
Aunque el romance científico había florecido en las revistas de literatura popular de finales del siglo XIX, el primer cuarto del siglo XX fue testigo de un largo y profundo declive en el género. Su recuperación en la década de los treinta se debió a los esfuerzos de un puñado de escritores que imaginaron extravagantes y alarmistas fantasías sobre la posibilidad de una nueva guerra mundial y su inevitable consecuencia: la destrucción total de la civilización.
El trabajo de Fowler Wright jugó un papel importante en este movimiento, pero no se puede decir que fuera representativo del mismo. Aunque a finales de los años treinta escribiría una trilogía de novelas de guerras futuras, sus dos primeras novelas, "Los Anfibios" (1924) e "Inundación" (1927) eran variaciones sobre la idea del fin de la civilización humana tal y como la conocemos. En tan hondo bache estaba la ciencia-ficción en ese momento que ambos libros fueron autoeditados por el propio autor. La segunda de ellas, no obstante, acabaría convirtiéndose en un superventas, llegando a Hollywood y permitiendo a Fowler vivir de su pluma.
"Los Anfibios" (1924) es un notable romance científico, comparable en su planteamiento y

En este futuro remoto el narrador se encuentra atrapado en un entorno grotesco plagado de peligros. Los Anfibios son hermafroditas, si bien su apariencia se le antoja femenina al protagonista. Cuando el viajero se encuentra con su primer Anfibio, éste se sorprende tanto que en un despiste es atrapado y devorado por una planta carnívora. Este suceso es el primero en una serie de acontecimientos que malogra las relaciones entre Anfibios y Moradores. Esperando reparar el daño causado, el narrador une esfuerzos con un grupo de Anfibios que tratan de rescatar a uno de los suyos, capturado por los feroces y retrasados Matadores. Elemento clave de la historia es el intento del protagonista para explicar su mundo a los Anfibios. En un momento determinado, se le permite "ver" en la mente de una de estas amables, hermosas e inteligentes criaturas; lo que "siente" le deja trastornado: para los Anfibios, no sólo mental y físicamente más evolucionados que el ser humano sino también moralmente, el narrador no es más que un ser inferior prisionero de "ciegas servidumbres y opresiones". Esta pesimista visión no es más que la plasmación de una idea muy común en los romances científicos de este periodo post-bélico: que el mundo humano no es más que un estadio intermedio en la evolución, y uno particularmente desafortunado, ni totalmente natural ni plenamente civilizado, siendo el propio hombre una criatura imperfecta a mitad de camino entre el simio y el ángel. En esta obra, Fowler Wright fue, no obstante, más claro que otros de sus colegas a la hora de expresar la degradación propia de ese vago y temporal estadio.
Aunque los Anfibios consideran inferior al humano lo acompañan en lo que resulta ser una aventura dantesca repleta de horrores y especies monstruosas. Es una aventura alegórica en la que se debaten filosofías encontradas de la vida y la moralidad. Los fríos y racionales Anfibios contemplan el mundo desde una perspectiva trascendental, mientras que los Moradores son emocionales e impulsivos.

No existe tampoco demasiada pericia en la construcción de personajes. El único humano de la

Aunque hoy no sea objeto de atención por parte de la mayoría de los comentaristas, en su momento "El mundo subterráneo" fue muy influyente y conocido. En una encuesta realizada en 1949 sobre los títulos imprescindibles de la CF ocupó el puesto nº 7; tres años más tarde, en 1952, el sondeo que llevó a cabo la revista Astounding entre sus lectores lo sitúo en un honroso nº 28. Recomendable para los estudiosos y grandes admiradores del género, en cualquier caso merece la pena ser reseñada en su calidad de importante obra de transición entre los romances científicos del siglo XIX y la ciencia-ficción moderna.
Si bien hace mucho tiempo que leí este libro puedo decir que me gustó mucho, y hasta donde recuerdo es muy superior a la ficciones de Wells de la época, como una opinión personal. Tendría que volver a leerlo para escribir una reseña detallada del libro
ResponderEliminarEl mundo subterráneo es realmente una obra de arte como jamás he leído. Solo alguien de poca imaginación he inteligencia podría no gustarle este libro. Conozco mucha gente que no le agrada el género de ficción e igualmente quedo fascinado por su narrativa
ResponderEliminarUna Maravilla sin igual
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