El amanecer del nuevo milenio anunció un momento particularmente rico para la música inspirada en la CF. Desde finales de los noventa a principios de los dos mil, aparecieron varias obras notables de este peculiar subgénero. Radiohead lanzó dos de sus grandes álbumes: "Ok Computer" (1997) y "Kid A" (2000). The Flaming Lips aportaron la inolvidable "Yoshimi Battles the Pink Robots" (2002). Y hubo muchos otros: "ATLiens" (1996), de OutKast; "Moon Safari" (1998), de Air; "Discovery" (2001), de Daft Punk; "Black Cherry" 2003), de Goldfrapp; o “De-Loused in the Comatorium” (“Despiojados en el Comatorio", 2003), de Mars Volta.
En concreto, "OK Computer" suele aparecer en las
listas de los mejores álbumes de todos los tiempos, por lo que, si aún no lo
has escuchado, posiblemente nunca lo hagas. Aun así, es un disco digno de una
oportunidad porque fusiona perfectamente muchas y dispares influencias para
obtener algo completamente nuevo. La banda británica sintetizó el estado anímico
que impregnó mucha de la ciencia ficción de finales de los años noventa: temor
ante un futuro incierto mezclado con el hastío fruto del aislamiento y la falta
de autenticidad de un presente artificial (o, como dice Newsweek: "La aterradora y deshumanizadora maldad de la
vida moderna y la cultura consumista. Prueba A: cada canción del álbum".
Además, una de las canciones más conocidas del álbum se
titula "Paranoid Android", inspirada en Marvin, el robot deprimido de
la "Guía del Autoestopista Galáctico" (1979) de Douglas Adams. Marvin
también sufre el caso de hastío existencial más severo de la galaxia, soltando
frases quejosas y pasivo-agresivas como "Aquí estoy, un cerebro del tamaño de un planeta, y me dicen que te
lleve hasta el puente. ¿Llamas a eso satisfacción laboral? Porque yo no".
En otro de los temas del disco, "Subterranean Homesick Alien", "los extraterrestres flotan por ahí rodando
películas caseras para la gente de su planeta” y, como las mujeres
ignoradas del clásico cuento "Las Mujeres que los Hombres no Ven” (1973),
de James Tiptree Jr., lo único que quiere el narrador es que los alienígenas se
lo lleven con ellos.
Si bien no un álbum conceptual per se, "Yoshimi
Battles the Pink Robots" sí ofrece una narrativa coherente hilada a través
de varias canciones en la tradición de las grandes épicas del rock progresivo.
Obviamente, la heroína de esta historia es la Yoshimi del título, cinturón
negro y chica dura que, junto a un ejército de guerreras tan duras como ella,
debe mantener "la ciudad” a salvo del flagelo de unos malvados robots
psicodélicos que quieren dominar el mundo. El compañero de la protagonista es
la unidad 3000-21, un robot que descubre en su interior las semillas de la
humanidad, "sintiendo un amor
sintético... un robot más aprende a ser algo más que una máquina".
“Rolling Stone” calificó a este décimo álbum de Flaming Lips "una deliciosa bomba iridiscente de
electrónica boyante, anime japonés imaginario y quejumbrosa interpretación vocal".
Después de que "Southernplayalisticadillacmuzik"
(1994) pusiera en el mapa al dúo rapero OutKast, "ATLiens" consolidó
su reputación con un hip-hop deliciosamente funky y futurista muy influido por George
Clinton y el colectivo Parlament/Fundakelic. "ATLiens" habla de los
sentimientos de alienación que atormenta a los intérpretes y teje una narrativa
de marginación individual con imágenes de ciencia ficción y folklore que
expanden la historia. Las letras son inteligentes y están subrayadas con ritmos
pegadizos y efectos de sonido que también remiten a la ciencia ficción.
"Moon Safari" de Air, "Discovery" de
Daft Punk y "Black Cherry" de Goldfrapp ofrecen otras tantas versiones
únicas y diferentes de synth-pop electrónico apoyado en letras abstractas y
minimalistas y largos interludios instrumentales. El nexo de unión de estos álbumes
con la CF reside, principalmente, en su seductor sonido de pop espacial.
"Moon Safari", por ejemplo, incluye el tema "Kelly Watch the
Stars", cuya letra consiste en esa sola frase, "Kelly watch the
stars"... repetida diecisiete veces. "Slant Magazine” escribió sobre
este álbum: "Es, simultáneamente,
espacioso y asfixiante, orgánico y pesimista; al tiempo que es nostálgico,
también está claramente enraizado en el futuro". Es el tipo de música
que uno esperaría escuchar de fondo en la sala de embarque de un crucero
espacial mientras se encienden los motores de hiperimpulso.
Como Air, Daft Punk es un dúo francés de música
electrónica. "Discovery" es un álbum más dinámico que el de sus
compatriotas, con un ritmo de baile palpitante y letras casi hipnóticamente
repetitivas. La revista "Treble Zine" la calificó como "un disco que suena como una versión espacial
de una banda de rock de los 80". "Discovery" es,
principalmente, instrumental y su espíritu no es el de un álbum conceptual,
pero, en un movimiento sin precedentes, el dúo lo convirtió en uno al utilizarlo
como soporte musical de una película de animación.
"Interstella 5555: The 5tory of the 5ecret 5tar
5ystem" fue una coproducción de Japón y Francia que contaba su historia apoyándose
exclusivamente en las imágenes y con la música de "Discovery" como
banda sonora. Trata sobre una banda de techno compuesta por alienígenas
humanoides de piel azul que son secuestrados por malvados ejecutivos musicales
de la Tierra. Les sigue hasta allí el piloto espacial Shep, que está enamorado
de la bajista Stella. Los recuerdos de la banda se reprograman para obligarles
a actuar bajo el nombre de Crescendolls. Shep interviene y poco a poco la banda
supera su amnesia para reconstruir lo que pasó y cómo terminaron allí. Es un
viaje un tanto psicodélico pero los críticos elogiaron la película comparando
favorablemente sus sensaciones caleidoscópicas con "Fantasía" (1940)
de Disney. La cinta fue hija de la colaboración de Daft Punk, Leiji Matsumoto,
Cedric Hervet y Toei Animation, y, según se dice, costó 4 millones de dólares.
El "Black Cherry" de Goldfrapp es furtivo,
seductor y cargado de tensión sexual. Un álbum perfecto para ambientar cuentos fantásticos
para adultos, oscuros y eróticos, en la línea de Angela Carter o Tanith Lee. La
música de Alison Goldfrapp ha sido descrita como "radiante, con algo parecido al polvo de hadas y al brillo de una nave
espacial futurista".
El álbum de estudio de debut de Mars Volta, "De-Loused
in the Comatorium", es lo más opuesto que pueda pensarse al relajado pop
de Goldfrapp. La banda se formó en 2001 a partir del mismo dúo que
anteriormente actuó bajo el nombre de At The Drive-In: Omar Rodríguez-López y
Cedric Bixler-Zavala. Esta reinvención voluntaria apunta a las nuevas pulsiones
innovadoras del dúo, dispuesto a entrar en nuevos territorios. Con
"De-Loused in the Comatorium" lo lograron, y el álbum se convirtió en
un éxito comercial y de crítica. Es una obra homenaje a su buen amigo Julio Venegas,
un artista cuya turbulenta vida terminó en suicidio tras recuperarse de una
adicción a las drogas que lo dejó sumido en un prolongado coma. La trágica historia
se recrea en "De-Loused" como la vida del ficticio Cerpin Taxt, cuya
mente emprende una serie de viajes pesadillescos mientras su cuerpo permanece
en coma tras una sobredosis de morfina y veneno para ratas.
Bixler-Zavala y Rodríguez-López también escribieron una
narrativa, incluida en el álbum y cuyo propósito era acompañar la letra de cada
canción, detallando las personas y lugares que Taxt encuentra en su viaje a
otros mundos. Gran parte de esta historia, al igual que las letras del álbum, toma
la forma de una corriente de conciencia surrealista al estilo de William
Burroughs, cuya caótica letanía de palabras evoca visiones a través la
acumulación más que de la descripción.
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