sábado, 21 de enero de 2023

1995- MÁS ALLÁ DEL LÍMITE (3)

 


(Viene de la entrada anterior)

En marzo de 1996, se incorporó al staff de guionistas de “Más Allá del Límite” Chris Dickie, un gran aficionado a la CF que había asistido a clases nocturnas de escritura de guiones y cuyo primer encargo para la serie fue “Un Mundo Aparte”, el décimo episodio de la segunda temporada.

 

Según sus propias palabras, se inspiró para esta historia en una versión de Sonic Youth de una canción clásica de los Carpenters, “Superstar”. Utilizando técnicas de distorsión de sonido, la banda neoyorquina consiguió que la canción pareciera provenir de muy lejos. Dickie pensó qué pasaría si nos llegara un mensaje del espacio profundo y éste fuera música, una forma de conectar a dos amantes que habían quedado separados por el tiempo y el espacio. Así, en aquella historia, un astronauta atraviesa un agujero de gusano y se estrella en un planeta a muchos años luz de la Tierra. Gracias a la distorsión espacio-temporal del agujero y un equipo de comunicaciones, el teniente Christopher Lindy (Chad Willett) puede establecer contacto con sus superiores en la Tierra y con su amada, Nancy McDonald (Bonnie Bedelia), a la que, sabiendo que nunca va a regresar, envía la canción que ambos escuchaban siempre cuando estaban juntos.

 

Dickie escribió “Un Mundo Aparte” sin tener en mente “Más Allá del Límite” pero fue allí dónde, con el título “Remittance Man”, lo presentó en el otoño de 1995. El guion fue aceptado y comenzada su producción en enero de 1996, ya con el título definitivo. Fue el primer guion que vendió Dickie, cuyo caso fue uno de esas raras ocasiones en las que, al primer intento, un guionista consigue poner un pie en la industria de Hollywood, pasando de desempeñar una exitosa carrera a otra muy diferente. Y es que Dickie trabajaba como abogado para Atlantis Films, una de las productoras que participaban en “Más Allá del Límite”, por lo que contaba con la ventaja de no ser un completo desconocido para los responsables del programa, que leyeron el guion y le dieron su visto bueno.

 

Dickie recibió otra oportunidad, la de reescribir un guion titulado “Paraíso” (firmado en primera instancia por Jonathan Walker), labor que le mereció el puesto de editor de guiones de la serie. “Paraíso” es una historia bastante extraña sobre unas ancianas de una residencia gerontológica que, de algún modo, rejuvenecen y salen al mundo para encontrar hombres con los que mantener relaciones sexuales y fertilizar así los huevos que un alienígena implantó en ellas cincuenta años atrás.  

 

Una de las primeras cosas que Dickie tuvo que determinar como responsable de los guiones de la seríe fue qué cualificaba a estos para encajar en su filosofía. “Nos preocupaba en primer lugar lo que el guion no debe ser: ni una historia de “La Dimensión Desconocida” ni del tipo de “Poltergeist”. Buscábamos historias con una base en la ciencia que pudieran ser verosímiles hasta cierto punto. Generalmente, la mayoría de las historias de CF tienden a extrapolar la ciencia que conocemos en el presente. Buscábamos historias que fueran también una sólida parábola y, así, la mayoría fueron pequeños cuentos morales. También buscábamos los giros sorpresa. El principal desafío entre los guionistas era encontrar esa idea fresca, el giro único propio de la CF que nunca se hubiera visto antes en la televisión pero que fuera realizable con nuestro presupuesto. Lo bueno de la CF moderna es que no está limitada a las invasiones alienígenas. Hicimos un montón de historias diferentes y nos enorgullecemos de la diversidad de cuentos que presentamos, desde historias de médicos a otras de transformaciones, pasando por viajes temporales, alienígenas, viajes espaciales o ambientaciones en futuros lejanos”. 

 

Por ejemplo, el séptimo episodio de la temporada, “Primer Aniversario”, adaptación de un cuento de Richard Matheson, trata sobre extraterrestres que podríamos calificar de amistosos. Dos alienígenas hembras cuya nave se ha estrellado en la Tierra, utilizan sus poderes metamorfos para esconder su aspecto monstruoso y aparentar ser unas atractivas humanas. Pueden alterar su aspecto casi instantáneamente para adaptarse a los gustos del humano al que elijan como objetivo. Y es que todo lo que parecen desear es el amor. Pero cuanto más intiman con sus parejas humanas, menos control tienen sobre cómo el resto percibe su mascarada, lo que significa que es sólo cuestión de tiempo que sus compañeros descubran su auténtica naturaleza, tan pútrida que la inevitable reacción humana es la repulsión seguido de la locura. Matt Frewer (famoso por interpretar al personaje de Max Headroom) da vida al humano Norman Glass y Michelle Johnson a una de las extraterrestres.

 

Otra faceta del trabajo de Dickie consistía en revisar propuestas de guion enviadas por escritores externos a la plantilla fija de la serie. Contaban con un coordinador cuya labor era leer estos guiones enviados por agentes. Algunos, muy pocos, se ajustaron a la línea establecida por el programa. El propio Dickie afirmó que sólo una de cada veinte propuestas enviadas espontáneamente por guionistas acababa siendo aceptada y no siempre llegaba a producción, sino que se extraían del guion solamente aquellas ideas que podían funcionar en el marco de una historia diferente.

 

Por eso solía recurrirse en mayor proporción a guionistas con experiencia, como Alann Brenett, que había trabajado desde los años 70 en series como “Buck Rogers en el siglo XXV”, “Más Allá de los Límites de la Realidad” o “La Ley de los Ángeles”, y que para “Más Allá del Límite” aportó ocho episodios repartidos en cinco temporadas. Dos de ellos pertenecen a la segunda y de estos puede destacarse en concreto “El Refugio”, sobre un individuo (James Wilder) que se refugia de una tormenta en una cabaña del bosque. Cuando despierta, incapaz de recordar quién es y por qué está allí, se encuentra rodeado por otros personajes que se comportan de forma extraña por razones que sólo se explican en un sorprendente giro, planteando de paso la cuestión sobre qué es exactamente la realidad.

 

Menos veterano era Steven Barnes, que había escrito solo un puñado de episodios para programas como “Los Vigilantes de la Playa”, “Más Allá de los Límites de la Realidad” o “Stargate SG-1” antes de aportar cinco guiones para “Más Allá de Límite”, el primero de ellos abriendo la segunda temporada y titulado “La Enmienda del Tiempo”. En él, Amanda Plummer interpretada a una joven víctima de una violación que viajaba hacia atrás en el tiempo para ejecutar a individuos que cometerán crímenes en el futuro, mientras que Michelle Forbes encarnaba a la agente del FBI que trataba de atraparla. En esta ocasión, se trataba de una historia enteramente centrada en dos mujeres fuertes y que planteaba cuestiones tan interesantes como el determinismo o los límites de la justicia. Plummer, que construyó su carrera a base de interpretar personajes ligeramente desequilibrados, ganó un premio Emmy por su labor en este episodio.

 

Jonathan Glassner fue otro de las figuras clave de “Más Allá del Límite”, tanto en su faceta de productor (39 episodios) como guionista (10 episodios). De hecho, su labor aquí fue lo suficientemente sólida como para que no mucho después consiguiera sacar adelante un proyecto propio con gran éxito: “Stargate SG-1”, donde intervendría en más de doscientos episodios. Para la segunda temporada dirigió uno de los capítulos más destacados, “Prueba de Fuego”, en el que Robert Foxworth interpretaba a un presidente de los Estados Unidos que, nada más tomar posesión del cargo, debía afrontar una crisis inaudita: la detección de una nave extraterrestre en rumbo a la Tierra. Sin saber si sus intenciones eran hostiles o amigables, su decisión determinaría el destino de nuestro planeta.

 

No era un episodio sencillo de abordar dado que consistía básicamente en tener a cinco actores en una sala durante una hora, con lo que se corría el peligro de aburrir al espectador. Además de gracias a la calidad del reparto, Glassner lo consiguió, por una parte, ordenando al director artístico que instalara diferentes niveles en el set, con rampas, escaleras y barandillas con los que los actores pudieran interactuar; y, por otra, rodando el 75% del metraje con una steadicam, una herramienta poco habitual en televisión y que permitía al espectador una mejor inmersión en la historia.

 

“Luna Inconstante” fue la adaptación de un cuento de Larry Niven premiado con el Hugo y escrita para la pantalla por Brad Wright, otro de los principales guionistas de la serie. Cuando una noche, un profesor de física, Stanley Hurst (Michael Gross) detecta un brillo inusual en la Luna, se da cuenta de que el Sol ha entrado en nova y que a la Tierra le quedan pocas horas de vida. ¿Qué hacer cuando uno es consciente de que el mundo se acaba y no se lo puede decir a nadie? Pues quizá confesar los sentimientos largo tiempo escondidos a la mujer que siempre ha amado (Joanna Gleason).

 

“En Otro Mundo”, también de la segunda temporada, es otro episodio interesante que parece homenajear, con menos gore y sexo, la película de David Cronenberg “Vinieron de Dentro de…” (1975) y que está protagonizado por un joven Neal Patrick Harris dando vida a Howie, un muchacho mentalmente discapacitado que vive con su hermana Sheila (Christianne Hirt) en un pueblo minero cuyos habitantes han sido infectados por unos parásitos encontrados en las galerías de la mina, que les eliminan las inhibiciones. Howie es inmune porque su cerebro no produce suficientes fluidos de los que se alimentan esas criaturas, por lo que se halla en la difícil tesitura de ser el único capaz de salvar a todo el mundo…

 

(Continúa en la siguiente entrada)


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