Giger fue probablemente el artista y diseñador más importante y peculiar de la ciencia ficción cinematográfica. En vez de seguir el estilo puramente tecnológico o naturalista de maestros como Virgil Finlay, Chris Foss, Frank Kelly Freas o Jim Burns, se movió a sus anchas entre lo surrealista y lo erótico, creando imágenes que fusionaban lo orgánico y lo tecnológico. Sus pinturas eran algo nuevo y muy diferente que retrataba una verdadera biotecnología alienígena. Él mismo bautizó sus visiones como “biomecánica”, visiones que tomaban casi siempre formas humanas y monocromáticas mezcladas con grotescos apéndices o fondos barrocos de inspiración mecánica.
Hans Rudolf Giger nació en Suiza en 1940. Provenía de una familia suficientemente acomodada

Siendo aún un niño, su hermana lo llevó a un museo local para ver una momia egipcia, una visión que lo asustó tanto que se sintió impulsado a regresar a verla una y otra vez durante semanas, decidido a vencer su miedo. La momia y su simbolismo de la muerte se convirtieron en dos de las principales influencias de su obra. Bebió también de los maestros de la escuela surrealista y decadente, desde El Bosco hasta Dalí, pasando por Max Ernst o Arnold Böcklin. Atormentado regularmente por horribles

Los únicos libros en los que Giger ha participado son los suyos propios, volúmenes que recopilan sus trabajos con los títulos de “A Rh+” (1971) o “H.R.Giger” (1976). Su obsesión por la muerte volvió a afectarle de lleno a raíz de la trágica desaparición de su primera compañera sentimental y musa, Li Tobler. Esta actriz y modelo padecía trastornos emocionales, era drogadicta y sufría frecuentes depresiones y agotamiento a causa de las agotadoras giras de su profesión. Cuando en 1975 se pegó un tiro –algunos dicen que la siniestra atmósfera que rodeaba a Giger tuvo también algo que ver- fue un duro golpe para el pintor, que se volcó en su arte como tabla salvavidas. Y así, dos años más tarde, aparece su tercer libro, “Necronomicon” (1977), cuyo título rinde homenaje a otra de sus influencias, el escritor de terror H.P.Lovecraft.
Fue este último volumen el que empezó a llamar la atención en Inglaterra y Norteamérica. Uno de


Le pidieron a Giger que desarrollara asimismo la criatura adulta a partir de dos pinturas incluidas

Las criaturas alienígenas de Giger son feroces y tremendamente extrañas y exudan una sensación de amenaza mecánica que casa perfectamente con su función de máquina biológica asesina. Pero lo más importante de sus diseños, sin embargo, es la sensación de extrañeza, de incomodidad, que se desprende de

Esa extrañeza permeaba sus cuadros incluso cuando éstos “sólo” representaban paisajes. La

Uno de las más famosos es el número XX, “The Penis Landscape”, que fue reproducido e incluido como poster en el álbum “Frankenchrist” (1985)

En cualquier caso, fue su contribución para “Alien” fue lo que revolucionó el cine de CF hasta un punto que resulta difícil cuantificar. Su estilo “biomecánico” ha sido adoptado en mayor o menor medida por infinidad de diseñadores, ilustradores, tatuadores y fetichistas. Películas que se inspiraron en él fueron “Saturno 3” (1980), “La Cosa” (1982), “Lifeforce-Fuerza Vital” (1985), “Videodrome” (1982) o, más recientemente,

La relación de Giger con el resto de la franquicia “Alien” ha sido problemática. James Cameron prescindió de él en “Aliens” (1986), discutió con el productor de “Alien3” (1992), no fue acreditado por los diseños de “Alien: Resurrección” (1997) y, por fin, fue recuperado por Ridley Scott para “Prometeus” (2012), la última película en la que participó. Por lo demás, su relación con el mundo del cine fue más bien discreta, limitándose a diseños conceptuales –no siempre bien trasladados a la pantalla- para “Poltergeist II: El Otro Lado” (1986), la igualmente mediocre “Species” (1995) y su secuela (1998). También diseñó un Batmovil para “Batman Forever” (1995), que lamentablemente nunca llegó a utilizarse pero que sin duda hubiera sido lo mejor de la película.
Sin salir del ámbito cinematográfico, Giger no pudo sacar adelante su propio proyecto, “El

Pero sin duda fue “Alien” lo que despertó un interés masivo en la obra de Giger. Los aficionados

Fue sólo al final de su vida que el mundo del arte “serio” le aceptó en su seno, abriendo las puertas de los museos a exposiciones y retrospectivas de su obra. Aunque en sus últimos años se había convertido ya en un auténtico icono de la cultura popular, estaba demasiado enfermo y frágil como para seguir creando. Prefería quedarse en su desvencijada casa de Zurich, un laberinto lleno de sus dibujos, pinturas, esculturas y talismanes diversos: una colección de cráneos, extrañas cosas flotando en tarros de cristal, incontables pilas de libros, un gato…y su Oscar de la Academia. Según comentaba uno de sus allegados, la casa era casi un ser

Con el paso de los años, Giger ha sido imitado hasta la saciedad, pero nadie ha conseguido verdaderamente igualar su enfermizo estilo. El artista mencionaba al miedo y a la muerte como sus musas. ¿Cuántos pueden decir eso, y además hacerlo con sinceridad? Es uno de esos visionarios únicos, un creador atrevido y original que no gustará a todo el mundo, pero que a nadie deja indiferente.
Brutal. Giger, uno de los grandes artistas de la ciencia ficción.
ResponderEliminarGracias por está entrada, lograste confirmar que la relación de Coger y Obannon se gestó a partir de la película que Jodorowski nunca hizo, Ojalá en el futuro le pudieras dedicar una entrada a ese proyecto frustrado
ResponderEliminarEl propio O´Bannon lo comentaba en el documental sobre el making of de "Alien". En cuanto a proyectos de películas de CF que nunca se hicieron, la verdad es que podría escribir muchas entradas. ¡Hay tantos...!
ResponderEliminarUn grande giger, ojala pudieras escribir sobre la pelicula dune de jodorowski que no se hizo.
ResponderEliminarInfluyó a todo el planeta. Pocas personas pueden decir eso.
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