Antes de que el formato VHS hiciera posible volver a ver las películas favoritas tantas veces como uno deseara, las novelizaciones y adaptaciones al comic de aquéllas eran las únicas opciones que tenían los aficionados para revivir las sensaciones obtenidas en su visionado original en cines. Mientras que la mayoría de estos comics no fueron más que productos del montón destinados a aprovecharse económicamente del éxito ajeno y en los que los autores no invertían más esfuerzo del estrictamente necesario, hubo excepciones que supieron ir más allá y ofrecer productos por encima de la media. Por ejemplo, la adaptación en seis partes que Marvel hizo de “Star Wars” en el verano de 1977, salvó a la compañía de pasar un duro trago financiero y dio lugar a una de sus series de comics más vendidas durante años.
Pero en general, los autores más inquietos y con mayor talento no eran los encargados de realizar este tipo de trabajos. Al fin y al cabo, desde el punto de vista creativo no suponían


Nacido en Reading, Pennsylvania en una familia de origen ucraniano, empezó a dibujar tebeos

El entonces editor de Marvel, Stan Lee, lo contrató como dibujante para la serie de “Nick Furia” que se serializaba en la cabecera “Strange Tales”. Al principio, Steranko se limitó a terminar los bocetos realizados por Jack

Su inquietud y versatilidad le llevó a desvincularse progresivamente de Marvel para empezar en 1969 su propia empresa, Supergraphics, con la que publicó la revista Mediascene; y el ensayo “La Historia de los Comics” en 1970. Colaboró con el guionista Byron Preiss en el comic antidroga “The Block”, que el gobierno distribuyó por las escuelas de

Estrenada en mayo de 1981, “Atmósfera Cero” fue una película de ciencia ficción que bebía de “Alien” (1979) en cuando a su estética, diseño y aproximación “proletaria” a la aventura espacial; y de “Solo Ante el Peligro” (1952) en lo que se refiere a su argumento. Sobre el film ya hablé en su respectiva entrada así que a ella me remito. Valga decir aquí que ambas películas compartían muchos temas, como la soledad y aislamiento del trabajo en el espacio, la claustrofobia, la lucha de clases, las megacorporaciones que sacrifican despreocupadamente vidas humanas en aras del

Aunque “Atmósfera Cero” no fuera una película particularmente inspirada o imaginativa, sí resultaba muy eficaz y absorbente y hoy está considerada un clásico menor dentro del género. Pero en aquel momento, Warner Brothers apostaba fuerte por ella y esperaba que sería un éxito de taquilla con ramificaciones multimedia, tal y como había sucedido un par de años antes con la Fox y su “Alien”. Con vistas a ello, adoptaron una estrategia de marketing semejante. Así, se encargó una novelización de la película a Alan Dean Foster, un escritor de segunda que ya había hecho el mismo trabajo para “Star Wars”, “Alien”

En cuanto al inevitable comic, se confió a la revista “Heavy Metal”, una cabecera nacida en 1977 como versión americana de la francesa “Metal Hurlant” y que en su primera etapa había incluido material de artistas galos como Moebius, Bilal, Caza o Druillet, antes de ir incorporando a sus filas talentos patrios como Richard Corben, Arthur Suydam o Bernie Wrightson. Ya en 1979, había serializado la adaptación al comic de “Alien” escrita por Archie Goodwin y dibujada por Walter Simonson. Fue aquel un trabajo innovador que al

Para entonces, el polifacético artista llevaba una década retirado del mundo del comic pero gráficamente seguía teniendo una energía inmensa. En 1976 había escrito e ilustrado la novela “Chandler: Cosecha Roja”, un homenaje al novelista americano de género negro y al cine de igual temática. Fue, además y literalmente, la primera novela gráfica: en lugar de las clásicas rejillas con viñetas y bocadillos con palabras, la narración se estructuraba como pequeñas ilustraciones con el texto al pie. Aunque las ventas no fueron


“Atmósfera Cero” es un auténtico tour de force que vuelve a demostrar por qué Steranko es un gran nombre de los comics. Su adaptación consiste casi exclusivamente en doblas páginas-viñeta, con una imagen principal que establece el foco de la acción y viñetas más pequeñas insertas alrededor, todo diseñado para dar a los lectores un sentido cinematográfico. Esta

Elegante y complejo ejercicio de diseño gráfico, economía narrativa y minuciosidad artística, Steranko consiguió en “Atmósfera Cero” hacer suyos y perfeccionar los elementos propios del género negro y la ciencia ficción que proponía la película y para ofrecer un comic que en muchos sentidos se anticipa a la estética ciberpunk inaugurada oficialmente en el cine por “Blade Runner” tan solo un año después. Ahí tenemos las salas de control iluminadas por paneles llenos de lucecitas y visores, las viñetas que remedan pantallas de televisión, iluminaciones tenebristas con mucho contraste, ambientes cerrados y claustrofóbicos…
Esta obra maestra del comic, por desgracia y hasta la fecha, no ha sido reeditada. En Estados Unidos sólo puede disfrutarse haciéndose con los números originales de “Heavy Metal”, mientras que en España la Colección Humanoides de Eurocomic la recopiló en un tomo único en rústica que hoy constituye un auténtico tesoro en la colección de cualquier aficionado.
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