El compositor, cantante y guitarrista Steven Wilson fundó Porcupine Tree en la década de 1980 como proyecto en solitario, pero a medida que la música fue adquiriendo el estilo y textura de un rock progresivo psicodélico y posmoderno, Porcupine Tree evolucionó hasta convertirse en un auténtico grupo.
Su música es con frecuencia experimental y ambiciosa, cambiando significativamente de un álbum al siguiente, lo que hace que su discografía tenga una formidable variedad y convirtiéndoles en una de las bandas modernas más difíciles de clasificar. En un artículo para la revista “Rolling Stone”, David Fricke definió su música como "una fusión agresivamente moderna del art rock en directo de Rush, el rock progresivo británico clásico -especialmente los elogios a la locura de Pink Floyd y la majestuosidad angulosa de King Crimson- y la venganza postgrunge de Tool".
A pesar de la imprevisibilidad de cada nuevo álbum de este innovador grupo, existe un claro elemento unificador: la preocupación por el espacio exterior y lo ajeno a nuestro mundo, un hilo conductor que atraviesa toda su discografía hasta la fecha. Estos temas resultan quizás más explícitos en su primer álbum, "On the Sunday of Life" (1991), cuando la banda aún estaba buscando su propio equilibrio, recurriendo a letras exageradas y ocasionalmente paródicas expresadas con una prosa florida. Ese disco incluye temas ideales para un viaje de ácido como "Jupiter Island", que evoca "magenta forests on a crimson sea, the electric clouds are as vivid as can be" ("bosques magenta en un mar carmesí, las nubes eléctricas tan vívidas como es posible"); o "It Will Rain For A Million Years": "I locked myself inside the capsule and watched the planet slowly turning blue..." ("Me encerré dentro de la cápsula y observé cómo el planeta se volvía lentamente azul..."). Quizás el más exagerado de todos sea el tema "Space Transmission", que reproduce el mensaje de alguien que quedó atrapado en el planeta Tierra, sumido en la oscuridad desde que el Sol explotó catorce años atrás.
Los primeros álbumes de Porcupine Tree también reflejan la influencia de Pink Floyd en sus portadas, rindiendo homenaje a los pioneros del rock progresivo imitando sus expansivos paisajes sonoros y riffs psicodélicos. La SF Encyclopedia hace esta comparación específicamente en relación a "The Sky Moves Sideways" (1995), el cual "detalla un mundo materialmente desintegrado, pero este apocalipsis es tan oníricamente alucinógeno que se sortean completamente los extravagantes estilos tan habituales en esta música sobre el fin del mundo".
"Lighbulb Sun" (2000) incluye el fantástico tema "Last Chance to Evacuate Planet Earth Before It is Recycled", que incluye el sampling de un discurso grabado por el líder del culto suicida Heaven´s Gate, cuyos miembros se creían representantes de otro plano dimensional. Al explicar la inminente partida de la secta, su líder afirma: "Permítanme decirles que nuestra misión aquí, en este momento, está a punto de llegar a su fin... Venimos del espacio distante... Estamos a punto de regresar de donde vinimos".
"Voyage 34: The Complete Trip" (2000), entre riffs sobre los conceptos de espacio exterior e interior, también incluye un sampleado de una grabación antigua que funciona como espina dorsal de este álbum conceptual y que nos habla sobre el mal viaje que le causó la ingesta de ácido a un joven en la década de los 60. "Era un álbum de propaganda contra el LSD", dijo Wilson a Rolling Stone, "y fue perfecto para construir una narrativa en torno a la cual dar forma a esta pieza musical larga, hipnótica y alucinante". Y, efectivamente, aunque principalmente instrumental, el álbum transporta a su oyente a planos psicodélicos.
Quizá la mejor manera de disfrutar de la obra más temprana e influida por la CF de Porcupine Tree sea a través de su álbum retrospectivo, "Stars Die", que recopila algunos de los mejores trabajos de la banda desde 1991 -cuando no se trataba más que de Steven Wilson y un sintetizador -hasta 1997. Incluye los fantásticos temas "And The Swallows Dance Above the Sun", "Synesthesia", "Stars Die", "The Sky Moves Sideways", "Fuse the Sky" y "Dark Matter". La banda sonora perfecta para una noche oscura en la que las estrellas brillen de forma especial, favoreciendo los sueños de mundos largo tiempo muertos cuya luz llega a nuestros ojos al cabo de eones de viaje por el vacío espacial.
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