonadas, callejones y túneles oscuros y espacios industriales ruinosos.

Sinise hace lo que puede para sacar adelante la película, pero tiene poco con lo que trabajar.
Hay pocos momentos que sirvan para que los espectadores conecten con su personaje más allá de su amor por el rock and roll clásico; y menos tiempo aún para que pueda definirse bien la relación con su mujer, interpretada de forma bastante rígida por Madeleine Stowe, lo cual es una lástima porque en último término la historia depende del nexo entre ambos. Hay, sin embargo, algún buen momento desde el punto de vista emocional basado en el conflicto interior que ambos sufren acerca de si traer o no a un niño a ese mundo sumido en la guerra. Es una escena resuelta son sutileza y una de las mejores de la película. Por desgracia, cualquier intento de profundizar en la caracterización queda rápidamente sepultado por la larga secuencia de persecuciones.

“Infiltrado” no es una película que vaya a gozar jamás de estatus de culto o siquiera figurar entre las más destacables de ese año en el ámbito de la CF, pero ofrece un entretenimiento modesto y razonablemente efectivo. El planteamiento de la historia es interesante, dura solo hora y media y Gary Fleder la conduce con solvencia aunque sin originalidad. Quizá el principal defecto sea precisamente ese: su falta de pretensiones además de dar la impresión de ser un episodio televisivo de “La Dimensión Desconocida” excesivamente alargado. Pero, con todo, hay films mucho más impresionantes visualmente y mejor publicitados cuyo visionado es considerablemente más aburrido. Podría decirse que “Infiltrado” es un ejemplo modélico de serie B moderna, un producto menor al que le falta la chispa, el talento y los medios necesarios para ascender a la división de honor pero que tampoco llega a aburrir.





3 comentarios:

  1. hola, no la vi, pero lei es cuento de dick que es bastante bueno, dick es oscuro y dificil de hacer en un largometraje, y mas si es un cuento, yo creo que hay que reescribir y agregar muchas cosas como hicieron en sentencia previa y total recall que salieron bastante bien. yo no entiendo como hacen todos esos parches en los guiones, los tendria que hacer una persona, o dos a lo sumo. eso de unir muchas cosas clasicas como metropolis o 1984 si no se hace bien queda ridiculo. yo creo que hollywood y algunos productores destruyen buenas ideas porque creen que la gente solo busca tiros y accion y no hacen buenos guiones como esta pasando con juego de tronos, eso puede dar dinero a corto plazo pero destruye el prestigio de la industria, saludos.

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  2. El cine, como el comic o la propia novela, tiene diferentes productos destinados a diferentes públicos. Algunos son entretenimientos vacíos destinados a ver y olvidar; otras películas son auténticas maravillas de gran profundidad... Y siempre que hay un material original previo sobre el que los guionistas trabajan, hay que hacer cambios. No hay que indignarse demasiado por ello, al menos hasta ver el resultado. "Blade Runner" no tiene prácticamente nada que ver con la novela de Dick, pero es una gran película. Otros films son más fieles al material original pero también resultan un tostón. Cine y literatura son dos formas de narrar historias con sus propios recursos y ritmo. Y, aunque no nos guste demasiado, también hay que pensar que los blockbuster tontorrones sirven para financiar otras películas más arriesgadas que de otra forma difícilmente verían la luz. Un saludo y gracias por tu comentario...

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    1. hola, yo no soy ningun purista y me gustan las profundas y las otras tambien, pero hasta estas tienen que estar bien hechas, no que cambien 50 veces el guion y se meten 50 personas, asi no puede salir nada bien. la diferencia es las serie de star trek next generation contra las peliculas, una bien hecha y las otras mal. podrian hacer mejor las cosas con los guionistas de lujo y los actores enormes que tienen, de eso hablaba. ponen demasiado enfasis en los fx y poco en los guiones por eso los guionistas buenos se van a las series, uno saludo!

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