Desde 1979 y durante diez años, el historietista francés François Bourgeon se labró justificadamente la fama de ser uno de los mejores artistas de comic del mundo. Sus series históricas "Los Pasajeros del Viento" (ambientada en el mundo de la navegación del siglo XVIII) y "Los Compañeros del Crepúsculo" (cuya acción transcurría en la Baja Edad Media) fueron objeto de premios, alabanzas y apreciación universal por parte de lectores y críticos. Nadie antes que él había volcado en el dibujo de un cómic un detallismo y precisión histórica semejantes, producto de un proceso de documentación tan meticuloso que rayaba en la obsesión. Aun más, ambas sagas ofrecían personajes bien construidos, intensidad dramática y un sólido poso intelectual.
Pero a comienzos de los años noventa, el autor decidió apartarse del pasado para explorar el


Años atrás, la familia más importante de la Sonda, los Olsimar, enviaron una expedición colonizadora a un planeta exterior, ilO. Sin embargo, una guerra interplanetaria que enfrentó a varios mundos -incluido Olh- contra el Imperio y que se saldó con una inestable paz, provocó la interrupción de comunicaciones con ilO. Desde hace décadas nadie sabe lo que ha sido de los colonos y los Olsimar han estado preparando una nueva expedición para averiguar el destino de la primera. Además, se espera encontrar entre la abundante vida natural de ilO alguna cura para una epidemia mortal que está diezmando la población masculina de Olh y, por pura desesperación, haciendo ganar fieles a la Fontana.
La expedición debía estar liderada por el primogénito del patriarca Olsimar, pero al morir víctima

"La Fontana y la Sonda" no es sólo una sofisticada historia de aventuras espaciales dentro del molde de la CF "dura", sino el comienzo del viaje de Cyann, un intenso y largo recorrido físico y espiritual: de los lujos de su vida aristocrática al lejano y hostil planeta de ilO, de una vida disipada, rebelde y dominada por la satisfacción de sus caprichos a la asunción de su papel de líder, responsable no sólo de la vida de su tripulación, sino quizá del destino de su pueblo.

Fue Lacroix quien diseñó los complejos decorados urbanos o naturales, ciudades o selvas,



Pero no sólo la creación de ese impresionante mundo alienígena-futurista es lo que merece la pena destacarse en este primer álbum. Bourgeon siempre ha sentido debilidad por las mujeres fuertes, independientes, decididas e inteligentes y sus dos sagas anteriores venían protagonizadas por sendas féminas cortadas con ese patrón aunque ajustadas a la época histórica en que transcurría la narración. Cyann Olsimar comienza siendo una muchacha malcriada y conflictiva que no puede sino caer antipática al lector. Poco a poco, conforme transcurren las 110 páginas del volumen, se opera una transformación en virtud de la cual aprende a asumir su responsabilidad, ejercer de líder y suavizar la relación con su no menos conflictivo padre.

Bourgeon y Lacroix retratan de forma exquisita las relaciones entre los poderes dominantes de


Es este álbum un relato de viajes, una larga travesía por un planeta alienígena descrito con la minuciosidad y colorido de la primera parte. Tratando de encontrar el rastro de los colonos en ilO y sobrevivir a los peligros que les acechan, Cyann y su tripulación deberán atravesar llanuras heladas, ríos, desiertos, pantanos y espesas junglas, enfrentándose a todo tipo de amenazas meteorológicas, animales, vegetales y, en último término, humanas. Cyann ya se ha convertido en una experimentada líder. Sabe que debe ser inflexible y estricta porque de ello depende su supervivencia. Al fin y al cabo ella es la única que, gracias a los archivos de su familia, conoce los secretos del planeta.
Pero su difícil carácter no le hará precisamente popular entre varios miembros de la tripulación.

La última parte del álbum acusa un cierto bajón gráfico que pudo ser producto del cansancio, la premura de los plazos de entrega o el deterioro de las relaciones con la editorial. Sobre esto último, he comentado más arriba que los aficionados a los comics de Bourgeon siempre hemos sufrido dilatadas esperas entre un álbum y otro debido a la minuciosidad con que los elaboraba. Sin

Bourgeon había forjado unos sólidos lazos con la editorial familiar Casterman, que le había apoyado incondicionalmente desde el comienzo de su carrera. Pero cuando esta compañía fue adquirida por el grupo empresarial Flammarion comenzaron las desavenencias. Bourgeon y Lacroix llevaron a la editorial a los tribunales acusándola de haber manipulado las cifras de ventas con el fin de escamotearles royalties. Por su parte, la empresa los denunció por no haber entregado un nuevo álbum de Cyann en tres años. La batalla legal fue objeto de una gran atención mediática en Francia, puesto que se dilucidaban importantes cuestiones relacionadas con la libertad intelectual y los derechos de autor. Fue un proceso largo, incierto y desagradable, pero finalmente los creadores vieron satisfechas sus demandas, obtuvieron su libertad contractual y el tercer álbum, por fin, vio la luz en 2005, ocho años después del anterior, bajo el sello de una nueva editorial, Vents d´Ouest.
En "Aïeïa de Aldaal" (2005), Cyann llega por error a Aldaal, un planeta poco desarrollado cuyo

Cyann, indefensa y confundida tras su llegada al planeta, acaba siendo vendida como esclava a Aïeïa, una mujer a la que la vida ha convertido en un ser duro, cínico y despiadado y cuya intención es utilizar su nueva adquisición como desahogo sexual. Pero Cyann, gracias a su indomable carácter, valentía y abundantes recursos acaba ganándose su respeto. Cuando consigue convencer a Aïeïa de que es posible escapar de ese planeta, la relación ama-sierva va dando paso a una de camaradería. Ambas descubren que Aldaal ha sido artificialmente convertido en un planeta de esclavos que, sin ser conscientes de su situación, extraen una valiosa materia prima, el micomi, para una poderosa corporación galáctica que se

Lacroix y Bourgeon vuelven a crear en Aldaal un mundo complejo y decididamente alienígena. La ausencia de un ciclo día/noche hace que la percepción del tiempo por parte de los aldaalanos sea muy diferente de la de Cyann -y de la nuestra- y que el perpetuo ocaso en el que viven les prive de la visión de las estrellas y, por tanto, de la conciencia del lugar que ocupan en el universo. Desconocen que existen otros mundos habitados y viven en una autarquía económica subdesarrollada, asfixiante y despiadada. Las difíciles condiciones de ese mundo concentran todos los esfuerzos de sus habitantes en una sola actividad: sobrevivir a cualquier coste. No hay tiempo ni lugar para desarrollos tecnológicos, sociales o morales; y el perpetuo nomadismo les impide fundar una civilización sedentaria que pudiera propiciar el progreso.
El tema subyacente del álbum, más allá de la aventura de Cyann y Aïeïa, es una ácida crítica de la

Para la CUM, Aldaal es el planeta ideal: aislado y hostil para sus habitantes, por lo que estos dependen de ella para su supervivencia. Allí tiene la compañía una fuente continua y barata de mano obra esclava sin que ni siquiera sean conscientes de ello. Así, cuando Aïeïa afirma orgullosa: “¡Yo no obedezco a nadie!”, Cyan le responde: “Salvo a quien te da la pila…”.

Tras el bajón de la última parte del álbum anterior, el arte de Bourgeon vuelve a remontarse muy por encima de la media de los artistas de comic, si bien no llega a la altura de la primera entrega. Como en el resto de álbumes de Cyann, el color es "directo", esto es, no se aplica de forma mecánica en la imprenta de acuerdo con especificaciones del colorista, sino directamente por éste sobre el papel utilizando acuarelas o témperas, técnica mucho más compleja pero que, aplicada con pericia, da resultados infinitamente más satisfactorios. El color en esta serie de álbumes forma parte integral del dibujo, ayudando a crear atmósferas e iluminaciones que redondean e incluso sostienen la creación de sus escenarios. En el caso de "Aïeïa de Aldaal", Bourgeon utiliza exclusivamente

En "Los colores de Marcade" (2007), Cyann llega a un planeta cuya superficie hostil y desértica está perpetuamente oculta bajo una espesa capa de nubes. Sobre éstas, levantada sobre colosales pilones, se alza la gran ciudad que durante unos días acoge a nuestra heroína. Aunque utilizar el verbo "acoger" llama a engaño. A punto de ser asesinada, es rescatada por un funcionario del imperio que se convierte en su amante y le sirve de guía por la compleja sociedad de Marcade.
Nada es gratis en esta ciudad, ni siquiera las conversaciones. Todo el mundo lleva un dispositivo electrónico en sus vestimentas que, según el color que muestre, indica si su portador está dispuesto a dialogar o responder a una simple pregunta, incluso un saludo, y a qué precio, si quiere que le dejen tranquilo o si está arruinado. Sobre cada individuo planea, además, un artefacto que sirve para llevar la cuenta de los créditos

En un clima de capitalismo extremo, la ética o la misma humanidad, desaparecen: los padres a los que sus hijas deben dinero las ofrecen a las "Casas de Placer" para que trabajen allí hasta que salden sus deudas; los periódicos atentados que causan masacres en los centros comerciales son ocultados y disimulados como espectáculos para que el miedo no aparte a la gente de los mercados y las calles; los hijos de las familias acomodadas se entregan a cacerías humanas nocturnas cuyas víctimas son desgraciados que han caído en la ruina. Asqueada, Cyann consigue tras no pocas tribulaciones huir de ese mundo y llegar al suyo, Olh. Pero allí todo ha cambiado. Sus viajes espaciales a través de las puertas estelares cuyo secreto posee han conllevado desplazamientos temporales y en su planeta han pasado varias décadas desde que se marchó a ilO.
"Los colores de Marcade" es un álbum satisfactorio solo a medias. El dibujo, diseño y color son

No me extenderé otra vez acerca del minucioso trabajo que los autores vuelcan en la descripción gráfica y conceptual de este mundo, pero sí quiero subrayar, una vez más, la inteligente utilización del color como elemento expresivo inserto en la narración. Si en "Aïeïa de Aldaal" la paleta de colores se limitaba -con una gran variedad de matices, eso sí- a tonos ocres y pardos acordes no sólo al entorno físico del planeta sino al carácter de la propia aventura, en "Los Colores de Marcade" asistimos a una explosión cromática. Ese desfile de colores y formas -en los edificios, las vestimentas, los maquillajes

El problema del álbum reside en que fracasa a la hora de alcanzar sus metas. Cyann pasa toda su estancia en Marcade tratando de escapar del planeta y olvidando que en primer lugar llegó allí para investigar la red de explotación de mundos que había montado una gran corporación. Ese punto queda sin aclarar adecuadamente cuando tras varias tribulaciones Cyann consigue transportarse a Olh. Al percatarse el lector de que han transcurrido cuarenta años, que el aspecto de la ciudad de Cyann ha cambiado considerablemente y que la política y el gobierno han dado un giro radical, no puede sino esperar un clímax revelador de gran intensidad emocional -no puedo profundizar más en el comentario sin chafar el final-. Pero lo que encontramos es otra apresurada sucesión de huídas que se prolonga varias páginas y que no resuelve nada. Con todo, es una historia entretenida, excelentemente dibujada y que no afecta negativamente al tono general de la serie.
Bourgeon detuvo aquí su desarrollo de la saga, rematando el álbum en un final abierto y que

“Los pasadizos del Entretiempo” (2012) comienza con una Cyann que, tras su amarga experiencia e Olh, ha sido recogida por una peculiar nave, el Entretiempo, capaz de transportarse instantáneamente no sólo entre distintos puntos de la galaxia, sino a diferentes tiempos. Su tripulación –que reserva su propia sorpresa- se dedica a recoger especímenes botánicos por los planetas con destino a la investigación farmacológica. Están en uno de ellos, Fulguru, cuando Cyann se topa con el que, según le informaron en la incursión al futuro de Olh que realizó en el álbum anterior, fue el asesino de su hermana pequeña, Azulea.

Lo primero que llama la atención es el descenso en el nivel gráfico. Trazos más gruesos, exceso de primeros planos, un menor grado de detalle en los fondos y la creación de los diferentes mundos, hace que, aunque Bourgeon siga bastante por encima de la media de calidad del comic europeo, estas páginas sí desmerezcan ante la riqueza de las de los tres primeros volúmenes. El hecho de que el dibujo empeore conforme se acerca el final podría hacer pensar que el autor se cansó de la serie, que la edad ya no le permite mantener el mismo grado de obsesiva atención por el detalle o bien, por alguna razón, prisas por entregar el trabajo o descontento con la editorial (que, por cierto,

En cuanto a la historia, transcurre principalmente en Olh, pero el regreso a ese escenario, pese a que se desarrolla a un ritmo frenético en contraste con el más moroso que imperaba en álbumes anteriores, no resulta del todo satisfactorio. Es interesante ver los cambios operados en la ciudad, los personajes y el sistema sociopolítico que tan bien nos describieron Bourgeon y Lacroix en “La Fontana y la Sonda”, pero al mismo tiempo no se puede evitar cierta sensación de “deja vu” no sólo respecto a esa primera entrega, sino al álbum anterior, “Los Colores de Marcade”. Por otra parte, hay determinados elementos que no quedan bien explicados, como la naturaleza y funcionamiento de Entretiempo, un concepto original que habría dado para todo un álbum pero que Bourgeon margina a favor de las desventuras de Cyann en Olh.

Y, por fin, tras más de diez años, “El Ciclo de Cyann” llega a su final con “Las Suaves Auroras de

Lo más interesante llega hacia el final, un final que, sin constituir del todo una sorpresa, sí introduce al menos un punto de drama alrededor de paradojas temporales bastante retorcidas. Cyann parece atrapada en su propio destino, nunca imaginó que regresar a IlO provocaría un bucle temporal. El Wekan –la peor criatura imaginada por Bourgeon, estúpida e irritante- explica a Cyann los efectos que sus viajes por la línea temporal han tenido sobre su propia vida, una

El dibujo, por su parte, sigue en la línea del anterior, a considerable distancia de lo visto en los primeros volúmenes: trazo más grueso, fondos más descuidados, abundancia de primeros planos y, en general, menos riqueza y exuberancia que en el resto de la saga.
“Las Suaves Auroras de Aldalarann” es, en definitiva, un broche algo tibio, incluso decepcionante, para la inmensa creatividad que, en su conjunto, destila esta saga de ciencia ficción.
“El Ciclo de Cyann” no son álbumes de fácil lectura. Son voluminosos, su historia es densa y su dibujo, aunque de corte clásico, exige una atención especial muy superior al de otras obras con un grafismo más sencillo. Hay quien critica al dibujante sobre la base de que sus elaboradas viñetas obligan a ralentizar el ritmo de lectura hasta llegar a perder el hilo de la historia. Algo hay de ello, sí. Además, el autor prescinde de los textos de apoyo y hace uso intensivo de elipsis que hacen necesaria una lectura más reposada y reflexiva, a veces incluso teniendo que volver atrás para revisar pasajes anteriores.
Temáticamente, “El Ciclo de Cyann” es una saga también muy europea. Toca muchos de los

En muchos sentidos, Bourgeon es un autor que nada contracorriente: en un mundo que tiende hacia el producto fácil y rápidamente consumible, él propone historias complejas argumental y gráficamente que exigen para su disfrute de una concentración especial. A cambio de su esfuerzo, el lector saboreará un relato fascinante que podrá releer con el paso del tiempo descubriendo en cada ocasión nuevos matices y detalles en sus viñetas y tramas.
Sin duda, una obra imprescindible dentro de la ciencia-ficción en viñetas y una de las mejores de todo el género en lo que a creación de mundos se refiere.
Precisamente por esa dilatación en el parto la dejé pasar a pesar de que las anteriores obras de Burgeon me gustaron. Lo que leí en el Cimoc tampoco me enganchó. Pero impones una reconsideración.
ResponderEliminarBueno, Bourgeon es un autor muy personal. Estoy seguro de que hay gente que lo considera aburrido y lento, pero a mi sus comics me parecen una delicia para saborear despacio y releer de vez en cuando. Y cuando a la gente se le cae la baba con James Cameron y su Avatar, pienso en lo que consiguieron Lacroix y Bourgeon en solitario y, sencillamente, me parece que le dan sopas con onda a Avatar...
ResponderEliminarGracias por tu comentario...!
No he visto a Avatar así que con eso te digo lo que opino de Cameron...
ResponderEliminarEstupenda reseña. Me gustó mucho Los compañeros del crepúsculo y creo que esta obra también promete!
ResponderEliminarGracias por el comentario!!
ResponderEliminarSiendo un enamorado de Bourgeon y de esta saga, me quito el sombrero frente a esta reseña. Bravísimo. Comparto al 100% todo su contenido, de principio a fin. Un análisis profundo, certero e inteligente.
ResponderEliminarMuy buena reseña. Me gustó mucho la saga.
ResponderEliminarUn saludo.
Excelente reseña/sinopsis de la (casi!) 3a obra maestra de FB - y Claude Lacroix, efectivamente. Su lectura provoca una nostalgia muy peculiar, como ya lo hicieran 'Pasajeros' y 'Compañeros'; pero con la tensión adicional de hacernos cuestionar como podría la humanidad navegar un futuro ínter-planetario...que esperemos llegue algún día. Salud! FA, Bath, UK
ResponderEliminarTrabajadísima la reseña. He disfrutado mucho del Ciclo de Cyann, aunque mi favorita del autor es sín ninguna duda "Los Compañeros del Crepúsculo", una de las más grandes obras del cómic (que, desde luego, no es ciencia-ficción).
ResponderEliminarLos compañeros del crepúsculo es extraordinaria, cierto. Tengo una reseña de la obra en mi otro blog: http://amrazgz.blogspot.com/2015/12/1984-los-companeros-del-crepusculo.html
EliminarUn saludo!