(Viene de la entrada anterior)
En marzo de 1996, se incorporó al staff de guionistas de “Más Allá del Límite” Chris Dickie, un gran aficionado a la CF que había asistido a clases nocturnas de escritura de guiones y cuyo primer encargo para la serie fue “Un Mundo Aparte”, el décimo episodio de la segunda temporada.
Según sus
propias palabras, se inspiró para esta historia en una versión de Sonic Youth
de una canción clásica de los Carpenters, “Superstar”. Utilizando técnicas de
distorsión de sonido, la banda neoyorquina consiguió que la canción pareciera
provenir de muy lejos. Dickie pensó qué pasaría si nos llegara un mensaje del
espacio profundo y éste fuera música, una forma de conectar a dos amantes que
habían quedado separados por el tiempo y el espacio. Así, en aquella historia,
un astronauta atraviesa un agujero de gusano y se estrella en un planeta a
muchos años luz de la Tierra. Gracias a la distorsión espacio-temporal del
agujero y un equipo de comunicaciones, el teniente Christopher Lindy (Chad
Willett) puede establecer contacto con sus superiores en la Tierra y con su
amada, Nancy McDonald (Bonnie Bedelia), a la que, sabiendo que nunca va a
regresar, envía la canción que ambos escuchaban siempre cuando estaban juntos.
Dickie escribió
“Un Mundo Aparte” sin tener en mente “Más Allá del Límite” pero fue allí dónde,
con el título “Remittance Man”, lo presentó en el otoño de 1995. El guion fue
aceptado y comenzada su producción en enero de 1996, ya con el título
definitivo. Fue el primer guion que vendió Dickie, cuyo caso fue uno de esas
raras ocasiones en las que, al primer intento, un guionista consigue poner un
pie en la industria de Hollywood, pasando de desempeñar una exitosa carrera a
otra muy diferente. Y es que Dickie trabajaba como abogado para Atlantis Films,
una de las productoras que participaban en “Más Allá del Límite”, por lo que
contaba con la ventaja de no ser un completo desconocido para los responsables
del programa, que leyeron el guion y le dieron su visto bueno.
Dickie recibió
otra oportunidad, la de reescribir un guion titulado “Paraíso” (firmado en
primera instancia por Jonathan Walker), labor que le mereció el puesto de
editor de guiones de la serie. “Paraíso” es una historia bastante extraña sobre
unas ancianas de una residencia gerontológica que, de algún modo, rejuvenecen y
salen al mundo para encontrar hombres con los que mantener relaciones sexuales
y fertilizar así los huevos que un alienígena implantó en ellas cincuenta años
atrás.
Una de las
primeras cosas que Dickie tuvo que determinar como responsable de los guiones
de la seríe fue qué cualificaba a estos para encajar en su filosofía. “Nos preocupaba en primer lugar lo que el
guion no debe ser: ni una historia de “La Dimensión Desconocida” ni del tipo de
“Poltergeist”. Buscábamos historias con una base en la ciencia que pudieran ser
verosímiles hasta cierto punto. Generalmente, la mayoría de las historias de CF
tienden a extrapolar la ciencia que conocemos en el presente. Buscábamos
historias que fueran también una sólida parábola y, así, la mayoría fueron
pequeños cuentos morales. También buscábamos los giros sorpresa. El principal
desafío entre los guionistas era encontrar esa idea fresca, el giro único
propio de la CF que nunca se hubiera visto antes en la televisión pero que
fuera realizable con nuestro presupuesto. Lo bueno de la CF moderna es que no
está limitada a las invasiones alienígenas. Hicimos un montón de historias
diferentes y nos enorgullecemos de la diversidad de cuentos que presentamos,
desde historias de médicos a otras de transformaciones, pasando por viajes
temporales, alienígenas, viajes espaciales o ambientaciones en futuros lejanos”.
Por ejemplo, el
séptimo episodio de la temporada, “Primer Aniversario”, adaptación de un cuento
de Richard Matheson, trata sobre extraterrestres que podríamos calificar de
amistosos. Dos alienígenas hembras cuya nave se ha estrellado en la Tierra, utilizan
sus poderes metamorfos para esconder su aspecto monstruoso y aparentar ser unas
atractivas humanas. Pueden alterar su aspecto casi instantáneamente para
adaptarse a los gustos del humano al que elijan como objetivo. Y es que todo lo
que parecen desear es el amor. Pero cuanto más intiman con sus parejas humanas,
menos control tienen sobre cómo el resto percibe su mascarada, lo que significa
que es sólo cuestión de tiempo que sus compañeros descubran su auténtica
naturaleza, tan pútrida que la inevitable reacción humana es la repulsión seguido
de la locura. Matt Frewer (famoso por interpretar al personaje de Max Headroom)
da vida al humano Norman Glass y Michelle Johnson a una de las extraterrestres.
Otra faceta del
trabajo de Dickie consistía en revisar propuestas de guion enviadas por
escritores externos a la plantilla fija de la serie. Contaban con un
coordinador cuya labor era leer estos guiones enviados por agentes. Algunos,
muy pocos, se ajustaron a la línea establecida por el programa. El propio
Dickie afirmó que sólo una de cada veinte propuestas enviadas espontáneamente
por guionistas acababa siendo aceptada y no siempre llegaba a producción, sino
que se extraían del guion solamente aquellas ideas que podían funcionar en el
marco de una historia diferente.
Por eso solía
recurrirse en mayor proporción a guionistas con experiencia, como Alann
Brenett, que había trabajado desde los años 70 en series como “Buck Rogers en
el siglo XXV”, “Más Allá de los Límites de la Realidad” o “La Ley de los
Ángeles”, y que para “Más Allá del Límite” aportó ocho episodios repartidos en
cinco temporadas. Dos de ellos pertenecen a la segunda y de estos puede
destacarse en concreto “El Refugio”, sobre un individuo (James Wilder) que se
refugia de una tormenta en una cabaña del bosque. Cuando despierta, incapaz de
recordar quién es y por qué está allí, se encuentra rodeado por otros personajes
que se comportan de forma extraña por razones que sólo se explican en un sorprendente
giro, planteando de paso la cuestión sobre qué es exactamente la realidad.
Menos veterano
era Steven Barnes, que había escrito solo un puñado de episodios para programas
como “Los Vigilantes de la Playa”, “Más Allá de los Límites de la Realidad” o “Stargate
SG-1” antes de aportar cinco guiones para “Más Allá de Límite”, el primero de
ellos abriendo la segunda temporada y titulado “La Enmienda del Tiempo”. En él,
Amanda Plummer interpretada a una joven víctima de una violación que viajaba
hacia atrás en el tiempo para ejecutar a individuos que cometerán crímenes en
el futuro, mientras que Michelle Forbes encarnaba a la agente del FBI que
trataba de atraparla. En esta ocasión, se trataba de una historia enteramente
centrada en dos mujeres fuertes y que planteaba cuestiones tan interesantes
como el determinismo o los límites de la justicia. Plummer, que construyó su
carrera a base de interpretar personajes ligeramente desequilibrados, ganó un
premio Emmy por su labor en este episodio.
Jonathan
Glassner fue otro de las figuras clave de “Más Allá del Límite”, tanto en su
faceta de productor (39 episodios) como guionista (10 episodios). De hecho, su
labor aquí fue lo suficientemente sólida como para que no mucho después
consiguiera sacar adelante un proyecto propio con gran éxito: “Stargate SG-1”,
donde intervendría en más de doscientos episodios. Para la segunda temporada dirigió
uno de los capítulos más destacados, “Prueba de Fuego”, en el que Robert
Foxworth interpretaba a un presidente de los Estados Unidos que, nada más tomar
posesión del cargo, debía afrontar una crisis inaudita: la detección de una
nave extraterrestre en rumbo a la Tierra. Sin saber si sus intenciones eran
hostiles o amigables, su decisión determinaría el destino de nuestro planeta.
No era un
episodio sencillo de abordar dado que consistía básicamente en tener a cinco
actores en una sala durante una hora, con lo que se corría el peligro de aburrir
al espectador. Además de gracias a la calidad del reparto, Glassner lo
consiguió, por una parte, ordenando al director artístico que instalara
diferentes niveles en el set, con rampas, escaleras y barandillas con los que
los actores pudieran interactuar; y, por otra, rodando el 75% del metraje con
una steadicam, una herramienta poco habitual en televisión y que permitía al
espectador una mejor inmersión en la historia.
“Luna
Inconstante” fue la adaptación de un cuento de Larry Niven premiado con el Hugo
y escrita para la pantalla por Brad Wright, otro de los principales guionistas
de la serie. Cuando una noche, un profesor de física, Stanley Hurst (Michael
Gross) detecta un brillo inusual en la Luna, se da cuenta de que el Sol ha
entrado en nova y que a la Tierra le quedan pocas horas de vida. ¿Qué hacer
cuando uno es consciente de que el mundo se acaba y no se lo puede decir a
nadie? Pues quizá confesar los sentimientos largo tiempo escondidos a la mujer
que siempre ha amado (Joanna Gleason).
“En Otro Mundo”, también de la segunda temporada, es otro episodio interesante que parece homenajear, con menos gore y sexo, la película de David Cronenberg “Vinieron de Dentro de…” (1975) y que está protagonizado por un joven Neal Patrick Harris dando vida a Howie, un muchacho mentalmente discapacitado que vive con su hermana Sheila (Christianne Hirt) en un pueblo minero cuyos habitantes han sido infectados por unos parásitos encontrados en las galerías de la mina, que les eliminan las inhibiciones. Howie es inmune porque su cerebro no produce suficientes fluidos de los que se alimentan esas criaturas, por lo que se halla en la difícil tesitura de ser el único capaz de salvar a todo el mundo…
(Continúa en la siguiente entrada)
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