“The Purple Monster Strikes” apareció el 3 de agosto de 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial estaba llegando a término y Estados Unidos ya saboreaba la victoria definitiva. Refleja, por tanto, ese fervor patriótico y confianza en sus posibilidades de enfrentarse y derrotar a un enemigo invasor.
El serial, como otra producción de Republic del año anterior, “Haunted Harbor”, se abre de forma muy intensa sólo para caer rápidamente en las pautas recurrentes de este tipo de

Sin embargo, el cuidado por la creación de atmósferas inquietantes se abandona pronto en favor de una serie repetitiva y en exceso alargada de enfrentamientos entre el Monstruo Púrpura y Craig Foster (un antiguo agente del Servicio Secreto) por el control de una serie de inventos: cohetes, combustible, un destructor de meteoritos y un estabilizador atmosférico; todos ellos imprescindibles para completar y equipar un “avión a reacción” -en realidad, una nave diseñada por Layton que permita al marciano regresar a su mundo. De vez en cuando, esa fórmula se modifica con los

Es cierto, no obstante, que el equipo de cinco guionistas que se encargaron de escribir el serial consiguieron aportarle a esta fórmula cansina cierta tensión gracias a permitirle al alienígena ir acortando distancia respecto a su objetivo final en lugar de quedar siempre neutralizado en cada uno de sus planes. También dejaron que

Hay que ver estos productos como lo que son: entretenimiento para muchachos en los que se invertía el mínimo dinero posible y se rodaba lo más rápido que se podía para abaratar costes. Así que no había que exigir demasiado a los guionistas en términos de caracterización, tramas y coherencia. De esta forma, nos encontramos, por ejemplo, con que el marciano cuya raza ha conseguido dominar el viaje i

De hecho, el propio marciano -al que sólo llega a conocerse como “Monstruo Púrpura”-, a pesar de sus extraños poderes, no es más que un adorno exótico con el que embellecer lo que de otra manera hubiera sido un guion sencillo de ladrones o espías contra policías. Efectivamente, a esto se vio reducida la CF en estos años, a servir, con sus pistolas de rayos y venenos inductores de locura, de aderezo de otros

Destacan, sobre otros productos de la misma división, los efectos especiales que coronaban los cliffhanger, como la colisión del camión de combustible inflamable con el coche del protagonista; en otras ocasiones, se utilizaron miniaturas elaboradas por los Hermanos Lydecker (dos veteranos de Republic que más adelante llegarían incluso a recibir nominaciones a los Oscar), que se reciclarían en el futuro para muchos otros seriales: cohetes despegando,

Acorde con la calidad del resto de apartados en este tipo de producciones, el interpretativo tiene poco que destacar. El héroe está encarnado por Dennis Moore, cuyo trabajo puede ser calificado como competente. Su voz profunda y templada a la hora de enunciar sus líneas y su destreza en las escenas de acción apenas compensan su falta de carisma. Más expresiva es su compañera, Linda Stirling, que consigue equilibrar algo la exagerada seriedad de aquél. El

En 1950 se produjo una especie de secuela oficiosa titulada “Flying Disc man from Mars”, que recogió a su vez el pulso de la época, en esta ocasión la paranoia anticomunista. Así, el marciano invasor –interpretado por un actor de origen ruso- se alía con un antiguo nazi para subyugar al mundo.
Aunque no fue uno de los mejores seriales de Republic y como en tantas producciones de ese sello la prometedora premisa queda ahogada por una trama absolutamente estandarizada, “The Purple Monster Strikes” sí merece una mención no tanto por su valor artístico (sólo puede recomendarse a los muy aficionados al material antiguo y de serie B, y sólo en su versión remontada para televisión y titulada “D-Day on Mars”) como por el histórico, al ser una de las primeras historias que el cine ofreció sobre invasiones alienígenas por posesión, un subgénero que sería recurrente en la década siguiente al abrigo de la paranoia de la Guerra Fría y el temor a las armas nucleares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario