La ciudad ha sido -y continúa siéndolo- un elemento central en la historia de la Humanidad como elemento aglutinador, motor social y económico y centro diseminador y receptor de cultura y civilización. El nacimiento de la ciudad -sea cual fuere su tamaño- constituyó un punto de inflexión en la historia del hombre como especie y ha sido por tanto objeto de profundo estudio. Su pasado, su presente y su futuro es motivo permanente de debate y no puede extrañar que la ciencia-ficción haya participado del mismo, convirtiéndola en símbolo, escenario o incluso protagonista de muchas de las mejores novelas del género. Ciudades utópicas, decadentes, futuristas, devastadas por la guerra, trasladadas al espacio u otros planetas, submarinas, protegidas por cúpulas, subterráneas, ciudades muertas, móviles o que ocupan planetas enteros...
Uno de los escritores que aportaron su particular visión a tan fascinante catálogo de posibles escenarios urbanos fue el autor que ahora nos ocupa: Clifford D.Simak. Nacido en Wisconsin, su tranquila existencia como periodista en ese estado principalmente rural durante los años treinta y cuarenta debía forzosamente reflejarse en su obra. Porque, "Ciudad" es, efectivamente, una visión romántica, nostálgica y a ratos satírica de un pasado que aún no ha sucedido en el que la ciudad va muriendo para dejar paso a la existencia en el campo. Y, si no hay ciudad, ¿puede haber progreso? ¿Qué consecuencias tendría su desaparición para la Humanidad?

Gracias a los avances tecnológicos, construir una casa o trasladarse al trabajo en aviones atómicos particulares no supone ningún inconveniente. A ello se añade la emigración a Marte y otras colonias de reciente fundación. Los barrios residenciales se vacían, las malas hierbas invaden las carreteras, las casas caen víctimas de la falta de mantenimiento y el empuje de la naturaleza... sólo los funcionarios resisten, intentando cobrar impuestos y hacer valer su menguada autoridad ante un número cada vez menor de ciudadanos.
Finalmente, todo el planeta queda convertido en un enorme territorio rural (algo parecido al

Depende del carácter del lector o su estado de ánimo el que encuentre una cosa u otra en estos relatos. Quizá los interprete como una crítica a nuestra propia naturaleza, propensa a soñar siempre en algo mejor mientras sacrificamos aquello que más queremos e incapaz de empatizar con el prójimo a nivel espiritual. O es posible que prefiera verlos como una elegía, una crónica nostálgica e inteligente del inevitable crepúsculo humano. O puede que se sienta invadido por una serena depresión, un sentimiento de pérdida derivado de la toma de conciencia de la transitoriedad de la civilización humana y la relatividad de sus logros.

El abandono de las ciudades y su sustitución por una vida más sencilla, casi idílica, en el ámbito rural, puede resultar admirable a priori, pero en el fondo no es más que el principio del fin de la especie humana tal y como la conocemos. La huida es vista como un ideal, pero siempre acreedora de un precio que nos distancia de nuestra naturaleza: primero se abandonan las ciudades sacrificando nuestro instinto gregario y las posibilidades de desarrollo; luego, la misma Tierra, renunciando a la propia humanidad. Atrás quedan un puñado de humanos en animación suspendida; robots asilvestrados que desarrollan su propia civilización basada en las matemáticas y la investigación; un número indeterminado de mutantes; y los perros, que crean una hermandad de criaturas salvajes inteligentes aunque tampoco ellos escapan a un destino de torpeza entrópica que les incapacita a la hora de enfrentarse con su más directo rival por el dominio planetario: las hormigas inteligentes.
"Ciudad" es un libro que se apoya en el hombre y el papel de la tecnología siempre queda difuso, poco creíble y relegado a un segundo plano. A Simak siempre le interesó más el ser humano que las máquinas y éstas reciben muy poca atención. Aunque los robots son los que realizan todas las tareas penosas, se establecen colonias en otros planetas, se desarrollan avanzadas técnicas de animación

Simak consigue un difícil equilibrio al delinear una epopeya colosal de miles de años condensándola en ocho relatos de tono diverso, ya sean de corte realista, bellas metáforas, fábulas o cuentos de tinte fantástico, pero siempre intimistas. Nunca hay más de tres o cuatro personajes en cada relato. No hay escenas multitudinarias, heroicas o rebosantes de acción. Al contrario, son fragmentos pequeños, emotivos, aparentemente cotidianos o intrascendentes, pero cuyo auténtico significado y profundas repercusiones muchos de sus protagonistas son incapaces de comprender totalmente. Aunque algunos relatos están separados de otros por cientos de años, el lector no se pierde y recibe toda la información necesaria para reconstruir el largo declive de la humanidad.


Simak aportó, ya en plena Guerra Fría, una visión del fin de la Humanidad ciertamente inusual y arriesgada para la época pero no menos trágica que el consabido holocausto nuclear o la invasión alienígena de turno. Al fracasar en su búsqueda de la iluminación, el poder y la gloria imperecedera, el hombre, víctima de su propia pequeñez ante las dimensiones y complejidad del cosmos, cansado y ansioso por encontrar la trascendencia, no sólo abandona la Tierra sino nuestra propia dimensión física. Es un apocalipsis tranquilo, casi cariñoso, un derrumbamiento dominado por la melancolía, el sentimiento de soledad y el aislamiento autoimpuesto. "Ciudad" es una elegía melancólica dedicada a una especie, la nuestra, que constantemente cambia y evoluciona intentando mejorar su entorno material mientras se revela incapaz de hallar un camino espiritual que le permita, por fin, ser feliz.
Abra que buscar esta obra para leerla, el tono nostálgico que maneja me recuerda al estilo de Galaxias como Granos de Arena de Brian Aldiss que siempre me ha encantado.
ResponderEliminarHola Doctor, una interesante analogía la de Simak con el libro de Aldiss. También éste era un fix-up, aunque su espectro era mucho más amplio, ya sabes, con la civilización humana extendiéndose por la galaxia a lo largo de millones de años.
ResponderEliminarNo es difícil conseguir "Ciudad". Lo tienes publicado hace años por Orbis, yo tengo la edición de Minotauro y se puede obtener fácilmente en versión digital.
Un saludo...
Lo compré ayer, casualmente, por haber leído maravillas sobre la obra, además que era una edición de Minotauro, con una portada muy bonita (un pequeño bulldog con traje y corbata)
ResponderEliminarEspero que te guste. Asimismo, del mismo autor te recomiendo Estación de Tránsito, cuyo comentario puedes también encontrar en el blog. Un saludo
ResponderEliminarHola muy buen blog, por favor comenten un anillo alrededor del sol , de simak que es un libro que me gusto muchisimo, gracias, los dos comentados no me gustaron mucho ciudad esta bien pero me resulto un poco confuso, estacion de transito lo note muy inverosimil aun para la cf quizas no entendi la simbologia de la que hablan gracias.
ResponderEliminarMe apunto la novela que mencionas para una próxima entrada... Un saludo y gracias por comentar
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