Por alguna razón que se me escapa, a comienzos y mediados de los ochenta del pasado siglo, se produjo en el cine de ciencia ficción un florecimiento de películas relacionadas con el viaje en el tiempo: “Los héroes del Tiempo” (1981), “Terminator” (1984), “Regreso al Futuro” (1985), “Star Trek IV: Misión Salvar la Tierra” (1986), “Peggy Sue se Casó” (1986)… La moda, no obstante, arrancó en 1979 con una película que revisitaba la idea de la Máquina del Tiempo de Wells bajo una nueva perspectiva.
Londres, año 1893. Perseguido por la policía tras haber descubierto que él es Jack el Destripador,


“Los Pasajeros del Tiempo” fue el debut como director de Nicholas Meyer, quien a partir de ese

Pero el campo en el que más destacó Meyer fue en el de novelista policiaco, y ello gracias a dos revisitaciones del inmortal Sherlock Holmes: “Elemental Dr.Freud: Solución al Siete por Ciento” (1973) y “Horror en Londres” (1976). Fueron éstos trabajos que impulsaron la moda de los pastiches de la obra de Conan Doyle, en los que el magistral detective se encontraba con otros personajes de la era victoriana, ya fueran históricos o de la ficción escrita en la época. En la primera de esas novelas, Watson llevaba a Holmes a Viena para recabar la ayuda de Sigmund Freud y curar mediante terapia la adicción de su amigo a la cocaína; en la segunda,

“Elemental Dr.Freud: Solución al Siete por Ciento” fue llevada al cine en 1976 con un guión del propio Meyer. La película funcionó muy bien en taquilla y, aunque no fue la primera vez que se utilizaba a Sherlock Holmes en relatos de este tipo (por ejemplo, en “Estudio de Terror”, 1965, Holmes y Watson perseguían a Jack el Destripador) sí propició un nuevo interés en el personaje que se materializó en films como “Asesinato por Decreto” (1979). Pero, además, permitió a Meyer dar el salto al cine como director con la película que ahora comentamos. La misma fórmula narrativa y conceptual que sustentaba sus pastiches victorianos es la que alimenta “Los Pasajeros del Tiempo”, cuyo argumento escribió a partir de una sinopsis que le entregaron dos estudiantes de cine: Karl Alexander y Steve Hayes.
Aunque la trama contiene un par de giros relacionados con las paradojas temporales, el director


En contraposición, Stephenson tiene muchos menos problemas para ajustarse al nuevo entorno, dando a entender que vivimos en un tiempo afín al tipo de comportamiento violentos, inmoral y enfermizo que él representa. Hay un brillante momento en el que el asesino: “Este siglo tiene un sitio para mí” y acto seguido, para demostrárselo a Wells, le basta con encender la televisión, que muestra una ecléctica y caótica mezcla de dibujos animados de la Warner, Jimi Hendrix aplastando su guitarra, escenas reales de

Ese pesimismo viene compensado por el optimismo inherente a lo que es el auténtico núcleo del relato: el romance entre Amy y Wells. El lazo que se forja entre ellos arroja un destello de esperanza muy en sintonía con el temperamento del escritor: si dos personas tan alejadas en el tiempo y el espacio pueden entenderse, ¿por qué no podemos hacerlo todos? De acuerdo con la filosofía de Wells, la gente puede elegir el barbarismo y la codicia, pero el camino del aprendizaje y el avance positivo siempre da mejores resultados.
El trabajo de realización de Meyer es bastante plano –no olvidemos que, al fin y al cabo, era su bautismo de fuego en esa función- pero “Los Pasajeros del Tiempo” se sostiene gracias a la hábil


“Los Pasajeros del Tiempo” funciona peor si uno trata de verla como algo históricamente verosímil. Para empezar, es difícil de creer que un H.G.Wells que viajara en el tiempo hasta los años ochenta y regresara luego a su propia época, escribiera trabajos tan ingenuos sobre un futuro utópico como “Una Utopía Moderna” (1905), “Hombres como Dioses” (1923) o “La Vida Futura” (1933). Tampoco coincidieron en el tiempo Wells y Jack el Destripador. Los asesinatos de éste tuvieron lugar en 1888, pero en la película han seguido sucediéndose hasta 1893. En ese momento, H.G.Wells tenía sólo 27 años, se había casado con su prima y trabajaba como maestro. Acababa de empezar a publicar sus cuentos, pero su primera novela de ciencia ficción, “La Máquina del Tiempo” no aparecería hasta 1895. En cambio, en la película, Wells está interpretado por un actor que tenía ya 36 años, una década mayor que el escritor por entonces, y lo retrata como un autor reconocido y con éxito. También la vida de Amy Catherine Robbins,

El diseño de la máquina temporal –a cargo de Edward C.Carfagno- trata de alejarse lo máximo posible de cualquier similitud con la clásica cinta de George Pal “El Tiempo en sus Manos” (1960). El ingenio es ahora un aparato más anodino que recuerda vagamente a la cabeza de un halcón más que un espléndido ejemplo de rococó victoriano. Similar intento de evitar cualquier referencia al film de Pal lo encontramos en los efectos especiales que representan en el viaje en el tiempo. En lugar de retomar esas imágenes aceleradas que tan buen resultado habían dado veinte años atrás, Jim Blount y Larry Fuentes optan por un viaje más soso, ejecutado a base de juegos abstractos de luz y fragmentos sonoros de varias emisiones radiofónicas históricas. No solamente no son tan imaginativos (recuerdan demasiado al viaje a través de la puerta estelar de “2001: Una Odisea del

Por cierto, que el film de 1960 fue el primero en identificar a Wells con el viajero temporal de su novela. Tras “Los Pasajeros del Tiempo”, la idea acabó convertida en un cliché perpetuado en episodios de series televisivas como “Doctor Who”, “Lois y Clark” o “Almacén 13”.
“Los Pasajeros del Tiempo” es una entretenida mezcla de ciencia ficción, comedia, romance y thriller. No disfruta de ese pedigrí de film de culto que adorna a otras producciones –muchas de ellas sin duda inferiores a esta- y tampoco es una película imprescindible o una obra maestra, pero lo ingenioso de su concepto y la soltura con la que está desarrollado la hacen merecedora de un visionado y de mayor atención que la que habitualmente se le presta.
Gran reseña como siempre bien documentada.. hace mucho que esperaba que te fijaras en esta película.
ResponderEliminarBuena reseña gracias
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