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Aunque muchos héroes espaciales iban acompañados de su correspondiente sidekick, otros eran de la modalidad silenciosa, apartados tanto de la compañía humana como de la alienígena. El más duro de entre estos pioneros detectives y policías espaciales fue Spacehawk, “un poderoso lobo solitario, campeón de la ley y el orden por todo el espacio interplanetario” (“Target Comics”, junio 40). En sus primeras aventuras, Space Hawk llevaba una máscara y actuaba como una especie de vigilante (“un sobrehumano enemigo del crimen que golpea sin avisar”). Sus misteriosas identidad y poderes (“Puedo leer los pensamientos malvados como si fueran un libro”) llenaban de miedo y terror el corazón de sus enemigos. Spacehawk fue una especie de pistolero siniestro, una versión oscura de Flash Gordon y Buck Rogers.
En una historia de 1940, “Spacehawk y los Hombres Buitre del Vacío”, el adusto héroe

Basil Wolverton, un artista original desde todos los puntos de vista, fue el creador, guionista y dibujante de Spacehawk. Su experiencia previa como reportero y caricaturista para el diario “Portland News” incluyó encargos tales como entrevistar y dibujar a sospechosos de asesinato. Uno de los trabajos que sin duda prepararon a Wolverton para dar forma a su justiciero espacial fue cuando un acusado de homicidio “se negó a posar en su celda para mí, así que me encerraron dentro con él”. Wolverton, veterano aficionado

El primer comic book de Wolverton apareció más tarde, en 1938, cuando dibujó una breve serie de ciencia ficción para “Circus the Comic Riot”. La siguiente fue “Space Patrol”, que empezó en 1939 en “Amazing Mystery Funnies”. El autor la recordaba como “una obra salvaje y extraña”. La patrulla extraterrestre era una delicia para los amantes de los alienígenas, compuesta por el piloto terrestre Nick Nelson, su artillero marciano Kodi y los extraños y fieros hombres globo de Júpiter”. Los alienígenas y planetas de Wolverton hicieron de sus retorcidas historias algo inolvidable. Maestro de lo grotesco (en 1946 ganó un concurso de la revista “Life” para dibujar a la mujer

El deliciosamente perturbado Spacehawk hizo que algunos lectores escribieran al correo de la revista quejándose de que los monstruos eran demasiado feos y las historias “demasiado fantásticas”. Pero Wolverton se negó a aceptar esas críticas y someterse a lo política y estéticamente correcto. “Estaba convencido- y aún lo estoy- de que los lectores jóvenes aceptan con entusiasmo las historias poderosamente imaginativas. Su imaginación es generalmente muy fuerte y este material se ajusta a ella”.

Eso sí, al término de su andadura, Spacehawk había conseguido sobrevivir a muchos de sus heroicos colegas de los comics de ciencia ficción. Siendo fieles a sus orígenes como antología, la mayoría de las series de ciencia ficción de los comic books aparecían publicadas en los mismos números junto a otras de detectives, vaqueros y superhéroes. Pero hacia 1941, casi todas las series de ciencia ficción habían sido engullidas por la avalancha de superhéroes. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, muchos lectores buscaban a sus héroes en el presente, no en el futuro.
La otra tendencia que empezaba a darse en los comic books fue la especialización por géneros.

Esta última representaba el arquetipo de revista pulp de ciencia ficción de aquellos tiempos pioneros. Sus portadas siempre venían adornadas con horribles monstruos, hermosas mujeres y elegantes héroes. Historias con títulos como “La Bestia-Joya de Marte” o “La Cosa de Venus” prometían acción a raudales, diálogos rápidos y los mínimos sustancia y sentido común. Material perfecto, en resumen, para un comic book.

Y así, “Planet Comics” (enero 40), fue el primer comic book dedicado exclusivamente a la ciencia ficción. Fue, de hecho, el único título de ese género que se publicó de forma regular durante la década de los cuarenta. Junto a Buck Rogers y Flash Gordon, “Planet Comics” estableció, definió y dominó el género en su vertiente tebeística hasta finales de ese decenio.
Como “Planet Stories” y sus otros predecesores en forma de revista pulp, “Planet Comics” descansaba en una fórmula invariable aplicada tanto a sus cubiertas como a sus historias y que fue sucintamente resumida por un lector como “el eterno triángulo: el chico, la chica y la amenaza”. En realidad, era el segundo ingrediente el que más juego daba en “Planet Comics”…y en todos los títulos de Fiction House en realidad: heroínas sexys de largas

Resulta curioso que “Planet Comics” también contara con una apreciable proporción de seguidoras, que a menudo escribían cartas a la revista expresando su aprobación a las féminas que allí aparecían. Charlene Stewart, de Nueva York, escribió en el número de noviembre de 1946 que a ella le gustaba la nueva heroína llamada Futura porque “tenía cabello oscuro como el mío”. Otras tres lectoras enviaron textos más incisivos acerca de lo que les gustaba y lo que no, pero Jimmy Pittman de San Antonio, Texas, fue directo a lo que le interesaba: “Pongan más chicas en las historias, de toma pan y moja”. Jimmy no tenía de qué preocuparse.

Otra serie de “Planet Comics” en esa misma línea presentaba a una heroína de pelo platino: Mysta de la Luna. Descrita en su primera historia como “una chica esbelta, sola contra la fuerza más perversa del universo”, no tardó en rellenar sus esbelteces con formas más rotundas. Dependiendo del dibujante que se ocupara de ella, Mysta llevaba un uniforme diferente de un número al siguiente, pero todos parecían fabricados con caucho vulcanizado. Es interesante que uno de los artistas que trabajaron en las series de Mysta y Gale Allen fuera Frances (Fran) Hopper, una mujer y, por tanto, una rareza en el mundo de los dibujantes de comics de los años cuarenta. También dibujó otras heroínas de la editorial para “Jungle Comics”, “Rangers Comics” o “Wing Comics”.
Lilly Renee, otra dibujante que trabajaba para Fiction House, se encargó de la que quizá fuera

La pesimista premisa de “El Mundo Perdido” resultó incómodamente atractiva para los lectores que crecieron durante los inciertos años de la Segunda Guerra Mundial. Los extraterrestres de piel verde de Volta vestían con uniformes y cascos que recordaban a los

Las tramas de la mayoría de las historias de “El Mundo Perdido” giraban alrededor de cómo Hunt y Lyssa conseguían evitar que los capturaran mientras infligían daños a los Volta. Un lector se quejó: “He estado leyendo la misma historia en “El Mundo Perdido” durante los últimos tropocientos años. Estoy seguro de que si revisara los números anteriores y contara todos los Volta que Hunt Bowman ha matado, habría suficientes para organizar un ejército como el de Rusia”.
La mayoría de las historias de “Planet Comics” formaban parte de series regulares. Además de

Una de las que merece mención aparte sería la protagonizada por la popular heroína Futura (“¡Ayer, una secretaria terrestre-Mañana, una reina guerrera!”). Todo empezaba en el siglo XXI cuando Marcia Reynolds salía de su trabajo como secretaria en Titan City y tenía la sensación de que alguien la acechaba. Conforme el miedo la iba invadiendo, se consolaba con este pensamiento: “¿Por qué alguien iba a preocuparse por una secretaria técnica de segundo grado? Sin dinero, sin familia, sólo un poco por encima de la media en inteligencia, energiefiencia y potencial reproductor…¿Quién podría ir tras de mí?”. La respuesta: un alienígena de gran cabeza verde y

Cuando Futura se entera de que los Cymradianos pretenden usar su cuerpo como receptáculo del cerebro de Lord Menthor, escapa de su cautiverio. En los siguientes episodios, la joven se convierte en una guerrera de espíritu inquebrantable que se enfrenta a Menthor y sus soldados sintéticos. Majestuosa, fiera y siempre ataviada con atrevidos bikinis, Futura sirvió de modelo para las lectoras femeninas y de fantasía sexual para los masculinos.
Como era el caso de Flash Gordon, la serie de Futura estaba escrita a base de cuadros de texto y su atractivo se apoyaba sobre todo en las dotes artísticas de Rafael Astarita. Por desgracia, sus dibujos quedaban a menudo lastrados por horribles textos como este: “Un destello de pistola y una forma peluda que se retuerce ... Pero incluso el temple de Futura se ve sacudido por el rápido ataque y la fuga.

Probablemente, ellos mismos avergonzados por lo que estaban haciendo y no deseando hipotecar una futura carrera como escritores, los guionistas de estas historias se ocultaban bajo seudónimos de la casa. El prolífico y ficticio Thornecliffe Herrick, por ejemplo, respondía las cartas de los lectores en la sección correspondiente, escribía cuentos en prosa de dos páginas y firmaba “El Mundo Perdido”. Jerome Bixby, escritor de ciencia ficción y futuro guionista de la serie televisiva de “Star Trek”, trabajó para “Planet Comics” de 1948 a 1949 como periodo de prueba antes de convertirse en editor del pulp “madre”, “Planet Stories”.

Como “Planet Stories”, su contrapartida tebeística, “Planet Comics”, tenía una sección de cartas de los lectores titulada “The Vizigraph”. El editor explicaba su propósito: “Dado que el arte de la telepatía no se ha perfeccionado, os pedimos que recurráis a ese arcaico método de comunicación que son las cartas”. A la vista de algunas de las misivas recibidas y publicadas, estaba claro que sus remitentes no sólo no habían perfeccionado la telepatía sino que todavía tenían problemas a la hora de ordenar sus pensamientos: “Me gustaría leer más historias en la que nuestro sistema

Sea como sea, todo era inofensivo y optimista. “Planet Comics” fue el epítome de la ciencia ficción ligera, sexy, despreocupada y con tanta acción como poca ciencia y lógica. En muchos aspectos, este popular comic de los cuarenta fue un regreso a un tipo de ciencia ficción que las revistas pulp estaban dejando atrás ya a finales de esa década. Pero incluso en los comics, estaban teniendo lugar movimientos que pronto llevarían al género a internarse en las deprimentes realidades del presente y que culminarían en los excelentes tebeos publicados por la editorial EC. De ellos hablaré en una futura entrada.
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