El realizador canadiense David Cronenberg ha sido desde sus comienzos profesionales uno de los autores más celebrados y personales del cine de género, hasta tal punto que su apellido puede transformarse en un adjetivo inmediatamente comprensible, como “Lynchiano”, “Kubrickiano” o “Spielberiano”. Y con lo que más se relaciona su estilo y estética es con lo que se ha venido en llamar “Terror Corporal”, un término que fue acuñado por Phillip Brophy en 1983 en su artículo "Horrality: The Textuality of the Contemporary Horror Film", pero cuyo máximo representante ha sido Cronenberg.