Teniendo en cuenta que en su emisión televisiva original de los sesenta (1966-1969), “Star Trek” registró unas cifras de audiencia mediocres, resulta notable que el paso del tiempo la haya convertido en una de las franquicias más populares y lucrativas de la historia. Sólo el merchandising es más rentable que los ingresos procedentes de las series de televisión o las películas. Convenciones, páginas web, novelizaciones, comics, videojuegos, fan fictions… han contribuido a hacer de “Star Trek” una parte importante de la cultura popular contemporánea. Glosar las referencias que se hacen a ella en múltiples medios y obras sería una tarea interminable.
Por supuesto, semejante repercusión y la importancia que ha pasado a tener para tanta gente constituye una magnífica ocasión para reírse de ello. Pero hacerlo bien, no es fácil, como lo demuestra la mediocre “La Loca Historia de las Galaxias” (1987) de Mel Brooks, una sucesión mal hilada de gags irregulares y toscos. Y es que si hay algo más difícil de hacer que una buena película de ciencia ficción, es una buena comedia de CF. Sin embargo, “Héroes Fuera de Órbita” (horrible título en español que no respeta el encanto y el sentido paródico del original, “Galaxy Quest”, que será el que utilice en adelante en este artículo), demostró que no sólo era posible encontrar humor en la ciencia ficción sino hacerlo sin caer en el mal gusto, el cinismo o la condescendencia y, además, insertarlo en un buen argumento, narrado con ritmo firme, personajes bien perfilados y una clara comprensión de cómo la CF ha tratado diversos temas e ideas.
El fenómeno social de “Star Trek” fue objeto a finales de los noventa de una extraña atención por parte del cine. Primero se produjo el estreno del documental “Trekkies” (1997), en el que se mostraban las excentricidades propias de los rendidos seguidores de la saga; después se pudo ver

En el argumento de la película, obra de Robert Gordon y David Howard, “Galaxy Quest” fue una serie televisiva de ciencia ficción que narraba las aventuras galácticas de la nave Protector y su tripulación. Fue cancelada en 1982, pero los actores, quemadas sus carreras profesionales debido a su encasillamiento en un producto de baja calidad, sólo pueden ganarse la vida asistiendo a convenciones organizadas por sus leales fans e inaugurando centros comerciales vestidos como los personajes a los que interpretaban y viéndose obligados a sonreír y repetir las frases que hicieron famosas entre los aficionados. La amargura impregna también la relación entre ellos; de forma particular, ninguno soporta a Jason Nesmith (Tim Allen), el insufrible egomaníaco que interpretaba en el programa al Capitán Taggart. Buena parte de ese odio proviene del reconocimiento de su dependencia de él, ya que es su carisma el que sigue atrayendo más seguidores.
Nesmith es contactado por un grupo de alienígenas Termianos, a los que toma por fans disfrazados. El hogar de éstos es la nebulosa de Klaatu –un claro homenaje al clásico “Ultimátum a la Tierra” (1951) y su benevolente extraterrestre, y que además ofrece una pista sobre la naturaleza pacífica de estos seres-, donde llevan años captando las emisiones de televisión

“Galaxy Quest” no se refiere a “Star Trek” directamente por su nombre, pero en todo lo demás, la analogía es transparente, no sólo en cuanto a la serie propiamente dicha, sino a algunas facetas de la personalidad de los actores que participaron en aquélla y la dinámica entre los mismos en la


Gwen De Marco (Sigourney Weaver) también se queja con frecuencia de que su personaje, Tawny Madison, nunca hacía nada más que repetir al capitán lo que decía la computadora, impidiendo que nadie se la tomara en serio. Era una reclamación que

El personaje de Guy (Sam Rockwell)–cuyo apellido nunca se revela, porque no le importa a nadie- también es una parodia. Había interpretado en un episodio de “Galaxy Quest” a un anónimo miembro de la tripulación que moría en un planeta (algo que sucedía continuamente en la “Star Trek” original, especialmente a aquellos que iban vestidos de rojo y no se llamaban Scotty). Su temor durante toda la película consiste en acabar como su propio personaje de ficción: anónimo, olvidado y muerto por las inexorables fuerzas de la trama. Cuando se encuentran con unos pequeños y monísimos alienígenas con aspecto infantil en mitad de un planeta desértico, Guy da por sentado que las criaturas van a convertirse en monstruos en cualquier momento. “Por

“Galaxy Quest”, en resumen, nos ofrece un retrato nada amable de los actores de “Star Trek” paródico, sí, pero claramente apoyado en la realidad en tanto en cuanto figuras que viven continuamente ancladas en el pasado, que no han sido capaces de construir una carrera sólida y reconocida fuera de su participación en la serie y que continúan ordeñando la vaca de los fans esclavos. A diferencia de la vida real, sin embargo, la película deja que los actores se rediman y

“Galaxy Quest” es una película deliciosa para cualquiera relacionado con el fandom de “Star Trek” o esté familiarizado con su dinámica narrativa. Incluye guiños y sátiras de sus más conocidos clichés, como la escena de acción en la que Nesmith corre agazapándose de roca en roca mientras los demás caminan tranquilamente; o cuando se enfrenta a un monstruo de piedra y los demás, escondidos, le gritan consejos estúpidos, ambos tópicos de los episodios en los que los personajes debían sobrevivir en un planeta hostil. O el momento en el que deben atravesar un corredor de la nave lleno de

Pero “Galaxy Quest” no sería una película tan buena si se hubiera limitado a la parodia. Nesmith es un símbolo del egocentrismo de los actores en general tanto como de uno en concreto, pero evoluciona, cambia y se convierte en un héroe al final. Mucho más que otras comedias de CF de gran presupuesto (como, por ejemplo, las dos entregas de “Men in Black”, 1997 y 2002), “Galaxy Quest” es una película con corazón y mensaje moral. Buena parte de los chistes son variaciones sobre un puñado de temas e ideas centrales que funcionan tanto como gags como homenajes al género, pero que no sólo están perfectamente insertados en la lógica interna de la historia sino también en una, digamos, lógica filosófica.
Capturado por Sarris para que entregue el secreto de la misteriosa arma Omega 13, Nesmith acaba confesando que no es más que un actor para intentar que no torturen a Gwen. Entonces,

Sin embargo, ello no hubiera sido suficiente. Y aquí entran los fans. Al principio, Nesmith se había

La idea de alienígenas que imiten o se apropien de algún aspecto de la cultura humana fue muy popular en los cuarenta y cincuenta, contando también con su lado oscuro, derivado en parte de actitudes racistas según las cuales otras culturas adoptan costumbres occidentales sólo para pervertirlas. Esta, por ejemplo, era una acusación esgrimida a menudo en Estados Unidos contra los japoneses en los años previos a la Segunda Guerra Mundial; fue también parte de la propaganda antisemita ya presente en el ensayo de Richard Wagner “El Judaísmo en la Música” (1850). En el ámbito de la ciencia ficción, fue una de las diversas ideas sobre la interacción humano-alien asociadas con autores que se agruparon alrededor de la revista “Astounding

Escritores como Christopher Anvil, colaborador regular de “Astounding”, firmó historias en las que invasores alienígenas burocratizados eran humillados y derrotados por insurgentes humanos. Los aliens nunca llegaban a comprender la cultura de los –blancos y anglosajones- humanos cuyo territorio pretendían ocupar, eran incapaces de entender el humor y eran vistos como criaturas tan amenazadoras como patéticas. Tanto en los cuentos de Anvil como en los de otros autores como Eric Frank Russell –especialmente en el relato “Next of Kin” (1959)- los extraterrestres eran analogías de los alemanes o soviéticos contemporáneos: enemigos, sí, pero caricaturizados en función de la propaganda vigente en el momento.

Por el contrario, en “Galaxy Quest” los alienígenas termianos sobreestiman de forma cómica la


Otro de los temas presentes en la película es el de que un buen actor es aquel que nunca olvida lo que es y, aún así, es consiente en ser “poseído” por el personaje que encarna. Al aceptar su propia falibilidad y defectos, su interpretación de un héroe puede convertirle precisamente en uno auténtico. Esta es una idea moderna que se opone a gran parte del pensamiento dominante en

En “La República”, Platón aconsejaba la supresión de la poesía dramática argumentando que aquellos que la leían o atendían a una representación en la que apareciera muy bien retratada la villanía, serían más proclives a la caer en la corrupción. El Imperio Romano, los estados medievales que le sucedieron y las iglesias cristianas, han mantenido históricamente la misma actitud de sospecha hacia los actores, a los que consideraban vagabundos incapaces de practicar la virtud porque, precisamente, su trabajo consiste en engañar y fingir. En Francia a los actores se les negaron tanto los derechos civiles como los sacramentos religiosos hasta la época de Molière; el teatro fue prohibido en Gran Bretaña durante el puritanismo de Cromwell. Al mismo tiempo, tanto el Estado como la Iglesia se

El creciente respeto que se les dispensó a los actores durante el siglo XVIII y principios del XIX estuvo relacionado con un estilo de interpretación “heroico”; los hombres y mujeres que encarnaban los grandes papeles de las obras de Shakespeare, por ejemplo, eran vistos de algún modo como partícipes de la virtud que tan apasionadamente representaban. Surgió la idea de que la profesión teatral podría gozar de una comprensión especial de lo que constituía la verdadera nobleza, algo que puede intuirse en los retratos que en la época se pintaron de los actores más célebres. A finales del siglo XIX surgió la idea de que actuar y fingir encerraba su propia verdad, que las máscaras eran los auténticos rostros de las personas que las portaban.
El pequeño cuerpo de obras de CF que se ha ocupado del arte interpretativo y los actores bebe en buena medida de todas esas ideas; especialmente, el héroe protagonista de “Estrella Doble” (1956), de Robert A.Heinlein: el Gran Lorenzo, un profesional de talento, pero también soberbio y caprichoso, que es contratado para sustituir a un importante político víctima de un atentado. Poco a poco, empezará a entrar tanto en su papel que se convertirá él mismo en aquel a quien sólo

Todos estos aspectos reciben su parte de parodia en “Galaxy Quest”. Cuando a Nesmith le persigue un monstruo de piedra, le pide consejo a Dane: “Bueno, tienes que imaginarte lo que quiere…¿Cuál es su motivación?” “¡¡Es un maldito monstruo de piedra!! ¡No tiene ninguna motivación!”; a lo que Dane responde: “Ese es tu problema. Nunca te tomaste en serio el arte…(cerrando sus ojos). “Soy una roca..Sólo quiero ser una roca… Inmóvil. Pacífica. Tranquila”..”Oh, pero ¿qué es esto? Algo está haciendo ruido…No, ruido no… movimiento, vibraciones. ¡Haced que las vibraciones se detengan, me atraviesan como un cuchillo!...Debo aplastar lo que provoca esas vibraciones…”. Dane regaña a Nesmith por su falta de compromiso con el “método” actoral y lo utiliza para imaginar una táctica que, momentáneamente, funciona.

Es al utilizar esas rutinas, líneas de diálogo y poses que tan bien conoce gracias a su larga

Nesmith, en su papel televisivo de capitán Taggart, repetía frecuentemente una frase, “Nunca abandonar, nunca rendirse”, que, a medida que transcurre la película y se convierte en el héroe que antes sólo pretendía ser, pasa de ser una mera baladronada a una característica definitoria de su nuevo yo. Se humilla frente a Sarris para salvar a Gwen y al líder termiano, Mathasar; engaña a sus verdugos, impide la autodestrucción del Protector; utiliza un campo de minas para aniquilar

Dane, por su parte, ha acabado detestando hasta la náusea su propia frase característica de la serie: “Por el Martillo de Grabthar, serás vengado”. Amenaza con no pronunciarla en público, fulmina con la mirada la pantalla de la convención que proyecta una escena del programa donde aparece diciéndola, se muestra irritable con los fans que disfrazados como él exclaman las odiadas palabras… Cuando su discípulo y admirador termiano Quellek dice la frase, aún se enoja más. Pero cuando Quellek muere junto a él a manos de uno de los asesinos de Sarris y le dice que siempre le había considerado un padre, Dane, cariñosamente y sin muestra de su histrionismo shakesperiano, repite la frase sobre el cadáver del alienígena, sintiendo, ahora sí, el significado de cada una de las palabras. De forma harto significativa y nada casual, el maquillaje del personaje se hace más y más perfecto conforme asume su papel de Lazarus en la aventura, hasta el punto de resultar imposible determinar dónde empieza su verdadero rostro y dónde las prótesis. Sólo cuando Sarris ha sido derrotado, el maquillaje retoma su aspecto “casero”.
Otro de los hilos cómicos de la película consiste en que Dane sea percibido, maquillaje y prótesis


Una de las cosas más emotivas del film es la relación entre la casi muda Laliari (Missi Pyle) y el despreocupado y pragmático Fred Kwan (Tony Shalhoub), quien en la serie televisiva interpretaba al sargento ingeniero Chen. En la escena en la que no está seguro de poder manejar el teleportador de la nave para salvar a Nesmith del monstruo de piedra –un primer intento con otra criatura había acabado con la explosión de la misma-, son las anhelantes miradas de Laliari

Por otra parte, la relación entre Fred y Laliari guarda un punto de enfermiza lascivia muy poco frecuente en la ciencia ficción, ni siquiera en la literaria. Fred llega a la estación espacial de los termianos unos minutos más tarde que sus compañeros, por lo que nunca llega a averiguar la verdadera forma de pulpo de aquéllos. En un momento determinado, Fred y Laliari empiezan a besarse y acariciarse, Guy trata de avisar a su compañero, pero se sorprende al ver que, cuando Laliari empieza a tocar a Fred con sus miembros “extra”, a éste no le importa en absoluto. Lo que podría haberse limitado a ser un gag ligeramente chabacano sobre alienígenas disfrazados, se

La otra historia de amor de la película juega con la ambigüedad entre la ficción de la teleserie y

Obviamente, “Star Trek” no es la única obra de CF a la que se hace referencia en “Galaxy Quest”, pero sí la más obvia y principal. El personaje de Gwen De Marco, Tawny Madison, puede interpretarse, además de cómo “clon” de la teniente Uhura de “Star Trek”, como figura opuesta y

El argumento, además, distingue muy bien entre la infeliz e irritable Gwen DeMarco y la siempre sonriente Tawny Madison. Curiosamente, en una escena eliminada en la versión estrenada de la película, DeMarco recurre a las “virtudes” de su personaje cuando las necesita: justo antes de que Nesmith y ella aprieten el botón que salvará al Protector, han de enfrentarse a dos de los matones de Sarris que les han perseguido por los túneles. Gwen flirtea con ellos, les

Hay otras parodias dignas de reseñar en este argumento muy bien hilado donde, a diferencia de muchos programas de CF, no hay cabos sueltos. Por ejemplo, los dos McGuffins de la película, el botón azul que detendrá la cuenta atrás para la autodestrucción, y el artefacto Omega 13, son, de

“Galaxy Quest” es una película sobre una antaño popular serie de televisión que es recuperada para una nueva generación de fans (remedando lo que había ocurrido con la propia “Star Trek: La Nueva Generación” a finales de los ochenta) y resulta interesante la forma en que, de una forma paródica y utilizando los mismos estereotipos, sirve para promocionar su contrapartida televisiva y subrayar la importancia del género para los modernos aficionados a la CF. Éstos, aparentemente,

Pero a medida que la trama progresa, el film pone en duda ese cinismo inicial. Los termianos no son sarcásticos ni albergan dudas respecto a la valía de la serie o sus protagonistas; es en el momento en el que los actores dejan de autocompadecerse cuando se convierten en héroes; y los

Otra de las fortalezas del film es que sabe cuándo atenuar el tono humorístico. En un par de ocasiones –la visión de Nesmith de un gigante gaseoso con anillos y su entendimiento definitivo de que está verdaderamente en el espacio; el encuentro de Nesmith y Gwen con el Omega 13 mientras se mueven por los conductos de la nave…- se nos presentan momentos de auténtica maravilla construidos tanto con el uso de unos efectos digitales algo chillones –a cargo de la Industrial Light & Magic- y la expresión de las caras de los actores. Estos breves pero cruciales momentos nos recuerdan por qué nos encanta la CF.
“Galaxy Quest” es una comedia inteligente que no hiriente, que sabe capturar a la perfección el espíritu y mitología de “Star Trek”, sus actores y sus fans, para ofrecer una parodia metalinguística al tiempo que un afectuoso homenaje a la memoria de Gene Roddenberry y las tripulaciones de tantas naves televisivas que han surcado el espacio a partir de entonces, desde “Andrómeda” a “Farscape”, de “Firefly” a “Babylon 5”. Consigue equilibrar muchos elementos sin que se le caiga ninguno: reírse de la space opera y al mismo tiempo narrar una; hacer un film para los fans de “Star Trek” que sea también disfrutable por el público en general; tener un héroe desagradable e histriónico que consigue sobreponerse a su decadencia y egocentrismo para ganarse el favor del espectacor.
Quince años después de su estreno, “Galaxy Quest” continúa siendo no sólo un film perfectamente válido como comedia y como estudio de las dinámicas y estereotipos de todo un subgénero, sino una de las mejores películas de toda la historia de “Star Trek”.
Excelente articulo. Recuerdo haberla visto zapeando, pero después de leer tu entrada, se impone un revisionado. Aprovecho para felicitarte por el blog, todos los artículos tienen la profundidad e interes de este. Desde que lo encontré, llevo días leyendo entradas hacia atrás, y a pesar de considerarme un moderado aficionado a la CF, me has descubierto innumerables obras y matices de otras que no conocia...me está encantado y has llenado mi pila de pendientes de obras a encontrar. Te agradezco el gran trabajo que haces, la profundidad y rigurosidad del mismo. Merece sin duda mas reconocimiento del que tiene. Al menos, que sepas que algunos esperamos con ansia cada nueva entrada.
ResponderEliminarPues muchas gracias por tus elogios Orion, hay estamos, dedicándole a esto el tiempo que podemos y que nunca es suficiente, porque hay tantas cosas dignas de recomendar y comentar! Espero seguir leyendo tus comentarios de vez en cuando. Un saludo!
ResponderEliminarA mi me encantó Space Balls.
ResponderEliminarNo hay ningún problema ni por qué sentirse ofendido. Lo mio es una valoración que, además, no tiene por qué coincidir con mi gusto. A mi hay películas -o canciones, o libros- que no considero buenas, pero que por alguna razón me gustan. El admitir que un producto es mediocre o incluso malo pero que nos proporciona placer, no debe ser motivo de vergüenza. Más cuestionables es creer que si algo nos gusta a nosotros, es necesariamente bueno sin admitir comentario negativo en su contra. En concreto, "La Loca HIstoria de las Galaxias -Space Balls"tiene gags muy divertidos, otros inspirados y otros muy flojos. ¿Me reí? Si. ¿La considero una buena película? Lo siento, pero en su conjunto, no. Un saludo y gracias por pasarte por aquí.
ResponderEliminarRIP Alan Rickman...
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