lunes, 5 de enero de 2015

1999- HARSH REALM


Al contrario de lo que algunos puedan pensar, “Harsh Realm” no fue un plagio de la saga “Matrix” de los hermanos Wachowski, estrenada aquel mismo año 1999, ni un producto surgido a la sombra de su éxito. Tampoco se parece a “Tron” (1982) o “VR5” (1995). Para saber del origen de esta serie de televisión tenemos que retroceder hasta el material original que sirvió de base para ella: una serie de seis comic books de 1992, escrita por James Hudnall y dibujada por Andrew Paquette y John Ridgway. El tebeo llamó la atención del productor ejecutivo y director Daniel Sackheim, quien vio el potencial de la historia y se lo pasó a su amigo y colega Chris Carter, entonces en la cresta de la ola gracias a “Expediente X”. Carter tomó el concepto original y desechó todo lo demás. Había nacido “Harsh Realm”.



Hudnall recuerda: “Quería hacer un comic de ciencia ficción y una noche tuve un sueño muy vívido. Me encontraba en una tierra extraña y necesitaba gafas para ver bien. Hallé un estanque con la forma de un ojo, y en el centro había, como un iris, una isla de piedra. Un letrero próximo decía que era el estanque del ojo y que sanaría la vista. Así que me mojé los ojos con su agua y ya no necesité las gafas. Entonces me encontré con una ciudad amurallada, como las de la época medieval. Sus puertas se abrieron dejando salir un ejército. Entonces me desperté. A la mañana siguiente, en la ducha, traté de imaginar cómo podría usar ese sueño en una historia y así nació “Harsh Realm”. Situé la acción en un universo de bolsillo basado en los juegos de rol”.

La historia de Hudnall transportaba al lector a un mundo futurista dominado por la tecnología en el que trabaja un detective privado llamado Dexter Green. Éste recibe la visita de un matrimonio cuyo hijo, Dan Crawford, entró y se perdió en un universo virtual creado por una supercomputadora y llamado “Harsh Realm”. Cuando Dexter entra allí en su busca, se encuentra con un mundo de fantasía en el que conviven la magia y la tecnología medieval. El investigador consigue la ayuda
de una mujer que también escapó del mundo real y aquí se dedica a practicar la magia. Ambos descubren que Dan se ha convertido en un individuo adicto al poder que amenaza la vida de todos los habitantes de Harsh Realm.

En la reelaboración televisiva de Chris Carter, que se estrenó en la Fox el 8 de octubre de 1999, el mundo virtual no era ya una tierra de magia y misticismo, sino un entorno realista dominado por el poder militar. El teniente del ejército Thomas Hobbes (Scott Bairstow) es engañado por sus mandos para que pruebe un nuevo sistema de simulación virtual de escenarios de combate, “Harsh Realm”. Cuando se introduce en el programa, se queda atrapado allí y descubre que se trata de un equivalente informático del mundo real que ha sido conquistado y convertido en una distopia por Omar Santiago (Terry O´Quinn), un general renegado. Para que su mente regrese a su auténtico cuerpo deberá encontrar y eliminar a Santiago, quien intenta destruir el mundo real en un holocausto nuclear y dejar como único resto de “vida” el entorno de Harsh Realm dominado por él.

Arrojado a ese mundo virtual sin información alguna sobre la situación que va a encontrar,
Hobbes no tarda en percatarse de que, lejos de ser un simple juego, Harsh Realm es un entorno complejo y muy amplio en el que no se aplica ninguna regla. Ya en el primer episodio encuentra y se hace amigo de Michael Pinocchio (D.B.Sweeney), un soldado del mundo real como él, que fue igualmente engañado para entrar en el entorno virtual y que se ha resignado a vivir allí como un fugitivo al margen de la ley. Hobbes lo convence para que juntos terminen la misión de acabar con Santiago, una misión que será recurrentemente obstaculizada por el hombre de confianza de éste, el teniente Max Waters. La relación de Hobbes y Waters es complicada, porque en el mundo real, el primero salvó la vida del segundo en una escaramuza durante la guerra de Yugoslavia. Hobbes y Pinocchio reciben la ayuda de una mujer muda, Florence (Rachel Hayward), dotada con extraños poderes de sanación.

De los dos (la presencia de Florence es esporádica), Hobbes es el más ingenuo. Aún tiene que aprender la diferencia entre aquellos que fueron engañados por el ejército y “enviados” a Harsh Realm y los personajes virtuales, representaciones digitales de individuos que existen en el mundo real. En el primer episodio, Hobbes experimenta una violenta emoción al encontrar al equivalente virtual de su prometida Sophie (Samantha Mathis), arriesgando su vida por intentar rescatarla. En un capítulo posterior, también encontrará al paralelo digital de su madre que, como en el mundo real, se halla agonizante. Pinocchio, por su parte, es un individuo hastiado y cínico que, bajo su exterior egoísta, esconde un corazón de oro. Su experiencia y conocimiento de las brechas del sistema le convierten en el guía natural de Hobbes por el mundo de Harsh Realm.

Mientras tanto, en el mundo real, la novia de Hobbes, Sophie, se entera a través de una misteriosa mujer que parece jugar a dos bandas, Inga Fossa (Sarah-Jane Redmond), de que Hobbes (a quien creía muerto) aún vive. Para encontrar a su prometido, Sophie debe encontrar la forma de superar la conspiración de silencio que se teje a su alrededor.

Chris Carter no creía que el planteamiento del comic resultara lo suficientemente claro o
inquietante para el espectador medio. Así que lo llevó al terreno que ya había ensayado con éxito en “Expediente X”: el de la conspiración gubernamental, un enfoque que bebía de –al tiempo que alimentaba- la desconfianza del público hacia las autoridades. En otras palabras, a la audiencia le podía resultar verosímil que el ejército hubiera desarrollado algo parecido a un juego de guerra virtual como el descrito en la serie.

Había además otro paralelismo bastante evidente con la novela “El Corazón de las Tinieblas”,
de Joseph Conrad -o su adaptación fílmica, “Apocalypse Now”, de Francis Ford Coppola-. En ambas, el protagonista es un individuo que narra en primera persona su periplo por un peligroso y surrealista entorno a la búsqueda del renegado coronel Kurtz, una situación muy similar a la que debe enfrentar Thomas Hobbes. Sin embargo, los guionistas cometieron el error –a mi juicio- de mostrar al villano ya en el primer episodio, eliminando así la intriga de descubrir su verdadero aspecto. Además, aunque Terry O´Quinn es un actor con presencia en pantalla, está lejos de ser el Marlon Brando de “Apocalypse Now” y, a la postre, su personaje no deja de ser un protodictador del montón.

El camino desde el comic a la pequeña pantalla no fue nada fácil. Hudnall ya había tenido
relación con el medio televisivo cuando a comienzos de los noventa negoció con la NBC la elaboración de un borrador para una posible serie. Cuando años después su manager empezó a mostrar el comic “Harsh Realm” a diferentes productores televisivos y cinematográficos con el fin de vender los derechos para una adaptación en imagen real, Chris Carter y James Cameron manifestaron su interés. Hudnall se decidió por el primero porque el segundo tenía ya entonces fama de dejar sus proyectos aparcados o en maduración durante años, mientras que Carter ofrecía más posibilidades de llevar la serie a buen término en un plazo relativamente breve.

Pero desde ese momento, Hudnall y Paquette (quien también figuraba como co-creador) no tuvieron más que problemas. La editorial que había publicado la miniserie, Harris Comics, esperó a que comenzara a rodarse el episodio piloto para informarles de que, por su parte y sin decir nada, había cerrado un trato con una productora de Hollywood. Mientras tanto, ambos creadores se molestaron con Carter, a quien se otorgó el título de “Creado por” al comienzo de cada episodio, mientras que el reconocimiento a los autores del comic era relegado a los títulos finales con la leyenda “Inspirado en”. De hecho,
Hudnall y Paquette se disgustaron tanto que demandaron a la Fox y a Carter exigiendo un mayor reconocimiento y una participación en los beneficios de la serie.

Carter, por su parte, afirmaba que el concepto original había sufrido una remodelación tan extensa que bien se podía decir que él había creado algo realmente original, sólo remotamente inspirado en el comic.

Para Hudnall, “Carter compró los derechos de adaptación, utilizó el título, la premisa básica y muchos elementos argumentales. Aunque cambió
el entorno y los personajes, los suyos servían al mismo propósito. El adolescente se convirtió en un general ávido de poder y el detective se transformó en un soldado a la caza de aquél. El compañero es un luchador algo extravagante. En mi historia, el interés romántico era también uno de los compañeros del protagonista. Carter cambió eso. Pero adquirió los derechos de mi comic, los uso y modificó ciertas cosas para poder afirmar que lo había “creado” él. No discuto que fuera él quien creó la serie televisiva. Pero no darnos crédito alguno era increíble. Así que lo demandé por ello. Tuvimos que ir a juicio para conseguirlo. No quería, pero no me dejaron opción”.

En marzo de 2000, un juez de Nueva York dictó sentencia a favor de Hudnall y Paquette. Fox Television tuvo que incluir en los títulos iniciales, tras el “escrito por…” un “Inspirado por la serie de comics “Harsh Realm, creada por James Hudnall y Andrew Paquette, publicada por Harris Comics” y situarlo a continuación del “Creado por Chris Carter”. Por supuesto, la cadena se apresuró a reaccionar a favor de la corriente y aseguró a la revista “Variety”: “Estamos satisfechos de que los tribunales reconocieran nuestra postura de que Chris Carter es el creador de la serie de televisión “Harsh Realm” y que dictaminaran la inclusión del “inspirado en”, algo que Fox ya
había realizado como muestra de buena fe para resolver la cuestión”.

Hoy, Hudnall sigue desarrollando guiones. “La gente se demanda todo el tiempo en Hollywood. Lo asumen como algo normal, parte del negocio. Si se consiguió algo, fue el convertirnos en héroes para otros creativos que se sintieron estafados por el sistema. Nos alzamos contra algunos de los grandes de la industria. Desde entonces he realizado otros trabajos para el medio. Nadie recuerda aquel asunto excepto los fans de “Harsh Realm” y la gente del negocio”.

El rodaje de la serie se efectuó sobre todo en exteriores, en las boscosas afueras de la ciudad
canadiense de Vancouver, sede de una robusta comunidad cinematográfica y televisiva. Muchas series y películas de Hollywood se han realizado allí, como “Expediente X”, “Andrómeda”, “Arrow”, “Dark Angel” o “Fringe”. Y dado que el trío protagonista, Hobbes, Pinocchio y Florence estaban huyendo constantemente, había pocos decorados permanentes. Las series de género, como las de policías, médicos o abogados, utilizan siempre los mismos escenarios, lo que ahorra costes y minimiza el número de días de rodaje al aire libre, que siempre resultan más caros: transporte, catering, tasas municipales, alquiler de equipos y jornadas de trabajo más largas. “Harsh Realm” fue, por tanto, un programa bastante difícil y costoso de producir.

A ello había que sumar el desafío de construir en exteriores un mundo que pareciera diferente al nuestro. Hubieron de modelarse escenarios que transmitieran la impresión de tratarse de una ciudad postapocalíptica. Por ejemplo, en el segundo episodio, “Leviatán”, se creó un gran campo de refugiados. Eran secuencias muy costosas para un presupuesto de programa televisivo.

Aunque la cadena había encargado inicialmente doce episodios, cancelaron el programa mientras se terminaba el noveno, “Camera Oscura”. Según el productor Daniel Sackheim, el
presidente de la Fox en aquel momento, Doug Herzog, nunca se sintió muy cómodo con la ciencia ficción. Según esa versión, “Expediente X”, la otra serie creada por Carter, aguantó en la parrilla nueve temporadas sólo porque tenía un enorme éxito. En cambio, “Harsh Realm”, una serie nueva y sin probar, no contó con el apoyo decidido de la cadena a la hora de publicitar el programa y atraer a la audiencia potencial. Fox había emitido solo tres episodios cuando anunció abruptamente la cancelación. Una decisión desafortunada porque la reacción de la crítica fue inicialmente positiva.

Los nueve episodios fueron más tarde (marzo de 2000) emitidos por la FX Network y fue este el momento en el que entró en vigor la sentencia a favor de Hudnall y Paquette, insertando sus nombres en los créditos iniciales. La serie está actualmente disponible en DVD.

¿Por qué “Harsh Realm” no consiguió arraigar entre el público en sus primeros episodios? Nunca lo sabremos con seguridad. Puede que la audiencia no simpatizara con el tono gris y deprimente de la serie; o que los personajes no tuvieran la suficiente fuerza. Es posible que, como hemos dicho, la cadena no hiciera nada por apoyar el programa; o que el estreno aquel mismo año de “Matrix” ensombreciera el proyecto de Carter, que tenía un tratamiento similar de los postulados ciberpunk pero ejecutados con mucho menos dinero y efectos visuales.

“Harsh Realm” se cortó antes de responder a muchas de las cuestiones que planteó. ¿Conseguirían Hobbes y Pinocchio acabar con Santiago? ¿Cuál era el juego de la misteriosa Inga Fossa? ¿De qué lado estaba realmente? ¿Era Hobbes el “elegido” que algunos en Harsh Realm habían profetizado? ¿Cuál era la fuente del poder de Florence? ¿Cómo podía el ejército tener tanta facilidad para mandar gente al mundo virtual y, en cambio, ser incapaz de encontrar el punto de conexión de Santiago? ¿Por qué no se limitan a apagar el sistema?¿Qué papel jugaría Sophie en todo el asunto? ¿Cuál era el pasado de Pinocchio, cuyo cuerpo real se nos había mostrado seriamente deformado?

Nueve episodios sólo dieron tiempo para presentar a los personajes y el mundo en el que
vivirían sus aventuras e introducir los principales misterios y tramas que deberían ir resolviendo. De hecho, tras descubrir el espectador que el verdadero plan de Santiago era el de destruir el mundo real mediante la detonación masiva de bombas nucleares, esa línea argumental se abandonaba por completo a favor de una serie de episodios autoconclusivos, menos centrados en el misterio, la intriga y la conspiración y más en la acción, pero que, aún así, servían para ir descubriendo rincones y peculiaridades de ese mundo virtual.

“Harsh Realm” fue, a la postre, una más de la larga lista de defunciones televisivas que han ido jalonando la eclosión de la ciencia ficción televisiva en los últimos treinta años.



2 comentarios:

  1. Siempre quise ver esta serie, pues la verdad me gustan muchos "X-Files" y "Millenium". Por otro lado, mi experiencia como seguidor de series gringas me ha demostrado que en USA muchas veces cancelan hasta las mejores series en sus momentos más gloriosos, por los motivos más absurdos.

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  2. No es que la serie fuera algo extraordinario, pero con tan pocos episodios tampoco tuvo recorrido para demostrar lo que podría haber sido... En fin, el mundo de la televisión...

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