La ciencia ficción es una literatura de ideas. Es también una literatura que trata de mostrarnos el futuro..aunque bien podríamos decir “un futuro”, puesto que los escritores del género no pretenden ser visionarios capaces de predecir lo que nos espera. “Simplemente”, miran hacia adelante para enseñarnos las maravillosas posibilidades que nos aguardan…o avisarnos de peligros potenciales. La CF es una literatura que estimula la imaginación en mucha mayor medida que cualquier otra, que enseña, anima a la reflexión e inspira. Los ilustradores del género deben ser capaces de recoger y representar en imágenes todas esas ideas plasmadas por los escritores mediante palabras y, además, despertar en quien las ve el sentido de lo maravilloso. Uno de los artistas que mejor ejemplifica estas cualidades es Frank Kelly Freas.
Hay ilustradores que han inventado mejores alienígenas, naves más realistas, planetas más

Freas nació en Hornell, Nueva York, en 1922 y creció en Canadá. Tras su paso por las Fuerzas Aéreas en la Segunda Guerra Mundial, estudió en el Instituto de Arte de Pittsburgh y consiguió un trabajo como ilustrador publicitario. Fue entonces cuando un amigo le animó a enviar muestras de su trabajo a la revista “Weird Tales”. Allí no sólo se las aceptaron, sino que se mostraron dispuestos a ofrecerle más encargos, empezando por la portada del número de noviembre de 1950. Freas

Mientras tanto, el trabajo de Kelly Freas fue llegando a otros ámbitos. Por ejemplo, la revista humorística “Mad”, con la que colaboraría nada menos que cincuenta años, no sólo con caricaturas en blanco y negro para las páginas interiores sino con anuncios publicitarios paródicos de productos famosos y magníficos retratos de la mascota-héroe de la publicación: Alfred E.Neuman. También fue un apasionado defensor del programa espacial norteamericano. Tanto es así que la NASA le pidió que diseñara el logo oficial de la misión Skylab 1. También pintó

El arte de Kelly Freas es fácilmente identificable por la humanidad y emoción que insuflaba en sus personajes –ya fueran humanos o no-. Esta característica está perfectamente representada por algunas de las primeras portadas que pintó, como la de la novela “¿Quién?” (1958) de Aldrys Burgys o el relato “The Gulf Between” (1953) de Tom Godwin, para la que pintó una de las más famosas ilustraciones de un robot: un gigante de metal que sostiene un cadáver en su mano mientras su cara refleja pena y remordimiento. Se convirtió en un icono tan conocido que los miembros de la banda de rock Queen le pidieron a Freas que reinterpretara la pintura con ellos descansando en la mano del robot, convirtiéndola a continuación en la portada de su álbum “News of the World” (1977). Inolvidable es también el marciano verde que sonríe al lector en la portada de “¡Marciano, Vete a Casa!” (1955), de Frederic Brown.

En una gesta sin precedentes, Freas fue nominado veinte veces al premio Hugo, ganándolo en diez ocasiones entre 1955 y 1976, un record que sólo ha sido sobrepasado por su colega norteamericano Michael Whelan. Prueba de su generosidad profesional fue que acabara pidiendo a los organizadores del premio que retiraran su nombre de las nominaciones para brindar a otros artistas la oportunidad de ganar un merecido reconocimiento.
Frank Kelly Freas está justificadamente considerado como el artista que revitalizó el arte y la iconografía de la CF tras la Segunda Guerra Mundial, además del más prolífico y popular de todos ellos. Murió en 2005, pero hoy día, las portadas de muchos libros y revistas siguen delatando su influencia y no hay artista joven que quiera dedicarse al género que no conozca su trabajo.









Qué imágenes tan bonitas. Gracias por el texto!
ResponderEliminarExcelente artículo
ResponderEliminarGracias!!
EliminarMuchas gracias por este aporte!
ResponderEliminarGran articulo.
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