Libros, películas, comics... una galaxia de visiones sobre lo que nos espera en el mañana
martes, 30 de abril de 2013
1969-UN MUCHACHO Y SU PERRO - Harlan Ellison, L.Q.Jones, Richard Corben
“Un muchacho y su perro” es el título de una de las más famosas ilustraciones de Norman Rockwell, el pintor de la América que nunca existió. Su obra está repleta de escenas entrañables de la América profunda que evocaban un mundo utópico de buenos sentimientos. Es posible que Harlan Ellison, autor polémico y provocador como pocos, conociera aquella cariñosa ilustración y decidiera conservar el título y subvertir completamente su espíritu, escribiendo un relato que hubiera sumido a Rockwell en la más completa depresión.
“Un muchacho y su perro”, obra maestra de Harlan Ellison, apareció inicialmente publicada en forma abreviada en la revista británica “New Worlds” en abril de 1969 y tres meses más tarde, ya en su forma definitiva, incluida en la antología “La Bestia que gritó Amor en el Corazón del Universo”. De su calidad e impacto en los profesionales del medio da testimonio su Premio Nébula a la Mejor Novela Corta.
El muchacho del título, Vic, y su perro, Blood, sobreviven entre las ruinas de un mundo postapocalíptico en el que la única prioridad es conservar la vida. Y no es una tarea fácil en una pesadilla darwiniana en la que el fuerte y el astuto se alimenta del débil. La comida es escasa y la seguridad inexistente debido a las criaturas mutantes producto de la radiación y la violencia aleatoria ejercida por bandas nómadas dedicadas a exterminarse las unas a las otras.
Blood es descendiente de los primeros perros sobre los que se realizaron experimentos genéticos, mezclando ADN canino y de delfín. El resultado fueron perros inteligentes con habilidades telepáticas. Como muchos de sus compañeros, Blood se ha asociado con Vic para sobrevivir, educándole y rastreando para él comida y mujeres a las que violar; Vic, a cambio, le protege y le alimenta. Sin embargo, invirtiendo los papeles, el humano Vic resulta ser poco más que un animal. Sí, puede pensar y hablar, pero se deja llevar por sus instintos y la satisfacción de sus impulsos primarios (comida, sexo); en cambio, el perro, Blood, es el estratega de la pareja, el depositario de la experiencia y el conocimiento y, sobre todo, la voz del sentido común.
Y aunque Vic necesita a Blood más que a la inversa, ambos son hijos de un mundo degenerado e inquietante. El recurso a las armas de fuego y los cuchillos es lo frecuente, la violación de mujeres es un bienvenido cambio respecto al sexo homosexual, y todo aquello relacionado con un estadio cultural un poco más elevado que la mera supervivencia (arte, religión, filosofía, organización social), ha desaparecido por completo… o casi.
Porque en el subsuelo se han formado comunidades relativamente extensas que se sirvieron de los pocos científicos que quedaban (antes de acabar con ellos) para abrir y hacer habitables grandes cavernas forradas de acero. De una de ellas, Topeka, procede Quilla June, una chica a la que Vic rescata de ser violada solo para forzarla él mismo. Quilla lo convence para que se vaya con ella a Topeka prometiéndole que tendrá todas las mujeres que desee. Blood, sospechando lo peor, se niega a acompañarle.
Vic no tarda en descubrir que Topeka puede ser más seguro y sofisticado que el mundo que él conoce, pero en sus entrañas anida una degeneración similar. A primera vista es una población apacible, una comunidad utópica de clase media ajena a la ciencia y modelada de acuerdo a los ideales de lo que eran las ciudades americanas de finales del siglo XIX. Pero en realidad, Topeka está corroída por el cáncer de la hipocresía, la estrechez mental, el fanatismo y la esterilidad, tanto sexual como creativa. El acierto de Ellison es el de desconcertar al lector al ponerle en la difícil situación de decidir qué mundo es más deseable: si el de la superficie, con su abierta violencia y brutalidad, o el subterráneo, agobiante en su falsedad, oculta ferocidad e intolerancia.
La historia es claro está, una subversión de los tópicos literarios tradicionales: el relato no tiene nada que ver con las ideas que su título despierta (amistad pura y desinteresada, inofensivas aventuras infantiles…); no existe redención ni salvación en el amor entre hombre y mujer; el hombre puede ser más irracional que su mascota y la civilización no es necesariamente una alternativa deseable al caos.
En relación a esto último, “Un muchacho y su perro” es también una sátira sobre la América de los sesenta: los viejos y enfermizos valores enfrentados a otros nuevos, amorales, sí, pero llenos de vitalidad. Ellison transmite su opinión alta y clara: nuestra libertad individual y capacidad de decisión debe prevalecer sobre el potencial de la colectividad y una visión conservadora e higiénica del futuro. “Un muchacho y su perro” es también una historia de amor –o, mejor dicho, de anti-amor- sin la menor pizca de sentimentalismo. Si para sobrevivir en un mundo cruel, un chico tiene que elegir entre su perro malherido y su chica, Ellison deja pasmosamente claro cuál será la decisión
En 1975, el poderoso relato de Ellison recibió una peculiar adaptación cinematográfica de la mano del director y guionista L.Q.Jones que demostró la creatividad que puede esconderse incluso en el rincón de presupuestos más baratos. Tras haberse iniciado como actor en papeles secundarios -sobre todo en westerns de los sesenta-, Jones se asoció a comienzos de la década de los setenta con Alvy Moore para producir varios filmes, de los cuales sólo en este asumió las labores de dirección, encargándose además él mismo de realizar el guión.
La historia se ajusta inusualmente bien al relato original –lo cual no le libró de la ira de Ellison, siempre dispuesto a cargar contra Hollywood a la más mínima discrepancia sobre el tratamiento de su trabajo; en este caso criticó la misoginia implícita en el final-. Jones no tiene reparos en conservar la carga de cinismo del original a través de unos diálogos bien escritos que destacan especialmente en la relación entre Vic y Blood, apoyada en una continua sucesión de afectuosas bromas y pullas sarcásticas. Es una pena que no volviera a ponerse tras la cámara o escribiera otro guión, optando por retomar su mediocre carrera de actor en películas de serie B.
Un jovencísimo Don Johnson interpreta con talento el papel de Vic (su éxito en la televisiva “Corrupción en Miami” y el consiguiente agigantamiento de su ego aún quedaban diez años en el futuro), mientras que Susanne Benton encarna con inesperada profesionalidad a Quilla June en un papel nada fácil de niña/mujer manipuladora en escenas como la de la violación, que se desarrolla con un extraño sentido del humor.
Jones construye a los dos protagonistas tan bien que casi parecen reales. Y no es fácil, porque Vic y Blood son una pareja única y original que no proceden del mundo real, sino que únicamente pueden habitar en el ámbito de la ciencia ficción. Consigue, por ejemplo, introducir punzadas de emoción y sentimiento –sin caer en el sentimentalismo- cuando Blood intenta convencer a Vic de que no baje a Topeka; o su posterior adiós, con la inolvidable escena de un triste, solitario y desvalido Blood.
El apocalipsis nuclear está descrito con la máxima economía: imágenes de una explosión atómica y una voz en off con sorna que dice: “La Cuarta Guerra Mundial duró solo cinco días. Los políticos habían resuelto por fin los problemas del deterioro urbano”. Por desgracia, las escenas de Topeka resultan algo dispersas. Y es que cuanto más se aleja Jones del relato de Ellison, menos satisfactorio resulta. La intención parece ser la de parodiar el idealismo de Norman Rockwell construyendo una especie de pervertido pueblo amish habitado por gente ataviada como si fueran granjeros de los años cincuenta. Pero hacer que lleven las caras pintadas de blanco como si fueran mimos–subrayando así la “supremacía” de su raza- e introducir un robot asesino un tanto ridículo resulta demasiado chirriante. Por otra parte, lo que en la novela era una caverna artificial y silenciosa, en la película se convierte en una comunidad agrícola donde los altavoces no paran de atronar.
Hasta el estreno de “Star Wars” en 1977, la década de los setenta no fue muy favorable a las películas de ciencia ficción. Teníamos las secuelas de “El Planeta de los Simios”, los deprimentes films de Charlton Heston y, ocasionalmente, sorpresas como “Almas de Metal” o “El hombre que cayó a la Tierra, pero básicamente no fueron años dorados para este género cinematográfico.
“Un muchacho y su perro” fue otra excepción, una pelicula diferente y más influyente de lo que su injusta condición de film olvidado podría hacer pensar. No sólo ganó el Premio Hugo de 1976 a la Mejor Presentación Dramática, sino que fue el primer film postapocalíptico en apropiarse de la iconografía propia del western (género que, como hemos dicho, había frecuentado Jones en su faceta de actor): el forastero caminando por el paisaje desolado, las bandas de merodeadores abusando de los desvalidos, los pueblos en mitad del entorno desértico… todo ello sería recuperado por “Mad Max” y sus muchos imitadores.
Eso sí, es una película que exige no tomársela literalmente. L.Q.Jones no nos lo pone fácil ni siquiera al final. No hay moraleja. Esto no es una historia de Michael Crichton en la que el problema es el mal uso de la tecnología o una película donde el mensaje social sea claro, como “Cuando el destino nos alcance” o “Naves silenciosas”. Aquellos que no sean capaces de captar su espíritu satírico (del machismo y la mentalidad mediocre de clase media), se sentirán apabullados por una película poco convencional, de desarrollo anárquico, final desesperanzador, y que no tiene reparos en romper las reglas.
“Un chico y su perro” tiene suficiente pólvora como para apartar al espectador medio de ella. La mayor parte del público (y esto es algo aplicable también a la televisión y la literatura) no está preparado para desentrañar la multiplicidad de significados de una obra. Para ellos, “La vida es bella” es una historia que afirma que el Holocausto no fue tan malo después de todo, “Dexter” va de un asesino en serie “ y “Romeo y Julieta” aboga por el suicidio adolescente. A saber cómo resumirían “La Naranja Mecánica”, “Ubik” o “El Show de Truman”.
Es difícil imaginar que alguien pueda no entender la naturaleza oscura y satírica de la película, una historia surrealista presentada como si fuera una aventura juvenil. Y, sin embargo, hay críticos que siguen insistiendo en comentarla como si Ellison o L.Q.Jones aprobaran lo que en ella se cuenta: “El clásico de culto para chicos que odian a las mujeres”, sentenciaba un comentarista en fecha tan posterior al estreno como 2003. No fue el único, el primero ni el último en interpretar el film como una fantasía misógina, cuando en realidad es pura misantropía: aborrece de la condición humana en general, no de las mujeres en particular. No defiende la violación y el asesinato, sino que denuncia con crudeza y desilusión a las sociedades que permiten que tales actos sucedan en su seno.
Y si “Un muchacho y su perro” recibió una interesante traslación fílmica de la mano de un director novel y desconocido, su adaptación al cómic vino de la mano de uno de los grandes del medio: Richard Corben.
Ellison siempre afirmó que aquel relato corto no era sino un capítulo dentro de una novela más extensa en la que siempre dijo trabajar pero que nunca vio la luz. Algo de eso debió haber porque en 1977, guionizó para Richard Corben una breve historia de Vic y Blood, “Rastrero”, que apareció publicada en “The Ariel Book of Fantasy Volume Two”. Más de una década después, en 1988, aparece editado por St.Martin´s Press “Vic and Blood: The Chronicles of a Boy and His Dog” (en España editado por Norma simplemente como “Vic & Blood”), una novela gráfica que reúne el relato anterior, la adaptación de la novela corta y otra historia completamente nueva, “Corre, Chico, Corre”, que cierra abruptamente el ciclo.
Corben realiza una adaptación impecable. No hay nada del relato de Ellison –excepto el estilo de su prosa, claro- que se pierda en su traslación a viñetas. Ahí están todas las escenas del cuento, incluso las que un autor menos respetuoso hubiera eliminado por resultar prescindibles.
En cuanto a su estilo gráfico, Corben opta con acierto por prescindir de todo tipo de artificio o estilismo. No hay aquí magníficas figuras humanas ni colores que seduzcan la mirada. Como corresponde al sombrío y brutal mundo en el que viven los protagonistas, se ciñe a su estilo más feista y cercano al underground, abandonando las tramas mecánicas y confiando en la aplicación manual de los sombreados. A destacar el último y terrorífico relato, una conclusión a las “aventuras” de los protagonistas que parece definitiva y que podría responder al hastío de Ellison, cansado de recibir cartas de aficionados instándole a terminar de una vez la “novela”.
Hay pocas obras en la ciencia ficción que puedan presumir de haber recibido fieles adaptaciones en otros medios. “Un chico y su perro” es una de ellas. No solo es un relato absolutamente imprescindible para todo aficionado, sino que la película que lo adapta y el comic que lo expande son asimismo dignos de figurar en cualquier colección de ciencia ficción que se precie. En este caso, Ellison, tan dado a gruñir y protestar contra quien toca su trabajo, nunca tuvo razón.
Qué bien, pues nuevamente me harás buscar una obra para leerla ja ja ja, oye aprovechando una pregunta tu sabes cual es una película de Ciencia Ficción de los 80´s donde la trama habla de un científico que cuida un vivero espacial y después lo quieren destruir y él se niega, he buscado pero no doy con que película es.
ResponderEliminarSi, la película que mencionas es "Naves Silenciosas" (en inglés "Silent Running"), de Douglas Trumbull, bastante pesimista. Me la apunto para hacer una próxima reseña.
ResponderEliminarUn saludo
Buen argumento. Habrá que verla. Pero lo que más me gusta, es el original título que tiene :)
ResponderEliminarSaludos.
Me parece que ahora hay una antagonica adaptacion para la television en un canal de caricaturas para niños, han visto el cartoon Hora de Aventura (Adventure Time)? la trama es practicamente la misma pero resalta lo positivo en logar de lo negativo.
ResponderEliminarLo desconozco, pero la verdad es que es la historia menos adecuada para un niño de toda la ciencia ficción. Limpiarlo de inconveniencias y dejarlo apto para el público infantil me parece una estupidez, la verdad. Un saludo
ResponderEliminarHe visto la peli y también veo la serie "infantil" Hora de Aventuras; esta serie no pretende en ningún aspecto ser la versión positiva de la película o del cuento. Aunque la serie de desarrolla en un mundo posapocalíptico y trata de un niño y su perro es surrealista, de momentos parece escrita y pintada bajo los efectos del LSD, (aunque últimamente se ha ordenado parece una comedis de fantasía cyberpunk) y aunque seguramente su colorido atraiga a los niños y les distraiga, tiene bastantes niveles de comprensión como para atraer diversos públicos.
EliminarMe gustó tu artículo, ya empecé a leer la colección de cuentos, buscaré los comics.
Hola , me ha parecido increible la reseña de "A boy and his dog"/"un chico y su perro"
ResponderEliminarLuego de verla no puedo entender como un film post-apocaliptico que fue adelantado a su epoca (con 4 años de diferencia de mad max y muchos otros films que casi el mismo escenario pero que en mad max lo he visto en menor medida)pudo tener tan mala recepcion del publico.
Por cierto , añadiendo al comentario anterior , si , hora de aventura/adventure time comparte la misma premisa : chico sobreviviente post apocaliptico (en la serie llamado "the mushroom war"/"la guerra de los hongos") vive aventuras con su perro (el cual es realmente su hermano debido a que los perros obtuvieron inteligencia y sus padres adoptaron al humano) con poderes telepaticos , de cambio de forma entre otros poderes debido a caer en un pozo con desechos nucleares (creo que llamado pozo "magico" en la serie , pero que se da a entender que son desechos nucleares)en un mundo donde las criaturas que viven en el son mutaciones a causa de la radiacion de las explosiones nucleares de aquella guerra (gente de caramelo , seres grumosos , vampiros , mutantes y demases)
y entre las cosas que destacan de la serie , es que si bien es una serie para niños , no lo es , ya que muchos temas dentro de la serie son bastante siniestros , como puede ser finn el humano y jake el perro visitando el inframundo para enfrentar a la muerta en un duelo de musica la cual toca y canta deathmetal para terminar en mentita (un sirviente de la princesa chicle , una princesa que si bien se ve buena, es una persona bastante manipuladora que generalmente hace que el protagonista haga lo que ella desea) le pide con los ojos en blanco su piel , alma y carne para luego decir que es solo una broma aunque haciendo entreveer que tal vez no lo sea.
esa es la clase de cosas que se encuentran en la serie , leves menciones a la guerra , aunque hubo unos episodios donde aparecen como lo es simon (un arquelogo que se fue volviendo con el tiempo loco debido a una corona magica que le dio los poderes del frio y hielo) y marcelina (una chica mitad demonio que luego se volveria mitad vampiro) sobreviviendo 4 años despues de la guerra a un mundo plagado de mutantes .
Si puedes darle una ojeada a la serie , sobretodo al material sobre la guerra , las mutaciones ; edificio/armamento/esqueletos de antiguas ciudades, civiles y milicias y demases.aunque hay que ver en el fondo de lo que va la serie lejos de su apariencia infantil
la serie se fue al carajo casi al final cuando yo creo se les acabaron las ideas y meterieron cosas de gays entre la dulce princesa y marceline, lo cual paresiera mas de relleno, porque a lo largo de toda la serie no se ve nada de nada sobre la atraccion, la serie vale la pena solo lo del principio
Eliminarvaya, Harlan Ellison nunca deja de sorprender. Con la mala leche que tiene,como lea tu comentario igual los demanda por plagio...
ResponderEliminarDebe ser mi extraña imaginación, pero la Dulce Princesa puede estar un poco basada en Quilla y algún científico de Topeka. Originalmente iba a ser la novia de finn pero al pasar los capítulos, al parecer, se desechó la idea. El dulce reino es un lugar casi idóneo para vivir; un gobernante que se preocupa por las necesidades de sus habitantes, abundancia en los alimentos (hasta ahora no he visto a uno quejarse por la falta de ello), un lugar seguro donde vivir (a excepciones de algunos capítulos) y que la limpieza esté a cargo de Finn y Jake (como casi todo es de dulce, ellos se los comen y punto)
ResponderEliminarPero en ese lugar también hay cosas tenebrosas como:
- La propia Dulce Princesa (Puede que tenga más edad de lo que aparenta, al quitarse o comer dulces para sobrevivir) y su actitud de loca psicópata en algunas ocasiones
- Los pretendientes masculinos de la princesa son abandonados a su suerte (Ellos esperan hasta morir para poder salir como novios con ella)
- Mentita (El mayordomo que tiene poderes y conocimientos demoníacos)
- Los experimentos raros que se producen en el mismo castillo (desde cosas inofensivas hasta cosas peligrosas como Goliath)
- El origen del dulce reino (según un capítulo, la misma Dulce Princesa creó a los habitantes)
hola agregaria que la dulce princesa y su reyno no es mas que una horrible dictadura y en varios capitulos da a entender que los habitantes estan a la fuerza, de echo todos los habitantes tienen rastreadores dentro de su cuerpo. hay un capitulo donde una dulce gente logra escapar y se arranca un diente y lo coloca dentro de un animal, ya que el diente tiene un rastreador el animal va por un lado y el que huye por otro, mientras la princesa rastrea el diente, la princesa tiene todo para ser un horrible dictador ya que es capaz de undir otro reyno solo por considerarlo un peligro, y lo hizo en un capitulo al destruir las defensas del reyno de fuego por considerar un peligro, aunque el reyno de fuego no tuviera interes en atacarlos, una serie muy buena para niños pero mas para adultos, ya que los niños no se dan cuenta de esos detalles, coincido en la recomendacion, de los capitulos donde se toca el tema de simon el arqueologo que terminara convirtiendose en el rey helado. antes de convertirse en el rey helado vaga por un mundo en ruinas tratando de sobrevivir despues de una guerra, la serie tambien toca universos alternos la recomiendo
EliminarNo habría que hablar también de la famosa antología "Visiones peligrosas"?
ResponderEliminarHola. Habría, habría,... pero no aquí. Esa antología de Harlan Ellison tendrá su lugar en cuanto le pueda hacer hueco.... Un saludo.
ResponderEliminarEllison es uno de los grandes y en verdad lamento mucho no haberlo leído tanto como quisiera. Hace pocos días me volví a ver el hermoso episodio que escribió para la serie original de Star Trek y en verdad realizpó una maravilla ¿Has leído de él "El Llanto de los Perros Apaleados"? Es impresionante. La adaptación al cómic de este cuento la compré hace años, y además siempre me gustó mucho la estética de Corben, pero apenas la recuerdo y ya es hora de que la vuelva a leer. No sabía que esta historia tenía una versión cinematográfica y me encantaría verla. Te doy una vez más las gracias por ayudarme a ser menos ignorante respecto a este género que tanto queremos.
ResponderEliminarYa he leído "A boy and his dog" (por jugar fallout) pero si hubiera leído esto antes, con mayor razón lo haría! Sigue con éste interesante blog, y ¿cual es la raza de blood?
ResponderEliminar