lunes, 11 de noviembre de 2019

1999-PLANETARY – Warren Ellis y John Cassaday (1)



A pesar de su accidentada salida de la colección “Hellblazer”, publicada por  Vértigo/DC, Warren Ellis mantuvo su estatus de guionista respetado e imaginativo gracias a series como “Stormwatch” o “Transmetropolitan”. En 1999 aparecen las colecciones que van a colocar a Ellis en una subcategoría propia de guionista. A primera vista, “The Authority” y “Planetary” parecían productos típicos del sello Wildstorm de Jim Lee, con héroes moralmente cuestionables combatiendo extrañas e incomprensibles amenazas mientras lanzan frasecitas contundentes y exhiben llamativos superpoderes. Sin embargo, un vistazo más pausado nos revela que estos nuevos comics de Ellis ofrecían una nueva narrativa para un nuevo milenio. “The Autority” y “Planetary” tenían un estilo propio y diferenciado del de los clásicos tebeos de Marvel o DC.




Ambas series combinaban espectaculares  aventuras de altos vuelos y un estilo narrativo descomprimido. Ellis y sus respectivos artistas se tomaban su tiempo para desarrollar las historias, intercalando planos mudos o de situación con pasajes explicativos y estallidos de acción hiperdinámica. Ambas series exigían del lector atención tanto a los detalles como a las continuidades de fondo y el subtexto que se escondía en cada número. Sus inteligentes guiños y homenajes a la cultura popular hacían del lector, además, cómplice del autor en esta nueva forma de contar historias.



Sobre “The Authority” ya hablaré en otra entrada. En cuanto a “Planetary”, más ambiciosa aún que aquélla en su concepto, tras unas páginas de presentación en otra revista de Wildstorm en septiembre de 1998, en abril de 1999 se lanza su colección regular cuyo primer número nos presenta a los “Arqueólogos de lo Imposible”, tal y como anuncia un texto de portada. Una atractiva mujer de físico atlético, Jakita Wagner visita a un extraño individuo de ajado aspecto y problemas de memoria llamado Elijah Snow en una cafetería localizada en mitad de un desierto desolado. Le propone unirse al equipo que ella lidera a cambio de un generoso salario anual de un millón de dólares, anonimato y algo más intrigante todavía: “Usted conoce parte de lo que de verdad ha pasado en este siglo. Su historia secreta. Ayúdenos a descubrir el resto. Ese es el trabajo”. Una vez acepta, Snow conoce al tercer miembro del equipo, un joven que responde al apodo de Batería, aunque también escucha referencias a un misterioso “Cuarto Hombre” que fundó el proyecto tiempo atrás.



Jakita es la arquetípica mujer dominante, tanto en su personalidad como en sus habilidades físicas (básicamente superfuerza, superresistencia y supervelocidad). El Batería (al que John Cassaday otorgó sus propios rasgos), mezcla de hippy, fanático de los ordenadores y groupie de bandas rock, puede comunicarse directamente con las máquinas. En cuanto a Elijah, siempre vestido de blanco (Cassaday admitió haberse inspirado en la apariencia de Hugo Pratt), puede manipular la temperatura ambiental y, al haber nacido con el siglo XX, es una suerte de contrapartida masculina a la Jenny Sparks de “The Authority”. Más allá de su carisma y ambigua naturaleza, el será el auténtico protagonista de la serie por cuanto acompañará al lector en el descubrimiento de una realidad oculta y de los misterios que se esconden tras el origen y propósito de Planetary.



La idea central de la colección era la de construir su propio y personal universo apoyándose en arquetipos del mundo de los superhéroes, la ficción pulp y la ciencia ficción, tomando personajes y situaciones de multitud de obras de la cultura popular. El equipo de Planetary los buscaría, encontraría, investigaría y, eventualmente, descubriría el nexo que los une a todos. La propuesta inicial que presentó Ellis para la serie fue: “¿Cuál sería el resultado, en el mundo contemporáneo del universo Wildstorm, de un siglo de historia de superhéroes?”. Aunque decir superhéroes, en el contexto de este mundo creado por Ellis, puede resultar engañoso. Porque lo que aquí tenemos son seres con capacidades especiales más que justicieros disfrazados. Y aunque su misión sea la de proteger al mundo, lo hacen desde las sombras y la discreción, limitando su intervención al mínimo posible, sin salir del anonimato y sin exhibir demasiado sus poderes.



Así, los primeros seis capítulos (recopilados bajo el título “Alrededor del Mundo y Otras Historias”, son un compendio de viajes en el tiempo y el espacio muy representativos de lo que va a ser la colección en su conjunto. En su primera misión ya con Snow en sus filas, el equipo vuela hasta las montañas Adirondack, donde rescatan al Doctor Axel Brass, un hombre nacido el 1 de enero de 1900, y que había quedado atrapado en el fondo de una caverna custodiando un portal dimensional por el que podía emerger un horrible enemigo. Se trata de un claro trasunto del clásico héroe pulp Doc Savage y cuando relata a sus salvadores su propia historia secreta, introduce ya algunos de los temas principales de la colección, como la complejidad del multiverso y la existencia oculta de seres increíbles que han luchado por o contra la Humanidad.



En el número 2, el equipo viaja hasta una remota isla japonesa que resulta ser un osario de enormes monstruos (los kaiju de tantas películas niponas, desde Godzilla a Mothra). El tercer episodio copia el estilo de las películas japonesas de acción, venganza y fantasmas; en el cuarto, Planetary se encuentra con una nave inteligente que puede surcar el espacio interdimensional de La Sangría (al igual que el vehículo que transporta a The Authority) y que, al estilo del Capitán Marvel, transforma a en sobrehumano a un individuo normal y corriente. Y así, número tras número, los lectores van disfrutando de las referencias cruzadas y los homenajes a los iconos de la cultura pop del siglo XX, como las novelas pulp (nº 5) o el origen de los Cuatro Fantásticos de Marvel (nº 6) reformulado en términos de la Carrera Espacial y la Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos.



Es un planteamiento, por tanto, equivalente al que aquel mismo año hizo Alan Moore en “La Liga de los Extraordinarios Caballeros”, esto es: asimilar a un universo nuevo y original personajes inspirados o extraídos de fuentes literarias. La diferencia es que Moore recurrió a novelas de los siglos XVIII y XIX mientras que Ellis es un futurista amante de la cultura popular y la ciencia ficción.



Guionista fértil, original, atrevido y dinámico, Ellis tuvo en “Planetary” ocasión de desarrollar sus ideas. Es, obviamente, un proyecto a largo plazo, meticulosamente planificado y escrito ya desde su primer capítulo. Los tres protagonistas saltan de descubrimiento a descubrimiento, cada uno más sorprendente que el anterior. Resuelven los problemas recurriendo más a la inteligencia y la astucia que a la fuerza y cuando se ven forzados a utilizar sus maravillosos poderes y habilidades lo hacen con mesura y eficacia. Ninguna de sus confrontaciones físicas se prolonga demasiado pero todas están tratadas con el máximo cuidado para transmitir dinamismo e intensidad.



Aunque se trata de historias hasta cierto punto autoconclusivas y que pueden leerse individualmente sin problemas, en realidad no son sino piezas de un gran puzle cuya imagen principal, poco a poco y sutilmente, va cobrando forma. Y esa es una de las virtudes de “Planetary”: cada episodio rebosa imaginación y sentido de lo maravilloso, pero siempre está al servicio de una causa mayor: la construcción de una mitología propia y la resolución de un misterio de altos vuelos.



En el siguiente bloque, compuesto por los episodios 7 a 12 (recopilados colectivamente como “El Cuarto Hombre), el equipo ayuda a un detective de lo paranormal que tuvo que fingir su propia muerte para ayudarse en una investigación (nº 7, en un homenaje a John Constantine y los comics ingleses de terror de los 80 (nº 6); Después, responden a la llamada de Allison, una mujer muerta cuyo fantasma vaga por un base científica abandonada en Nevada en la que se llevaron a cabo experimentos con humanos (nº 8, Marilyn Monroe y las viejas películas de CF de los cincuenta). Una mirada al pasado nos presenta a Ambrose Chase, el predecesor de Elijah Snow, y cómo murió en el transcurso de una misión (nº 9). En el nº 10, Snow encuentra en un laboratorio diversos objetos pertenecientes a no humanos: unos brazaletes, un arma con forma de linterna y una capa indestructible (en referencia a  tres iconos superheroicos de DC, Wonder Woman, Green Lantern y Superman). El mundo de los superespías como James Bond, Nick Furia y SHIELD es recuperado para el número 11; para cerrar este ciclo en el duodécimo episodio descubriendo la identidad del misterioso “Cuarto Hombre”, alrededor del cual giran muchos de los enigmas relacionados con Planetary.



Warren Ellis continúa explorando la historia de los comics populares jugando con dos niveles narrativos: primero, una serie de investigaciones llenas de emoción y misterio; y segundo, un comentario en clave de metalenguaje sobre los tebeos americanos y la cultura popular. A primera vista, se trata de una sucesión de aventuras variopintas, exóticas y maravillosas sin ningún vínculo aparente, con un protagonista, Elijah Snow, arrastrado por las circunstancias y superado por ellas. Pero a partir del nº 12, este paradigma experimenta un cambio cuando Snow, recuperado de su amnesia, descubre la clave oculta que enlaza todas esas aventuras y pasa a tener la voz cantante sobre sus compañeros, Jakita y el Batería. Es en ese punto cuando el lector toma plena conciencia de que está ante un complejo rompecabezas del que hasta ese momento sólo ha visto piezas sueltas pero cuya imagen global empieza a vislumbrarse.



De fondo, Ellis escoge con acierto y manipula las referencias que le interesan para tejer su propio universo y mostrar cómo los guionistas ingleses que empezaron a dominar el comic mainstream americano en los ochenta ejercieron un poder transformador sobre el mismo, acelerando su salto a la madurez y cambiando para siempre la forma en que los fans se acercaban a ellos. Así, tenemos ese tributo a los personajes de la galería Vértigo de DC o las particulares visiones de la tríada superheroica Wonder Woman-Green Lantern-Superman. 

(Finaliza en la próxima entrada)

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