Una noche, en el aeropuerto de la pequeña ciudad de Clarendon, un periodista, Will Barbee, espera la llegada del avión en el que regresa una expedición científica liderada por el heterodoxo Lamarck Mondrick tras pasar dos años en la cordillera de Nala-Shan, en Mongolia. Junto con la prensa se encuentran los familiares de los cuatro exploradores que componen la partida, incluyendo a la ya casi anciana Rowena Mondrick, esposa del líder, cegada por una pantera en Nigeria algunos años antes.
Barbee formó parte del grupo de jóvenes y entusiastas científicos que años atrás reunió en torno a

El avión aterriza y de él descienden los exploradores, visiblemente agotados e inquietos, llevando consigo una caja fuertemente acerrojada. Un ansioso Mondrick insiste en realizar una declaración prometiendo que revelará hechos que sacudirán al mundo, pero antes de que pueda llevarla a cabo sufre un ataque y muere. Entre la consternación reinante, April Bell desaparece, pero Barbee encuentra su bolso. El gatito ha sido estrangulado con una cinta roja y su corazón atravesado por un alfiler de marfil decorado con la figura de un lobo. El instinto investigador del periodista despierta a la luz de ese hallazgo y lo relaciona inmediatamente con que Rowena Mondrick lleve abundantes joyas de plata y que su perro-guía – que también porta un collar del mismo metal- se haya mostrado muy violento con April.
Los colegas de Mondrick se llevan la caja y montan un fuerte dispositivo de seguridad para protegerla. Barbee sospecha que April es de algún modo la responsable de la muerte de su antiguo profesor, pero su fascinación por ella supera su miedo y mantiene una relación que cada

“Más Oscuro de lo Que Pensáis” proviene de una novela corta, “Wolves of Darkness”, serializada en 1932 en la revista “Strange Tales”, especializada en literatura fantástica. Su éxito animó a Williamson a revisitar el tema cambiando la trama y los personajes, nueva versión que se publicó por entregas en 1940 en la revista “Unknown”, editada por John W.Campbell. Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo de la ciencia ficción experimentó un cambio. Las revistas pulp perdieron terreno a favor de la radio primero y la televisión después. Pero los adultos que de niños disfrutaron de aquellas historias que les hicieron soñar, querían recuperarlas en formato de libro. Lloyd Arthur Eschbach fundó Fantasy Press en 1946 y adquirió “La Legión del Espacio” de Jack Williamson para reeditarlo como volumen independiente. Los buenos resultados económicos de

Williamson citó esta novela como una de sus favoritas porque en ella había volcado mucho de lo que había aprendido sobre sí mismo gracias al psicoanálisis, esa “técnica” que tanto predicamento tuvo en la primera mitad del siglo XX y cuyo retroceso puede ser resumido en una sola palabra: litio. En 1949, el psiquiatra australiano John Cade administró litio durante cinco días (por razones equivocadas) a un paciente maníaco-depresivo de cincuenta y un años, un hombre tan hiperactivo, confundido e incontrolable que llevaba veinte años encerrado en un manicomio. Al sexto día, gracias a la acumulación de litio en la sangre, el paciente recuperó un comportamiento normal. Tres meses después le dieron el alta y regresó a su casa, donde fue feliz por siempre jamás. Este hombre había estado confinado y sometido a dos décadas de verborrea freudiana sin resultado alguno.

Pero en los años treinta y cuarenta todo esto se ignoraba y el psicoanálisis no sólo estaba considerado como ciencia sino que, además, estaba de moda. Desde finales de la década de los veinte, Williamson había estado escribiendo de forma un tanto errática para el floreciente mercado de las revistas pulp, lo que le convirtió en uno de los pioneros americanos del género. Pero en 1936, a los veintiocho años y agobiado por problemas emocionales, escribió a Ives Hendricks, autor del libro “Hechos y Teorías del Psicoanálisis”, solicitándole consejo sobre un posible tratamiento. Hendricks le sugirió la clínica Menninger, en Topeka, Kansas, donde le recibió su fundador, el prestigioso psiquiatra Karl Menninger. Disponiendo del suficiente dinero como para vivir frugalmente en esa ciudad e incluso pagar cinco dólares la hora por la terapia, Williamson vivió allí durante dos años hasta que se le acabaron los fondos y tanto él como su médico coincidieron en que ya no tenía sentido continuar el tratamiento.

De esta forma, en “Más Oscuro de los Que Pensáis”, Topeka se convierte en Clarendon; Glennhaven, un gran complejo psiquiátrico en el que Barbee es internado brevemente, remeda su propia experiencia en la clínica Menninger. Lo que Williamson aprendió durante su psicoterapia fue superar algunos conflictos internos y asumir aquellas partes de sí mismo que había intentado mantener reprimidas. Que es, al fin y a la postre, el mismo proceso de autoaceptación por el que atraviesa Will Barbee.
Los Licántropos u Hombres Lobo –junto con los vampiros y otros seres míticos con el poder de modificar sus cuerpos y propiedades- son tradicionalmente personajes asociados a la literatura de fantasía, pero Jack Williamson, más proclive a la ciencia ficción, encontró en ellos la metáfora perfecta para articular la transformación que él mismo había experimentado en su mente. (ATENCIÓN SPOILER) Y es que, tal y como se nos desvela ya avanzada la trama –aunque ya resulta demasiado obvio desde el principio- April Bell no es

La novela pertenece por tanto, como “El Extraño Caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde o la película “La Mujer Pantera” (que, estrenada en 1942, probablemente influyó en Williamson), a ese tipo de historias sobre personalidades divididas y enfrentadas, en las que la parte más primitiva, amoral y bestial de nuestra herencia biológica puede emerger sobre la delgada capa de civilización y transformar en el proceso el mismo cuerpo físico. Bajo este tipo de narraciones subyace una visión dual del Hombre en virtud de la cual en nuestro interior anida algo (que la doctrina cristiana podría llamar Pecado Original), capaz de transformarnos en bestias y de lo que debemos renegar y arrepentirnos; por otra parte, ese fuego primitivo, inherente a nuestra propia naturaleza y que no podemos extinguir, puede tener un efecto liberador. De esta forma, Barbee, un individuo degradado y consumido por la autocompasión y el alcohol, encuentra una salida gracias a la licantropía: de ser un perdedor, pasa a convertirse en salvador de su recién hallada especie. Pero

Ahora bien, dado que quería escribir ciencia ficción y no fantasía pura, Williamson introduce, como he mencionado, cierta justificación antropológica (desviaciones genéticas, guerras entre especies en la Prehistoria…) con la que intentar sustentar la existencia de esa especie semidemoniaca; y, por otro, algunas nociones convenientemente modificadas de física cuántica que “expliquen” algunos de sus poderes (atravesar objetos sólidos o escoger el lugar probabilísticamente más adecuado para cometer un asesinato) y limitaciones (los objetos de plata). Estas teorías han quedado hoy más que superadas y, de hecho, ya entonces no fueron más que una mera excusa con la que dar un nuevo enfoque a un mito clásico y poder así incluir la novela en el campo de la ciencia ficción.

A pesar de estos inconvenientes en la ejecución literaria, la novela ofrece momentos muy

Aunque le pesan demasiado los años, esta mezcla de terror clásico y fantasía paranoide, sazonada con unas gotas de ciencia ficción y misterio detectivesco, puede ser disfrutable hoy –sobre todo por los amantes de la llamada Dark Fantasy- siempre y cuando se lea con la misma actitud con la que uno se sentaría a ver una vieja película de terror en blanco y negro producida en los años cuarenta por la Universal o la RKO: como un viaje al pasado, a los primeros y más inocentes días del género fantástico.
Desconocía esta novela porque lo que trata no me interesa pero leyendo veo que es super influyente. Es el argumento de prácticamente todas las pelis de razas de monstruos por lo menos desde los 80 para acá. Se nota que en EE.UU. es un best seller y un clásico.
ResponderEliminarSí, así es. La saga de Underworld, se me ocurre, es deudora de esta obra. Aunque también es verdad que su influencia en la literatura fantástica posterior no salva a la novela del paso de los años.
ResponderEliminarEn esa saga estaba pensando precisamente. Tuve la desgracia de tener que ver la última peli estrenada de la serie. Pero el tema del elegido, la sociedad oculta... De todos modos estoy hablando de un tema que no me gusta así que tampoco puedo opinar mucho porque apenas he leído y visto.
ResponderEliminarse me hizo bastante similar a soy leyenda en el aspecto de explicacion cientifica sobre los hombres lobo, por lo demas hay que buscarla online esta por desgracia descatalogadisimo
ResponderEliminarNo lo había mirado. Yo tengo la antigua edición de Orbis, con la que me hice en alguna librería "de viejo". Y sí, lo de la explicación científica de los hombres lobo se parece a "Soy Leyenda", pero ésta es bastante posterior, de 1954 si ahora no recuerdo mal. Un saludo y gracias por comentar.
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