
Los alienígenas en su versión invasora -hostil o amigable- disfrutaron de una amplia popularidad tanto en el cine como en la televisión a finales del siglo XX. "Alien Nación" es un buen ejemplo de esa tendencia.
Ya comentamos en una entrada anterior la película "Alien Nación", sus puntos fuertes y aquellos en los que había resultado decepcionante (me remito a la misma en cuanto al contexto narrativo general en el que tiene lugar la acción de la serie que ahora comento) ¿Podía extraerse de aquel irregular film una serie de televisión que capitalizara sus aciertos y enmendara los fallos? La respuesta parecía tenerla el guionista y productor Kenneth Johnson.

Desde luego, parecía el trabajo adecuado para un perfil profesional como el suyo: bajo su supervisión, el comic de Stan Lee "The Incredible Hulk" se había reinventado en una saga de fugitivo simpático con oscuro secreto: una personalidad dual compuesta por el doctor David Banner (Bill Bixby) y el furioso monstruo verde Hulk (Lou Ferrigno). Duró cinco temporadas (1978-82) y dio lugar a tres telefilmes, el último en 1990. Antes de eso, había escrito "La Mujer Biónica" (1976-1978), contrapartida femenina y spin-off de "El Hombre de los Seis Millones de Dólares" (1974-1978), también producida por él, ambas series cosechando un considerable éxito. Y, desde luego, había sido el creador de la famosa miniserie "V", de la que también hablamos en su respectiva entrada.
Aunque Johnson no se mostró muy interesado al principio en "Alien Nación", pensó que podía darle un giro temático, dándole más peso al aspecto racial para así explorar algunos de sus temas favoritos: tolerancia, prejuicio y discriminación. Aunque los personajes principales, los policías Matt Sikes (humano) y George Francisco (alienígena) continuaron respondiendo a los mismos arquetipos generales (el primero violento e impulsivo, el segundo reflexivo y pacífico), los guiones de la serie ayudaron a perfilar más en detalle sus respectivas caracterizaciones.

La asociación entre ambos policías constituyó el núcleo alrededor del cual giraba el resto de los personajes, algunos de ellos "experimentales", cuyo papel se quiso que fuera regular pero que, al probarse limitados, fueron eliminados de la historia (el fotógrafo de un tabloide y varios policías, por ejemplo); los que sí se convirtieron en personajes habituales y que fueron evolucionando con el tiempo fueron los miembros de la familia de George. Éste es el primer alienígena que ha alcanzado el rango de detective. Él y su familia se han trasladado a un vecindario de mayor categoría en el que también son los primeros extraterrestres; su esposa, Susan (Michele Scarabelli) puede tolerar los prejuicios ajenos, pero se preocupa por su rebelde hijo adolescente Buck (Sean Six

La fórmula de la serie era al tiempo esquemática y versátil y el comentario racial, obvio, aunque no llega a convertirse en un sermón chorreante de moralina. La mayoría de los episodios tenían lo que los guionistas llaman una “historia A” (la narración principal, habitualmente una investigación policiaca con poco interés) y una “historia B” (un argumento paralelo en torno al barrio, el lugar de trabajo o asuntos domésticos). En "Alien Nación", sin embargo, ambas líneas narrativas solían compartir el mismo tema. Así, mientras Matt y George investigaban el uso de esteroides ilegales en un gimnasio -lo que remite a nuestra


No era totalmente nuevo para algunas series de CF televisiva el hacer hincapié en aspectos especialmente emocionales, dirigidos tanto al corazón como a la conciencia, pero "Alien Nacion" lo convirtió en marca de la casa, refinándolo y ampliándolo a medida que iba avanzando la serie. De hecho, las historias policiacas (que iban desde extraterrestres asesinados por un doctor humano para extraerles una glándula de la longevidad a la muerte de una prostituta alien, de la protección de un testigo, al rescate de rehenes pasando por el consabido asesino en serie) eran directas y convencionales. Donde radicaba el interés de la serie era en el detallado retrato de la biología y cultura alienígenas -con lenguaje subtitulado incluido-.
Los tenctoneses se embriagan con leche agria y el agua salada puede matarlos. Su espalda es su zona erógena y sus métodos reproductivos tienen miga: hacen falta dos machos para preñar a una hembra y, como hemos apuntado, padres y madres se turnan en el embarazo. En uno de los episodios, Susan es "preparada" por un Binnaum -un miembro de una respetada orden religiosa- y en otra entrega da a luz a una especie de vaina que será incubada por George hasta que nazca definitivamente.


La ciencia ficción se entremezclaba con la realidad en las noticias de los telediarios, con imágenes

El sesgo que se produjo en Estados Unidos en la década de los noventa hacia las minorías no blancas fue el más pronunciado del siglo XX. Al mismo tiempo, las ciudades crecían cada vez más. Era evidente que las comunidades más pobres ya residentes en los centros urbanos se iban a ver sometidas a una presión adicional ante el aumento de población y la diversidad cultural. La inmigración era muy alta y las infraestructuras y servicios sociales ya se encontraban sometidos a una considerable presión.
La quiebra del orden social, el foco en la vida callejera de las grandes ciudades y el conflicto racial eran parte de la representación que de Los Ángeles hacía "Alien Nación". El hecho de que la serie estuviera aún emitiéndose pocos meses antes del caso de King y los disturbios de Los Ángeles, demuestra la capacidad de la ciencia ficción, si no para la profecía, sí para el comentario acertado de la actualidad y la naturaleza humana a través de la alegoría y la metáfora.

Tras su cancelación, el espíritu de "Alien Nación" siguió vivo en otro medio. Kevin Ryan, editor jefe del departamento de libros de Star Trek de Pocket Books, consiguió los derechos de publicación y encargó una serie de novelas a escritores especializados en este tipo de ficción basada en shows televisivos. Se llegaron a publicar ocho libros firmados por Judith y Garfield Reeves-Stevens, Barry Longyear, Peter David, K.W.Jeter, L.A.Graf (acrónimo de “Let´s all get rich and famous", tras el cual se escondían Julia Ecklar y Karen Rose Cercone) y David Spencer.

Siendo un producto sindicado que ya estaba reponiéndose en varias cadenas comerciales, incluso el breve revival en forma de telefilmes era forzosamente limitado. "Alien Nación" quedó como testamento de un concepto que había sido trabajado con cariño en la línea divisoria que separa el "casi bueno" del "extraordinario", una metáfora acerca de las relaciones raciales en Norteamérica que trataba de ilustrar esas palabras de Hammerstein que decían que nadie nace con prejuicios, sino que éstos han de ser "cuidadosamente enseñados".
No hay comentarios:
Publicar un comentario