jueves, 9 de enero de 2020

1950- LOS COMICS DE CIENCIA FICCIÓN DE LA EC (2)


(Viene de la entrada anterior)

Después del holocausto nuclear, la siguiente preocupación de los lectores adolescentes de la EC era el sexo opuesto. Como mucha de la ciencia ficción de la época en cualquier soporte y formato, los comics de la EC jugaban con las fantasías y ensoñaciones adolescentes. Los chicos en la frontera de la pubertad disfrutaban con historias sobre el sexo en el futuro, el sexo con alienígenas, mujeres hermosas, androides sexuales…


Una historia que apareció más de una vez bajo diferentes formulaciones es la que publicada en el número 5, “¡La novia del futuro!”: un hombre del futuro es abandonado por su novia y retrocede doscientos años en el tiempo, donde descubre una tienda que vende un kit “Esposa a Medida”. El emocionado viajero escoge el modelo “Delux R-5: “R” por Rubia y 5 por la medida. La vendedora también le garantiza que: “El Kit DeLuxe le proporciona una esposa de luxe. Nunca se queja, ni discute, no se opone a que se quede hasta tarde con sus amigotes. Siempre sonríe, cocina divinamente, cose, le adora completamente y obedece todas sus órdenes. En otras palabras, es la esposa perfecta”. De vuelta a su casa y época, mezcla los ingredientes del kit en la bañera. Un cuerpo obviamente femenino empieza a formarse ante sus ojos. “¡Me sentí un poco avergonzado a medida que el cuerpo tomaba forma! ¡Era preciosa! Entré en el dormitorio y traje una manta que le eché por encima”.

La idea de que la tecnología del futuro pudiera resolver elegante y limpiamente un tema tan delicado como el sexo sin duda agradaba a los lectores adolescentes cuya sexualidad se hallaba en eclosión. Varios meses más tarde, la misma historia algo modificada (aunque mucho mejor dibujada por Jack Kamen) se repitió en “Weird
Science” 15 (septiembre 52). Melvin Sputterly, un solterón hogareño, recibe por accidente un paquete del futuro. Al abrir el envoltorio “¡dentro había una caja de colores alegres con una imagen de varias mujeres hermosas y poco vestidas! Melvin tragó saliva. Las palabras encima de las imágenes le gritaron: “¡Kit de Harén personal de Luxe número dos! Prohibida su venta a menores u hombres casados. Esta regla no se puede quebrantar”. Sputterly lee las instrucciones: “¡El Kit de Harén Personal de Luxe garantiza que contiene cinco de las más preciosas concubinas jamás deshidratadas! (…) ¡Al hidratarse, cada muchacha se enamorará locamente de usted!”. Sin embargo y como siempre sucedía en las historias de la EC, este campo de sueños estaba plagado de minas. Cuando Melvin trata de dar vida a cada una de esas chicas (de nuevo en la bañera), malinterpreta las instrucciones de rehidratación y arruina sus esperanzas. Sexualmente frustrado, acaba en las garras de su vecina solterona.

La frustración sexual y la traición fueron temas más recurrentes en los tebeos de terror de la EC, con numerosos cadáveres cornudos que se levantaban de sus tumbas para matar a las esposas infieles y amantes de celos homicidas. En los
títulos de ciencia ficción de la editorial, también el sexo se presentaba o bien como algo inalcanzable o como algo muy frágil y plagado de peligros. Por ejemplo, en la historia “¡Va a Haber Algunos Cambios!” (nº 14, dibujada maravillosamente por Wally Wood), un novio descubre que su prometida es en realidad un alienígena gasterópodo. Ser biológicamente compatibles para el sexo y la reproducción no parece ser un problema hasta que él nota que a su ahora esposa le empieza a crecer barba. Resulta que los gasterópodos cambian de sexo al llegar a la mitad de sus vidas.

Otro problemilla hormonal se explora en “Transformación Completa” (nº 10, de nuevo con dibujo de Wally Wood aunque algo más primitivo). Para impedir que un hombre se case con su hija, el irritado padre le inyecta al novio una sobredosis de hormonas femeninas, lo que le convierte en una mujer. Sólo para demostrar a su papá que no se saldrá con la suya, la novia se inyecta hormonas masculinas y se convierte a su vez en el novio.

En la EC, aunque la boda se celebrara sin tropiezos, no podía darse por sentado que la consumación fuera a salir igual de bien. En “Weird Science” 19 aparecía la historia “Justo en el Ombligo”, donde una pareja en su noche de bodas empieza a desnudarse. De repente, la esposa mira a su marido aterrorizada, agarra un gran alfiler de sombrero y sin mediar aviso lo apuñala repetidas veces en el pecho. Cuando la policía lo interroga, la mujer le quita la camisa al cadáver de su marido: “Señalé al punto bajo el pecho de Lon, bajo la carne destrozada y la sangre…Mira. Un ombligo. Tenía un ombligo”. El policía susurra con temor: “¡Increíble! ¡Era un mamífero!”. La mujer asiente. “De donde él procedía, la raza superior era mamífera, que llevan dentro a sus bebés vivos, unidos a la madre por un cordón umbilical…¡Y aquí ponemos huevos! ¡No tenemos ombligos!”.

Otro argumento persuasivo contra el matrimonio entre especies podía verse en el número 10, en la historia “Las Doncellas Lloraron” (dibujo de Wally Wood). En un lejano planeta, un equipo de astronautas terrestres descubre una especie de hermosas mujeres que viven solas. Sigue el esperable proceso de seducción, cortejo y apareamiento. Los terrícolas, sin embargo, no tardan en descubrir por qué no hay otros varones en el planeta: las mujeres embarazadas deben
reproducirse depositando sus huevos fertilizados en el interior de sus amantes masculinos. Así, los cuerpos de los hombres sirven de anfitriones y alimento para su descendencia.

Otro mundo lleno de mujeres y sin hombres también apareció en “…Para la Posteridad” (“Weird Science-Fantasy” 24). En ese planeta y tras un holocausto nuclear, sólo nacen mujeres. Pronto, no quedan hombres y la raza se asoma a su extinción. Una doctora, sin embargo, descubre “un nuevo catalizador que ha hecho posible que una de mis pacientes realice el método reproductivo conocido como partenogénesis…¡La autofertilización!”. La idea de las mujeres inseminándose a sí mismas era muy atrevida para un comic book en los años cincuenta. Mientras las mentes más jóvenes se hacen a la idea, la doctora expone detalles que habrían enorgullecido a un profesor de ciencias: “¡La partenogénesis sólo puede producir hembras! El producto químico activa artificialmente el óvulo. En los viejos tiempos, el esperma masculino contenía cromosomas sexuales X o Y. El óvulo femenino sólo Y. Si Y se unía con Y, YY, el resultado era una hembra. Si X se unía con Y, XY, ¡un varón! La activación artificial dobla los cromosomas sexuales del huevo, de Y a YY, ¡hembra!”.

Después de discutir el contenido cromosómico del esperma masculino, los comics de ciencia ficción no iban a hacerle ascos a otros temas tabú en los cincuenta y se atrevieron a tocar la religión y el cristianismo. En una historia titulada “”El Caminó entre Nosotros” (“Weird Science” 13), William Gaines y Al Feldstein ofrecieron una fábula cristológica ambientada en otro planeta. Un explorador terráqueo del año 2963 llega a otro mundo cuya cultura y sociedad se parecen mucho a la terrestre de tres mil años atrás. Se viste y adopta las costumbres de los nativos y se mezcla con ellos. Más tarde, utiliza su avanzado conocimiento y artilugios tecnológicos para realizar lo que parecen milagros, como resucitar a los muertos y convertir el agua en leche. Los religiosos nativos lo toman como su Salvador. Pero los celosos sacerdotes lo ven como una amenaza y lo hacen torturar y asesinar. Su muerte inspira el nacimiento de una nueva religión con sus correspondientes símbolos.

La conexión con el cristianismo era evidente y a muchos lectores no les gustó. La sección de correspondencia se llenó de comentarios como “ofensivo, no pongan más como eso…Esa historia ataca abiertamente la religión cristiana…insulta al lector”. Gaines y Feldstein, no obstante, sólo estaban explorando territorios nuevos. Si
bien el comic podía haberse basado parcialmente en un cuento de 1949 escrito por Ray Bradbury, “El Hombre”, también era la particular forma que tenía la editorial de provocar al lector y animarle a pensar y cuestionarse incluso sus creencias más enraizadas.

Habiéndose adentrado en temas controvertidos de los años cincuenta como el desarme nuclear, el sexo o la religión, los tebeos de CF de la EC no tuvieron reparos en posicionarse moralmente sobre la intolerancia, los prejuicios y el racismo. En sus historias se solían utilizar las especies alienígenas para ilustrar el problema que aquejaba a nuestras propias sociedades. Por ejemplo, en “El Profesor Marciano” (“Weird Science-Fantasy” 24), los chicos terrestres odian y humillan a su profesor de Marte movidos exclusivamente por sus prejuicios (“¡Es basura marciana!... ¡Nunca hemos tenido un profesor marciano y no lo queremos ahora!”). En “Los Mutantes” (“Weird Fantasy” 10), la gente del futuro apoya una estricta y absurda segregación para mantener a los genéticamente distintos excluidos de la sociedad “normal”.

Incluso los matrimonios interraciales fueron abordados de forma valiente en la historia “Muy apurado” (“Weird Science-Fantasy” 27, febrero 55), escrita por Otto Binder y dibujada por Reed Crandall. Un presentador de televisión afirma: “Los ganimedianos son muy parecidos a los humanos biológicamente. Los hijos de ganimedianos y humanos son perfectamente normales. Sin embargo, la piel peluda ganimediana es una característica dominante. ¡Si permitiéramos que los ganimedianos participaran en nuestra sociedad, los humanos de piel desnuda desaparecían como raza!”. Otro experto anuncia: “¡Quiero advertir a todos los humanos-terrestres de esta aberración! ¡Debemos impedir esta mezcla secreta de ganimedianos con nuestra sociedad! Debemos denunciarlos y deportarlos a todos. ¡Debemos preservar la pureza de la raza humana! Estos ganimedianos sólo son simios!”.

Una joven que ha oído la televisión, piensa para sí: “¡Fanáticos! ¡Idiotas intolerantes! ¡Es la misma historia de siempre! Cazas de brujas…antisemitismo…intolerancia racial…pogromos…intolerancia política…. ¿Qué podían hacer? ¡Era la única vía! ¡Sólo les ofrecían trabajos de segunda fila! Los trajeron como mano de obra barata. Mal pagados…Desgraciados…Limitados a las zonas con
peores viviendas… ¿Cómo podrían mejorar sino haciéndose pasar por humanos?” Mas tarde, la muchacha se enamora de un hombre que, avergonzado, le confiesa que es un ganimediano que se hace pasar por humano afeitándose todo el vello corporal. Tiene miedo de que, al descubrirse, ella piense ahora que sólo quiere el matrimonio para legalizar su situación entre humanos. En lugar de rechazar su propuesta, la mujer acepta y le dice (mintiendo) que ella es también en secreto ganimediana, por lo que no hay motivo para que el miedo y los prejuicios se interpongan entre ambos.

Quizá el mensaje antirracista más potente de la EC se incluyó en la historia “¡El Día del Juicio!” (“Weird Fantasy” 18). Un terrícola del futuro lejano viaja a un planeta habitado sólo por dos tipos de ciudadanos mecánicos: los robots naranjas y los robots azules. Se da cuenta de que los naranjas viven en casas bonitas y mandan a sus hijos a buenas escuelas, mientras que los azules están aislados en la zona más pobre de la ciudad y tienen que viajar al fondo de los autobuses. El terrestre señala estas desigualdades a un robot naranja y le dice que la única diferencia real entre ellos es el color del recubrimiento metálico. El ser mecánico protesta: “¡Esto ya existía antes de que yo naciera! ¿Qué puedo hacer al
respecto? ¡Sólo soy un robot” El hombre responde que tal situación se dio en la Tierra en el pasado pero que después de que “la Humanidad aprendiera a vivir unida, empezó el progreso de verdad y el universo fue nuestro”. Sólo es al final de la historia que el lector descubre que el viajero es un hombre negro.

Muchos escritores elogiaron esa historia, incluido Ray Bradbury, quien pensaba que ese comic “debería ser lectura obligatoria para todo hombre, mujer y niño de los Estados Unidos”. Pero aún era 1953 y un lector escribió: “No tengo prejuicios, así que no me sentí ofendido por “¡El Día del Juicio!”, pero algunos de mis amigos sí…así que ¿Por qué no dejar el asunto en paz?”.

Los comics de CF de EC también se atrevieron a desafiar a sus lectores a que reflexionaran sobre sus creencias mostrándoles la otra cara de ciertas cuestiones. En una historia titulada “Los Exploradores” (“Weird Science” 8), los alienígenas diseccionan a los humanos para averiguar “cómo funcionan las formas de vida inferiores”, tal y como nosotros hacemos con los animales en los laboratorios. En “¡Como Ganado!” (“Weird Science” 15), unos hombres son abducidos por un platillo volante y luego engordados para el sacrificio, tal y como hacen los granjeros con el ganado. En “Repulsión” (“Weird Fantasy” 15), unos saltamontes gigantes gritan aterrorizados cuando encuentran un humano en su ensalada. 




(Finaliza en la siguiente entrada)

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