A finales de 1984, se estrenaron dos películas sobre robots asesinos. En octubre llegó la primera: “Terminator”, el título que lanzó la carrera de James Cameron y cimentó la de Arnold Schwarzenegger. La segunda fue “Runaway, Brigada Especial” que, a priori, partía como favorita. Estaba protagonizada por dos rostros muy conocidos como eran los de Tom Selleck y Gene Simmons (el bajista de “Kiss”), y escrita y dirigida por Michael Crichton, quien ya había firmado novelas y películas de gran éxito. Pues bien, “Runaway” acabó recaudando apenas 7 millones de dólares en taquilla, menos del 10% de lo que obtuvo “Terminator” (que, además, se rodó con un presupuesto mucho menor). Las críticas fueron muy regulares e incluso el propio Crichton no se mostró demasiado entusiasmado: en una entrevista para el Washington Post un mes después del estreno afirmó: “Me aburren los efectos especiales”.
Con la perspectiva que dan los treinta años que han pasado desde su aparición, no es difícil ver dónde patinó “Runaway”. “Terminator “cogió una idea aparentemente muy tonta (un robot asesino y culturista del futuro que persigue a una camarera) y se atrevió a desarrollarla con seriedad, resultando una película de persecuciones algo tosca pero plena de suspense. Por su parte, “Runaway” eligió un concepto plausible –que los robots domésticos pudieran experimentar fallos peligrosos- para lastrarlo a continuación con clichés y exageraciones. No es que sea una ruina total de película y en general puede hasta resultar entretenida, pero está claro que bajo todos sus defectos hay una historia mucho más interesante pugnando por salir a la superficie… sin conseguirlo.
En un futuro cercano –o, a estas alturas, una versión alternativa del año 1984- los robots forman

Jack Ramsey (Tom Selleck) es sargento en el Escuadrón Runaway, una unidad policial de emergencias creada para enfrentarse a robots que han quedado fuera de control. No se trata de un trabajo emocionante o prestigioso. Al comienzo de la película le vemos

Ramsey y su nueva compañera Karen Thompson (Cynthia Rhodes) descubren que una serie de accidentes mortales provocados por robots han sido en realidad asesinatos preparados mediante la inserción en las máquinas de nuevos chips muy avanzados. La pista les lleva hasta el genio de la electrónica Charles Luther (Gene Simmons), que intenta vender los prototipos de esos microchips al mejor postor. Cuando Ramsey se hace con ellos interfiriendo en los criminales planes de Luther, éste lo perseguirá para matarle y recuperarlos haciendo uso de la más peligrosa tecnología.

“Runaway, Brigada Especial” fue la quinta película dirigida por Michael Crichton, un doctor en medicina y novelista que había saltado a la fama gracias a dos novelas de ciencia ficción –si bien no comercializadas ni percibidas como tales-: “La Amenaza de Andrómeda” (1969) y “El Hombre Terminal” (1972), de las cuales se realizaron sendas adaptaciones cinematográficas en 1971 y 1974 respectivamente. Crichton se tomaba en serio a la ciencia pero consiguió escribir sobre ella de una forma entretenida que cautivó al público generalista. No tardó en utilizar su éxito e indudable carisma para introducirse en el mundo del cine, dirigiendo primero una película para televisión, “Pursuit” (1972) antes de saltar a la primera división con “Almas de Metal” (1973), cuyo gran éxito le permitió rodar el thriller médico “Coma” (1978), la película de robos de ambientación victoriana “El Primer Gran Asalto al Tren” (1979) y el film de CF “Looker” (1981). A partir de ese momento, el resultado comercial de sus películas fue mediocre y tras el fracaso de su sexta cinta, el drama judicial “Contra toda ley”, decidió regresar a su primer amor, la literatura, para centrarse exclusivamente en ella. Y con buen ojo, porque poco

En casi todos los films mencionados –y muchas de sus novelas- Crichton exhibía un temor obsesivo por la tecnología fuera de control. Lo cual, al fin y al cabo, resulta ser una ironía doble ya que su precisa representación de la ciencia y la tecnología, además de demostrar que sentía una verdadera pasión por las mismas, resulta más interesante que los acartonados personajes que encarnan a la Humanidad a la que supuestamente defiende en sus historias. En este caso, Crichton sigue las pautas características de casi todas sus ficciones: imaginar mundos básicamente iguales al nuestro e introducir en ellos un solo cambio tecnológico relevante, en este caso los robots. Ahora bien, éstos no son los brillantes ingenios humanoides de carcasa reluciente tan comunes en la CF, sino chismes utilitarios, con forma de caja y especializados en una sola tarea. La criada de Ramsey, por

El más destacable e inquietante de los robots de la película es el robot-araña, algo que parece salido de una pesadilla y que Luther utiliza para asesinar a sus víctimas a distancia. Capaces de saltar o dejarse caer desde el techo hasta su objetivo, le inyectan en el cuerpo una especie de ácido mortal antes de explotar súbitamente en una bola de fuego. Como le

Aparecen también más de esos gadgets tan queridos por Crichton y, en este caso, con cierta carga profética: la policía utiliza drones controlados remotamente –muy parecidos a los que hoy pueden comprarse en las tiendas- para explorar una casa antes de irrumpir en ella; los ordenadores tienen escáneres retinales y programas de reconocimiento de voz. Hay también una bala explosiva que persigue a su objetivo, una interesante idea que el director estropea cuando intenta aumentar el dramatismo de las

Además de en los efectos especiales, la película tropieza en demasiados elementos como para que

Tom Selleck fue un actor muy popular en los ochenta que, sin embargo y a pesar de las expectativas que generó, no consiguió ascender a la primera división de Hollywood. Había

El personaje de Karen está aún peor construido. ¿Una bailarina metida a policía? (Rhodes era bailarina en la vida real y participó, por ejemplo, en “Flashdance”, “Staying Alive” y, tres años después, en “Dirty Dancing”, pero en el contexto de su personaje en “Runaway” no tiene sentido)


Si el personaje de Kate es plano y aburrido, el de Jackie, interpretado por una Kirstie Alley joven y sexy, parece mejor delineado. Está escrito como el tópico “testigo esencial al que hay que proteger”, pero Alley tiene la presencia y capacidad suficiente como para que destaque en pantalla. Hay otros tantos secundarios difusos y sin gracia alguna, pero lo que hunde el casting es la elección de Gene Simmons (sí, él era quien, tras la gruesa capa de maquillaje, sacaba obscenamente la lengua al mundo cuando formaba parte de “Kiss”-) como villano: su personaje se parece más a un matón malhablado de los barrios bajos o un villano histriónico de comic que a un genio científico en mitad de un complot de altos vuelos. Se dedica a mirar torvamente y sonreír sádicamente mientras se regodea con sus asesinatos.
“Runaway” contiene algunas ideas interesantes, pero no consigue articularlas de forma


Y luego tenemos las oportunas coincidencias y agujeros de guión. Justo cuando Ramsey está buscando información sobre Luther, se topa con Jackie mientras se ve asediada por un robot archivador rebelde. Si el robot está verdaderamente funcionando mal, la situación resulta ser una coincidencia milagrosa; si, en cambio, fue manipulado por Luther para matar a Jackie, ¿por qué hacerlo antes de que ella le entregara los microchips? ¿Por qué los ingenieros que proporcionaron los chips a Luther luego se arrepienten? ¿Problemas de conciencia, temor a ser descubiertos o simplemente querían más dinero? Cuando Luther trata de matar a Jackie y los

Crichton dirige todo este desordenado batiburrillo de tópicos, coincidencias y tropiezos argumentales de forma plana y funcional, con algunas puntas de suspense y comedia que no han aguantado bien el paso del tiempo y un clímax algo tonto y predecible rematado por una resurrección de Luther que parece sacada de una película gore de serie Z y luego metida aquí con calzador.
Comparado con “Terminator”, “Runaway” ha envejecido bastante mal. Está peor dirigida, peor



En sus mejores momentos, Crichton se alzó sobre nuestras cabezas, oteó el horizonte tecnológico y lo vio lleno de peligros: robots asesinos, personas mantenidas en coma para extraerles órganos, ingeniería genética sin control, cibernética letal… En “Runaway”, la amenaza de la tecnología desbocada nos golpea donde más seguros nos sentimos: en nuestro hogar. Los excesos ochenteros en los que cae la película, los personajes planos y el mal desarrollo de la trama empañan el resultado final pero, con todo, ofrece momentos puntuales en los que las ideas de Crichton aún mantienen todo su poder.
Excelente nota y crítica de la película , nunca la he visto, ni sabia que existía.
ResponderEliminarUn comentario , fíjate que hay algunas fotografías que tapan el texto , es una lastima porque escribes excelente, tal ves corriges eso .
Saludos.
Hola Jc. El tema de las fotografías que tapan texto debe ser de tu dispositivo. Al menos en mi ordenador, el texto bordea las imágenes sin llegar a desaparecer! Gracias como siempre por tu comentario.
ResponderEliminarA mi también me pasa lo de las fotografía en esta entrada.
ResponderEliminarPues, para mi, Michael Crichton, nunca ha sido de mis favoritos, como escritor, y ahora que tengo la desventura de ver lo que hizo con esta película, estoy seguro de que tampoco hubiera sido de mis directores favoritos, es mas ni siquiera de los que se me antojara ver alguna vez. Como escritor hace exactamente lo mismo que mencionas que hizo en esta "película", tocayo: una revoltura de escenas que terminan por confundir en vez de entretener. Una persona con una fijación, de la cuál ha hecho su Modus Vivendi, sin acabar de convencer de sus maniqueísmos y dándole a sus temas mas vueltas que a una madeja de hilo...
ResponderEliminarDr. Ing. MYG
sin embargo de las criticas hechas por gente que conoce el negocio , a pesar de ello , es una pelicula inolvidable de emocion y suspenso ,muy linda y que deja huella en la memoria , recordaras mucho tiempo despues la escena de las arañitas en el ascensor de la edificacion , claro que la vi a los dieciseis años ,,,
ResponderEliminarSi yo opino lo mismo. Creo que al saber de forma más técnica sobre este tema de cine, las críticas de vuelven más exigentes. Yo recuerdo esta película y la encontré buena.
EliminarSobre películas no dirigidas por Crichton, pero basadas en su novelas, me gusta Esfera. Aunque no se cómo será la novela. Puede que la película la hayan mejorado, y la novela no sea tan buena como encontré la película. Pues según mi apreciación, la encontré como thriller psicológico que provocaba tención.