domingo, 21 de diciembre de 2025

THUNDERBIRDS - LA PELÍCULA QUE NUNCA LLEGÓ A SER (1)

 


“Cinco... cuatro... tres... dos... uno... ¡Thunderbirds, listos!” Para cualquiera que hubiera crecido en la Gran Bretaña de los años 60, esas palabras señalaban el comienzo de una hora de aventuras, emoción, desastres evitados por los pelos y viajes por todo el mundo, cortesía del grupo de pilotos creados por Gerry y Sylvia Anderson. Emitida por primera vez en 1965, fue, sin duda, la más exitosa de las numerosas series de ciencia ficción de Anderson de los años 60, entre las que se incluyeron "Supercar", "Fireball XL5", "Stingray", "Captain Scarlet and the Mysterions" y "Joe 90".

 

Rodada con la técnica de "Supermarionation" (una forma propia de manejar las marionetas ideada por Anderson, combinando los títeres y maquetas a escala), la popularísima serie se ambientaba en el año 2065. La organización secreta conocida como Rescate Internacional tenía la autoimpuesta misión de mantener una vigilancia constante de cualquier peligro que pudiera producirse en cualquier parte del mundo, actuando en consecuencia para prevenir el desastre siempre que ello fuera posible. Esta organización, que operaba desde una base secreta en una isla del Pacífico Sur, estaba supervisada por Jeff Tracy, ex astronauta y millonario hecho a sí mismo. Sus cinco hijos —Scott, Virgil, Alan, Gordon y John (nombres de los primeros cinco astronautas estadounidenses que salieron al espacio)— actuaban como agentes de campo, cada uno a cargo de una de las cinco futuristas naves de rescate conocidas como "Thunderbirds".

 

Scott, el hijo mayor de Jeff, pilotaba el "Thunderbird 1", una aeronave de ala móvil propulsada por cohetes capaces de alcanzar velocidades de 11.200 km/h y con capacidad de despegue y aterrizaje vertical (VTOL). Virgil pilotaba el "Thunderbird 2", una enorme aeronave verde que transportaba a las zonas de peligro cápsulas con una amplia variedad de vehículos especializados, incluyendo "El Topo" (una perforadora) y "The Thunderizer" (un cañón láser). Alan Tracy, expiloto de carreras automovilísticas, manejaba la nave espacial naranja "Thunderbird 3". El hijo menor, Gordon, era el copiloto de Virgil y también comandaba el submarino amarillo “Thunderbird 4”, transportado a las zonas de desastre por el Thunderbird 2. Quien permanecía en la estación espacial Thunderbird 5 era John, desde cuya posición estratégica podía detectar el desastre antes incluso de que ocurrieran.

 

Aunque aquel año 2065 estaba plagado de desastres naturales, otros tantos tenían como responsable a un hombre, The Hood, un villano tiránico con misteriosos poderes hipnóticos obsesionado por acabar con Rescate Internacional tras haberse hecho con los secretos de sus Thunderbirds. Los hermanos Tracy contaban asimismo con una heterogénea selección de personajes secundarios. Brains, el genio con gafas cuyas habilidades científicas eran inversamente proporcionales a las sociales; Lady Penelope Creighton-Ward, la adinerada, elegante y glamurosa agente londinense de Rescate Internacional, que era transportada en su Rolls Royce rosa de seis ruedas y repleto de artilugios, por Parker, un excriminal cockney cuyas particulares mañas eran a menudo requeridas para ayudar a sacar de apuros a los hermanos protagonistas; Kyano, el leal sirviente de Jeff Tracy, cuya relación fraternal con The Hood lo hacía vulnerable a sus poderes hipnóticos; y, finalmente, Tin-Tin, la hija de Kyrano, una experta en electrónica que trabajaba con Brains.

 

Cuando "Thunderbirds" concluyó en 1966 tras contabilizar 32 episodios de una hora, Rescate Internacional no estaba todavía lista para echar el cierre, y los hermanos Tracy todavía tuvieron el suficiente tirón como para protagonizar dos largometrajes escritos por Gerry y Sylvia Anderson: "¡Thunderbirds Are Go!"! (1966) y "Thunderbird 6" (1968). Finalmente, sin embargo, el matrimonio dejó  atrás las marionetas para centrarse en series de acción real como "Espacio: 1999" (cuyo elenco fue a menudo acusado de actuar con más rigidez que las marionetas de "Thunderbirds"). A pesar de recuperar la técnica Supermarionation para la serie de CF "Terrahawks" (1983), Anderson no pudo ya replicar el éxito de los "Thunderbirds", que sí dio lugar a una actualización en forma de anime, "Thunderbirds 2086" (1986). La serie original también continuó disfrutando de picos puntuales de popularidad a medida que cada nueva generación de niños descubría las Supermarionetas de los Anderson, sobre todo en 1991, cuando las reposiciones alcanzaron índices de audiencia sin precedentes y una maqueta de “Isla Tracy” se convirtió en uno de los juguetes más vendidos de la historia británica. Volvió a vivirse otro repunte de popularidad en 2000, cuando aparecieron los primeros lanzamientos en DVD.

 

Pero lo más frustrante para Gerry Anderson —entonces ya miembro de la Orden del Imperio Británico y, a sus setenta y tantos años, todavía con interés en trabajar en la industria televisiva— fue que, cuando "Thunderbirds" se planteó como una película de gran presupuesto a principios de los 90, no se le ofreciera ningún papel den su desarrollo. "Me contactaron con la posibilidad de ser consultor", declaró a la revista “SFX”, "y conocí al productor, quien me escribió un par de días después diciéndome: “Encantado de conocerte, Gerry, pero ya sabes que tenemos suficiente gente creativa en el equipo, así que no podemos contratar a otra persona”, lo cual me pareció el mayor insulto posible. Acudieron a mí porque yo hice la serie, la inventé, y en cuanto hablamos de empezar la producción, mencionan a un guionista —y, peor aún, un guionista estadounidense-... al que enviaron inmediatamente a Londres a ver todos los episodios porque no conocía la serie".

 

El objeto de desprecio de Anderson era Karey Kirkpatrick, que, aunque más adelante fue coguionista del gran éxito que fue "Chicken Run" (2000), por entonces su currículo era mucho más reducido. Se había introducido en la industria coescribiendo, por iniciativa propia, un guion para Disney que, aunque no llegó a producirse, sí le permitió pasar a escribir “Los Rescatadores en Cangurolandia” (1990), “James y el Melocotón Gigante” (1996) y “Cariño, Nos Hemos Encogido a Nosotros Mismos” (1997, directa a video). Tras trabajar brevemente en otro proyecto de Disney no producido, titulado "Me and My Shadow", Kirkpatrick escribió un guion para Interscope, filial estadounidense de PolyGram, que fue comprada en 1995 por ITC Entertainment por 165 millones de dólares, adquiriendo en el lote todo el catálogo de creaciones de Gerry y Sylvia Anderson. De todas ellas, "Thunderbirds" fue la que PolyGram consideró con suficiente potencial para una película, una visión compartida por la productora Working Title, propiedad de PolyGram, que heredó el proyecto de Interscope y comenzó a desarrollarlo seriamente en 1997, inicialmente como una película de animación digital al estilo de "Toy Story" (1995), para pasar luego a considerarse como una producción de acción real.

 

Kirkpatrick comprendía los reparos de Anderson: "Mi corazón está de parte de cualquier guionista o creador que esté siendo marginado. Pero en cuanto a "Thunderbirds", podría verlo al revés: ¿cómo puede este británico escribir sobre cinco hermanos y su padre, todos estadounidenses, en una serie que sigue el modelo de "Bonanza", el western por excelencia? Los dos únicos personajes británicos de toda la serie son Lady Penélope y Parker.  Así que, ¿no es correcto darle un giro?".

 

Kirkpatrick fue el primero en admitir que no había oído hablar de "Thunderbirds" cuando le propusieron escribir la adaptación cinematográfica de la serie clásica. "Interscope me convocó a una reunión y me dijeron: “Tenemos un proyecto para el que creemos que serías ideal. ¿Conoces a los "Thunderbirds"?'" Y dije: "Sí, de niño me encantaban", porque creía que me estaban hablando del escuadrón de exhibición acrobática. Así que cuando empezaron a hablar de Lady Penélope, Parker y Supermarionation, tuve que confesar: "Bueno, paren, no tengo ni idea de qué están hablando". Pensé: "Ya está, mejor me voy", pero me dijeron: "No, está bien, porque necesitamos a alguien que no lo sepa todo para desarrollar la película". Creo que les pareció bien que no fuera ni británico ni fan”.

 

En otras palabras, las cualidades que hacían a Kirkpatrick inadecuado a ojos de Gerry Anderson —su nacionalidad y su desconocimiento del material a adaptar— eran, precisamente, las que buscaba Interscope: un guionista de Hollywood que no dejara que su admiración por la serie original interfiriera en la creación de un éxito de taquilla. “A los ejecutivos cinematográficos no les importa si la película se mantiene fiel a la serie”, declaró Kirkpatrick en una entrevista, “porque, para ellos, tiene que triunfar en el mercado estadounidense y, posteriormente, en la taquilla mundial”. El guionista recibió una copia de un tratamiento de guion escrito por el director británico Peter Hewitt («El Alucinante Viaje de Bill y Ted», 1991) y un video del episodio piloto original. Al día siguiente, ya pudo aportar algunas ideas para la trama. Un par de meses después, Kirkpatrick se encontraba en Londres desarrollando el guion con Hewitt, mientras éste preparaba la preproducción de «Los Borrowers: Una Gran Aventura» (1997).

 

Hewitt había oído hablar por primera vez de la película de los Thunderbirds de boca de Scott Kroopf, quien había producido "El Alucinante Viaje de Bill y Ted", persiguiendo desde entonces ese proyecto. "Estuve al tanto de "Thunderbirds" durante años, desde principios de los 90, pero permaneció bloqueado por todo tipo de problemas legales durante siglos, y recuerdo que, en un momento dado, Steve Barron ("Sueños Eléctricos", 1984; "Tortugas Ninja", 1990) mostró interés". Hewitt había sido fan de "Thunderbirds" desde los cuatro años y pensaba que los elementos de la serie que de niño le habían parecido fascinantes podían trasladarse a una película de imagen real: un astronauta multimillonario con sus cinco atractivos hijos, viviendo en una especie de lujosa “Batcueva flotante" en mitad del Pacífico Sur. “Creo que lo que mantuvo vivo mi interés fue mi afición por el futurismo de los años cincuenta y sesenta”.

 

Hewitt presentó su idea al presidente de PolyGram, Michael Kuhn, en 1996, finalizó un tratamiento inicial poco después y a continuación comenzó a trabajar en el guion. “Pero entonces fue cuando el cofundador de Working Title, Tim Bevan, me ofreció "Los Borrowers", así que me reuní con un grupo de guionistas para continuar con el guion que había empezado, y Karey Kirkpatrick y yo conectamos de maravilla. Por tanto, me fui a hacer "Los Borrowers" mientras él escribía el primer borrador de "Thunderbirds".

 

Como parte de su investigación, Kirkpatrick revisó los 32 episodios de la serie original y acudió a la biblioteca del British Film Institute para sumergirse de lleno en el universo de los "Thunderbirds". Tanto él como Hewitt se esforzaron por mantenerse lo más fieles posible a la serie, sin renunciar por ello a hacer una película de acción comercial. Sin embargo, Kirkpatrick sabía que había aspectos que tendrían forzosamente que modificarse. "Hay cosas frustrantes cuando eres un guionista que intenta crear una película para un público mínimamente espabilado. Por ejemplo, tenemos una organización ultrasecreta y, aun así, los hermanos aparecen y se muestran públicamente en los rescates que realizan. Al irse, dicen: "Recuerden, esto es secreto. No digan nada". Eso no es muy inteligente. Así que parte de mi trabajo consistía en encontrar formas de mantener ocultas sus identidades y explicar que Jeff Tracy fuera un multimillonario dueño de una isla con cinco hijos ricos y playboys, a quienes el mundo considera como si fueran John F. Kennedy Jr., nacidos con todo tipo de privilegios y que no hacen nada. Nadie sabe quiénes son Rescate Internacional. Ni siquiera el presidente de Estados Unidos sabe quiénes son ni dónde se localiza su base secreta”.

 

Kirkpatrick valoró que su primer borrador de 150 páginas, de haberse llevado a la pantalla, hubiera costado más que “Titanic”. Sin embargo, en las reescrituras posteriores, él y Hewitt consiguieron reducir tanto la escala de la historia como el uso de efectos especiales sin sacrificar el potencial de la película en cuanto a film de acción dirigido a un público mainstream. El tercer borrador, fechado el 24 de octubre de 1997, se ambientaba en el año 2026 y trataba sobre un plan de The Hood para robar la atmósfera de la Tierra de parte del archivillano Thaddeus Stone, moribundo tras pasar veinte años en un autoimpuesto exilio en su fallida colonia lunar.

 

Como explicaría Hewitt: "Partimos de la idea de que, dado que Jeff Tracy siempre mantuvo el secreto alrededor de su tecnología, lo peor que le podría pasar a Rescate Internacional sería que alguien la robara para destruir el mundo. Así que aprovechamos su mayor temor y lo usamos de la forma más dramática posible. Teníamos a un villano que vivía en la Luna y había construido una máquina que absorbería la atmósfera de la Tierra y convertiría el satélite Luna en un pequeño mundo donde vivir para siempre. Pero la fuente de energía que necesitaba para esa máquina era la que Brains había inventado para la Isla Tracy, así que su objetivo era encontrar la Isla, robar el núcleo de energía y luego destruir el mundo". Kirkpatrick añadiría: "Toda esa trama lunar fue idea de Pete, y me pareció muy ingeniosa. Juntos creamos un personaje realmente interesante llamado Thaddeus Stone, que hablaba con una voz computerizada, como Stephen Hawking, y usaba un exoesqueleto porque sus músculos se habían atrofiado tras haber pasado mucho tiempo en la Luna, por lo que se movía como una marioneta".

 

La historia comenzaba con el secuestro por parte de The Hood de una docena de científicos reunidos en el recién inaugurado Centro Mundial de Ciencias de Washington. El edificio explotaba, sepultando al presidente bajo toneladas de escombros, solo para ser rescatado en el último minuto por "El Topo". "Intentamos crear una serie de eventos que parecieran inconexos", dice Hewitt, "de tal forma que presentaban a Rescate Internacional haciendo lo suyo, y luego resultaría que todos eran pequeñas partes del plan del villano. Comenzaba con el secuestro de doce científicos de alto nivel que eran trasladados a la Luna y obligados a trabajar juntos para lograr su loco sueño". Unos cuantos desastres después, incluyendo un avión experimental de propulsión atómica, el Skythrust, estrellándose contra el Big Ben, el vil plan de Thaddeous Stone es neutralizado, el mundo se salva e incluso Brains encuentra el amor.

 

Kirkpatrick admite que la escala del guion era excesivamente ambiciosa, sobre todo porque la intención era la de crear una franquicia en la que tuvieran cabida secuelas a partir de las ideas planteadas en la primera entrega. "Fue una narrativa absolutamente descontrolada porque tenía estos objetivos: debíamos que ver las naves "Thunderbird" en acción, así que necesitábamos escenas en el espacio, bajo el agua y en tierra, y Pete quería ver la Isla Tracy y a Lady Penélope... Había una lista interminable de cosas que tenía que conseguir". Kirkpatrick le sugirió entonces a Hewitt simplificar la enrevesada trama, de modo que el villano fuera The Hood, empeñado en robar los secretos de Rescate Internacional y revelar sus identidades, "porque hay un grupo de personajes nefastos, y ganará mucho dinero si les entrega esto para que puedan llevar a cabo sus atroces actos sin que Rescate Internacional aparezca". Planteé todo este argumento, porque, desde mi parecer, la amenaza del guion no era algo directo. Pete dijo: "¿Sabes qué? Tienes razón, esto me parece realmente bien”. Y luego se lo presentamos a Tim Bevan, y él dijo: "¿Qué? ¡Lo de la Luna y absorber la atmósfera es lo mejor que tenéis!” Pero estaba claro que iba a ser carísimo”.

 

Un efecto positivo de los esfuerzos de Kirkpatrick por rebajar la acción fue el de enfatizar la caracterización. "La subtrama, o trama del personaje, consistía en que Alan, un poco descontrolado, decide abandonar la organización porque su padre siempre le está regañando. En la primera escena, asume un gran riesgo y no se lo comunica a Scott. Creo que éste le decía que abortara cierta parte del rescate, pero Alan cree que puede conseguirlo, y lo hace. Pero cuando regresa a la isla, su padre le critica con dureza. Él se defiende: "¡Pero funcionó!". Se tiene la sensación de que esto siempre está sucediendo. La perspectiva de Jeff es: "¡Tienes que seguir las órdenes! ¡Tienes que informar a Scott! ¡Él está al mando!” Creo que esa fue mi escena favorita, la de la renuncia de Alan, porque era realmente conmovedora y dramática. Pero la película también trata sobre cómo Jeff se da cuenta de que Rescate Internacional no consiste en una serie de máquinas maravillosas, sino en sus hijos trabajando juntos aplicando su talento. Y lo aprende a través de ellos. Así que también había personajes muy nobles, porque teníamos que hacer la película como si fueran personas reales".

 

Una de las dificultades a las que se enfrentaron Hewitt y Kirkpatrick a la hora de transformar la premisa de la serie en un éxito de taquilla fue dar a los cinco hermanos (encarnados por cinco actores, todos protagonistas) el mismo peso en la historia. Hewitt recordaría: "Si hablas con Gerry Anderson, te dirá que nunca supo qué hacer con John, así que se limitó a dejarlo siempre en el espacio. Hicimos lo mismo: simplemente lo abandonamos allí, pero intentamos hacerlo bastante extraño e interesante, un poco peculiar y con un gran dominio de los idiomas, para que tuviera algunos rasgos de carácter atractivos. Pero era la película de Alan, sobre todo por la rivalidad entre él y Scott, y los problemas con su padre. También había indicios de romance entre Jeff y Penélope; y el villano y Jeff tenían un pasado en común... Había cosas geniales, como "The Hood” y Lady Penélope peleándose a puñetazos, ¡y resulta que es una luchadora sucia!". Uno esperaría que fuera una ninja al estilo Lara Croft, pero no; es una auténtica luchadora. Me gustó mucho”. Kirkpatrick añade: “Había otra escena que a Pete le encantó: un tren turístico de alta velocidad con techo de cristal que recorría el país en una hora, parando en los principales lugares de interés. Y cuando se estrellaba, tenía un sistema de protección contra choques de última generación: se llenaba de gel, así que te quedabas flotando, y en siete segundos se disipaba. Quedabas sin aliento durante siete segundos y luego te recuperabas”. Esa secuencia fue una de las que tuvo que recortarse.

 

Una de las ideas más intrigantes de Hewitt fue evitar la tentación de utilizar efectos especiales sofisticados en favor de un enfoque sesentero y de baja tecnología, muy en sintonía con la serie de televisión. "En cuanto al diseño, cogimos mucho de la serie y también del comic británico de ciencia ficción "Dan Dare", ya que se trataba de una tecnología que se activaba con solo pulsar un botón y accionar un interruptor. No la controlaban ordenadores; eran hombres con máquinas enormes de colores vivos que usaban la fuerza para volar alrededor del mundo con una multitud de accesorios muy caros". Kirkpatrick también vio esta visión "retro" del futuro como la manera perfecta de capturar el espíritu de la serie. “El encanto de la serie reside en que se creó en 1965, y su visión del futuro es: “La energía atómica es buena”, etc. Recuerdo que en uno de los primeros borradores que escribí, alguien cogía un teléfono móvil, porque intentaba usar objetos pequeños, y Pete me corrigió diciendo: “No, todo tiene que ser maquinaria grande, brillante y de colores, con grandes interruptores y perillas”. Así, a diferencia de la mayor parte de la ciencia ficción contemporánea, en la que el futuro se representaba en términos elegantes, minimalistas y miniaturizados, “Thunderbirds” ofrecería una especie de tecnología de “Fisher Price”.

 

Pese a las reservas de Gerry Anderson en cuanto a que un guionista americano no sería capaz de replicar el encanto kitsch de la serie original, lo cierto es que el trabajo de Kirkpatrick basado en el borrador previo de Hewitt, fusionaba con habilidad los elementos esenciales del programa televisivo con una visión más moderna de la aventura y la acción. De esta forma, los fans de la serie no se sentirían traicionados y quienes no la conocieran previamente no tendrían la impresión de que se estaban perdiendo algo. 

 

Durante todo ese tiempo, Gerry Anderson siguió excluido del proceso de producción y recibió poca información sobre la dirección que la película había tomado. A posteriori, aseguró haber visto parte de los diseños realizados, pero no se mostró muy entusiasmado al respecto. Su opinión, probablemente, obedecía más a su amargura personal que a una apreciación objetiva porque los conceptos –creados por Adam Brockbank, Julian Caldo, Temple Clarke, Jane Clark y Joe Nimick III- estaban claramente inspirados en los originales de la serie en cuanto a sus formas y colores, aunque extrapolados a un futuro algo diferente.

 

En estas representaciones artísticas, el Thunderbird I era una elegante aeronave plateada de ala oscilante con un cono frontal rojo; y el Thunderbird 2, verde y con cierto aire de rana, era ligeramente más detallado que su predecesor, con perfiles aerodinámicos adicionales y tomas de aire. El Thunderbird 3, rojo brillante, retomaba la forma del original, refinándola, pero también incorporando nueva tecnología, mientras que el sumergible Thunderbird 4, amarillo, se dividía en dos etapas separables: una sección trasera con aletas y propulsores primarios, y una frontal abatible que contenía la cabina y diversos aparatos exteriores. El Thunderbird 5, naranja y blanco, era poco aerodinámico porque había sido diseñado para el espacio exterior, y estaba cubierto de antenas de comunicaciones y paneles solares. Una vez escaneados los diseños, Peter Chiang, supervisor de efectos visuales de "Los Borrowers" (recordemos, la película que simultáneamente estaba desarrollando Hewitt), produjo una breve secuencia CGI de cada Thunderbird en vuelo y del Thunderbird 4 sumergiéndose en el agua.

 

Los diseños de vestuario fueron más atrevidos, recibiendo cada uno de los hermanos Tracy trajes de vuelo, trajes espaciales y uniformes más acordes con la época. Sin embargo, en todos los diseños que representaban personal de Rescate Internacional, los rostros no apuntaban pista alguna sobre el posible reparto de la película. Y no es que faltaran los rumores en el Reino Unido, sobre todo en el ámbito de la prensa sensacionalista, donde se afirmó en varias ocasiones que actores como los Baldwin (Alec, Stephen, William y Daniel) o los McGann (Paul, Mark, Stephen y Joe) interpretarían a los hermanos Tracy (o, al menos, a la mayoría de ellos). Sylvia Anderson, descartando los comentarios sobre los Baldwin como "absolutas tonterías", aseguró en una entrevista a SFX que los Tracy no se parecían físicamente entre ellos, por lo que no había razón alguna para contratar a todo un linaje familiar de actores. Gerry Anderson pensaba que la mejor opción sería la de elegir caras poco conocidas por una sencilla razón presupuestaria: había demasiados personajes importantes como para contratar a estrellas para encarnar a todos ellos.

 

(Finaliza en la siguiente entrada) 

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