“Cinco... cuatro... tres... dos... uno... ¡Thunderbirds, listos!” Para cualquiera que hubiera crecido en la Gran Bretaña de los años 60, esas palabras señalaban el comienzo de una hora de aventuras, emoción, desastres evitados por los pelos y viajes por todo el mundo, cortesía del grupo de pilotos creados por Gerry y Sylvia Anderson. Emitida por primera vez en 1965, fue, sin duda, la más exitosa de las numerosas series de ciencia ficción de Anderson de los años 60, entre las que se incluyeron "Supercar", "Fireball XL5", "Stingray", "Captain Scarlet and the Mysterions" y "Joe 90".
Rodada con
la técnica de "Supermarionation" (una forma propia de ma
nejar las
marionetas ideada por Anderson, combinando los títeres y maquetas a escala), la
popularísima serie se ambientaba en el año 2065. La organización secreta conocida
como Rescate Internacional tenía la autoimpuesta misión de mantener una
vigilancia constante de cualquier peligro que pudiera producirse en cualquier parte
del mundo, actuando en consecuencia para prevenir el desastre siempre que ello
fuera posible. Esta organización, que operaba desde una base secreta en una
isla del Pacífico Sur, estaba supervisada por Jeff Tracy, ex astronauta y
millonario hecho a sí mismo. Sus cinco hijos —Scott, Virgil, Alan, Gordon y
John (nombres de los primeros cinco astronautas estadounidenses que salieron al
espacio)— actuaban como agentes de campo, cada uno a cargo de una de las cinco futuristas
naves de rescate conocidas como "Thunderbirds".
Scott, el
hijo mayor de Jeff, pilotaba el "Thunderbird 1", una aeronave de ala
móvil propulsada po
r cohetes capaces de alcanzar velocidades de 11.200 km/h y con
capacidad de despegue y aterrizaje vertical (VTOL). Virgil pilotaba el
"Thunderbird 2", una enorme aeronave verde que transportaba a las
zonas de peligro cápsulas con una amplia variedad de vehículos especializados,
incluyendo "El Topo" (una perforadora) y "The Thunderizer"
(un cañón láser). Alan Tracy, expiloto de carreras automovilísticas, manejaba la
nave espacial naranja "Thunderbird 3". El hijo menor, Gordon, era el
copiloto de Virgil y también comandaba el submarino amarillo “Thunderbird 4”,
transportado a las zonas de desastre por el Thunderbird 2. Quien permanecía en
la estación espacial Thunderbird 5 era John, desde cuya posición estratégica
podía detectar el desastre antes incluso de que ocurrieran.
Aunque aquel
año 2065 estaba plagado de desastres naturales, otros tantos tenían como
responsable a un hombre, The Hood, un villano tiránico con misteriosos poderes
hipnóticos obsesionado por acabar con Rescate Internacional tras haberse hecho
con los secretos de sus Thunderbirds. Los hermanos Tracy
contaban asimismo con
una heterogénea selección de personajes secundarios. Brains, el genio con gafas
cuyas habilidades científicas eran inversamente proporcionales a las sociales;
Lady Penelope Creighton-Ward, la adinerada, elegante y glamurosa agente
londinense de Rescate Internacional, que era transportada en su Rolls Royce
rosa de seis ruedas y repleto de artilugios, por Parker, un excriminal cockney
cuyas particulares mañas eran a menudo requeridas para ayudar a sacar de apuros
a los hermanos protagonistas; Kyano, el leal sirviente de Jeff Tracy, cuya
relación fraternal con The Hood lo hacía vulnerable a sus poderes hipnóticos;
y, finalmente, Tin-Tin, la hija de Kyrano, una experta en electrónica que
trabajaba con Brains.
Cuando
"Thunderbirds" concluyó en 1966 tras contabilizar 32 episodios de una
hora, Rescate Inte
rnacional no estaba todavía lista para echar el cierre, y los
hermanos Tracy todavía tuvieron el suficiente tirón como para protagonizar dos
largometrajes escritos por Gerry y Sylvia Anderson: "¡Thunderbirds Are
Go!"! (1966) y "Thunderbird 6" (1968). Finalmente, sin embargo,
el matrimonio dejó atrás las marionetas
para centrarse en series de acción real como "Espacio: 1999" (cuyo
elenco fue a menudo acusado de actuar con más rigidez que las marionetas de
"Thunderbirds"). A pesar de recuperar la técnica Supermarionation para
la serie de CF "Terrahawks" (1983), Anderson no pudo ya replicar el
éxito de los "Thunderbirds", que sí dio lugar a una actualización en
forma de anime, "Thunderbirds 2086" (1986). La serie original también
continuó disfrutando de picos puntuales de popularidad a medida que cada nueva
generación de niños descubría las Supermarionetas de los Anderson, sobre todo
en 1991, cuando las reposiciones alcanzaron índices de audiencia sin
precedentes y una maqueta de “Isla Tracy” se convirtió en uno de los juguetes
más vendidos de la historia británica. Volvió a vivirse otro repunte de
popularidad en 2000, cuando aparecieron los primeros lanzamientos en DVD.
Pero lo más frustrante
para Gerry Anderson —entonces ya miembro de la
Orden del Imperio Británico y, a
sus setenta y tantos años, todavía con interés en trabajar en la industria
televisiva— fue que, cuando "Thunderbirds" se planteó como una
película de gran presupuesto a principios de los 90, no se le ofreciera ningún
papel den su desarrollo. "Me
contactaron con la posibilidad de ser consultor", declaró a la revista
“SFX”, "y conocí al productor, quien
me escribió un par de días después diciéndome: “Encantado de conocerte, Gerry,
pero ya sabes que tenemos suficiente gente creativa en el equipo, así que no podemos
contratar a otra persona”, lo cual me pareció el mayor insulto posible.
Acudieron a mí porque yo hice la serie, la inventé, y en cuanto hablamos de
empezar la producción, mencionan a un guionista —y, peor aún, un guionista
estadounidense-... al que enviaron inmediatamente a Londres a ver todos los
episodios porque no conocía la serie".
El objeto de
desprecio de Anderson era Karey Kirkpatrick, que, aunque más adelante fue
coguionista del gran éxito que fue "Chicken Run" (2000), por entonces
su currículo era mucho más reducido. Se había introducido en la industria coescribiendo,
por iniciativa propia, un guion para Disney que, aunque no llegó a producirse,
sí le permitió pasar a escribir “Los Rescatadores en Cangurolandia” (1990), “James
y el Melocotón Gigante” (1996) y “Cariño, Nos Hemos Encogido a Nosotros Mismos”
(1997, directa a video). Tras trabajar brevemente en otro proyecto de Disney no
producido, titulado "Me and My Shadow", Kirkpatrick escribió un guion
para Interscope, filial estadounidense de PolyGram, que fue comprada en 1995
por ITC Entertainment por 165 millones de dólares, adquiriendo en el lote todo
el catálogo de creaciones de Gerry y Sylvia Anderson. De todas ellas,
"Thunderbirds" fue la que PolyGram consideró con suficiente potencial
para una película, una visión compartida por la productora Working Title,
propiedad de PolyGram, que heredó el proyecto de Interscope y comenzó a
desarrollarlo seriamente en 1997, inicialmente como una película de animación
digital al estilo de "Toy Story" (1995), para pasar luego a
considerarse como una producción de acción real.
Kirkpatrick
comprendía los reparos de Anderson: "Mi
corazón está de
parte de cualquier guionista o creador que esté siendo
marginado. Pero en cuanto a "Thunderbirds", podría verlo al revés:
¿cómo puede este británico escribir sobre cinco hermanos y su padre, todos estadounidenses,
en una serie que sigue el modelo de "Bonanza", el western por
excelencia? Los dos únicos personajes británicos de toda la serie son Lady
Penélope y Parker. Así que, ¿no es
correcto darle un giro?".
Kirkpatrick
fue el primero en admitir que no había oído hablar de "Thunderbirds"
cuando le propusieron esc
ribir la adaptación cinematográfica de la serie
clásica. "Interscope me convocó a una
reunión y me dijeron: “Tenemos un proyecto para el que creemos que serías ideal.
¿Conoces a los "Thunderbirds"?'" Y dije: "Sí, de niño me
encantaban", porque creía que me estaban hablando del escuadrón de
exhibición acrobática. Así que cuando empezaron a hablar de Lady Penélope, Parker
y Supermarionation, tuve que confesar: "Bueno, paren, no tengo ni idea de
qué están hablando". Pensé: "Ya está, mejor me voy", pero me
dijeron: "No, está bien, porque necesitamos a alguien que no lo sepa todo
para desarrollar la película". Creo que les pareció bien que no fuera ni
británico ni fan”.
En otras
palabras, las cualidades que hacían a Kirkpatrick inadecuado a ojos de Gerry
Anderson —su nacionalidad y su desconocimiento del materia
l a adaptar— eran,
precisamente, las que buscaba Interscope: un guionista de Hollywood que no
dejara que su admiración por la serie original interfiriera en la creación de
un éxito de taquilla. “A los ejecutivos
cinematográficos no les importa si la película se mantiene fiel a la serie”,
declaró Kirkpatrick en una entrevista, “porque,
para ellos, tiene que triunfar en el mercado estadounidense y, posteriormente,
en la taquilla mundial”. El guionista recibió una copia de un tratamiento
de guion escrito por el director británico Peter Hewitt («El Alucinante Viaje
de Bill y Ted», 1991) y un video del episodio piloto original. Al día
siguiente, ya pudo aportar algunas ideas para la trama. Un par de meses
después, Kirkpatrick se encontraba en Londres desarrollando el guion con Hewitt,
mientras éste preparaba la preproducción de «Los Borrowers: Una Gran Aventura»
(1997).
Hewitt había
oído hablar por primera vez de la película de los Thunderbirds de boca de Scott
Kroo
pf, quien había producido "El Alucinante Viaje de Bill y Ted", persiguiendo
desde entonces ese proyecto. "Estuve
al tanto de "Thunderbirds" durante años, desde principios de los 90,
pero permaneció bloqueado por todo tipo de problemas legales durante siglos, y
recuerdo que, en un momento dado, Steve Barron ("Sueños Eléctricos",
1984; "Tortugas Ninja", 1990) mostró
interés". Hewitt había sido fan de "Thunderbirds" desde los
cuatro años y pensaba que los elementos de la serie que de niño le habían
parecido fascinantes podían trasladarse a una película de imagen real: un
astronauta multimillonario con sus cinco atractivos hijos, viviendo en una
especie de lujosa “Batcueva flotante" en mitad del Pacífico Sur. “Creo que lo que mantuvo vivo mi interés fue
mi afición por el futurismo de los años cincuenta y sesenta”.
Hewitt
presentó su idea al presidente de PolyGram, Michael Kuhn,
en 1996, finalizó un
tratamiento inicial poco después y a continuación comenzó a trabajar en el
guion. “Pero entonces fue cuando el
cofundador de Working Title, Tim Bevan, me ofreció "Los Borrowers",
así que me reuní con un grupo de guionistas para continuar con el guion que
había empezado, y Karey Kirkpatrick y yo conectamos de maravilla. Por tanto, me
fui a hacer "Los Borrowers" mientras él escribía el primer borrador
de "Thunderbirds".
Como parte
de su investigación, Kirkpatrick revisó los 32 episodios de la serie original y
acudió a la biblioteca del British Film Institute para sumergirse de lleno en
el universo de los "Thunderbirds". Tanto él como Hewitt se esforzaron
por mantenerse lo más fieles posible a la serie, sin renunciar p
or ello a hacer
una película de acción comercial. Sin embargo, Kirkpatrick sabía que había
aspectos que tendrían forzosamente que modificarse. "Hay cosas frustrantes cuando eres un guionista que intenta crear una
película para un público mínimamente espabilado. Por ejemplo, tenemos una organización ultrasecreta y, aun así, los
hermanos aparecen y se muestran públicamente en los rescates que realizan. Al
irse, dicen: "Recuerden, esto es secreto. No digan nada". Eso no es
muy inteligente. Así que parte de mi trabajo consistía en encontrar formas de
mantener ocultas sus identidades y explicar que Jeff Tracy fuera un multimillonario
dueño de una isla con cinco hijos ricos y playboys, a quienes el mundo
considera como si fueran John F. Kennedy Jr., nacidos con todo tipo de
privilegios y que no hacen nada. Nadie sabe quiénes son Rescate Internacional.
Ni siquiera el presidente de Estados Unidos sabe quiénes son ni dónde se
localiza su base secreta”.
Kirkpatrick
valoró que su primer borrador de 150 páginas, de habe
rse llevado a la pantalla,
hubiera costado más que “Titanic”. Sin embargo, en las reescrituras
posteriores, él y Hewitt consiguieron reducir tanto la escala de la historia
como el uso de efectos especiales sin sacrificar el potencial de la película en
cuanto a film de acción dirigido a un público mainstream. El tercer borrador,
fechado el 24 de octubre de 1997, se ambientaba en el año 2026 y trataba sobre
un plan de The Hood para robar la atmósfera de la Tierra de parte del
archivillano Thaddeus Stone, moribundo tras pasar veinte años en un
autoimpuesto exilio en su fallida colonia lunar.
Como explicaría
Hewitt: "Partimos de la idea de que,
dado que Jeff Tracy siempre mantuvo el secreto alre
dedor de su tecnología, lo
peor que le podría pasar a Rescate Internacional sería que alguien la robara
para destruir el mundo. Así que aprovechamos su mayor temor y lo usamos de la
forma más dramática posible. Teníamos a un villano que vivía en la Luna y había
construido una máquina que absorbería la atmósfera de la Tierra y convertiría
el satélite Luna en un pequeño mundo donde vivir para siempre. Pero la fuente
de energía que necesitaba para esa máquina era la que Brains había inventado
para la Isla Tracy, así que su objetivo era encontrar la Isla, robar el núcleo
de energía y luego destruir el mundo". Kirkpatrick añadiría: "Toda esa trama lunar fue idea de Pete, y me
pareció muy ingeniosa. Juntos creamos un personaje realmente interesante
llamado Thaddeus Stone, que hablaba con una voz computerizada, como Stephen
Hawking, y usaba un exoesqueleto porque sus músculos se habían atrofiado tras
haber pasado mucho tiempo en la Luna, por lo que se movía como una marioneta".
La historia
comenzaba con el secuestro por parte de The Hood de una docena de científicos
reunidos en el recién inaugurado Centro Mundial de
Ciencias de Washington. El
edificio explotaba, sepultando al presidente bajo toneladas de escombros, solo
para ser rescatado en el último minuto por "El Topo". "Intentamos crear una serie de eventos que
parecieran inconexos", dice Hewitt, "de tal forma que presentaban a Rescate Internacional haciendo lo suyo,
y luego resultaría que todos eran pequeñas partes del plan del villano. Comenzaba
con el secuestro de doce científicos de alto nivel que eran trasladados a la
Luna y obligados a trabajar juntos para lograr su loco sueño". Unos
cuantos desastres después, incluyendo un avión experimental de propulsión
atómica, el Skythrust, estrellándose contra el Big Ben, el vil plan de Thaddeous
Stone es neutralizado, el mundo se salva e incluso Brains encuentra el amor.
Kirkpatrick
admite que la escala del guion era excesivamente ambiciosa, sobre todo porque
la intención era la de crear una franquicia en la que tuvieran cabida secuelas
a partir de las ideas planteadas en la primera entrega. "Fue una narrativa absolutamente
descontrolada porque tenía estos objetivos: debíamos que ver las naves
"Thunderbird" en acción,
así que necesitábamos escenas en el espacio,
bajo el agua y en tierra, y Pete quería ver la Isla Tracy y a Lady Penélope...
Había una lista interminable de cosas que tenía que conseguir".
Kirkpatrick le sugirió entonces a Hewitt simplificar la enrevesada trama, de
modo que el villano fuera The Hood, empeñado en robar los secretos de Rescate
Internacional y revelar sus identidades, "porque hay un grupo de personajes nefastos, y ganará mucho dinero si
les entrega esto para que puedan llevar a cabo sus atroces actos sin que
Rescate Internacional aparezca". Planteé todo este argumento, porque,
desde mi parecer, la amenaza del guion no era algo directo. Pete dijo: "¿Sabes qué? Tienes razón, esto me
parece realmente bien”. Y luego se lo presentamos a Tim Bevan, y él dijo:
"¿Qué? ¡Lo de la Luna y absorber la atmósfera es lo mejor que tenéis!”
Pero estaba claro que iba a ser carísimo”.
Un efecto
positivo de los esfuerzos de Kirkpatrick por rebajar la acción fue el de
enfatizar la caracterización. "La
subtrama, o trama del personaje, consistía en que Alan, un poco descontrolado,
decide abandonar la organización porque su padre siempre le está regañando. En
la primera escena, asume un gran riesgo y no se lo comunica a Scott. Creo que éste
le decía que abortara cierta parte del rescate, pero Alan cree que puede
conseguirlo, y lo hace. Pero cuan
do regresa a la isla, su padre le critica con
dureza. Él se defiende: "¡Pero funcionó!". Se tiene la sensación de
que esto siempre está sucediendo. La perspectiva de Jeff es: "¡Tienes que
seguir las órdenes! ¡Tienes que informar a Scott! ¡Él está al mando!” Creo que
esa fue mi escena favorita, la de la renuncia de Alan, porque era realmente
conmovedora y dramática. Pero la película también trata sobre cómo Jeff se da
cuenta de que Rescate Internacional no consiste en una serie de máquinas
maravillosas, sino en sus hijos trabajando juntos aplicando su talento. Y lo
aprende a través de ellos. Así que también había personajes muy nobles, porque
teníamos que hacer la película como si fueran personas reales".
Una d
e las
dificultades a las que se enfrentaron Hewitt y Kirkpatrick a la hora de
transformar la premisa de la serie en un éxito de taquilla fue dar a los cinco
hermanos (encarnados por cinco actores, todos protagonistas) el mismo peso en
la historia. Hewitt recordaría: "Si
hablas con Gerry Anderson, te dirá que nunca supo qué hacer con John, así que se
limitó a dejarlo siempre en el espacio. Hicimos lo mismo: simplemente lo
abandonamos allí, pero intentamos hacerlo bastante extraño e interesante, un
poco peculiar y con un gran dominio de los idiomas, para que tuviera algunos
rasgos de carácter atractivos. Pero era la película de Alan, sobre todo por la
rivalidad entre él y Scott, y los problemas con su padre. También había
indicios de romance entre Jeff y Penélope; y el villano y Jeff tenían un pasado
en
común... Había cosas geniales, como "The Hood” y Lady Penélope
peleándose a puñetazos, ¡y resulta que es una luchadora sucia!". Uno
esperaría que fuera una ninja al estilo Lara Croft, pero no; es una auténtica
luchadora. Me gustó mucho”. Kirkpatrick añade: “Había otra escena que a Pete le encantó: un tren turístico de alta
velocidad con techo de cristal que recorría el país en una hora, parando en los
principales lugares de interés. Y cuando se estrellaba, tenía un sistema de
protección contra choques de última generación: se llenaba de gel, así que te
quedabas flotando, y en siete segundos se disipaba. Quedabas sin aliento
durante siete segundos y luego te recuperabas”. Esa secuencia fue una de
las que tuvo que recortarse.
Una de las
ideas más intrigantes de Hewitt fue evitar la tentación de utilizar efectos
especiales sofisticados en favor de un enfoque sesentero y de baja tecnología,
muy en sintonía con la serie de televisión. "En cuanto al diseño, cogimos mucho de la serie y también del comic
británico de c
iencia ficción "Dan Dare", ya que se trataba de una
tecnología que se activaba con solo pulsar un botón y accionar un interruptor.
No la controlaban ordenadores; eran hombres con máquinas enormes de colores
vivos que usaban la fuerza para volar alrededor del mundo con una multitud de
accesorios muy caros". Kirkpatrick también vio esta visión
"retro" del futuro como la manera perfecta de capturar el espíritu de
la serie. “El encanto de la serie reside
en que se creó en 1965, y su visión del futuro es: “La energía atómica es buena”,
etc. Recuerdo que en uno de los primeros borradores que escribí, alguien cogía
un teléfono móvil, porque intentaba usar objetos pequeños, y Pete me corrigió
diciendo: “No, todo tiene que ser maquinaria grande, brillante y de colores,
con grandes interruptores y perillas”. Así, a diferencia de la mayor parte de
la ciencia ficción contemporánea, en la que el futuro se representaba en
términos elegantes, minimalistas y miniaturizados, “Thunderbirds” ofrecería una
especie de tecnología de “Fisher Price”.
Pese a las
reservas de Gerry Anderson en cuanto a que un guionista am
ericano no sería
capaz de replicar el encanto kitsch de la serie original, lo cierto es que el
trabajo de Kirkpatrick basado en el borrador previo de Hewitt, fusionaba con
habilidad los elementos esenciales del programa televisivo con una visión más
moderna de la aventura y la acción. De esta forma, los fans de la serie no se
sentirían traicionados y quienes no la conocieran previamente no tendrían la
impresión de que se estaban perdiendo algo.
Durante todo
ese tiempo, Gerry Anderson siguió excluido del proceso de producción y recibió p
oca
información sobre la dirección que la película había tomado. A posteriori,
aseguró haber visto parte de los diseños realizados, pero no se mostró muy
entusiasmado al respecto. Su opinión, probablemente, obedecía más a su amargura
personal que a una apreciación objetiva porque los conceptos –creados por Adam
Brockbank, Julian Caldo, Temple Clarke, Jane Clark y Joe Nimick III- estaban
claramente inspirados en los originales de la serie en cuanto a sus formas y
colores, aunque extrapolados a un futuro algo diferente.
En estas
representaciones artísticas, el Thunderbird I era una elegante aeronave
plateada de ala oscilante con un cono frontal rojo; y el Thunderbird 2, verde y
con cierto aire de rana, era ligeramente más detallado que su predecesor, con
perfiles aerodinámicos adicionales y tomas de aire. El Thunderbird 3,
rojo
brillante, retomaba la forma del original, refinándola, pero también
incorporando nueva tecnología, mientras que el sumergible Thunderbird 4,
amarillo, se dividía en dos etapas separables: una sección trasera con aletas y
propulsores primarios, y una frontal abatible que contenía la cabina y diversos
aparatos exteriores. El Thunderbird 5, naranja y blanco, era poco aerodinámico
porque había sido diseñado para el espacio exterior, y estaba cubierto de
antenas de comunicaciones y paneles solares. Una vez escaneados los diseños,
Peter Chiang, supervisor de efectos visuales de "Los Borrowers" (recordemos,
la película que simultáneamente estaba desarrollando Hewitt), produjo una breve
secuencia CGI de cada Thunderbird en vuelo y del Thunderbird 4 sumergiéndose en
el agua.
Los diseños
de vestuario fueron más atrevidos, recibiendo cada uno de los hermanos Tracy trajes
de vuelo, trajes espaciales y uniformes más acordes con la época. Sin embargo,
en todos los diseños que representaban personal de Rescate Internacional, los
rostros no apun
taban pista alguna sobre el posible reparto de la película. Y no
es que faltaran los rumores en el Reino Unido, sobre todo en el ámbito de la prensa
sensacionalista, donde se afirmó en varias ocasiones que actores como los
Baldwin (Alec, Stephen, William y Daniel) o los McGann (Paul, Mark, Stephen y
Joe) interpretarían a los hermanos Tracy (o, al menos, a la mayoría de ellos).
Sylvia Anderson, descartando los comentarios sobre los Baldwin como
"absolutas tonterías", aseguró en una entrevista a SFX que los Tracy
no se parecían físicamente entre ellos, por lo que no había razón alguna para
contratar a todo un linaje familiar de actores. Gerry Anderson pensaba que la
mejor opción sería la de elegir caras poco conocidas por una sencilla razón
presupuestaria: había demasiados personajes importantes como para contratar a estrellas
para encarnar a todos ellos.
(Finaliza en la siguiente entrada)

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