Siempre que el nombre de Sylvester Stallone aparece asociado a una película de acción, lo normal es esperar un espectáculo sangriento que haga apología de la violencia en base al más reaccionario libertarismo. “Demolition Man” no es una excepción: tiene abundante acción y violencia y su mensaje político sigue sin duda esa línea, a saber, que las utopías son mentiras que sólo generan alfeñiques obsesionados por lo políticamente correcto y a los que no vendría mal un tratamiento con algo del viejo y brutal fascismo. Pero también –y sorprendentemente dado que la estrella del film es Stallone-, “Demolition Man” es un producto con chispazos de inteligencia y un considerable sentido del humor.