Contrariamente a lo que mucha gente cree, la ciencia ficción no tiene por qué girar siempre alrededor de aventuras espaciales, viajes en el tiempo, apocalipsis, alienígenas o thrillers futuristas. Para tomar conciencia de ello, basta con analizar por un momento la propia denominación del género en su traducción quizá más certera a nuestro idioma: ficción científica, esto es, historias con un componente científico de tipo especulativo. Para merecer su adscripción al mismo, es suficiente con que el relato se apoye sobre una tecnología algo más avanzada de la que disponemos hoy o del hallazgo de un principio científico nuevo. A partir de ahí, se puede narrar un thriller de misterio, una investigación policiaca, una comedia disparatada, un drama romántico, una fábula moral, una historia terrorífica, una aventura épica…esto es, cualquier argumento y con cualquier tono.
“Un Extraño Para Este Siglo”, de Jose Manuel Aguilar, es un ejemplo perfecto de ciencia ficción sobria y eficaz. Se trata de una compilación de tres cuentos ambientados en el presente y protagonizados no por héroes invencibles o antihéroes igualmente eficaces, sino por gente normal y corriente que inesperadamente se topa con un invento o un descubrimiento científico que no son obra suya y que, aun cuando nunca llega a salir a la luz -y, por lo tanto, no transforma drásticamente el mundo- sí cambia sus vidas y, en algún caso puede que incluso las termine.
“La
Mirada del Padre” nos presenta a Irene, una mujer aún joven pero hastiada de la
vida que lleva como ejecutiva en una empresa. Una noche, conoce en un bar a un
hombre ya maduro, Pedro, que dice ser profesor de Matemáticas y con el que
mantiene una profunda conversación acerca de la naturaleza del tiempo y la
íntima relación de éste con el sentido de la existencia. Inspirada por esa
charla, Irene comienza a escribir dando rienda suelta a su creatividad. Un
segundo encuentro fortuito con Pedro la iluminará y confundirá a partes iguales
pero para entonces su vida ya ha cambiado. No tardará en encontrar a otras
almas afines, espíritus inquietos que desean cambiar algo en el mundo o aportar
al mismo una parte de sí mismos en la forma de una creación. ¿Cuál es el
auténtico papel que Pedro ha tenido en el cambio operado en esas personas?
La
solución al misterio es un tanto sorprendente y está a mitad de camino entre la
fantasía, la teología, la filosofía… y la ciencia ficción, dado que la
“explicación” que se aporta al enigma está relacionada con la dualidad
onda-partícula y el Principio de Indeterminación de Heisenberg. Pero más allá
de eso, se trata de un cuento sobre la importancia del espíritu creativo (en
cualquier ámbito, intelectual o práctico, artístico o científico) no sólo a la
hora de dar un verdadero sentido a la vida de quien ejecuta el acto de creación
sino para asegurar el futuro de toda la sociedad.
El
protagonista de “Salto de Frecuencia” es Enric, un psiquiatra de mediana edad
que, como la Irene del relato anterior, se encuentra sumido en una crisis vital
producto de la temprana muerte de su hermana menor víctima del cáncer y la
sensación de que su profesión, que desempeña en una institución psiquiátrica de
carácter público, es inútil. Desde hace tiempo, los psiquiatras han de
conformarse con administrar a los pacientes medicación con la que mantener a
raya las enfermedades, pero sin llegar nunca a curar el verdadero origen del
mal. Un día, ve en un supermercado a una de sus antiguas pacientes, una mujer
que sufría una psicosis aguda y a la que dio por perdida. Cuando sus parientes
ordenaron su traslado a otra institución, le perdió la pista pero ahora parece
completamente recuperada. Se diría un milagro… si no fuera porque en su época
de estudiante asistió a otro parecido.
Al
mismo tiempo, llega a su clínica una joven cuya mente disociada la ha separado
del mundo y lo único que hace es escribir incansablemente fórmulas matemáticas
en hojas de papel. Enric, intrigado, empieza a investigar y descubre que esos
garabatos pueden ser la clave para salvar las contradicciones de la física
clásica con la cuántica y, como tales, objeto de deseo de unos misteriosos individuos
enviados por una agencia gubernamental muy interesados en la sanación de la
muchacha. Sólo hay una persona que él conozca que pueda obrar esa hazaña a priori
imposible, un fantasma de su pasado con el que recupera el contacto, cambiando
su vida en el proceso.
Es
un relato básicamente de misterio que se sigue con mucho interés y cuyo centro
gira alrededor de un método científico -aunque poco claro- de sanación de las
enfermedades mentales, incluyendo un reconocimiento de las limitaciones
actuales de la medicina psiquiátrica y una crítica a un sistema que ha
engordado monstruosamente aprovechándose de ellas y que se muestra no ya reacio
sino directamente hostil a cualquier cambio que ponga en peligro los intereses
creados. La cuidadosa descripción de los métodos y rutinas de los sanatorios
psiquiátricos y la precisa elección de terminología denotan el conocimiento que
el autor tiene de la materia gracias a su propia experiencia profesional (es
profesor y doctor de psicología además de ejercer privadamente y participar
como psicólogo forense en los tribunales).
“Un
Extraño Para Este Siglo” comienza cuando Alba, una tasadora experta, se
reintegra a su puesto de trabajo tras una baja médica debido a un trauma
sentimental. Su jefe la envía a un valle del País Vasco para que haga
inventario de una gran casona construida en el siglo XIX por un indiano,
Gabriel Begur, que amasó una gran fortuna gracias a las patentes de sus
geniales inventos y que ahora sus despilfarradores descendientes se encuentran
en necesidad de vender.
Alba se presenta en el lugar para pasar allí unos días y realizar su trabajo y no tarda en notar que las habladurías de los lugareños sobre unos extraños sonidos subterráneos que provienen tanto de la casa como de la montaña cercana tienen fundamento. Cuando empieza a bucear en la correspondencia del antiguo dueño de la casa, descubre las peculiares instrucciones que dio a los arquitectos y su inesperada relación epistolar con una personalidad de la ciencia española. Todo ello apunta a que Begur era poseedor de un gran secreto científico que ocultó en la estructura de la casa y sus alrededores.
“Un
Extraño Para Este Siglo” empieza como una mezcla de thriller y terror del
género de casas encantadas para evolucionar, al compás de las pesquisas de la
protagonista, hacia un drama narrado a través de la documentación histórica de
la construcción del lugar y las viejas cartas recibidas por Begur. En el fondo,
es una historia sobre la soledad de las grandes mentes y la incomprensión a la
que están sometidos los futuristas por parte de los más ignorantes, ya estén éstos
presentes en las instituciones nacionales o los más aislados valles.
Los tres relatos cuentan con protagonistas o bien hastiados, o bien víctimas de una crisis existencial provocada por el insatisfactorio rumbo que han seguido sus vidas o un reciente trauma. Los tres se cruzan con extraños (Pedro, en el caso de Irene; su antiguo amigo Max en el caso de Enric; y, en el caso de Alba, el “espíritu” de Begur en forma de su revolucionario y secreto legado) que les descubren un maravilloso principio científico que no sólo les cambia, según el caso, su visión del universo, del cerebro o de la Historia, sino que les proporciona un nuevo impulso vital.
“Un Extraño Para Este Siglo” es, en resumen, una muy estimable colección de cuentos que se leen con sumo agrado gracias a su dinamismo, el interés de sus enigmas, la agilidad e inteligencia de sus diálogos y unos personajes cercanos que tienen unas vidas, entornos y experiencias con las que resulta fácil identificarse o, como mínimo, entender. Ideal tanto para cualquier aficionado a la CF que quiera desconectar con los habituales tropos del género como para aquellos menos familiarizados con el mismo y a los que no les interesen sus planteamientos más “extravagantes”.
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