Desde el momento en que la ciencia ficción presentó una máquina del tiempo, inmediatamente hubo quien pensó utilizarla para retroceder al pasado y destruir a los enemigos antes de que pudieran atacar. Lo cierto es que las Guerras Temporales componen una parte nada despreciable de las historias de viaje en el tiempo. Y si los dos bandos enfrentados disponen de sus respectivos ingenios de desplazamiento temporal, tratarán de retroceder más y más hacia el pasado con el objetivo de neutralizar al adversario de forma definitiva. Esto es precisamente lo que constituye el trasfondo de la novela que ahora comento: “El Gran Tiempo”.
Fritz Leiber es un autor hoy más famoso por sus novelas de fantasía y espada y brujería (como

En “El Gran Tiempo”, se nos habla de las Serpientes y las Arañas, dos misteriosas facciones enfrentadas en un conflicto eterno que ha recibido el nombre de Guerra del Cambio. Ambas utilizan tecnología de desplazamiento temporal y reclutan soldados de todas las épocas y lugares de la Tierra para que libren una batalla que se extiende por todo el tiempo y el espacio, tratando de modificar la realidad a su conveniencia mientras los humanos se convierten en meros peones ignorantes del insignificante papel que juegan. De hecho, ni siquiera los combatientes en esta guerra secreta ven jamás a las inteligencias que los dirigen ni comprenden las razones del conflicto o por qué han sido elegidos para luchar. Sus manipulaciones provocan que el continuo espacio-temporal se bifurque interminablemente en infinidad de realidades paralelas y

Con todo lo épico que resulta ese trasfondo, la historia que se nos cuenta transcurre en una sola estancia aislada del continuo espacio-temporal: el Lugar, “un teatro circular con el Vacío como auditorio”. Funciona como lugar de descanso y recuperación para los combatientes del bando de las Arañas, un sitio donde intercambiar experiencias, sanar las heridas y disfrutar de las instalaciones y atención del personal allí estacionado antes de volver a la batalla. La vida en el Lugar no parece ser demasiado mala, aunque sí algo aburrida dado que todo permanece siempre igual. Su personal pasa el tiempo ocupado en sus propia intrigas y esperando ver regresar a viejos amigos.
A ese escenario claustrofóbico, en el curso de un par de horas, acuden varios pintorescos

La historia está narrada en primera persona por Greta Forzane, una muchacha que, a punto de morir asesinada en su línea temporal, fue salvada en el último momento para continuar viviendo en este lugar fuera del tiempo con la misión de entretener a los agotados soldados que llegan al Lugar. Exuberante, segura de sí misma y juguetona, ejerce de buen grado un papel que combina las funciones de geisha y enfermera. La primera parte del libro está dedicada a establecer el contexto y presentar a un grupo de personajes. La segunda arranca con la llegada de nuevos participantes y es en la que se desarrolla el misterio que constituye la parte central de la trama en la que Greta ejercerá de detective. Cuando algunos expresan su deseo de rebelarse y abandonar la guerra, el ingenio que les permite salir de El Lugar desaparece y combatientes y sanadores se encuentran atrapados allí con una Bomba Atómica viviente y pocas esperanzas de escapar. ¿Conseguirán desactivar la amenaza y descubrir al saboteador a tiempo?

Para empezar, “El Gran Tiempo” es un libro más denso de lo que su brevedad podría hacer

La novela plantea un enfoque del viaje temporal distinto al clásico y más conocido y que Leiber bautiza como la Ley de la Conservación de la Realidad: “La mayoría de nosotros entró en la Guerra del Cambio con la falsa concepción metafísica de que el menor cambio en el pasado - un grano de polvo mal colocado- llegaría a transformar todo el futuro. Pasó bastante tiempo antes de que aceptáramos con nuestra inteligencia - así como con nuestro entendimiento - la ley de la Conservación de la Realidad; aquella que dice, que cuando el pasado se cambia, el futuro cambia sólo lo necesario y suficiente para admitir el nuevo dato. Los Vientos del Cambio encuentran siempre la máxima resistencia”.

Dado que Greta es una muchacha de compañía que no interviene directamente en el conflicto y

Que el lector sea o no capaz de simpatizar con la personalidad de Greta, la narradora del relato, es un factor que puede determinar el disfrute o no del libro. Su estilo a la hora de referir

A tenor de párrafos como anterior, puede dar la impresión de que Greta es una chica inmadura

Y es que, en realidad, no son los detalles de la Guerra del Cambio o el misterio de la bomba el verdadero sustrato del libro, sino las diferentes estrategias que despliegan Greta y el resto de personajes a la hora de enfrentarse a sus peculiares existencias. Extraídos para siempre de su corriente temporal para luchar en un conflicto cuyo origen, meta y desarrollo global desconocen, saben poco o nada del bando contrario y ni siquiera tienen claro si combaten por algo que merezca la pena. Las decisiones de las Arañas gobiernan sus vidas y hasta sus mentes porque, como he apuntado anteriormente, las acciones que llevan a cabo en el tiempo real alteran sus recuerdos. Dado que no tienen control sobre su propio destino, se encuentran abandonados a una existencia arbitraria y

Mientras que Leiber ofrece algunas ideas fascinantes y consigue construir una notable atmósfera de claustrofobia y tensión creciente, hay otros aspectos en los que, en mi opinión, el libro cojea. En primer lugar, aquellos relacionados con el lenguaje, especialmente palabras y expresiones propias de los años cincuenta que, además y en algunos

Porque en estilo y forma, “El Gran Tiempo” se asemeja más a una producción teatral –no particularmente cara además- que a un libro de ficción convencional. Así, toda la acción transcurre en una sola localización y en unas pocas horas, basándose casi toda ella en la descripción visual y en los intercambios verbales de los personajes. Esta estructura no fue casual. El autor provenía de una familia de actores teatrales. Su padre, Fritz Leiber senior, fue un famoso actor especializado en la obra de Shakespeare en una época en la que las compañías itinerantes podían triunfar a nivel nacional. Su éxito le llevó a fundar su propia compañía y cuando la Gran Depresión arruinó la industria teatral, se mudó a Hollywood y desarrolló una carrera moderadamente exitosa como actor de reparto. Aunque Fritz Leiber hijo fue educado por sus tíos en Chicago, conocía bien el mundillo de la farándula y llegó a ir de gira con sus padres. Esa fascinación temprana por el teatro halló consciente reflejo en “El Gran Tiempo”.
Greta describe El Lugar como una especie de plataforma rodeada por un vacío gris, como si de

Es comprensible que la estructura teatral de “El Gran Tiempo” no guste a muchos lectores actuales, acostumbrados a un tipo de ciencia ficción más dinámica y de mayor escala. Pero incluso así hay que admitir que tal enfoque tiene sus ventajas. Por ejemplo, que esa estructura se adapte muy bien al tema del misterio del cuarto cerrado. O la

Además, el estilo de Leiber puede desorientar y confundir. No le pone las cosas fáciles al lector, que debe asumir sin explicaciones la extraña y aparentemente aleatoria yuxtaposición de anacronismos (¿por qué han sido elegidos para luchar en la guerra unos seres tan difícilmente adaptables al mundo humano como unos octópodos selenitas o unos sátiros venusianos? ) u obviar incoherencias como que los personajes hablen de minutos u horas o siquiera que los acontecimientos sigan una secuencia determinada en un sitio que, supuestamente, se encuentra fuera del tiempo (en realidad, el Lugar parece estar más fuera de la Historia que del Tiempo).
Por todo ello puede resultar difícil sintonizar con el extraño mundo que propone Leiber. Y

Por ejemplo, la lucha cósmica entre Serpientes y Arañas y su manipulación de la corriente temporal se encuadra en la tradición del pulp más puro, como las sagas del “Hombre de la Lente” de EE Smith o “La Legión del Tiempo”, de Jack Williamson (con la que sospechosamente guarda más de un parecido). Y, por otra parte, inserta pasajes de contenido tan filosófico como este en el que relaciona el cosmos y nuestro cerebro: “Todos los seres del cuarto orden viven adentro y afuera de las mentes, a través del cosmos entero. Aun este Lugar, de acuerdo con su estructura, es un cerebro gigante: su piso es el cráneo, la periferia del Vacío es la corteza de materia gris… si, aun

“El Gran Tiempo” combina ideas geniales y dignas de todo elogio con un desarrollo argumental y unos diálogos que –en mi opinión- dejan bastante que desear. Probablemente esta obra funcione mejor sobre un escenario teatral que en prosa, pero dada su brevedad y la influencia que tuvo sobre otros autores, puede merecer la pena su lectura. Además, la causalidad y distorsiones temporales, el papel de los individuos ordinarios en el gran drama de la vida y el tiempo y lo insignificantes que son en el gran orden de las cosas y, particularmente, en los conflictos bélicos a gran escala, resultan temas dignos de reflexión.
Cabe decir por último que “El Gran Tiempo” fue solo una –la primera y más larga- de varias historias escritas por Leiber alrededor de la Guerra del Cambio. Hasta 1967, aparecerían otros ocho relatos insertos en ese universo (siete de los cuales fueron recopilados en español como “Crónicas del Gran Tiempo) en el que se narraban aspectos distintos de ese conflicto y sus consecuencias sobre sus participantes.
Lei tambien las cronicas del gran tiempo y la verdad es que es una guerra bastante original , solo el ultimo relato de ese libro podemos ver una lucha de 2 agentes serpientes y arañas en el resto mas bien como dices muestran consecuencias de la guerra, con un relato divertidisimo sobre una compañia teatral que recomiendo leer
ResponderEliminarVaya, menuda reseña, madre mía.
ResponderEliminarHice un esfuerzo por acabarla, no por cómo la escribes sino por el contenido de la historia del libro. Aunque me gusta mucho la ciencia ficción, el libro parece demasiado enrevesado. Me temo que no lo voy a añadir a mi lista de lecturas, pero es de agradecer una reseña tan completa.
Me sorprende también la gran cantidad de ediciones que tiene el libro. Y si ha ganado un premio Hugo, tiene que ser todo un clásico, totalmente desconocido para mí.
Gracias otra vez por la reseña. Voy a estar pendiente de tus entradas nuevas para echarle el guante a nuevos libros.
Me hago seguidor. Te invito a que te pases por mi blog PRELUDIO DEL FIN DE LA TIERRA http://preludiodelfindelatierra.blogspot.com.es . Está dedicado al primer libro de la saga del mismo nombre.
Un saludo!
Desde luego, no es un libro para todo el mundo. Fue influyente y contiene ideas originales, pero me temo que el tiempo no lo ha tratado demasiado bien. Por otra parte, Leiber tiene un estilo y unos enfoques no aptos para todo el mundo. Es el caso de Fahrd y el Ratonero Gris o Nuestra Señora de la Oscuridad. Un gusto adquirido, vamos. Un saludo y ánimo con tu blog!
ResponderEliminar