domingo, 8 de noviembre de 2015

2007- SUNSHINE – Danny Boyle




El director de Manchester Danny Boyle empezó a hacerse un nombre en el cine durante la década de los noventa, cuando emergió del mundo de los dramas televisivos británicos. Su debut en la pantalla grande vino con “A Tumba Abierta” (1994), un thriller negro y gamberro, para continuar con la aclamada “Trainspotting” (1996), que le consagró definitivamente como talento a tener en cuenta.

Las posteriores aventuras de Boyle en el mainstream americano fueron más desiguales. Por ejemplo, “Una historia diferente” (1997), mezcla de comedia, crimen y fantasía, no tuvo repercusión alguna; y “La Playa” (2000), a pesar de estar protagonizada por Leonardo DiCaprio, tampoco cosechó los resultados deseados. Después de esta última cinta, Boyle se encontró en un callejón sin salida. Sus siguientes films, “Vacuuming Completely Nude in Paradise” (2001) y “Strumpet” (2001) acabaron siendo proyectados sólo en televisión y en un puñado de festivales. Su renacimiento vino de la mano de “28 Días Después” (2002), una película apocalíptica de bajo presupuesto que, para sorpresa de todos, se convirtió en un éxito internacional además de reavivar el interés por el género zombi. En un aparente intento de demostrar su versatilidad, firmó a continuación la infantil “Millones” (2004) antes de probar suerte con la ciencia ficción dura en “Sunshine” (en 1997, por cierto, él había sido uno de los directores inicialmente contemplados para dirigir “Alien: Resurrección”).



El Sol está muriendo y la nave espacial Icarus 2 y su tripulación de ocho hombres y mujeres tienen la misión de acercarse al astro lo máximo posible y arrojar una bomba del tamaño de una ciudad con la esperanza de reavivarlo. Se ha utilizado todo el material fisible de la Tierra para fabricar ese ingenio, por lo que no podrán hacerse más intentos. La nave, por otra parte, cuenta con un gigantesco escudo frontal que le protege de las radiaciones solares que, de otra forma, incinerarían cualquier cosa que quedara expuesta.

Al atravesar Mercurio en su camino a la estrella, captan una llamada de socorro procedente de la nave que les precedió años atrás, el Icarus 1, y de la que nunca más se supo, por lo que se la presumió destruida. Se produce una discusión acerca de si han de desviarse para investigar la señal o continuar su vital misión, pero el físico Capa (Cillian Murphy) argumenta que sus posibilidades de éxito mejorarían si contaran con otra carga nuclear, la que transportaba el Icarus 1. Deciden por tanto ir en busca de la nave perdida, pero al modificar el rumbo, el piloto olvida corregir el ángulo del escudo, provocando que el sol cause daños a la nave y, sobre todo, se destruyan los jardines que aprovisionan de oxígeno y alimentos a la tripulación.

Encuentran al Icarus 1 y se acoplan a él, encontrándose la nave abandonada sin aparente explicación. Entonces, alguien destruye la esclusa de aire entre ambas naves, dejando a tres
tripulantes del Icarus 2 atrapados en el pecio muerto. Cuando sólo uno de ellos consigue regresar, descubren que alguien más se ha introducido a bordo.

El guión de “Sunshine” está firmado por Alex Garland, quien es más conocido como novelista. Entre sus libros se encuentran, por ejemplo, “La Playa” (1996), sobre una utopía para mochileros que ha alcanzado el estatus de obra de culto; “El Teseracto” (1999), historias de varios personajes que se entrelazan en el marco de Tailandia, fue llevado a la pantalla por los Pang Brothers; “The Coma” fue su última obra literaria antes de empezar a vincularse más con el mundo del cine. A pesar de la nefasta adaptación que Boyle hizo de “La Playa”, Garland colaboró con él en el guión de “28 Días Después”, una asociación creativa que mantuvieron para “Sunshine”.

“Sunshine” parece el intento de Danny Boyle de crear su propia “2001: Una Odisea del Espacio
(1968). Hay varios puntos en común entre ambas películas: ambas transcurren durante un trascendental viaje espacial a través del Sistema Solar que sufre accidentes mecánicos y sabotaje; en los dos casos, sus respectivos directores buscaron ayuda de un novelista para confeccionar el guión y también en las cintas dos el viaje se describe con rigor científico.

En este último punto, se nota que hay en Garland un aficionado al género en su vertiente más rigurosa por la introducción de detalles como el gran escudo que protege a la nave de las radiaciones, o la escena de la antena que queda incinerada cuando queda expuesta a la luz solar. La película se abre con un momento surrealista en el que el doctor Searle (Cliff Curtis), sentado en la sala de observación, le pide a la computadora de la nave que reduzca el filtro de radiación, a lo que el ordenador responde que no podría sobrevivir a una exposición a la luz solar superior al 3.1%.

Pese a sus pretensiones de CF dura, la película tiene varios elementos que la alejan de las
realidades científicas. Por ejemplo, el concepto del Sol moribundo es inverosímil –un proceso tal no tendrá lugar hasta dentro de miles de millones de años-; el guión olvida por completo explicar la existencia de gravedad artificial (nunca vemos a la nave rotar sobre su eje ni se alude a algún sistema tecnológico de tipo gravitatorio); la muerte de uno de los personajes en el vacío espacial tampoco responde a lo que sucedería en la realidad… Pero al menos resulta refrescante ver una película de CF que se ha molestado en pensar en problemas tales como los del reciclaje del aire en el espacio e introducir un jardín hidropónico que pueda solucionarlos; o cuidar mucho aspectos del diseño de la nave y el equipo de los astronautas.

Boyle y Garland construyeron la mayor parte de las escenas más dramáticas de la película
alrededor de estos elementos de ciencia ficción dura; son, de hecho, los momentos más logrados de la historia. Por ejemplo, cuando Capa y el capitán Kaneda (Hiroyuki Sanada) tienen que aventurarse al exterior de la nave con unos trajes blindados contra la radiación para reparar el escudo; la explosión de los jardines hidropónicos; la agonía de Mace (Chris Evans) al sumergirse en líquido refrigerante para reparar el ordenador; y, especialmente, las escenas en las que cuatro tripulantes quedan atrapados dentro del Icarus 1 cuando la cámara de presión que la une con su nave se destruye y se encuentran con que sólo hay un traje presurizado…

También es de agradecer que Danny Boyle se esforzara por crear una tripulación internacional:
tres de los astronautas, incluyendo al capitán, son de raza asiática, algo que difícilmente se verá en una película norteamericana pero que resulta completamente razonable a la vista de la composición racial de la población humana. Otra acertada decisión fue la de utilizar actores relativamente desconocidos. Las caras más populares eran las de Cillian Murphy –que ya destacó en el anterior film de Boyle, “28 Días Después”- y la actriz de Hong Kong Michelle Yeoh, conocida entre el público occidental por su participación en “Tigre y Dragón” (2000). La mejor interpretación del film la ofrece Chris Evans, quien ya era famoso por haber interpretado a la Antorcha Humana en “Los Cuatro Fantásticos” dos años antes. Por desgracia, si exceptuamos a este último, a Cliff Curtis y a Michelle Yeoh, el resto del reparto ofrece un trabajo plano y frío en relación a la intensidad y gravedad de las situaciones a los que se enfrentan.

A pesar del meritorio trabajo de Boyle y Garland a la hora de moldear “Sunshine” como un film de CF dura, los resultados globales terminan siendo algo decepcionantes. Al igual que en “28 Días Después”, Danny Boyle dirige de una forma muy particular, con movimientos de cámara erráticos y rápidos cortes que, como sucede en el clímax, resultan difíciles de seguir. De hecho aunque Boyle pudiera haber tenido la idea de crear algo equivalente a “2001”, lo que “Sunshine” acaba recordando más es a las integrantes de esa larga lista de películas que fracasaron estrepitosamente pese a sus buenas intenciones, como “Misión a Marte” (2000) o “Planeta Rojo” (2000), dos cintas bastante decentes planteadas como CF dura que narraban viajes por el Sistema Solar y que fueron ignorados por el público.

Y es que la trama de “Sunshine” se antoja una combinación de la de otros dos filmes, el ridículo
“El Núcleo” (2003), sobre un grupo de personas en misión al centro de la Tierra para detonar una bomba que reactive el giro del núcleo magnético del planeta; y, especialmente, “Solar Crisis” (1990), que tenía un argumento casi idéntico con una misión al Sol para arrojar una bomba que lo volviera a encender, accidentes y sabotajes incluidos. Ambos títulos fueron un fracaso –en el caso de la segunda, ni siquiera se llegó a estrenar en pantalla grande, pasando directamente a la edición en vídeo-.

Aunque a menudo tenían un tono deprimente, los films de ciencia ficción de la década de los setenta del pasado siglo solían abordar temas de actualidad, incluso filosóficos y metafísicos, mediante el recurso de trasladarlos a escenarios futuristas. Películas como “Cuando el Destino Nos Alcance”, “Naves Misteriosas” o incluso algunas anteriores, como “2001: Una Odisea del Espacio” o “El Planeta de los Simios”, son una buena muestra de ello. Con el advenimiento de “Star Wars”, los realizadores empezaron a
considerar que la carga intelectual de los guiones era innecesaria para obtener el éxito en taquilla; a ello se añadió el reemplazo de la ciencia ficción por el de asesinos psicópatas como género de moda.

Y algo de eso es lo que ocurre a lo largo de los 107 minutos de metraje de “Sunshine”: las buenas ideas y los excelentes pulso y dirección que tiene la película en sus dos terceras partes iniciales, se pierden casi completamente en la última, cayendo en lo inverosímil y lo estereotipado. Todos los elementos que habían ido introduciéndose en una trama propia de la aventura espacial de corte científico (el misterio de la señal procedente de la nave abandonada, los problemas técnicos y riesgos que conllevar investigar el pecio, los accidentes, las fricciones entre los miembros de la tripulación producto de la tensión que sufren, el peligro continuo de trabajar a distancias tan próximas al Sol) se diluyen para que tome el relevo el estereotipo del asesino
misterioso y sanguinario que va liquidando uno a uno a los protagonistas, cliché que tuvo su origen y auge en el cine de los ochenta, con películas como “Alien” (1979), “La Noche de Halloween” (1978), “Viernes 13” (1980) o cualquiera de sus infinitos imitadores. De hecho, en esta parte “Sunshine” se convierte en una variación de otro sosias de “Alien” que fracasó en taquilla, “Supernova” (2000), que trataba sobre la tripulación de una nave que recogía al único superviviente de un desastre y que resultaba ser una amenaza para todos.

Todo el tema relacionado con el capitán Pinbacker (Mark Strong) –con el que el guionista parece aludir a otra película de misión espacial fracasada, la comedia “Estrella Oscura” (1974), que contaba entre sus personajes con un tal sargento Pinback y cuyo argumento trataba sobre arrojar bombas en planetas- está pobremente desarrollado y torpemente rodado. Cada vez que Pinbacker aparece en escena, Boyle desenfoca la cámara y satura el color, lo que resulta irritante y confuso. Nunca llegamos a saber a ciencia cierta si ese ser es un astronauta enloquecido tras permanecer solo durante años en el espacio o ha sido poseído por algún otro tipo de entidad alienígena, si su horrenda apariencia es producto de las quemaduras o de la mutación. Considerando que el giro argumental de todo el último tercio descansa sobre ese personaje, la incapacidad de Garland para explicarnos quién es, qué ocurre y por qué, dice poco de su capacidad como guionista.

Para colmo, esa última parte condicionó buena parte de las expectativas que generó la
película…sólo para verlas frustradas, claro. Lo que era un film de CF dura sobre los problemas de una tripulación embarcada en una misión desesperada, fue publicitada como “película de monstruo espacial”. Los trailers tampoco ayudaron a despejar la confusión, haciendo pensar que el director de “28 Días Después” se repetía a sí mismo, solo que esta vez subiendo los zombis a bordo de una nave espacial.

Hay quien ha querido ver en la subtrama de Pinbacker una forma de introducir la religión en la película. Su parloteo inconexo resulta el propio de un fanático religioso que afirma haber pasado siete años en comunión con Dios. Dejando de lado que el único discurso recurrente sobre la divinidad proviene de un demente demoniaco, podrían encontrarse otros argumentos y detalles que permitieran sostener una lectura de la película, si no religiosa sí al menos metafísica: hay un saludo pagano al Sol como deidad, dador y tomador de vidas; un comentario acerca de que la
tripulación del Icarus 1 podría haber experimentado una epifanía; el propio viaje, ese lugar común de la CF espacial que simboliza el encuentro con lo desconocido…y, desde luego, la inexplicada –quizá por ser inexplicable- agonía del Sol, interpretada por Pinbacker como una señal de la ira divina. El problema, a mi entender, es que todas estas referencias no casan bien con el planteamiento inicial de la película, están introducidas de forma algo torpe y nunca se desarrollan o explican adecuadamente.

(ATENCIÓN: SPOILER). Tras la aparente muerte del demoniaco Pinbacker, el clímax devuelve
la película a sus raíces setenteras: un inexplicable milagro científico restaura la energía del Sol. Por desgracia, la interpretación de un balbuceante y poco convincente Cillian Murphy desluce el resultado final de “Sunshine” (FIN DEL SPOILER)

Con todo, a pesar de su decepcionante evolución final y un desenlace que no se encuentra ni de lejos a la altura del comienzo, sí me atrevería a recomendar el visionado de “Sunshine”. Casi todo el metraje es una aventura espacial
de factura impecable en la que se mezcla el espacio, la intimidante grandeza del Sol, la locura espacial y el aislamiento. No es la película que podría haber sido, pero aún así resulta un título destacable en su faceta de historia del Hombre enfrentándose a increíbles dificultades para llevar a cabo una misión casi imposible, con momentos de gran belleza visual que despiertan el sentido de lo maravilloso ante la grandeza del cosmos.

3 comentarios:

  1. wenisimo blog que acabo de descubrir, realmente una obra maestra,

    mis mas sinceras felicitaciones, vaya variedad y que bien narrado esta cada entrada y que grandes titulos,

    muchisimas gracias por este trabajo, a ver pelis y leer ciencia ficcion a mogollon

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  2. Gracias por tus elogios y bienvenido. Espero que el blog te aporte ideas para tus lecturas y visionados de películas y que te pases por aquí de vez en cuando. Un saludo!

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  3. Gracias por tus elogios y bienvenido. Espero que el blog te aporte ideas para tus lecturas y visionados de películas y que te pases por aquí de vez en cuando. Un saludo!

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