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viernes, 19 de agosto de 2011
1958-LA NAVE ESTELAR - Brian Aldiss
Las historias cortas de Robert A.Heinlein "Universo" y "Sentido Común" (ambas de 1941), establecieron el tema de la "nave generacional": cubrir las grandes distancias estelares a velocidades inferiores a las de la luz lleva tiempo y la única manera de salvarlas es poblar gigantescas naves con familias que viven y mueren en la astronave, generación tras generación. En estas historias, sus pasajeros a menudo no se dan cuenta de que se hallan en el interior de un vehículo y han olvidado su misión y su destino, limitándose a sobrevivir.
Uno de los primeros clásicos de esta modalidad de "space-opera" fue el debut editorial de Brian Aldiss, "La nave estelar" (que en Inglaterra se titula "Non-Stop"). Aldiss reconocía su deuda con las historias de Heinlein, que le habían servido de inspiración; pero, al mismo tiempo, había querido dotar de mayor profundidad y expresión a los personajes y su entorno. Y, efectivamente, el escritor británico se aparta del tono épico pero algo frío de Heinlein para darnos su propia versión de una historia por lo demás bien poco heroica.
El punto de partida se sugiere claramente al lector: hace generaciones, algo salió mal en una nave-colonia que transportaba a miles de personas hacia un nuevo mundo. Sus descendientes se han degradado al nivel de civilización más primitivo y han perdido no sólo todo conocimiento tecnológico, sino la memoria de sus orígenes. Divididos en tribus aisladas, repartidas por diferentes zonas de la gigantesca nave, su mundo se reduce ahora a un entorno artificial de corredores, pasillos y estancias cubiertas por "pónicos" (vegetales de rápido crecimiento que medran con luz artificial formando una espesa jungla). No tienen ni idea de que todo lo que conocen está contenido en un gran vehículo que se mueve entre las estrellas. Se limitan a proteger sus fronteras de otros grupos, trasladándose lentamente de una zona a otra, explorando nuevas secciones y quemando todos los hallazgos que pudieran amenazar su comprensión del mundo.
El libro comienza despacio, describiendo la vida y disputas de Roy Complain, miembro de la tribu Greene. Cuando los hombres de otra tribu secuestran a su mujer, su descontento con el grupo se iguala a su curiosidad, y escapa a lo desconocido junto a un sacerdote sediento de poder llamado Marapper y otros tres hombres. Sólo el sacerdote comprende que están dentro de algo llamado "nave" y su intención es dirigirse a un lugar llamado "Adelante" para averiguar la verdad última. Roy y sus compañeros encontrarán en su viaje otras tribus, mutantes, "Gigantes" -los hombres originales, de mayor estatura, que habitaron la nave generaciones atrás y que han cobrado dimensión mítica-, ratas mutantes inteligentes y claustrofóbicos paisajes resultado de la fusión entre lo artificial y lo natural. Cuando llegan a su destino, encuentran que la tribu de "Adelante" es más avanzada, limpia y organizada, pero tampoco han conseguido sustraerse del todo al caos y la ignorancia que rigen en la nave.
La novela abre con un ritmo lento, disponiendo la escena y los personajes. A medida que éstos van avanzando en su viaje y se van produciendo más revelaciones, la acción se acelera de forma ininterrumpida hasta el emocionante e inesperado desenlace. Bien escrito y con una buena caracterización de personajes, "La Nave Estelar" es, además, una obra inusualmente oscura y trágica para lo que era habitual en la CF de los cincuenta: no sólo la astronave tiene una atmósfera pesadillesca, incluso infernal (hombres desfigurados, corredores opresivos bloqueados por plantas hidropónicas, moscas omnipresentes, tribus de hombres embrutecidos que matan a los niños con alguna degeneración, inquietantes religiones...), sino que es una historia sin héroes. El protagonista, Roy Complain, es cobarde, indeciso, rencoroso y no muy inteligente -aunque su complejidad y madurez mejoran conforme discurre el relato-, características en mayor o menor medida compartidas con el resto de los personajes. El sacerdote Marapper es un megalomaniaco insoportable, los adelantinos resultan ser en el fondo tan salvajes como sus enemigos... Son seres humanos ordinarios que tratan de adaptarse a un entorno extraordinario y Aldiss no pretende que caigan simpáticos. Esa hubiera sido la estrategia más sencilla, como lo hubiera sido el final claramente feliz, optimista y con moraleja, cosa que Aldiss tampoco nos ofrece. Incluso la idea de una nave generacional acaba resultando desagradable, enfermiza y peligrosa ("sólo una era tecnológica podía condenar a varias generaciones futuras a nacer en ella"). Por otra parte, algunos de los extraños detalles e imágenes que salpican el libro (como las ratas mutantes o los conejos telépatas) se convertirían en característicos de la ficción de Aldiss y heraldos de su integración en la New Wave durante los años sesenta.
Merece comentario aparte la identificación de la religión como indicador del subdesarrollo de una sociedad primitiva, algo común en la CF y que a menudo se usó en las narraciones de las revistas pulp para definir el estado sin civilizar de una sociedad alienígena. Aldiss describe la religión de los habitantes de la nave como un conjunto de Enseñanzas inspiradas en las ideas mal comprendidas de una sagrada trinidad de antiguos psiquiatras llamados Froyd, Yung y Bassit, y predicadas por sacerdotes que mezclan el psicoanálisis con los rituales ("démonos a la cólera mientras podamos, y descargando así nuestros impulsos mórbidos podamos vernos libres de conflicto interior"). Es superstición anticientífica, algo de lo que la sociedad debe librarse, aunque al mismo tiempo Aldiss admite que la religión en la Tierra aún pervive y que las Enseñanzas, aunque falsas, probablemente ayudaron a sobrevivir a los habitantes de la nave.
Puede que "La nave estelar" no sea el primer libro que aborde el tema de las astronaves generacionales, pero probablemente sea el mejor y más convincente. Y así se reconoció ya en su momento: Aldiss recibió el premio al Autor Novel más Prometedor en la Convención Mundial de CF de aquel año. Hoy, una primera edición de este libro de 1958, editado por Faber and Faber, está valorada entre 1.000 y 1.300 dólares.
Un libro clásico e imprescindible de la Edad Dorada de la CF, cuando importaban más las ideas, la filosofía y el mundo interior que los ciberpunks, la realidad virtual y los robots asesinos con cuerpos femeninos.
Es un libro muy interesante, vale la pena leerlo. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminardonde puedo conseguir este libro en Mexico.
ResponderEliminarAh y el libro me parece que aquí en el DF no es tan difícil de conseguir, yo lo compré en 70 pesos usado y en bastantes buenas condiciones. En el centro del DF hay muchas librerías que tiene una buena cantidad de novelas de ciencia ficción, puedes encontrar de prácticamente todos los autores. Hasta hay un grupo en el facebook en donde compran y venden libros de CF, y te los envían a cualquier parte de la república.
EliminarSaludos!!!
Lo siento, no te podría decir. No deberías tener problema para buscarlo por internet. Personalmente, yo lo tengo en versión digital descargado de la red.
ResponderEliminarUn saludo
Una novela que nos introduce en el siempre fantástico mundo de las naves generacionales con una prosa fácil de leer y unos personajes bien definidos.
ResponderEliminarWow muy buena tu reseña, y lo reseñaste hace ya algunos añitos, yo acabo de terminarlo y la verdad es que me encantó, no había leído nada de las naves generacionales, y me pareció una idea buenísima. Aldis sin duda alguna escribió un libro para todos los tiempos, los personajes y todo lo que sucede a su alrededor me agradaron sobre manera, y además a diferencia de otras reseñas que leí tú fuiste capaz de describir el libro mejor que otros.
ResponderEliminarSaludos!!!
Hola Francisco. Gracias por tus elogios. "La Nave Estelar" es uno de mis libros preferidos de Aldiss. La idea, no obstante, no fue exactamente suya, sino un desarrollo, como digo en el artículo, de dos relatos cortos de Heinlein. Una reseña de ambos la puedes encontrar en el artículo "Huérfanos del Espacio", que publiqué hace un par de meses en este mismo blog. Un saludo.
ResponderEliminarLeí el libro y me gusto mucho, ya había leído que no era el primero con la idea de las naves generacionales, pero en particular me gustó mucho como narró la historia y como poco a poco te va soltando prenda. Lo que después hice fue leer varias reseñas, y de las 4 que leí la única que describió excelentemente al libro fue la tuya.
ResponderEliminarTe falta leer algo de John Brunner, no? Porque prácticamente te has leído de todos los autores de CF.
Saludos!!!
No, que va! Me queda mucho por leer, aunque concretamente John Brunner sí es de los que he leido. Tengo algún libro de él pendiente de comentar, pero es que hay tanto... si sigues pasandote por aquí le veras caer... Un saludo
ResponderEliminarUn libro hermoso, la primera vez me choco un poco lo medio surrealista de los conejos telepatas y es medio pesada la descipcion de la nave, pero la descripcion de los personajes es fantastica y el mensaje sin moralina, lo lei otras veces y sigue siendo bueno, de aldiss lo mejor que lei.
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