Basada en la exitosa novela del mismo título escrita por Stephen King, “La Zona Muerta” fue la traslación al formato televisivo de aquélla ideada por el veterano productor y guionista Michael Piller (cocreador de varias de las encarnaciones de Star Trek, incluyendo The Next Generation, Voyager y Deep Space Nine). En la novela, John Smith era un niño que al sufrir una caída mientras patinaba sobre hielo se daña una zona crucial de su cerebro, aunque nadie percibe nada anormal. Ya adulto y mientras trabaja como profesor, cae en un coma a resultas de un accidente de coche. Cuando despierta seis años después, se encuentra con que ha desarrollado poderes psíquicos. Aquella “zona muerta” de su cerebro se ha activado y es capaz de “ver” el pasado, el presente o el futuro de cualquier persona u objeto con el que entre en contacto. Pero lo que más le afecta es el gran hueco que se ha formado en su vida: ha perdido su trabajo, su antigua novia Sarah se casó, sus padres envejecieron, el mundo ha seguido avanzando sin él…
Sus poderes psíquicos comienzan a cobrar notoriedad pública cuando ayuda a un sheriff a identificar al asesino en serie que está sembrando de muertes la zona. Pero con cada visión, Johnny se debilita. La peor de todas la sufre durante un mitin del candidato a gobernador Greg Stillson, un sujeto de pasado tan oculto como inquietante. Johnny experimenta la visión de un terrible apocalipsis nuclear precedido del nombramiento de Stillson como presidente de los Estados Unidos. También “ve” su propia muerte mientras trata de asesinar al político. En 1983, la novela fue convertida en película por David Cronenberg, contando con Christopher Walken en el papel protagonista y Martin Sheen en el de Greg Stillson.

Con el fin de mantener un esquema de continuidad indefinida, se eliminó el progresivo debilitamiento que las visiones causaban en Johnny. Su recuperación de las mismas, no obstante, se indicaba por el uso de un bastón que siempre llevaba, un aspecto este que se convertiría en un importante hilo narrativo más adelante.
Los guionistas de la serie ponían al protagonista en situaciones en las sus poderes psíquicos eran claves a la hora de cambiar el curso de las vidas de otras personas o la forma en que determinados acontecimientos tenían lugar, dependiendo de lo que viera –o no viera- en su visión. Y para que sus habilidades mentales fueran bien interpretadas por los escritores responsables de imaginar sus historias, en las directrices que Piller les entregaba trataba de delimitar la naturaleza de aquellas. Mediante la psicometría, por ejemplo, se puede sentir la historia de un objeto con solo tocarlo; esto es, si Johnny cogía un libro podría “sentirse” transportado hacia atrás en el tiempo, “contemplando” la historia de esa copia en particular desde su salida de imprenta, su transporte a una librería, la identidad de quienes lo tocaron...
La clarividencia es el poder de tener visiones, algunas veces nebulosas, del pasado, el presente o el futuro. Fenómenos relacionados con la misma son los de la precognición (predecir acontecimientos futuros) y retrocognición (descubrir acontecimientos pasados). Asimismo, Johnny puede sentir lo que ha sucedido en un espacio físico delimitado, por ejemplo, una habitación (esto se explica con más detalle en el episodio “La casa”, en la que el protagonista se entera de lo que aconteció en la mansión familiar cuando sus padres eran jóvenes).
Piller animó a los guionistas a enfatizar el suspense en sus historias pero sin descuidar el humor

En los primeros dos episodios, Johnny ayudaba al sheriff Bannerman en su persecución de un asesino en serie, tal y como sucedía en la novela. De hecho, el título del capítulo inicial era “La ruleta de la fortuna”, igual que uno de los capítulos de la novela de King.

Michael Piller era productor de otra serie, “Star Trek: The Next Generation” y cocreador de “Star Trek: Deep Space Nine” y “Star Trek: Voyager” pero, curiosamente, para él siempre habían siendo más importante los aspectos relacionados con la condición humana que la ciencia ficción propiamente dicha. En “La Zona Muerta” se acentuaba esa inclinación, utilizando a Johnny para explorar la naturaleza íntima de nuestra especie a través de su participación en las vidas ajenas.
Intervenir en la existencia del prójimo para cambiarla se convierte en una gran carga para Johnny. No

Cuando Johnny tiene una visión, el espectador le acompaña, pasando a tener su visión subjetiva de un mundo surreal e intenso al que pudo darse forma visual gracias a las recientes técnicas fotográficas ensayadas en “Matrix”. Los especialistas en efectos fotográficos consiguieron que estas escenas se convirtieran en el inconfundible sello de la serie.
Durante la primera temporada, Johnny formaría parte de un jurado, sería tomado como rehén en el atraco a un banco y acusado de brujería en una pequeña localidad; usa sus poderes para ayudar a un anciano a encontrar su amor perdido en la Segunda Guerra Mundial e incluso se encuentra unido por un lazo mental con un chamán indio de tiempos pasados. Y, entretanto, va creciendo su fama como el “psíquico” de la ciudad aun cuando muchos aún lo consideran un fraude.
Las visiones apocalípticas que Johnny tenía en la novela relacionadas con Greg Stillson fueron también introducidas en la serie en el episodio final de la primera temporada, “Destino”, con Sean Patrick Flanery en el papel del político. Michael Piller quería que esta línea argumental se prolongara en el tiempo desarrollándose paulatinamente como historia secundaria si bien con ello se alejaría del planteamiento original de Stephen King.

En otro episodio de la temporada, cuando muere el padre de Bruce, un amigo de Johnny, éste aprende más sobre la historia familiar de aquél y la difícil relación con su progenitor, profundamente religioso. “Sión” resulta ser una realidad alternativa que nos muestra qué podría haber pasado si Bruce no hubiera dejado su hogar tras discutir con su padre años atrás.
A lo largo de esa segunda temporada, el protagonista se enfrentaría a un grupo de secuestradores, una gran corporación que fabrica productos potencialmente peligrosos, la mafia e incluso prevenía una epidemia de gripe aviar.
En abril de 2003, la serie pasó por una paralización de tres meses antes de volver en julio con seis episodios. Uno de los más peculiares fue el titulado “La Cacería”, en el que agentes de inteligencia consultaban a Johnny para localizar a unos terroristas islámicos. Aunque inicialmente se pretendía que el hombre a encontrar fuera Osama Bin Laden, en el último minuto la cadena decidió no correr riesgos y retirar cualquier mención al famoso terrorista.
Uno de los problemas a la hora de escribir guiones de esta naturaleza es que la historia ficticia no

El arco argumental relacionado con Greg Stillson cobró mayor fuerza hacia el final del segundo año. En el episodio “Visiones”, Johnny obtenía más información y detalles al respecto. Christopher Wey, un hombre del futuro con una conexión psíquica con Johnny, se presentaba al principio como un ser misterioso que aparecía en sus visiones. Pronto, Johnny comrendió que el evitar las catástrofes que se avecinaban iba a requerir todas sus energías.
La tercera temporada comenzaba con “Encontrar a Rachel”, episodio en el que Johnny era acusado del asesinato de una de las voluntarias en la campaña de Greg Stillson. Johnny encontraba a Rebecca Caldwell (Sarah Wynter), la hermana de Rachel, que aparecería en cinco episodios de ese año. Inicialmente creía que Johnny era el responsable de la muerte de su hermana, pero gracias a las visiones de aquél se da cuenta de que los responsables son otros. Johnny y Rebecca volvían a investigar el misterio en el último episodio, “Punto de Inflexión” para desvelarlo en la apertura de la cuarta temporada, “Círculo Roto”.
En otros capítulos, Johnny tiene que lidiar con un DJ radiofónico que le es hostil, una pareja de gemelos abogados, ayuda a un amigo con una boda y se enfrenta con un estudiante armado en un instituto. En una de sus visiones, incluso se ve a sí mismo asesinando a alguien. A estas alturas, la pregunta seguía siendo ¿qué es Johnny? ¿Un profeta? ¿O sólo alguien que se las arregla como puede para manejar un poder extraordinario? ¿Hay en él más de lo que parece? ¿Tiene un destino que cumplir aunque él mismo no lo sepa?
La primera temporada de “La Zona Muerta” había constado de 13 episodios, subiendo a 19 en la

Los ratings de audiencia para la quinta temporada fueron lo suficientemente buenos como para que en septiembre de 2006, la cadena encargara otros 13 episodios para el siguiente año (emitidos en el verano de 2007). Intentando regresar a historias independientes con un acento especial en los personajes y apartarse de la continuidad, la compañía se trasladó desde su base original en Vancouver hasta Quebec, en Montreal, y al mismo tiempo se contrataron nuevos productores, guionistas, directores y técnicos que inyectaran nueva sangre a la serie. El deseo de cambios resultó evidente ya en el primer episodio, “Legado” en el que el sheriff Bannerman moría en un incendio; Connor Price sustituyó a otro niño actor, Dominic Louis, en el papel de J.J., el hijo del policía; el reverendo Purdy desapareció tras quemarse su iglesia y Bruce se marchó a trabajar a otro sitio.

Al final de ese sexto año, Johnny descubría que su padre aún vivía y que Greg Stillson había sido quien había custodiado tal secreto. Esta era la investigación en la que Walt Bannerman trabajaba cuando murió. El político había liquidado al policía cuando éste se enteró de los detalles del asunto. En un giro aún más dramático, Johnny se entera de que tanto su padre como su hijo tienen habilidades psíquicas.
El 19 de diciembre de 2007, USA Network canceló el programa, según comentó su vicepresidente de programación, para hacer sitio a nuevos shows. Fue el final de una serie que consiguió sobrevivir seis años en el ámbito de la televisión por cable con una audiencia mucho más pequeña que las de los grandes canales, lo que ya de por sí es todo un logro para su equipo creativo.
Por otro lado, raras veces una obra ha sido adaptada con éxito para la televisión sin contar con la

En general, la serie cuenta con una puesta en escena atractiva: la fotografía, los movimientos de cámara, los personajes, la ambientación, la luz, … lo suficientemente inquietante como para crear suspense pero sin rendirse a la estética siniestra del terror. Ese fue quizá una de las claves de su silenciosa pero insistente permanencia en la pantalla a lo largo de seis años, como también lo fue el ser capaz de ofrecer historias interesantes en las que se mezclaba equilibradamente lo paranormal, lo detectivesco y el interés humano.
Qué gusto leer tu visión personal sobre este inolvidable programa. Lo que cuentas acerca de su temporada final, me deja más claro que nunca su pésima calidad...¿Cómo se les ocurre matar al sheriff Bannerman y además separar a Smith de su gran amigo Bruce? En verdad creo que estas decisiones creativas empobrecieron aún más los débiles guiones que hicieron (y la verdad es que las 5 temporadas anteriores en cada capítulo nos regalaban un producto más que formidable).
ResponderEliminarRecien me enteré de la serie en este 2015, fue trasmitida en un canal de señal abierta en Perú. Justo hoy acabo de ver el ultimo capítulo de la 6ta. temporada y nos quedamos con las ganas de ver más sobre todo por lo que las visiones del armagedon regresaron. Es una lástima no se le dio un final adecuado. Es verdad que al desaparecer los personajes del comisario Bannerman y el amigo de Jhonny, Bruce; creó mucho fastidio porque no se les debió sacar asi de la serie. Ojalá algún día hagan una continuación y los actores que aparecieran en ella, den la talla para esto.
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