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miércoles, 16 de octubre de 2019
2012-CHRONICLE – Josh Trank
El formato “Found Footage” o “metraje encontrado” se ha convertido desde hace un par de décadas en un subgénero en sí mismo, una manera de narrar historias a todas luces sobreexplotada. Su popularidad empezó de verdad con “El Proyecto de la Bruja de Blair” (1999), que invitaba a los espectadores a participar de la ficción de estar ante una película auténtica rodada por aficionados con una cámara portátil y hallada tras los terroríficos sucesos que se narran en la película.
Desde entonces se han hecho muchísimos films en la misma línea que han ido visitando los diferentes temas propios del género fantacientífico: los asesinos en serie en “The Great American Snuff Film” (2004), “Amateur Porn Star Killer” (2006) o “The Poughkeepsie Tapes” (2007); los monstruos en “Incident at Loch Ness” (2004), “Monstruoso” (2008) o “El Túnel” (2011); los zombis en “El Diario de los Muertos” (2007) y “Rec” (2007); los fantasmas en “Paranormal Activity” (2007), “Lake Mungo” (2008), “8213 Gacy House” (2010) o “Encuentros Paranormales” (2011); las invasiones alienígenas en “Apollo 18” (2011); posesiones y exorcismos en “El Último Exorcismo” (2010), “Ex Inferi” (2011) y “Devil Inside” (2012); la catástrofe ecológica en “The Bay” (2012); los vampiros en “Afflicted” (2013) o “The Black Water Vampire” (2014); el mito de Frankenstein en “The Frankenstein Theory” (2013) o “Frankenstein´s Army” (2013); los embarazos satánicos en “Delivery” (2013) y “El Heredero del Diablo” (2014); las conspiraciones relacionadas con ovnis en “Area 51” (2015); e incluso la mitología nórdica en “Troll Hunter” (2010).
Pues bien, “Chronicle” es la aplicación del formato Found Footage al mundo de los superhombres.
Andrew Detmer (Dane DeHaan), un estudiante de último año en un instituto de Seattle, consigue una cámara de video y empieza a filmar todo lo que le ocurra a él y a su alrededor como forma de lidiar con los abusos que sufre de su padre alcohólico y de sus compañeros de estudios así como del drama de tener a su madre gravemente enferma. Durante una fiesta, el primo de Andrew, Matt Garetty (Alex Russell) y otro amigo y excelente alumno, Steve Montgomery (Michael B.Jordan), le llaman para que les acompañe a investigar un agujero que han encontrado en el bosque cercano. Dentro, descubren y tocan un misterioso cristal. A la mañana siguiente descubren que han obtenido poderes psicokinéticos, esto es, mover objetos con la fuerza de sus mentes. En los días y semanas que siguen a ese suceso van explorando las nuevas posibilidades que se les abren y practican manipulando objetos cada vez más grandes, perfeccionando su habilidad e incluso utilizando el poder para volar.
Sin embargo, la mente de Andrew empieza a acusar la falta de autoestima y los problemas en su casa y en el colegio y poco a poco va cediendo a la tentación de utilizar sus poderes de forma violenta contra aquellos que estima están contra él.
La única película que había mezclado anteriormente el Found Footage con los superpoderes había sido “Big Man Japan” (2007), pero ésta se trataba de una parodia de las películas de superhéroes y monstruos gigantes japoneses. Y es que “Chronicle” no es en realidad una historia sobre superhéroes sino sobre personas con superpoderes. No hay aquí identidades secretas, llamativos disfraces, supervillanos carismáticos ni cruzadas contra el Mal. En cambio, se encuadra más fácilmente en la corriente de películas sobre poderes psíquicos de finales de los setenta, y de manera particular aquellas que recreaban la fantasía del individuo maltratado que se venga de sus agresores o pierde el control de sus poderes, sub-subgénero cuyos ejemplos más notables vienen firmados por Brian de Palma: “Carrie” (1976) y “La Furia” (1978). Más adelante vendrían otros clásicos como el anime “Akira” (1988) o, más recientemente, “The Prodigies” (2011). De hecho, el propio director dijo que su mayor influencia a la hora de abordar y rodar esta película fue “Matilda” (1996), la adaptación cinematográfica de una historia escrita por Roald Dahl sobre una niña con una familia horrible que representa a todos los niños que, pese a su inteligencia y potencial, son menospreciados por todo el mundo.
“Chronicle” resultó ser un “sleeper”, una película que desde su estreno subió hasta la cima de las listas de recaudación a pesar de que todo hubiera indicado lo contrario. Para empezar, un director desconocido que había llamado la atención con una serie de videos de aficionado sobre el universo Star Wars en los que ya demostraba su vena oscura y su buen oído para la forma de hablar juvenil; más allá de eso, solo había trabajado en media docena de episodios televisivos. El reparto también carecía de nombres de relumbrón que pudieran atraer al público a las salas. Como guionista debutante figura Max Landis, hijo del director John Landis (“The Blues Brothers”, “Un Hombre Lobo Americano en Londres”), quien durante un tiempo fue un profesional en alza (“American Ultra”, “Victor Frankenstein”, “Bright”) hasta que su carrera acabó torpedeada por las acusaciones de abuso sexual. El único nombre de cierto peso en los créditos es el de John Davis, veterano productor de películas de acción como “Depredador” (1987), “Waterworld” (1995) o “Yo, Robot” (2004). El tráiler no tuvo una gran distribución en las salas de cine pero algunos videos bien elegidos se hicieron virales en la Red y un poster promocional de diseño interesante llamó bastante la atención, sin créditos y mostrando un plano amplio de tres pequeñas figuras volando tras la Seatle Tower. Este tipo de promoción “alternativa” recordaba claramente al secreto que rodeó el lanzamiento de otra película Found Footage: “Monstruoso”.
Muchos críticos alabaron en su momento la originalidad de la historia que se contaba en “Chronicle”. Tengo mis reservas al respecto por cuanto sus elementos clave ya habían sido vistos en otras películas, a saber, el descubrimiento de los poderes y el adolescente que siembra la muerte y destrucción al ser incapaz de contener su ira. Films como “Scanners” (1981) o “Push” (2009) ofrecían elaboraciones conceptuales más valientes en lo que se refiere a la exploración de los poderes psíquicos.
Lo que sí ofrece “Chronicle” de nuevo es su aproximación narrativa, porque es la primera vez que el tema de los poderes psíquicos se aborda en el formato de Found Footage. Es más, la promoción y marketing que rodearon a la película supieron preservar el misterio del argumento y su desarrollo. La mayoría de los que acudieron a verla en su recorrido comercial en salas lo hicieron sin tener ni idea de hacia dónde iba a dirigirse la historia y los personajes. El épico y dramático final no puede preverse cuando al principio vemos al trío de jóvenes divertirse con pequeñeces como levantar las faldas de las chicas, como si el film fuera una versión algo más seria de comedias sobre adolescentes con poderes psíquicos como “Movida en la Universidad” (1982) o series televisivas equivalentes como “Los Poderes de Matthew Starr” (1982-3) o “Roswell” (1999-2002). De la misma forma, las escenas en las que Andrew empuja a su padre contra una pared o ataca a un grupo de matones de instituto son de una violencia explosiva, especialmente si las comparamos con la calma que domina los momentos anteriores, cuando la adquisición de los poderes son motivo de regocijo y maravilla.
Originalmente, el guión contemplaba que los tres muchachos se convirtieran en psicópatas a causa de sus poderes, pero este planteamiento acabó rechazándose tanto por ensombrecer demasiado la historia como por llevarla a un callejón sin salida. En cambio y acertadamente, se optó por introducir el tema del acoso escolar sobre un adolescente inteligente y sensible. Aunque ya he mencionado que esto no era algo original, la película sí retrata certeramente y con sentimiento lo que significa vivir continuamente atormentado y humillado por los compañeros de instituto –el que la película se rodara por razones presupuestarias en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y no en Seattle, donde supuestamente transcurre la acción, y que no se note ese hecho en absoluto en lo que a ambiente y trama se refiere, nos da una idea del alcance de la globalización y lo extendido que está ese fenómeno de maltrato-. Tanto el trío de adolescentes protagonistas como el resto del reparto interpretan sus papeles con gran convicción y Dane DeHaan en particular resulta muy creíble como marginado social sometido a una gran presión y de frágil estabilidad mental que acaba sucumbiendo a sus peores instintos.
La película plasma perfectamente las consecuencias de que unos adolescentes inmaduros y con una visión lúdica de su existencia, reciban unos poderes tan inmensos. A veces utilizan éstos por pura diversión, comiendo patatas fritas sin utilizar las manos o levantando la falda de las chicas; otras para canalizar su resentimiento torturando insectos. A diferencia de las películas de superhéroes al uso, aquí los personajes son más grises dado que sus actos no están guiados por unas claras directrices morales. Ello no solo les aporta más matices sino que los hace impredecibles. Por ejemplo, la escena donde Andrew saca a un coche fuera de la carretera y casi mata al conductor sucede bastante pronto y el espectador quizá piense entonces que el muchacho va a empezar a derivar hacia la maldad; pero en realidad, asustado por lo que ha hecho, se comporta de forma más responsable durante bastante tiempo. El suspense y la ambigüedad funcionan porque Andrew es un personaje ambivalente: parte de él quiere acabar con el odioso conductor y parte de él comprende que ese deseo es terrible. Es más adelante, cuando Andrew descuartiza una araña con su poder, que comprendemos que de utilizar sus poderes por diversión ha pasado ya a la violencia y la satisfacción de sus más oscuros impulsos.
Aunque los efectos especiales nunca llegan a sobreponerse a la historia, hay que destacar este apartado, particularmente en la gran batalla que tiene lugar en el clímax. Como sucedía en “Monstruoso”, los técnicos hicieron un excelente trabajo a la hora de integrar los efectos en unas escenas muchas veces temblorosas y algo erráticas rodadas con una cámara en mano y –supuestamente- por alguien inexperto. Es más, ese temblor molesto y giros mareantes que suelen ser marca distintiva de este formato en su intento de emular la realidad, es en buena medida suavizado o incluso eliminado por Trank. Es cierto, sin embargo, que la película fuerza artificialmente el punto de vista subjetivo ya que hay escenas en las que participan dos cámaras (como esa en la que se alza al cielo el coche en el que va el personaje de Casey); y otras, como el gran clímax, en el que cabe preguntarse quién está en el cielo rodando a los contendientes. Sí está más cuidado el detalle de la música: tratándose teóricamente de una película rodada de forma amateur, no hay banda sonora propiamente dicha y la música proviene de iPods y aparatos de radio. También aporta Trank su propio giro al formato cuando Andrew empieza a usar su telekinesis para manejar la cámara, lo que significa que puede operarla a distancia y salir él mismo en la grabación.
Hay asimismo detalles bienvenidos relacionados con los superpoderes: cuando uno de los muchachos trata de mover un coche con su mente poco después de haber adquirido el poder, el esfuerzo hace que sangre por la nariz; más tarde, cuando aprenden a volar, tienen que ponerse ropa de invierno para soportar las gélidas temperaturas de las alturas.
Tras los buenos resultados obtenidos, Josh Trank pasaría a dirigir el problemático relanzamiento de “Los Cuatro Fantásticos” (2015), llevándose con él al actor Michael B.Jordan para interpretar a la Antorcha Humana. Dane DeHaan, por su parte, siguió en el género de los superpoderes encarnando al Duende Verde en “The Amazing Spiderman 2” (2014).
“Chronicle” es un giro interesante y oscuro al ya tan transitado género de los superhéroes, una mezcla de “Akira” y “Kick-Ass”. Tiene drama, acción, humor, personajes bien caracterizados que evolucionan y efectos especiales muy conseguidos sin resultar chillones. Una película modesta pero muy efectiva.
Esperaba ver semejanzas Bright Burn y las hay, pero las diferencias son relevantes: Andrew Detmer es el adolescente típico proveniente de una familia disfuncional, y Brandon Breyer es, simplemente, un, monstruo del espacio. La película Chronicle me gustó le doy un 8/10. :)
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